miércoles, 28 de diciembre de 2022

JORGE MONTES MORAGA

 



                                                                Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                Centro de Extensión e Investigación

                                                                 Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

    

 


                                     

Conocí al compañero Jorge Montes en mi exilio en Alemania Federal. Él era, por entonces, destacado dirigente del segmento exterior del Comité Central del Partido Comunista de Chile. En una ocasión le acompañé en una gira que realizó visitando las células partidarias en Alemania. También participamos en diversas reuniones en que participé en mi calidad de Encargado del Coordinador del PC chileno en Alemania. Retornados a la patria, nos volvimos a encontrar en Ñuñoa, donde el camarada Jorge Montes militó hasta muerte.

 

SUS INICIOS

Jorge Montes Moraga nació en Santiago el 28 de diciembre de 1926. Pero sólo días de haber nacido su madre, Clotilde Moraga regresó con él a San Carlos. 

Se recibió  como maestro en 1947 en la Escuela Normal de Chillán. 

Ese año  -escribió Mario Benavente, compañero y amigo de Jorge Montes-  “un doloroso suceso marcó su vida. Al visitar la casa de Josefina, su futura esposa, se sintió impactado por el llanto y el miedo de los hijos menores de un matrimonio de profesores. Sus padres habían sido detenidos por la policía civil de González Videla, acusados de comunistas. Como lo recuerda en una de sus obras, llegó a la conclusión que ‘debía incorporarse a la lucha organizada por cambiar el mundo, conquistar la democracia, combatir el abuso, desde la trinchera de los perseguidos’.” 

 

INGRESA AL PARTIDO COMUNISTA

Y así lo hizo. En 1948 ingresó al Partido Comunista, cuando estaba vigente la Ley Maldita y gobernaba el traidor de González Videla.

Ejerció por unos meses en la Escuela N.º 33 de Maule. Luego se trasladó a la Escuela Hogar N.º 12 de Talca. Después, trabajó en el Politécnico de San Bernardo, desde 1948 hasta 1957.

Se casó con Josefina Miranda Tejías en 1949. Tuvo dos hijas: Diana y Rosa María.

 

DIRIGENTE DEL PROFESORADO

Fue elegido por varios períodos presidente de la Unión de Profesores de San Bernardo, entre los años 1950 y 1956.

Cayó sobre él la represión en tiempos del segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, siendo relegado al campo de concentración de Pisagua  el 6 de enero de 1956. En abril de ese año fue electo regidor por la Comuna de San Bernardo

 

DIPUTADO 

Para eludir la Ley Maldita, promulgada por el traidor de González Videla en 1948, el Partido Comunista presentaba sus candidatos a cargos de representación pública como militantes de otro partido, real o creado con ese propósito. Cuando  en 1957 presentó la candidatura del compañero Jorge Montes,  para diputado por la Décima Agrupación Departamental de Concepción, Tomé Talcahuano, Yumbel y Coronel, lo hizo en la Lista del Partido Socialista Unido. 

El compañero Montes resultó elegido y ejerció como parlamentario entre los años 1957 y 1961. Una vez terminado su  período como diputado del Partido Socialista Unido y habiendo sido derogada la ley liberticida en agosto de 1958,  “solicitó su ingreso” al Partido Comunista, apareciendo inmediatamente como miembro de su Comité Central. 

Después, oficialmente como candidato  comunista, fue reelegido  diputado por el período 1961 – 1965. Entre 1962 y 1964 fue presidente del Comité Parlamentario Comunista.

 

SENADOR

En los años 1964 y 1965  ocupó el cargo de director de ‘El Siglo’.

En marzo de 1969 fue elegido senador por la Séptima Agrupación Provincial de Ñuble, Concepción y Arauco, por el período 1969 – 1977.

En el Senado integró la Comisión Permanente de Hacienda, la de Policía Interior y la de Defensa Nacional. Fue miembro de la Comisión Mixta de Presupuesto. Continuó siendo miembro propietario del Comité Parlamentario Comunista.

Entre las mociones presentadas por el senador Montes que fueron leyes de la República, está la ley N. 17.221, de 28 de octubre de 1969, correspondiente a la fijación de horario  de trabajo para las farmacias, y la ley N. 17.312, de 29 de julio de 1970, sobre la contratación y empréstitos para la Municipalidad de Concepción. 

 

DETENIDO POR AGENTES DE LA DICTADURA

El golpe  fascista del 11 de septiembre de 1973 destruyó toda expresión de democracia en Chile.  A través de decreto-ley 27, de 21 de septiembre de 1973, se disolvió el Congreso Nacional y  se   declaró cesantes las funciones parlamentarias a partir de esa fecha.

