viernes, 26 de febrero de 2021

“EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA Y SU INFLUENCIA EN LOS ORIGENES DEL PENSAMIENTO REVOLUCIONARIO CHILENO”

 


Material de Estudio Nº 3

 

 

                                                        Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                        Centro de Extensión e Investigación

                                                           Luis Emilio Recabarren,  CEILER

                             

 

 

                                        Carlos Marx                    Federico Engels

 

I.- ¿CUÁL  FUE EL ORIGEN  DEL “MANIFIESTO”?

Exiliados alemanes que vivían en París fundaron en 1834 la Liga de los Proscritos, una sociedad secreta democrático-republicana.

En 1836, sus elementos más avanzados dieron vida a la Liga de los Justos.

A mediados de 1847 esta asociación realizó en Londres su Primer Congreso, al que asistió Federico Engels.

En este evento efectuado en la más estricta clandestinidad, se produjo el cambio de su nombre por el de Liga de los Comunistas.

Entre fines de noviembre y comienzos de diciembre de 1847, se celebró, también en Londres y clandestinamente, el Segundo Congreso de la Liga de los Comunistas. Concurrieron Carlos Marx y Federico Engels, que expusieron y defendieron la teoría que habían creado. Estos nuevos principios fueron aprobados por unanimidad. El viejo lema de “Todos los hombres son hermanos”, fue reemplazado por el de “Proletarios de todos los países, uníos”.

El Segundo Congreso de la Liga encargó a Marx y Engels la redacción de un programa.

Tal fue el origen del Manifiesto del Partido Comunista.

El 24 de febrero de 1848 se publicó en Londres, en idioma alemán, la primera edición del Manifiesto del Partido Comunista, redactado por Marx y Engels. 

II.- SOBRE EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA.

Es un texto breve. En su primera edición tenía sólo 23 páginas.

Esta obra –pequeño libro que vale por tomos  enteros, al decir de Lenin- consta de una Introducción y cuatro partes. 

Se inicia con la famosa frase: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”.  Agregando: “Ya es hora que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus tendencias, que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto del propio partido”

La primera parte tiene por título “Burgueses y Proletarios”. Y allí se expone de entrada su tesis central: “La historia de todas  las sociedades hasta nuestros días, ha sido la historia de la lucha de clases”.

En esa parte Marx y Engels  escribieron (atención, pues parece que no  fue escrito hace ya 163 años)  “Mediante la explotación del mercado mundial,  la burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países... Ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas  y están destruyéndose continuamente... En lugar del antiguo aislamiento de las regiones y naciones que se bastaban a sí mismas, se establece un intercambio universal... Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China...”

La segunda parte: “Proletarios y Comunistas”, aplican a la práctica los enunciados de la Primera Parte.

La Tercera Parte: “Literatura Socialista y Comunista”, se realiza la crítica a los diferentes corrientes socialistas y comunistas existentes en esa época (mediados del siglo XIX). 

La Cuarta Parte: “Actitud de los comunistas respecto de los diferentes partidos de oposición”, finaliza proclamando:

”Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por  la violencia  todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los Proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!”


III.-  EN CHILE, CATORCE AÑOS ANTES DEL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA...

 


En 1834, catorce años antes de que se publicara la primera edición del Manifiesto de Marx y Engels, los obreros del mineral de Plata de Chañarcillo, ubicado cerca de Copiapó, llevaron a cabo la primera huelga obrera  en nuestro país.

Según el investigador Roberto Hernández “El alzamiento de peones de 1834  se repitió más tarde, causando con ello una enorme intranquilidad en Copiapó mismo, en donde la población llamada La Placilla era como un amenaza constante”. (Hernández, Roberto: “Juan Godoy o el descubrimiento de Chañarcillo”. Valparaíso, 1932. Tomo I, p. 69).

Lo de Chañarcillo fue una acción espontánea, una elemental reacción a la superexplotación.

El trabajo en ese mineral era inhumano.

Ocho años después de esa explosión proletaria, el escritor José Joaquín Vallejo, que usaba el seudónimo de Jotabeche, escribió en “El Mercurio” sobre las labores en Chañarcillo: ”A la vista de un hombre medio desnudo que aparece en su bocamina, cargando a la  espalda 8, 10 y 12 arrobas de piedras (una arroba equivale 11,5 kilos, por tanto, estamos hablando de 92, 115 y 138 kilos), después de subir con tan enorme peso por aquella larga sucesión de galerías, de piques y de frontones; al oír el alarido penoso que lanza cuando llega a respirar el aire libre, imaginamos que el minero pertenece a una raza más maldita que la del hombre, nos parece un habitante que sale del otro mundo menos feliz que el nuestro, y que el suspiro tan profundo que arroja al hallarse entre nosotros es una reconvención amarga dirigida al cielo por haberlo excluido de la especie humana.

