En su 112 natalicio:
Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de
Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
“Salvador Allende
fue un consecuente luchador
antiimperialista e internacionalista. En esta
posición se mantuvo
durante su Gobierno y
hasta el fin de
sus días”
(Luis Corvalán:
“El Gobierno de Salvador
Allende”)
Para Salvador Allende,
patriota e internacionalista, no hubo causa progresista en el mundo,
especialmente revolucionaria, con la cual no haya solidarizado.
En 1954, cuando tenía 46 años y era Senador representando a las provincias de
Tarapacá y Antofagasta, visitó la Unión Soviética y China Popular.
Eran los tiempos de
la guerra fría, en que el imperialismo
tendía una cortina de hielo a los países socialistas. El líder chileno
con ese paso desafió al Imperio.
SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN CUBANA
El 1º de enero de 1959 el mundo, y sobre todo América
Latina, fueron estremecidos con el triunfo de la Revolución cubana. Allende, a la fecha Vicepresidente del
Senado, viajó de inmediato a entregar su apoyo a los revolucionarios de la
Isla.
Llegó a La Habana el 20 de enero. Y le ocurrió un hecho
poco conocido. Apenas se había instalado en el hotel, cuando le llamó la
atención el bullicio que venía de
afuera. Se asomó. Vio un sorprende espectáculo: al son de una briosa música
desfilaban doscientos policías estadounidenses, encabezados por el Alcalde de
Miami. Indignado, al creer que ello evidenciaba la influencia de Estados Unidos
sobre los líderes cubanos, decidió tomar el avión y regresar a Chile.
Por casualidad se encontró con su viejo amigo, Carlos
Rafael Rodríguez, dirigente comunista, que había combatido al mando de Fidel en
Sierra Maestra.
- Salvador, ¿qué estás haciendo tú acá?
- Vine a ver esta revolución. Pero no hay tal revolución y
me voy. ¿Qué revolución va a ser ésta
cuando la festejan los policías yanquis?
- Cometes un error,
Salvador. En esto no tienen que ver nada los líderes de la Revolución. Conversa con ellos.
Esa misma tarde recibió una invitación del Che. Acudió a
conversar con él. Lo puso en contacto con Raúl Castro. Luego se entrevistó con
Fidel. Quedó todo claro. En ese momento
nació una hermosa amistad entre ellos.
DESPUÉS DE PLAYA
GIRON
Apenas conocida la noticia del ataque de los mercenarios a
Cuba, Allende voló inmediatamente a la Isla. No quiso estar ausente en momentos en que el pueblo cubano había
asestado la primera gran derrota al imperialismo estadounidense en América.
Como se sabe, el 17
de abril de 1961, 1.400 contrarrevolucionarios preparados, financiados y
dirigidos por el Imperio, habían desembarcado en Playa Girón, ubicada en Bahía
Cochinos, provincia de Matanzas. Llegaron con fuerte apoyo de mar y aire, pero
fueron derrotados en 68 horas. Fracasó el Plan Pluto elaborado por la CIA:
crear una cabeza de playa, hacia donde se trasladaría un gobierno gusano, que
sería reconocido por Washington, y que solicitaría la intervención militar de
Estados Unidos. La aventura les costó a los invasores 200 muertos y 1197
prisioneros, además de muchos dólares al Imperio.
FIDEL SOBRE ALLENDE
El 13 de diciembre de 1972, el comandante Fidel Castro, en
un mitin de solidaridad con el pueblo de Chile y con el Presidente Allende,
efectuado en la Plaza de la Revolución ‘José Martí’ de La Habana, dijo:
“Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al
triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero que
llegó a Cuba fue Salvador Allende, que
ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país...
Por eso hemos recibido en estos días –y saludamos en el
día de hoy en este magnífico y multitudinario acto- al amigo que supo durante
estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro
pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras
denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país y que uno de sus
primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el establecimiento
de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo...”
ALLENDE CONDECORADO
En esa ocasión, Salvador Allende señaló en parte de su
discurso:
“Levanto mi voz con profunda emoción en esta Plaza donde
tradicionalmente se reúne el pueblo para escuchar la palabra de Fidel y de los
dirigentes de la Revolución, frente a la estatua de Martí, que cobra vida y
presencia con el calor del pueblo.