El domingo 7  de julio de 1974, Jorge Montes fue detenido. Durante cuatro meses estuvo en calidad de detenido desaparecido en  la siniestra Academia de Guerra Aérea, AGA,  donde fue brutalmente torturado.

Gracias a las denuncias hechas por el Partido Comunista y otras organizaciones y a la inmensa campaña internacional de solidaridad, la dictadura debió reconocer que lo tenía en su poder. A comienzos de noviembre de 1974 fue trasladado al campo de concentración de Ritoque, en calidad de prisionero reconocido. Después recorrió varias cárceles y campos de concentración. 

 

LIBERADO GRACIAS A LA  SOLIDARIDAD INTERNACIONAL

El 17 de junio de 1977, gracias a la solidaridad internacional de la República Democrática Alemana, fue liberado. Vivió en Moscú desde octubre de ese  año. Ocupó altas responsabilidades en el segmento exterior del Comité Central, siendo Encargado de la Comisión de Control y Cuadros.

Regresó a Chile en 1988. Fue miembro del Colegio de Profesores,  de la Sociedad de Escritores de Chile,  de la Junta de Vecinos N.º 13 y  militante de la célula Linda Volovski,  del Comunal Ñuñoa, de la cual era su Secretario Político. 

 

IMPEDIDO DE PARTICIPAR EN EL XIX CONGRESO

Recibió un premio en el concurso nacional “Poemas de Amor”, convocado por La Hoja Verde, en enero de 1994. 

Al momento de realizarse el llamado “XV Congreso”, que en verdad fue el XIX, Jorge Montes estaba en Chile y era miembro del Comité Central. Sin embargo, por “razones de seguridad” no se le dejó participar en el Congreso clandestino, sino que fue  citado, junto a otros dirigentes del Partido,  a un lugar de Santiago, donde los atendería un miembro de la Dirección del interior para irles informando sobre el desarrollo del evento. En señal de protesta, no concurrió a ese punto. 

 

VALIOSO TESTIMONIO DE MARIO BENAVENTE

Mario Benavente relata:

“Talvez uno de los golpes más duros sufrido por Jorge Montes fue cuando poco antes de iniciarse el XV Congreso, un miembro de la Dirección que funcionaba en el país  le comunicó que, por decisión de ese organismo, no iba a continuar en el Comité Central. No le dieron explicación alguna por esa medida, que el compañero Montes consideró arbitraria. En repetidas ocasiones solicitó las razones y jamás se las dieron. Recuerdo que en la última reunión de nuestra célula – la Linda Volovski de Ñuñoa- en que él participó, realizada en febrero del 2000, se refirió en forma vehemente e indignado a este hecho. Poco después cayó gravemente enfermo”.

 

“DESEO VIVIR…”

El mismo Mario Benavente escribió: “Cuatro días antes de su fallecimiento no pudo participar en la reunión de la célula de la que era Secretario. Envió sus excusas con quien suscribe esta semblanza. Esa misma noche del miércoles 13 de abril  fue internado de urgencia. Sus últimas palabras conscientes dirigidas a los médicos fueron: ‘Deseo vivir porque hay mucho que hacer por nuestro pueblo’.” 

El noble corazón de comunista  de Jorge Montes Moraga dejó de latir el 17 de abril del 2000. Recuerdo que dos días después, en una triste y fría jornada otoñal acompañamos, al querido camarada a su última morada.

 

LA LUZ ENTRE LAS SOMBRAS”

Estando en cárceles y campos de concentración, durante la dictadura, Jorge Montes  escribió sobre sus experiencias y las de muchos combatientes antifascistas. Los manuscritos fueron sacados por su compañera, quien los hizo llegar a manos seguras. En 1980 fueron publicados bajo el título de “La luz entre las sombras”. 

En 426 páginas del libro de Montes está todo eso que constituyó el Chile bajo la dictadura de Pinochet. Es un testimonio vivo, veraz,  directo, que muestra por dentro la realidad de cárceles y campos de concentración. Muestra la terrible experiencia de ser un “desaparecido”, la bestialidad de los fascistas, la lucha de los combatientes por la democracia, el valor de la maravillosa solidaridad internacional. 

“La luz entre las sombras” es uno de los libros de Jorge Montes, quien  además escribió numerosos artículos en la revista “Principios” y en “El Siglo”.

 



RODNEY ARISMENDI

 


 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

             


 

Rodney Arismendi  nació en Río Branco, Uruguay el 21 de marzo de 1913. 