“El espacio que media entre la bocamina y la cancha, en donde deposita el minero los metales, lo baña con el sudor copioso que brota por todos sus poros; cada uno de sus acompasados pasos v acompañado de un violento quejido; su cuerpo encorvado, su marcha difícil, su respiración apresurada, todo en fin, demuestra lo mucho que sufre”. (“El Mercurio”, 5 de febrero de 1842)

IV.-  ORIGENES Y DESARROLLO DEL PROLETARIADO CHILENO.

A partir de los años 20 del siglo XIX, Chile experimentó importantes cambios en su economía.  Luego de haber roto la dependencia al rey español, nuestro país pudo vender cobre y plata a Inglaterra. Con los recursos recibidos, se ampliaron los minerales, se mejoraron y se construyeron caminos, puentes, puertos; se empleó el ferrocarril. En todas esas faenas, que eran formas capitalistas de producción,  laboró un  trabajador de nuevo tipo.  Así surgió la clase obrera chilena. Los primeros destacamentos de  ella, aparecieron en la región de Atacama.

Desde su nacimiento hasta comienzos del siglo XX, el proletariado chileno alcanzaba la categoría  que Marx llamó   “una clase en sí”. O sea, existía objetivamente, pero carecía de conciencia de clase y de organizaciones propias en lo social y en lo político.

Tenía, eso sí, una capacidad de lucha por reivindicaciones económico-sociales, como lo demostró Chañarcillo y otras numerosas huelgas llevadas a cabo en el siglo XIX.

Al publicarse en  Londres el Manifiesto Comunista, Chile contaba con una población de algo más de un millón de habitantes, de los cuales 30 mil eran obreros,  estando la mitad de ellos ocupados en la minería.

V.- LA INFLUENCIA DEL SOCIALISMO UTÓPICO EN CHILE

Hacia  mediados del siglo XIX, algunos núcleos obreros habían alcanzado la madurez suficiente para acoger ideas del socialismo utópico. Este había surgido en Europa en la primera mitad de ese siglo.

Sus representantes fueron los primeros en criticar en forma apasionada y convincente las injusticias del régimen capitalista.

Su doctrina era socialista, porque aspiraba a crear una sociedad nueva. A instaurar, según decían  ellos, “el reino de la razón y de la justicia eterna”

Era utópico, porque resultaba  incapaz de mostrar el camino para alcanzar la sociedad que proponían. Ello, debido a que  sus exponentes no comprendían que el motor del desarrollo de la sociedad  es la lucha de clases.

Los  teóricos más destacados del socialismo utópico son los franceses  Henri Saint-Simon y Charles Fourier,  junto con el inglés Robert Owen.

En Chile el escritor y periodista Martín Palma publicó en febrero de 1858  “El Cristianismo Político o Reflexiones sobre el Hombre y las Sociedades”. Es la primera obra que en nuestro país planteó las ideas del socialismo utópico.

 En 1864 Ramón Picarte Mujica concibió una organización llamada “Sociedad Trabajo para Todos”,   con el fin de  ayudar a la gente necesitada. Para ello recurrió a la  clase adinerada. No recibió apoyo alguno.

Mayor efecto tuvo las ideas del socialismo utópico en el espíritu de innumerables obreros y artesanos semiproletarizados, que iniciaron la crítica social y pusieron la base a los primeros anhelos reivindicativos.

El 18 de septiembre de 1853, surgió en Chile la primera Sociedad de Socorros Mutuos, llamada también  Mutual.

Las mutuales, sin ser una organización de la clase obrera, tuvieron entre sus socios a importantes sectores obreros. Era un grupo de personas, que reunían un fondo social, a través del pago de cuotas, que se utilizaba para ayudar a los socios enfermos y a los familiares de los fallecidos. No eran entidades para llevar adelante la lucha de clase del

Proletariado. Por el contrario,  representaban la tendencia de conciliación de clases. En su seno podían coexistir patrones y obreros, pero sobre todo la constituían artesanos.

VI.- EL MARXISMO LLEGA A NUESTRO PAIS.

Después de la Guerra del Salitre (1879 – 1883) la clase obrera chilena experimentó un notable desarrollo. Ello, entre otras razones, por la incorporación al proletariado nacional de los pampinos que laboraban la industria del salitre, que hasta ese conflicto estuvo en manos del Perú (Taparacá) y Bolivia (Antofagsta). Hacia 1883 eran unos 4.500.

Se inició  el período   del conocimiento del marxismo en Chile, que se prolongó hasta el primer decenio del siglo XX.