Lo hago con el sentimiento agradecido, porque hace unos
pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba ha honrado a Chile en mi
persona, al otorgarme la más alta distinción que pudiera recibir en mi vida de
revolucionario: la Medalla de José Martí. Ella pertenece al pueblo chileno, que
siempre estuvo y estará junto al pueblo de Cuba y a su proceso
revolucionario...”
AMIGO DEL CHE GUEVARA
Más adelante Allende relató:
“Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui
amigo del Comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su libro Guerra
de Guerrillas, que dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía
allí con su letra dibujada por la fraternidad ‘A Salvador Allende, que por
otros medios busca lo mismo. Afectuosamente. Che’.”
El líder chileno había conocido al Che en su primer viaje
a la Isla después del triunfo de la Revolución en 1959.
Estuvo con él en la Quinta Sesión Plenaria del Consejo
Interamericano Económico y Social de la Organización de Estados Americanos,
OEA, que se prolongó del 5 al 17 de
1961. Allende había viajado a Uruguay para expresar públicamente la solidaridad
del pueblo chileno con Cuba revolucionaria y, junto con el Che, denunciar el verdadero carácter de la
Alianza para el Progreso del gobierno de John Kennedy: un nuevo caballo de
Troya mediante el cual el Imperio pretendía frenar el proceso
revolucionario en América Latina.
SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA
En julio de 1967, Allende viajó a La Habana, encabezando
una delegación compuesta por representantes socialistas, comunistas y de otros
partidos de izquierda, para participar en la Conferencia Tricontinental de Solidaridad, que condenó las acciones agresivas del
Imperio. En esa conferencia, Allende presentó la propuesta de crear la
Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS. La iniciativa fue aprobada y
en agosto de ese año nació en La Habana este organismo.
APOYO A LOS GUERRILLEROS DEL CHE
El 8 de octubre de 1967 en el combate de la Quebrada del
Yuro, Ernesto Che Guevara fue herido y
tomado prisionero. Al día siguiente, asesinado en La Higuera.
La muerte del comandante estremeció a los sectores
progresistas. Allende le tributó un
combativo homenaje en el Senado chileno.
Soldados bolivianos, asesorados por agentes
estadounidenses, iniciaron una implacable cacería contra los guerrilleros que
habían sobrevivido. Estos logran eludir hábilmente la persecución en el difícil
territorio boliviano. Los primeros en ofrecer ayuda concreta fueron Allende y
los comunistas chilenos.
El 17 de febrero de 1968 cinco guerrilleros, tres cubanos
y dos bolivianos, lograron ingresar a Chile. Fueron detenidos por carabineros y
enviados a la cárcel de Iquique.
Salvador Allende, entonces Presidente del Senado, se
dirigió a ese puerto nortino.
El 22 de febrero los guerrilleros pidieron asilo político.
Allende junto con otros dirigentes de izquierda, se
entrevistaron con Edmundo Pérez Zujovic, ministro del Interior de Eduardo Frei
Montalva. Finalmente el Gobierno decidió expulsarlos del país, facilitando así
el viaje a Cuba. Pero surgieron dificultades: ningún país de América del Sur ni
de Europa Occidental les concedió visas de tránsito. El vuelo debió hacerse vía
Tahití y Nueva Zelandia. Allende acompañó a los guerrilleros del Che.
Dijo, por entonces: Esto es lo menos que puedo hacer en
memoria de Guevara.
SOLIDARIZANDO CON VIETNAM
La gesta vietnamita la sintió como suya. Tuvo especial
aprecio y admiración por Ho- Chi-Minh.
En 1968 estuvo en Vietnam durante más de un mes. Poco
después, concurrió a la Conferencia de Solidaridad con Vietnam realizada en
Canadá.