Desde muy joven desarrolló una militancia social y política en su departamento natal, Cerro Largo. Fue dirigente estudiantil y tuvo una intensa actividad contra la dictadura de Gabriel  Terra (1933), fue organizador entusiasta del frente contra la guerra y de solidaridad con la URSS y las fuerzas aliadas. 

El 19 de abril de 1931  ingresó al Partido Comunista de Uruguay, transformándose en su principal dirigente. Entre 1955 y 1987 fue su Secretario General. Tuvo  una extensa y permanente participación en las lides democráticas y populares del país. 

Incursionó en el periodismo como redactor responsable del Diario Popular, vocero de la unidad antifascista, y Director de Justicia, periódico del PC uruguayo. La campaña de denuncias antifascistas originó 47 procesos en su contra y debió exilarse. En ese periodo escribió Para un Prontuario del Dólar (Al margen del Plan Truman). 

En 1946 fue electo diputado, siendo reelecto en siete legislaturas consecutivas. Fue decano de la Cámara de Representantes, con 27 años de actuación parlamentaria ininterrumpida (1946-1973). Su labor legislativa estuvo signada por el contacto con los trabajadores. Fue autor de numerosos proyectos de ley elaborados en consulta con los sectores directamente interesados. 

Principal impulsor del proceso de transformación, del PCU en los años 50, es electo Primer Secretario en el XVI Congreso de dicho partido (setiembre de 1955), cargo que ocupó hasta el XXI Congreso del PCU (1988). Por resolución de dicho Congreso, Rodney  Arismendi fue designado Presidente del Comité Central del PCU. 

Bajo el gobierno militar encabezó al Partido Comunista desde la clandestinidad, hasta que fue detenido y posteriormente expulsado del país. En el exilio llevó adelante una sistemática actividad solidaria con las fuerzas democráticas del Uruguay. Retornó a la patria el 3 de noviembre de 1984. 

Rodney Arismendi fue uno de los fundadores del Frente Amplio en 1971,  Coalición por la que fue  electo Senador en los comicios de 1989. 

No pudo  ocupar ese cargo por fallecer el 27 de diciembre de ese mismo año.

                              

 





martes, 27 de diciembre de 2022

Desmadre.

 


Comentario radial y escrito.

 

 

Y las sombras quedaron impresas en el suelo.

 




 

Me siento más viejo de lo que soy y extraño el chuico e mimbre con 15 litros por dentro, se me asoma la damajuana y me duelen mis guitarras. Extraño al Cachencho y al Cototo, al Beltrán y a la Margarita. 

Me traigo al Cocó Munizaga, al Meco y al Pelao, me canta él Jaime…Y las hijas de ventanales me traen silabarios, solfeos y esperanzas. 

Se me asoma violento Chacabuco/ Me apacigua María Elena. 

En Iquique quedo como cuncuna, siento gritos de asombro y de dolor. 

En la Escuela Santa María, la muerte juega “al pin una, al pin dos”. 

Han pasado 115 años y los poderes facticos siguen “endemoniados a trato”, castigando letal en escuelas, en fábricas, en barrios, en parlamentos, calles y plazas. 

Mi intelecto me enrostra que una infamia en mi paisito construida no tiene edad. Me mira como si fuera un cómplice de los sepultureros. 

Tendré yo la culpa que cuicos quieran agarrar un lápiz constitucional. 

Estamos viviendo un tiempo infernal, de racionabilidad ausente. 

El sentido común se vende o se alquila. 

La humanidad entera, tú y yo, al igual que los obligados en los campos nazis de exterminio vamos amansados a los hornos. Ya no serán 5000 al día exterminados; ni tampoco seremos como los de Hiroshima; esos cientos de miles desintegrados a 5 kilómetros a la redonde. 

Pa´ na. 

En una tarde, en un amanecer, seremos un planeta, casi entero de cenizas. 

Ni sombra quedara / Menos un parpadeo. 

Quizás, no morirán todos, los que queden, se darán nauseas al mirarse entre ellos mismos. 

Los invito a mirar por la ventana. 

Las ansias de dominar, de controlarlo todo, convierte a cierta clase de gente, en una bestia encerrada en su propio caparazón, hambrienta, fría, astuta, inmoral, codiciosa; que por mantener sus ansias satisfechas, es capaz de comerse ella misma a pedacitos. 

Y quien puede liberarse de un monstruo así. 

Ulises, con el Nadie, pudo con Polifemo. 

Que puede hacer el pueblo, esa gente que hace las cosas. 

Cuando la injusticia social se hace insoportable, el pobrerío sale a las calles y plazas y deja la crema. 