Surgieron núcleos de obreros que conocían el movimiento sindical europeo, sus luchas, las ideas que sustentan. Es por entonces frecuente, que se mencionara a Marx y se citaran párrafos del Manifiesto Comunista.


                 

Veamos algunos ejemplos.

El periódico “El Pueblo”, de Valparaíso, en su edición del 31 de agosto de 1892 publicó un Manifiesto de la Sociedad Marítima de Socorros Mutuos, donde se sostenía:
”No olvidéis las palabras del gran socialista Karl Marx: la gente de trabajo de todas partes del mundo debe ser hermana. Ellas deben hacer causa común con los demás. Ellas tienen un mundo que ganar y sólo las cadenas que perder”.

Ese mismo periódico, trae el 12 de agosto de 1893 un artículo titulado “La Sociedad del Futuro”, en el cual se hacen acertadas referencias a Karl Marx.

En febrero de 1896 se fundó en Santiago el Centro Social Obrero, que en noviembre de ese año comenzó a editar su órgano oficial “El Grito del Pueblo”, que difunde los principios del socialismo científico. Con fecha 6 de diciembre proclama: “Somos socialistas. ¡Ya no somos un pueblo ignorante!

El 29 de diciembre aparece en sus páginas el artículo “El Socialismo en Chile”. Lo firma alguien con el seudónimo  Karl Marx, que sostiene:

“Las ideas para esparcirse no respetan nada... Atraviesan soberbias cordilleras como los Andes, para sentar sus reales en el indolente Chile y convertir en hijos del pueblo, acostumbrados a besar la mano del verdugo que los azota, en hombres libres que luchan sin miedo por emanciparse del yugo burgués”. 

Hacia 1896, uno de los dirigentes  de la Agrupación Fraternal Obrera, llamado Luis Olea se declara marxista. En una carta publicada en “El Proletario”, de Santiago, el 20 de septiembre de 1897 afirma: 

”Diviso en esos temas al gladiador temerario que desafiando las fieras humanas esgrime con la seguridad del éxito las armas de la razón templadas en el yunque de las teorías de Marx... Tiemble ya la burguesía por su porvenir, que el día fatal de la vindicación llegará al fin, y entre los escombros de todo un régimen se alzará triunfante el sol del socialismo”.

El 10 de octubre de 1897, “El Proletario” trae un artículo firmado por una mujer, Ursula Bello, donde se señala:

”Nosotras, las que hemos cifrado nuestro porvenir y bienestar en la ruda labor de los hombres de trabajo, las que soportamos las injusticias y desigualdades del actual régimen social, nos adherimos entusiastas a la falange de los nuevos redentores de la humanidad: los socialistas”.

En esa misma edición, A. Araya  escribe: “Adelante compañeros de sufrimientos en la grande idea del socialismo; unámonos como un solo hombre para rechazar esta sociedad explotadora. ¡Viva el Socialismo! ¡Viva la Revolución Social!.”

“El Proletario” en su número del 17 de octubre de 1897  proclama:
”La lucha de clases, desconocida hasta ayer en Chile, se empeñará desde hoy, frente a frente proletarios y burgueses, artistas y profanos, reformadores y reaccionarios, víctimas y verdugos”.

En octubre de 1897 se funda en Santiago la Unión Socialista, que plantea tener por objeto “implantar el Socialismo en Chile”.  Como respuesta al ataque realizado a una asamblea de socios por una turba de matones enviados por la Intendencia de Santiago, se transformó el 8 de diciembre de 1897 en el Partido Socialista. Este tendrá una existencia de no más de dos años. 

En Punta Arenas se fundó en 1897 la Unión Obrera. En su periódico “El Obrero” proclamó con fecha 2 de enero de 1898:

“La lucha de clases  se desarrolla donde quiera que existan burgueses y proletarios”.

En febrero de 1898 se creó en Santiago el Partido Obrero Francisco Bilbao, que el 26 de ese mes afirmó en su periódico “El Trabajo”:

“El obrero no debe esperar nada de tantos falsos apóstoles. Su emancipación social, política y económica debe ser obra del obrero mismo y esto lo conseguirá mediante la unión que hace la fuerza, formando el partido de los explotados”.

En 1907 escribió  Luis Emilio Recabarren:

“La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos, ha dicho Karl Marx hace 60 años en Alemania y esta frase inmortal es el faro que nos guía y vivirá unida con otra del mismo autor: ¡Proletarios de todos los países, uníos!”.

 

VII.-  SE INICIA EL PERÍODO DE LA APLICACIÓN DEL MARXISMO A CHILE

Hacia  1910 se inició el período de la aplicación del marxismo a la realidad chilena, con la aparición de obras marxistas en el propio país..