Cuatro años más tarde, el 4 de mayo de 1972, siendo
Presidente de la República, Salvador Allende les habló a los estudiantes de la Universidad de
Concepción de su encuentro con Ho-Chi-Minh:
“¡Nunca me olvidaré de su figura, nunca dejaré de
recordar la transparencia de su mirada y la bondad de sus palabras! Al
saludarnos (yo iba con el compañero Eduardo Paredes), nos dijo: ¡Gracias por
venir de tan lejos con tanto sacrificio, a traernos el apoyo moral de su
pueblo!”.
El Presidente Allende se extendió, explicando a los
estudiantes sobre la vida y la lucha del pueblo vietnamita.
LA MEDALLA “JULIOT CURIE”
El 4 de octubre de 1972 se efectuó en Santiago un solemne acto en que una delegación del
Movimiento Mundial de Partidarios por la
Paz, encabezada por su secretario general Romesh Chandra, le entregó a Salvador
Allende la Medalla “Juliot Curie”, que
le había otorgado ese organismo por su contribución a la paz mundial y a la
solidaridad con los pueblos.
En su discurso de saludo, el Presidente de Chile señaló:
“Como mejor homenaje y como agradecimiento personal, por
la alta distinción que al pueblo de Chile se le ha conferido en mi persona, a
todos aquellos que han luchado y luchan por la paz, rindo homenaje al pueblo de
Vietnam. Pienso que interpreto el
sentimiento de ustedes cuando rindo este homenaje... Mi admiración pues, mi
respeto y cariño al pueblo vietnamita, que al luchar por su independencia y
dignidad, lucha también por la independencia y dignidad de todos los pueblos
del mundo... Al hablar de Vietnam –porque estuve allí y conviví con su pueblo
–sé mejor que muchos- de su sacrificio
heroico y sencillo de todos los días. Tuve además el honor de ser uno de los
políticos latinoamericanos que pudiera
hablar Ho-Chi-Minh, el sencillo estadista, el soldado, el guerrero, el poeta,
el luchador incansable por la independencia de su patria. Fue toda su vida un
ejemplo”.
EXITOSA POLÍTICA
INTERNACIONAL
Una de las primeras medidas adoptadas por el compañero
Presidente fue ampliar las relaciones
diplomáticas a todos los países del mundo. El Gobierno Popular tuvo una activa participación en el Pacto Andino y
un exitoso manejo de las relaciones internacionales. Allende visitó a países como Argentina, Ecuador, Perú, Colombia, México, Cuba, Unión Soviética, Argelia.
El 4 de diciembre de 1972 pronunció un histórico discurso en las Naciones Unidas, donde los delegados a la
Asamblea General ovacionaron de pie al Presidente de Chile.
En parte de su alocución señaló: “Por eso resulta tanto
más doloroso tener que venir a esta tribuna a denunciar que mi país es víctima
de una grave agresión. Habíamos previsto dificultades y resistencia externas
para llevar a cabo nuestro proceso de cambios, sobre todo frente a la
nacionalización de nuestros recursos naturales. El imperialismo y su crueldad
tienen un largo y ominoso historial en América Latina, y está muy cerca la
dramática y heroica experiencia de Cuba. También está la del Perú, que ha
debido sufrir las consecuencias de su decisión de disponer soberanamente de su
petróleo... somos víctima de una nueva manifestación del imperialismo. Más
sutil, más artera, y terriblemente eficaz, para impedir el ejercicio de nuestros
derechos de Estado soberano.”
Agregó: “Una vez más, la actuación solidaria internacional
de los trabajadores deberá enfrentar a un adversario común: el Imperialismo”.
Denunció “El asedio y la persecución contra Cuba; la
explotación colonial; la ignominia del racismo y del apartheid”.
Dijo: “No hay paz para Indochina, pero tendrá que haberla.
Llegará la paz para Vietnam”.
Finalizó: “Es nuestra confianza en nosotros lo que
incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, en la certeza de
que esos valores tendrán que prevalecer. ¡No podrán ser destruidos!”
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¿Pueden posar de allendistas, quienes en vez de
solidarizar, como lo hizo Allende, con los pueblos que luchan por su
liberación, se unen a los planes agresivos del imperialismo?
Allende solidarizó con Cuba y Vietnam. Hoy estaría también
con Venezuela, Nicaragua e Irán.