Una crema diversa, distinta, permeable, de intereses entreverados, discontinuos, que al final no se sabe dónde está ni pa` adónde va. 

Me recuerda al cabro chico, único poseedor de una pelota de futbol, que amenazante se la lleva pá la casa sino lo ponen de 9. 

La Toma de la Bastilla, en Francia, por ejemplo, nos enseña que un pueblo hambriento de todo, enardecido por la infame pobreza que vive y viste, puede ser “la fuerza propia” de pueblo en rebelión. 

Sin embargo, se incrustan en su rebeldía de clase, una “sujeteria” con ideario agazapado que le cambiara el sentido a la democracia, a la clase. 

Esa idea te inculcara que el comer pan duro es una conquista social y la pobreza una templanza de espíritu, de dignidad, de humildad, de identidad.

Las guerras venían y se iban. 

Sanaban, recomponían todo.  Y al igual que ahora, los conflictos de funerales ayudaban a emparejar los descalabros de los imperios. 

Afganistán, Yemen, Perú, es hoy, un ejemplo vivo. 

Lo de Rusia en Ucrania no es un “parche curita”, son estertores de una infamante locura de querer dominar total en una sola pilastra planetaria.. 

Mientras esto se vivía en esa Francia convulsa y en ese continente, en las colonias europeas respectivas de américa y áfrica, de Oceanía ya se hervían desde siglos los descontentos y genocidios. 

Los invasores españoles 231 años antes que rodara por el cadalso, la cabeza de Robespierre o de María Antonieta, ya habían empalado a Caupolicán, cercenado a Galvarino. Todo por defender sus tierras, por conservar su libertad y dignidad de su pueblo. 

El alcohol, las pestes, la rabia tonta, el saber y el hacer nuestro, todo al servicio de una burguesía aristocrática, terrateniente, nos condenó a ser un pueblo segmentado, creando en los espacios nuestros propios demonios y dolores. 

Osvaldo Rodríguez nos cantaba: 

El habitante encadenó las calles/ la lluvia destiñó las escaleras/ un manto de tristezas fue cubriendo/ los cerros con sus calles y sus niños… 

Y yo les digo que entiendo y siento igual que El Gitano. 

Amo Valparaíso, hoy en llamas, en triste y en olvido…No, no soy de por ahí, pero he visto que tiene la misma pobreza que el cerro La Cruz en Copiapó, la misma miseria vivida del barrio Borgoño, la misma de Compañía Alta en La Serena de mi infancia, la Legua y la Victoria y de tantas otras infancias de conventillos… 

El masoquismo social es de nuestra autoría…Y como nos gustan los cilicios nos engrupimos con el “Síndrome de Estocolmo”. 

Los mil días de la Unidad Popular nos empujan y nos empujaran siempre a seguir. 

Entiendo que nuestros originarios hayan sentido pavor ante la presencia de los invasores… 

Aplaudo los malones y la impotencia de los gachupines…/ Necesito un Machitún. 

Entre tanta muerte y destrucción, en tanta porfía de someter y la de no dejarse avasallar, llegamos nosotros los mestizos; que juntos a los criollos y a los sobrevivientes de la porfía, comenzamos a poblar este pais flaco y largo. 

En los 1846/47/48 a nuestra gobernación aristocrática se les ocurrió otra forma de usurpar y domar las tierras del sur. Desde Valdivia al Sur fueron ofrecidas, promovidas grandes extensiones de tierra a emigrantes alemanes…y más tarde, llegaron colonos de todos lados. 

Es decir, aparte de criollos y mestizos, de originarios, hay que agregarle esos viajeros. 

Viajeros que cooperaron a un charquicán más o menos. 

Nuestro sur, con dignidad a cuesta, tiene aún, aromas de porfías. 

El pueblo que cambio alpargatas por botas militares, que abrigo ignorante y por simpatía las ideas de Francisco de Miranda, de Simón Bolívar, de San Martin, de Los Carreras y de la hermana Javiera, de Manuel y O’Higgins, no tenían mucho que ver con la nobleza  que se sentó en 1810 con Toro y Zambrano. 

Menos la inmensa mayoría que vivía por vivir porque los parieron, sin escuela ni hospital. 

Estos condes querían emanciparse rápidamente de España, tenían miedo… 

En una de esas, Napoleón, que había invadido España y secuestrado a Fernando VII rey de España, podrían perder toda autoridad, abolengos y privilegios. 

Que cuento tiene que contar en esta historia, el misero pobrerío mestizo, el no mestizo, el indígena, el mercenario sin balas, todos ellos poblando encomiendas, tierras, nísperos y ríos al servicio servil de una naciente oligarquía terrateniente. 