Luis Emilio Recabarren Serrano (1876 – 1924) es el primer autor marxista en nuestro país y uno de los tres primeros de América Latina, junto al cubano Julio Antonio Mella (1903 – 1929) y al peruano José Carlos Mariátegui (1894 – 1930).

 


            

Recabarren  escribió en 1910 tres obras de carácter marxista:

-          “La huelga de Iquique en diciembre de 1907. La teoría de la Igualdad”;

-          “Pobres y ricos a través de un siglo de vida republicana” y

-          “Mi Juramento”.

Son éstas las primeras expresiones en el país de la doctrina elaborada por Marx y Engels.

Por entonces el proletariado nacional vivía un momento muy importante de su historia. Las ideas del marxismo han sido acogidas por no pocos sectores obreros. La labor de educador de masas de Recabarren está dando sus frutos. Madura la conciencia de clase en importantes núcleos proletarios.

En 1900  habían surgido las Combinaciones Mancomunales Obreros, las primeras organizaciones de carácter sindical en el país, que desaparecieron con la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, perpetrada el 21 de diciembre de 1907. Pero, gracias a la tenaz labor de Recabarren y otros revolucionarios, el movimiento sindical de clase se ha ido reconstruyendo.

1912 es un año de trascendencia muy grande en la Historia de Chile. Entonces ya se han creado las condiciones objetivas y subjetivas para el surgimiento del Partido revolucionario de los trabajadores chilenos.

Y en ello, la influencia del Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels publicado en Londres el 24 de febrero de 1848, será muy grande.

 

Bibliografía:

- Engels, Federico:  “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico” 

- Marx, Carlos y Engels, Federico: “Manifiesto del Partido Comunista”

- Ramírez Necochea, Hernán:   “Historia del Movimiento Obrero en Chile”

- Ramírez Necochea, Hernán:   “Origen y Formación del Partido Comunista de   Chile”

- Ljubetic Vargas, Iván:    “Breve Historia del Partido Comunista de Chile”

- Ljubetic Vargas, Iván:              “Don Reca”

- ICAL: Revista “Alternativa” Nº 7, enero-febrero-marzo 1998,   pp. 54 a 64

                                     

               

                                                   


 




 


LA COMPAÑERA MARCIA ORTIZ  

 

 

(Compañera Marcia Ortiz, al centro en primera fila).

 

Nació el 14 de junio  de 1928 (el mismo día, mes y año del Che Guevara)

Ingresó a las filas comunistas en 1953, militando en una célula que funcionaba en Plaza Ñuñoa.

El 4 de agosto de 1954 recibió su título de Profesora de Historia, Geografía y Educación Cívica, aprobando su Memoria de Prueba y su examen final, ambos con distinción unánime (tres 7).

En julio de 1955 viajó a Temuco para hacerse cargo de puesto de profesora de Historia en el Liceo de  Niñas Gabriela Mistral. Durante el Gobierno Popular ejerció como Directora de ese establecimiento educacional.

En Temuco militó en la célula de profesores y fue miembro de la Comisión Regional de Finanzas, que encabezaba el compañero Sergio Riquelme.

En septiembre de 1955 contrajo matrimonio con Iván Ljubetic, unión que se mantuvo durante 66 años. Tuvieron un hijo, Ivo (Iván Vladimir) fallecido hace justamente cinco años.

Con el golpe del 11 de septiembre de 1973 ambos fueron exonerados, Marcia del Liceo de Niñas, Iván de la Universidad de Chile. Éste último, detenido y  encarcelado.

Gracias a entrevistas realizadas por la compañera Marcia, debido a una vivita realizada a Temuco por su  cuñada Vinka, se logró la libertad condicional de su compañero.

Pero informaciones confidenciales recibidas y el asesinato de siete comunistas que estaban detenidos en el Regimiento Tucapel, en la noche del 10 de noviembre de 1973, no dejaron dudas que: existía peligro para la vida de su compañero y de Ivo (militante de las Juventudes Comunistas, dirigente del Gobierno Estudiantil del Liceo Hombres N.1 de Temuco y miembro de la Brigadas Ramona Parra). Se trasladaron a Santiago para  la manera de salir al exilio.

Gracias a las gestiones realizadas por Marcia, su compañero logró ingresar a fines de noviembre de 1973 a la residencia del Embajador de la  República Federal Alemana. En ese período de espera,  la compañera Marcia fue detenida en dos ocasiones. La primera, por carabineros al ayudar a ingresar a la Residencia del Embajador a Ivo.

La segunda, al caer en una “ratonera” tendida por agentes de Investigaciones, al intentar tomar contacto con una compañera. Esta vez, sólo pudo salir libre gracias a la directa intervención del Embajador de la República Federal Alemana. Así le dijeron los agentes al soltarla: “se salvó gracias al embajador alemán”.

En  enero de 1974 salió  Marcia al exilio, junto al hijo y a su compañero. Luego de sortear momentos muy complicados, logró la familia establecerse en la ciudad de Marburg/Lahn. Allí residieron durante 17 años.

A pocos días de instalarse en el departamento de calle Ortenbergstrasse N. 7, ya estaba militando en la célula Alberto Molina, constituida por comunistas chilenos residentes en las ciudades de Giessen y Marburg.

Marcia, a igual que el resto de los militantes de la célula Alberto Molina,(Margarita Parra, Pedro Cabezas, Max Eytel, Ana María Standen, Ruth Kries, Mario Neculmán, Mario Torres, Rosaura Mendoza e Iván Ljubetic)  jugó un heroico rol en la solidaridad con la lucha que libraba el pueblo chileno contra el fascismo. Ese heroísmo sin fanfarrias, cotidiano, silencio, pero efectivo. Un ejemplo de ello fue la confección y venta de miles de empanadas. ¡Miles! Contando para ello con la ayuda solidaria de compañeras alemanas. Esta acción del exilio comunista nunca realmente reconocida por algunos dirigentes del Partido. Un dato: el último Año Nuevo en el exilio lo pasamos friendo y vendiendo  empandas en gran fiesta del Partido Comunista Alemán.

Marcia retornó a la patria en octubre de 1990. Estuvo viviendo seis meses en casa de la familia Ortiz  Zvietcovich en Ñuñoa. Durante ese período  fue imposible  que le designaran  una célula en que militar. El 2 de mayo de 1991 se trasladó a vivir en un departamento de Villa Los Presidentes: Poco después, era una de las fundadoras de la Célula Julieta  Campusano.

En esa célula en que militó hasta su último día, ocupó diversas responsabilidades. Fue Secretaria Política junto a Aida Briceño que era Secretaria de Organización; fue Secretaria de Organización junto con Leo Fonseca, que era  el Secretario Político.

Mientras la terrible enfermedad que sufrió le permito caminar participó en las actividades del Partido y del CEILER.

Su corazón de revolucionaria  dejó de latir el 23 de febrero de 2021.

Fue una imprescindible: ¡Luchó toda su vida!




miércoles, 24 de febrero de 2021

Retrovisor.



Comentario radial y escrito


 


Ando mirando pal suelo chuteando piedras y pegándole a la perra... 

Camino con vértigos de vergüenza.  

Cuando se tienen estos sentimientos, no importa en que “clase” estas encaramado, si estas obligado, si eres de casa y bien tenido, disfrazado, sapo, sicario, no importa; de todas maneras, se siente en la guata, el saber y sentir de un porrazo, que ese pequeñito tiempo que existe entre el nacer y el morir se está acabando...y no tienes ni idea que hiciste con él. 

El tiempo de vivir es un suspiro, en el, tiene que perdurar el sabor de un solo beso, la tesura de esos labios; el sentir de amar en todo tu cuerpo, el ladrar de perros, el cantar del gallinero, el volantín, el trompo, la estima, la clase, la lealtad, la guitarra, el vino...    

El odio, lo bellaco y la infamia también tiene su parte en el tinglado del nacer y del morir. 

Por eso, les he dicho a la juventud que ha sido parte de mi geografía, que estudien, que lean, que aprendan, que sepan de todo, que no se aíslen, pero tampoco se empatoten ignorantes, que no sean analfabetos políticos, predestinados a ser manipulados por el capital. 

El saber, el conocimiento, es lo único que nadie te puede quitar. 

Podrás leer con capacidad crítica reflexiva desde el Mercurio hasta el Pato Donald. 

Me siento extraño, soy profesor primario, mis escuelas han estado en lugares rurales, algunas más completas que otras y algunas en la ciudad grande...  

Yo pretendí enseñar a leer, enseñar a escribir, enseñar a cantar, a tocar guitarra y a respetar el vino. 

Es decir, compartir con otros seres humanos lo que yo aprendí de la vida.

Y ese proceso y método de aprendizaje fueron calificadas, cualificadas... 

Eso de saber leer me tuvo y me tiene inquieto. 

No sabía si el aprendizaje sería una cadena que obligara a la sumisión, no a la   discusión de la palabra, de su contenido, de su verdad, de sus secretos. 

No sabía si le iba a servir en las encrucijadas de la vida... 

Algo fundamental estaba ausente... 

¿Enseñaba yo los nudos para ahorcar el alma?   

Me engañe a pensar, que los valores, los principios, la moral, la verdad vendrían con el tiempo. 

Al lavar los platos en mi casa, tengo por rutina viajar por mi vida.  