Llegar a ser adoptado por el desarrollo integral de la humanidad y ser Republica y más encima pais soberano, democrático, unitario es una mentira; Somos una especie de Republica con inmorales mostradores en la que se compraban votos, se manipula la conciencia y se venden los servicios. 

Pais soberano…Significa que el pueblo, ese que hace las cosas, ese que recibe un salario por su hacer y poder pagar su vivir, va imponiendo el patriótico impuesto. 

Los Impuestos de y en un país, son en esencia la mayúscula entrada de divisas que se necesitan para edificar hospitales, escuelas y caminos. 

Los que no pagan impuestos alimentan permanente la miseria, la corrupción en el país. 

Un pais en democracia, es una instancia que avala la igualdad y permite la diferencia con todos los derechos y utensilios para dignificar la vida. 

Yo tenía 2 años, cuando mi madre, Marta, tuvo derecho a voto en las elecciones presidenciales. 

Como podemos hablar de un Estado de derecho cuando el 90% de los medios de difusión masiva están al servicio de una clase recalcitrante, conservadora, insaciable. 

¿Podemos hablar de decencia cuando exmandatarios que arrinconaron y arrinconan soberanías, se ofrecen para guiar un lápiz? 

Podemos hablar de Estado de Derecho cuando los derechos están manos privadas del capital financiero internacional. 

Su clase trabajadora ha tenido y tiene un caminar de Sísifo; desmembrada, solitaria a veces, cobarde a veces, ignorante y servil a veces, en patota también, pal chuleteo también, consciente, noble, y de clase dentro de la clase. 

Y mi paisito no está solo en este funeral, lo que se cocina en él mundo es tan horrendo, tan inhumano, tan triste, que a Chile no nos alcanza ni para una cruz. 

Nuestros originarios siguen siendo acorralados, como en España, los jueces quieren manipular los parlamentos, en mi paisito de mar y cordillera es al revés, el parlamento, mangonea lo judicial para perjudicar lo ejecutivo. 

Y en mi paisito de agua, nos preparamos para la guerra…y en mi paisito de agua, al igual que Italia gobierna la derecha y sus extremos… 

En realidad, a estas alturas del partido ya no importa. Los dioses se bronquean y nosotros ofrendamos la vida. 

Si los pueblos del mundo, los asalariados, esos que andan de a pies, esos que andan en moto o en auto; en bicicleta por el clima, los que retazan la atmosfera, los humanistas, hicieran su pega ciudadana, nos mojaríamos con la misma lluvia, no habiendo entonces necesidad de peritos para escribir una Constitución, quizás, por el qué dirán, un plebiscito para aprobarla.

Vamos a llegar a otro anden, quiera el dios de los coloraos, que nos vaya bien. A los que me leen, me escuchan, gracias por empujar. En verdad les digo, el pueblo puede y debe tener el sartén por el mango.

 

Alejandro Fischer Alquinta 

Estocolmo/2022/12/25

 

 


LA CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE CHILE (CTCH)

 

 

                                                                Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                Centro de Extensión e Investigación

                                                                Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

                                         

 


La represión alessandrista ha llegado a Valparaíso.  Varios dirigentes son detenidos.  Uno de ellos es Leonardo Cifuentes, secretario general de la Unión Regional de la FOCH.  En esas difíciles circunstancias, pasa a reemplazarlo Juan Vargas Puebla.

En la nueva función, multiplica sus esfuerzos unitarios.  Luego de perseverantes gestiones, y contando con el apoyo del Partido, logra la realización de un Congreso de organizaciones gremiales.

En ese evento surge la Federación Sindical de Aconcagua, de la cual es elegido Secretario General.

“Es éste -afirma Nicomedes Guzmán- un reconocimiento a su aguerrida posición de luchador y a su perseverante actividad dentro de la causa de los trabajadores”.

En representación de los gremios de la región de Valparaíso, viaja a fines de 1936 a Santiago, para participar en uno de los más trascendentales eventos de la historia del sindicalismo chileno.

 

CONGRESO DE UNIDAD SINDICAL 

El periódico “La Opinión”, de la capital, en su edición del viernes 25 de diciembre 1936 publica en la primera plana el título:

“Hoy a las 10 su inaugurará el Congreso de Unidad Sindical”.

Informa, además, que el acto inaugural tendrá lugar en el Teatro Municipal.

El encuentro ha sido convocado por tres organismos: la FOCH, central clasista controlada por el PC, que a pesar de la represión sufrida sigue siendo la más importante del país; la Confederación Nacional Sindical y la Confederación Nacional de Trabajadores, ambas dirigidas por el Partido Socialista, fundado el 19 de abril 1933.