Se me asoman pueblos y estaciones de trenes a borbotones, viajo con mi gente... Me gustan las estaciones de trenes, odio los aeropuertos... 

Me siento joven y viejo; me tiro al suelo como un albatros, soy un “viraje e mosca” quedo de rodillas, listo para el combate... 

Y se viene la verdad.  

¿Quién me ayuda a parame...? 

Me inquieta mi hacer, no soy el de ayer y necesito ser mañana...Me parece que fue ayer que entendí el sonido del vocabulario.

Hay conglomerados en mi vida, que yo amo intensamente... 

Las muchachas Normalistas, los cabros normalistas de mi tiempo, mis seminarios, me dieron lo más esencial en la vida; la lealtad, la identidad y sobre todo la solidaridad.  

Al recordar esos tiempos, mi piel se pone de gallina y quiebro un plato... 

La culpa la tiene la "Escuela Nacional Unificada”. 

La famosa ENU... 

Se pretendía implantar una educación permanente, integral, pareja pal bolsillo, viva, desde el parvulario hasta las aulas universitarias.  

Ninguna diferencia entre lo técnico con lo humanístico, sus estructuras tendrían una representatividad en todos los actores de la enseñanza...

Se quería implantar en la enseñanza, una democracia participativa, pluralista, de acuerdo a la relación social del trabajo, que integraría todos los tijerales para poder construir un país diferente.

Los futuristas politólogos me van a retar... 

¡Deja el retrovisor!  

A pesar de los esfuerzos, no llego a ser una realidad... 

La Democracia Cristiana, la oposición se opuso ciegamente. 

No sé de adonde sacaron que Makarenco seria Ministro de Educación.  

La Unidad Popular no tenía la fuerza propia necesaria, para bajarles el moño... 

Con la Constitución Política paso lo mismo... 

Le preguntaron a Salvador Allende que cuando le hincábamos el diente a la carta magna, era antigua, no tenía nada que ver con los tiempos y las contradicciones de la época; El Presidente heroico, contesto...” Aún no tenemos la fuerza necesaria para doblarle la mano al gran capital.” 

Me atoro y los pulmones se quieren arrancar... Se me asoma un escultor, Samuel Román, que incrusto un leer...:  

“Este edificio refleja el espíritu de trabajo, la capacidad creadora y el esfuerzo del pueblo de Chile representado por sus obreros, sus técnicos, sus artistas y sus profesionales” 

En abril de 1972 se inauguró la UNCTAD III, homenaje de los trabajadores de Chile, a la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas.

Los señores de la infamia lo ensuciaron y Diego Portales le pusieron. 

Hoy anda con los piececitos azules de frio, de Gabriela. 

Me quedo en la cocina picando cilantro y ajo... Y sigo preguntándome, ¿enseñe a mi alumnado a leer, a entender los misterios del sonido y la escritura, enseñe a cantar?  

Entre ajo y ajo me voy a mi magisterio. 

Fui profesor primario y por mi especialidad profesor de Música en la enseñanza medida. 

No sé, si fue la cebolla pal pebre, pero me moje las mejillas y bigote  

¿Qué le podía enseñar a un cabro analfabeto de 17 años? 

Toda su vida en comunión con la tierra y sus misterios... 

 Víctor Jara me empresto su silabario... 

“Me pasaron una pala, que la cuidara pa` mi” 

Como se escribía “pala”, como sonaban los signos, que otras palabras contenían rayas iguales, que significaban, para que servían, te daban pan, casa, hijos, alegría, futuro, pais... 

Quiero creer que todos mis alumnos terminaron sabiendo lo que escribían, el contenido de la palabra, sus relaciones, la interacción de la propia vida con sus propios sueños. 

Creo, aunque digan que soy antiguo, que todo lo de mañana depende de lo que has hecho ayer. 

Ese ayer, no será “la papa”, pero si, te dará una pauta, una idea por donde podrá salir la liebre o por cual poncho se esconde la daga. 

Las desigualdades sociales es una vergüenza, sean donde sean, en cualquier parte del mundo que exista el hombre, se encuentra el trabajo.  

El fruto de esa relación, trabajo pan, te dará la dignidad de vivir, la existencia de una identidad soberana. 

Recuerdo la indignación de un viejo bueno, militante en sus últimos años, del partido comunista, Sergio Canut de Bon, al escuchar decir que América latina era un continente pobre. 

Dios mío de los coloraos, lo empapo a garabatos, el bastón del viejo volaba por la cabeza del injurioso. 

Su indignación era justa, en Chile no puede existir la pobreza...Somos inmensamente ricos.  

Tenemos de todo, sin embargo, almacenamos el hambre, la miseria, la ignorancia, el oportunismo, la ignominia. 

Que 10 familias, mas, menos sean los dueños de la dignidad soberana de todo el pueblo de Chile es un crimen, una estupidez, una vergüenza.  

Y estos actos delictivos, inhumanos no ocurren solo en países garabateados del tercer mundo...En Suecia, mi país de agua, de puentes, mi país de pan y letra, un trabajador calificado, de una industria cualquiera tiene un sueldo mensual de 34.000 coronas; la mitad de ese sueldo se va en alquiler, el salario de un director de la misma empresa es de 60 veces más...Es decir un poco más de 2 millones de coronas. 

La injusticia social no se ve...pero las hay, un vecino puede estar 3 semanas muerto y no sería extrañado en el vecindario...Y depende del oficio se gritaría.  

Lo mismo sucede en este tiempo de piojo... 

No se nota que estamos siendo atacados. El piojo se ha llevado a más de 12.600 victimas... 

Cuba, país milagro de vida, inquebrantable luchador por la dignidad y justicia social también es atacado por el Corona, le duelen 287 víctimas. Sera el piojo un agente de “la lucha de clases”.  

Venezuela, país víctima de un acoso criminal, les cierran todos los caminos; 

quieren verla arrodillada...Ella, digna, se las arregla “gato de espalda” con la solidaridad humana y de ideas, tiene 1308 víctimas.  

Colombia, país amparado por la infamia y poderío gringo, tiene hasta ahora, más de 58.500 ausentes para siempre. 

España país que tiene encarcelada la democracia, más de 67.000 víctimas.

Me han cambiado mi paisito, no, todavía no...Ni con piojos le van a impedir que sueñe, que cante, que se haga calle, plaza... 

En esta etapa, de síndrome del desprestigio, cuiden a su gente, busquen a su candidato...No hay tanta plata, no hay recursos para poder igualar al capital....Busquen la gente digna. 

En Valparaíso hay un palestino quiosquero y en Recoleta se arropa la dignidad.

  

Alejandro Fischer Alquinta.

 

Estocolmo 20210221.  

Corre la guaraca, el piojo no se va.


GALO GONZÁLEZ DÍAZ

 


En su 127 natalicio:  

 

                                                                                  Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                                  Centro de Extensión e Investigación

                                                                                  Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 


 

SUS PRIMEROS AÑOS 

Galo González  Díaz  nació en Hijuelas de Nogales, provincia de Valparaíso, el 23 de febrero de 1894. Era el mayor de cuatro hijos de una familia campesina muy pobre.

En 1902, a la edad de 8 años, cuando cursaba el tercer año primario en la escuela pública de Nogales, debió abandonar los estudios. Había muerto su padre y debía trabajar para mantener la familia. Lo hacía de sol a sol, como obrero agrícola en su comuna natal de Nogales. En esos duros años fue forjando, en lo esencial, su posición ante la vida, su conciencia de clase, su identificación profunda y entrañable con el proletariado. 

Tenía  24 años, en 1918, cuando comenzó a laborar  en el mineral de El Teniente.

Por entonces los trabajadores chilenos seguían con enorme atención los acontecimientos de la Revolución Rusa.  Fue así como los mineros obligaban a Galo y a otro obrero de apellido Meza a subirse a una plataforma de madera que estaba en la ladera de un cerro y a leerles en voz alta las noticias sobre la lucha de los maximalistas rusos. Y cuando éstas eran buenas, los mineros entusiasmados arrojaban sus gorros al aire.

 

DIRIGENTE SINDICAL 

En 1920, perseguido por la empresa yanqui Braden Cooper, debió abandonar precipitadamente la mina. Se trasladó a Valparaíso. Laboró como cargador en el puerto. Participaba activamente en las asambleas sindicales. En los años iniciales como dirigente sindical, se adhirió al movimiento anarcosindicalista.

Más tarde se hizo carretonero. Luego trabajó en equipos de mudanzas. También en camiones de un empresario particular.

En 1922 viajó a Santiago, para asistir en representación del Sindicato de Conductores de Vehículos - de camiones y carretones - de Valparaíso, a una reunión de la FOCH. Allí conoció a Recabarren.

En 1924 contrajo matrimonio. Fue designado delegado ante el Consejo Provincial de la FOCH porteña por el Sindicato de Conductores.

 

SE INCORPORA AL PARTIDO COMUNISTA

En 1926 ingresó al Socorro Rojo Internacional. Ayudaba solidariamente a los perseguidos. Estudió marxismo.

En 1927, cuando tenía 33 años se incorporó al Partido Comunita. Fue durante la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Junto con José González realizaron un estudio sobre la Historia del Partido Comunista de Chile.

Cuando en 1930, el Comité Central se trasladó a Valparaíso, Galo González jugó en él un papel decisivo. En 1931 apoyó el alzamiento de la marinería. Después de eludir a la policía durante la dictadura de Ibáñez, fue detenido bajo el gobierno de Dávila y relegado a la Isla Mocha.