El Congreso de Unidad Sindical tiene lugar nueve meses después de haberse creado el Frente Popular -el 26 de marzo-  y fruto del entendimiento allí logrado por los partidos de la Izquierda.

La Opinión”, escribe el sábado 26 de diciembre:

“Según pudimos constatar en la reunión de ayer, existen estimaciones en un apreciable sector de delegados al Congreso la siguiente mesa directiva”.  Entrega cuatro nombres para presidente.  “Uno es el de don Juan Vargas.  También señala otro para el cargo de secretario general”. (1)

El domingo 27, el mismo periódico titula:

“Acción, cohesión, lucha franca, características del Congreso de Unión Sindical”.

 

ELEGIDA MESA DEL CONGRESO DE UNIDAD SINDICAL 

Luego, bajo el subtítulo “Se eligió mesa directiva del Congreso”, informa que para presidente Juan Ojeda, delegado del Puerto Natales, obtuvo 347 votos y Juan Vargas, de Valparaíso, 246.  Agrega que fue elegido secretario general  Juan Díaz Martínez, con 343 subsecretario y subsecretario general Salvador Ocampo, con 248. (2)

El Congreso concluye el domingo 27 y cumple plenamente su objetivo:  de él surge la Confederación de Trabajadores de Chile, CTCH, la segunda central sindical clasista en la historia del movimiento obrero chileno.

 

LA MASACRE DE LA PLAZA BULNES 

La CTCH juega desde su fundación un importante rol en las luchas de los trabajadores.

Por ejemplo en enero de 1946, convocó a una concentración solidarizando con los trabajadores de las oficinas salitreras Mapocho y Humberstone en la Plaza Bulnes. Se realizó el 28 de enero de 1946. Allí  carabineros perpetraron una sangrienta masacre. Asesinaron  a seis obreros. Entre ellos a la dirigente juvenil comunista Ramona Parra.

A los pocos minutos de haberse consumado la masacre de la Plaza Bulnes, el Vicepresidente   Alfredo Duhalde decretó el Estado de Sitio y designó como ministros a los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.

La respuesta de los trabajadores fue imponente: los masivos y combativos funerales de las seis víctimas y un gran paro general, convocado por la CTCH, que se inició el miércoles 30 de enero de 1946.

  

SE INTENTA VOLVER A LA NORMALIDAD 

Los partidos de la Alianza Democrática (entre ellos el Partido Comunista) y la Falange Nacional realizaron esfuerzos por lograr la vuelta a la normalidad.  Se entrevistaron con Duhalde.  Después de largas discusiones acordaron, en la mañana del jueves 31, constituir un Gabinete formado por los partidos Radical, Democrático, Falange Nacional, Socialista y Socialista Auténtico, con apoyo del Partido Comunista.  Este Ministerio tendría por misión la realización de un plan mínimo destinado a poner fin a la sedición y a solucionar los más apremiantes problemas del pueblo.  En base al compromiso contraído por el Vicepresidente la CTCH suspendió el paro el 31 de enero.

 

LA TRAICIÓN DE BERNARDO IBÁÑEZ 

Pero Duhalde no cumplió.  Contrariamente a lo prometido, formó un Gabinete llamado del “Tercer Frente”.

Ante esta burla, la CTCH – por acuerdo unánime de su Consejo Nacional -, resolvió reanudar el paro el 4 de febrero.  El día 6, el secretario general de la CTCH y militante socialista Bernardo Ibáñez Águila llamó, desde el Salón Rojo de La Moneda, a romper el paro.  A pesar de esta maniobra divisionista, el movimiento continuó exitosamente.  La poderosa presión de los trabajadores fue conquistando importantes logros: se paralizó la aplicación de la política terrorista, fue derogado el Estado de Sitio, se devolvió la personalidad jurídica a los Sindicatos Humberstone y Mapocho; el gobierno se comprometió a poner fin a las ilegales zonas de emergencia, lo que cumplió diez días después; la Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta retiró las demandas contra los sindicatos.

 

EXPULSIÓN DE IBÁÑEZ: DOS CTCH 

Entonces, la CTCH          acordó– el 9 de febrero – poner fin al victorioso Paro General.  Al mismo tiempo, el Consejo Nacional de esta central expulsó a Ibáñez Águila por haber traicionado el acuerdo de Paro, al cual él mismo había concurrido con su voto.

Esta medida, rechazada por los dirigentes socialistas, motivó la división de la CTCH.  A partir de febrero de 1946 funcionaron dos CTCH.  Una orientada por el PC y dirigida por Bernardo Araya Zuleta.  La otra controlada por el PS y encabezada por Bernardo Ibáñez Águila.