En 1932 fue candidato a senador por Valparaíso.

 

SECRETARIO GENERAL 

Luego se trasladó con su esposa e hijo a Santiago. Donde residió en la población Arauco, cerca de la fábrica Yarur. En 1933, fue designado encargado nacional de Control y Cuadros. En 1937, viajó por primera vez a la URSS.

Ocupó las responsabilidades de director de la revista Principios y también de El Siglo.

En julio de 1949, a la muerte de Ricardo Fonseca,  y en plena ilegalidad del gobierno de González Videla, fue elegido secretario General del Partido Comunista.

  

ESCRIBE INTRODUCCIÓN AL “CANTO GENERAL” 

En 1950 escribió la introducción al “Canto General” de Pablo Neruda editado clandestinamente en Chile. En ella bajo el título ‘Un llamado fervoroso al combate’,  señaló:

“Gran parte de esta obra fue escrita en secretos lugares, teniendo muchas veces como escritorio una tabla o un tronco de árbol, mientras el poeta era buscado, con su cabeza puesta a precio.  Tiene el sello de Chile furiosamente perseguido por decir la verdad, por querer seguir siendo Chile y no factoría yanqui ni mercado de esclavos.  Y es, por tanto, un monumento a los combates heroicos de los chilenos.

“Se hace, entonces, un deber difundir este libro para que lo lean todos nuestros compañeros y conciudadanos, pues es una contribución a las glorias de Chile y a la emancipación de América Latina del yugo imperialista yanqui.  Y un llamado fervoroso a seguir día tras día el combate hasta nuestra definitiva victoria”.

                      

Elías Lafertte Gaviño  y Galo González Díaz

 

FALLECE A LOS 64 AÑOS 

En febrero de 1958 se agravó de una vieja dolencia biliar. Fue internado en la Clínica Alemana bajo el nombre de Arturo Díaz. Lo operaron el viernes 21.

Falleció el sábado 8 de marzo de 1958, a las 11,30 horas.  Tenía 64 años.

 

DECLARACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA 

"La Comisión Política del Comité Central del Partido Comunista comunica con profundo pesar el fallecimiento de nuestro Secretario General, camarada Galo González Díaz, ocurrido a las 11,30 horas de ayer.

"Hijo esclarecido de una modesta familia campesina, obrero del mineral El Teniente, cargador del puerto de Valparaíso, trabajador de la fábrica Hucke de la misma ciudad, dirigente del sindicato de esta industria, del gremio del rodado y del Consejo de la Federación Obrera de Chile, llegó a ocupar la más alta responsabilidad en la Dirección del Partido, manteniendo siempre su modestia, su sencillez y sobriedad ejemplares.

"La preciosa vida del camarada Galo González está infinitamente ligada a la lucha por la transformación y fortalecimiento del Partido. En especial se destacó en la lucha sin cuartel contra las tendencias extrañas a sus principios, a la disciplina y a las normas regulares. Como Encargado de la Comisión de Control y Cuadros contribuyó junto a la Dirección del Partido, a velar por la integridad política y moral del Partido y de sus militantes... "

Los restos mortales de Galo González fueron velados en el Teatro Sicchel, del Sindicato de la Compañía Chilena de Electricidad, ubicado en Catedral 2789, esquina Sotomayor.

Sus funerales constituyeron una masiva expresión de dolor y combatividad. Abarcó muchas cuadras. Era una larga marcha con banderas del Partido y sus consignas; con banderas chilenas y estandartes sindicales. Las calles se vistieron de rojo. Una consigna se gritó desafiante: "Y que fue... Y que fue... Aquí estamos otra vez... " 

En el Cementerio general hicieron uso de la palabra diez oradores: Salomón Corbalán, del Comité Central del Partido Socialista, Alejandro Serani, Presidente del FRAP; Pablo Neruda, por los intelectuales comunistas; Baltasar Castro, Presidente del Partido del Trabajo; Salvador Allende, senador socialista; Benito Marianetti, del Comité Central del Partido Comunista de Argentina; Fernando Luengo, de la Junta Ejecutiva Nacional del Partido Democrático; Clotario Blest, Presidente de la CUT; Juan Encina, obrero portuario de Valparaíso. 

En nombre del Comité Central, habló Luis Corvalán, designado por la Dirección Secretario General. Era la primera vez que hablaba en público en esa calidad. En parte de su discurso, enfatizó: "¡Y notifiquemos desde esta tribuna, con toda la firmeza que caracterizó a Galo González, que hoy la ilegalidad del Partido Comunista ha terminado de hecho y para siempre!"