La división de la CTCH se produjo cuando estaba en marcha un aún débil proceso de unificación sindical.  La mayoría de los obreros organizados reconocían filas en la CTCH.  Otro sector se agrupó en la Confederación General de Trabajadores, CGT, de tendencia anarcosindicalista, fundada en 1931.  La CGT vivía hacia 1946 un fenómeno de desintegración.  Reunía sólo a unos pocos sindicatos: del Cuero y Calzado, de trabajadores de imprenta, marítimos y sectores de la construcción.

 

LOS GREMIOS DE EMPLEADOS 

Los empleados particulares estaban agrupados en tres entidades nacionales:  la Federación de Instituciones de Empleados Particulares, fundada en 1931; la Confederación de Empleados Particulares, creada también en 1931, y la Confederación Nacional de Sindicatos de Empleados Particulares, formada en 1943.

Por su parte, los Empleados Públicos iniciaron la constitución de sus organismos nacionales sólo en los años cuarenta.  En 1943, surgió la Agrupación de Empleados Fiscales, ANEF; en 1944, nació la Federación de Educadores de Chile, FEDECH, que reúne a los profesores de todas las ramas de la enseñanza estatal, con excepción de los universitarios.

En 1945, se fundó la Asociación Nacional de Empleados Semifiscales, ANES.

 

LA CONFERENCIA NACIONAL DE LA CTCH 

En marzo de 1946, presidida por Bernardo Araya, se realizó la Segunda Conferencia Nacional de la CTCH.  Participaron veinte Consejos Provinciales, la casi totalidad de las Federaciones Nacionales, más algunos Consejos Departamentales y Sindicatos especialmente invitados.

Esta conferencia tuvo un sello unitario, pues asistieron a ella trabajadores radicales, democráticos, falangistas, comunistas y sin partido.  El balance realizado demostró que desde 1943 a fines de 1945 se llevaron a cabo 2.843 conflictos colectivos.

La Segunda Conferencia hizo un llamado unitario a los dirigentes y socios de la Confederación General del Trabajo, CGT, de tendencia anarcosindicalista.  Esta central había repudiado los intentos divisionistas y expresado su disposición a superar los problemas que afectaban al movimiento sindical.  Se les invitó concretamente a participar en la Comisión Preparatoria del Tercer Congreso Nacional de la CTCH y, en ella, elaborar democráticamente las bases de ese torneo, respetando la voluntad de la clase obrera y las diversas tendencias ideológicas existente dentro del movimiento obrero.  Idéntico llamado se efectuó a los obreros socialistas de base.

“Además – como anota Bernardo Araya en el artículo ‘La segunda Conferencia de la CTCH: sus tareas y futuro’, publicado en la revista ‘Principios’ Nº 58, de abril de 1946–, la Conferencia destacó la necesidad de ampliar la acción fraternal con las organizaciones de empleados públicos y particulares en torno a la lucha por los problemas y reivindicaciones comunes, por la defensa de la democracia y las conquistas sociales”. 

 

UN 1º DE MAYO CON DOS ACTOS PARALELOS 

A comienzos de 1946, la CTCH era el organismo sindical más amplio existente en el país.  Pero se dividió en febrero, por la traición de quien era su secretario general.

A consecuencia de esa nefasta división,   1º de mayo de 1946, tuvieron lugar en Santiago dos actos paralelos para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.  En uno, el principal orador fue Bernardo Ibáñez; en el otro, el más masivo, habló Bernardo Araya.  

 

¿QUIÉÑ ERA BERNARDO IBÁÑEZ ÁGUILA? 

Algunos antecedentes ayudan a explicar la actitud asumida por Bernardo Ibáñez en febrero de 1946. A comienzos de ese año tuvo lugar en Miami una reunión en la que participaron tres sindicalistas contrarrevolucionarios cubanos – Mujal, Aguirre y Arévalo -, con dirigentes de la Federación Americana del Trabajo (American Federation of Labor). 

Guillermo Alonso y Enrique Viguier en su obra ‘La corrupción política y administrativa en Cuba 1944-1952’ informan que en esa reunión secundaban a los contrarrevolucionarios  cubanos “el chileno Bernardo Ibáñez y el argentino Romualdi.  Buscaban los traidores al movimiento obrero cubano un apoyo continental en la poderosa central sindical de tendencia ‘amarilla’ y pro patronal”.


¿CÓMO TERMINÓ IBÁÑEZ ÁGUILA? 

En las elecciones del 4 de septiembre de 1946, Bernardo Ibáñez fue candidato presidencial del Partido Socialista.  Posteriormente viajó a México, donde ejerció como profesor en una Escuela Sindical de la Organización Interamericana de Trabajadores, ORIT, que funciona en Cuernavaca.  En ella se capacita a dirigentes sindicales “amarillos” y divisionistas.

Luego de vivir varios años en el extranjero, Bernardo Ibáñez regresó a Chile en 1970, para participar en la Campaña Presidencial.  Pero no lo hizo apoyando a su ex camarada Salvador Allende, sino al abanderado de la oligarquía y del imperialismo, Jorge Alessandri Rodríguez, hijo de Arturo Alessandri Palma.

 

BERNARDO ARAYA ZULETA 

Muy distinta fue la conducta seguida por Bernardo Araya Zuleta, que quedó al frente de la otra CTCH.  Se mantuvo leal a la clase obrera, al movimiento sindical y a su partido, el Partido Comunista de Chile.  Participó en 1953 en la fundación de la Central Única de Trabajadores de Chile, CUT, en la que ocupó el cargo de Secretario Nacional de Organización.  Fue varias veces elegido diputado.  Durante la dictadura fascista continúa la lucha en la clandestinidad.  El 2 de abril de 1976 fue detenido, junto a su esposa María Olga Flores Barraza, de 62 años de edad, sus nietos Vladimir, Ninoska y Eduardo, más su cuñado Juan Flores Barraza.

El arresto se produjo en su casa de calle Barros Luco Nº 1220, de Quintero, en un operativo llevado a cabo por ocho agentes de la DINA.  Posteriormente el cuñado y los niños fueron dejados libres.  Bernardo Araya Zuleta, que al momento de su detención tenía 70 años de edad, y su compañera pasaron a formar parte de la larga lista de detenidos – desaparecidos.

 

DE NUEVO UNIDAS LAS DOS CTCH 

Hacia 1950 ambas CTCH formaron parte de un Comando Nacional contra las Alzas. Más adelante se unieron constituyendo el Comité Nacional de Obreros y Empleados. Con tal participan en la Comisión Nacional de de Unidad Sindical, que  convocó al Congreso Constituyente de la Central Única de Trabajadores de Chile.




LA MATANZA DE COMUNISTAS EN VALLENAR

 



A 91 años de la Navidad Trágica:

 

                                                            

                                                       Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                      Centro de Extensión e Investigación

                                                       Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 

 

VALLENAR HACIA 1931

  

Volodia Teitelboim en “Un Muchacho del Siglo Veinte”  escribió: “Un compañero nortino del Central entró de súbito, anunciando que había llegado la noticia de una matanza en Copiapó y   Vallenar: la represión no cesaba... El relato del compañero nortino, que entró sin aviso en aquella noche de Pascua a la casa, era enredado y tremendo. Detalló la provocación. Un plan sintético para asaltar el batallón del Regimiento Esmeralda de Antofagasta apostado en Copiapó, a fin de atribuirlo a los comunistas que pretendían establecer en Chile el régimen proletario. Tramaron el asalto, jefes de carabineros, que dirigieron a los conspiradores. Embaucaron a dos o tres entre los pobres y trataron de comprometer al doctor Osvaldo Quijada Cerda, un intelectual con simpatías marxistas... Así a las dos de la mañana del 25 de diciembre, dos grupos llegaron hasta la guarnición. Un soldado les abrió la puerta. Entraron y los recibieron amablemente con fuego de artillería. Por orden del capitán Villouta detuvieron a varios ‘conspiradores’ y los mataron. Se inventó una batalla. En aquella noche se calcula que fueron disparados entre 6 a 8  mil tiros de fusiles y ametralladoras... ”

 

¿QUÉ OCURRÍA EN CHILE HACIA  FINES DE 1931? 

Los resultados de las elecciones presidenciales, realizadas el 4 de octubre  de 1931, dieron holgado triunfo a Juan Esteban Montero, candidato de la coalición conservadora-radical-liberal que obtuvo 183.000 votos. Arturo Alessandri recibió 100.000; Manuel Hidalgo  (que se presentó como comunista, a pesar de haber sido expulsado del Partido Comunista el año anterior), 3.000 y Elías Lafertte, 2.434  (el 0,86% del total  de los sufragios).

 

                                          

Juan Esteban Montero

 

El 3 de diciembre  de 1931 se inició el gobierno de Juan Esteban Montero. Durante su administración -sostiene Luis Corvalán, en ‘Ricardo Fonseca  combatiente ejemplar’- "el país siguió sumido en la crisis. Las paralizaciones industriales continuaron. El ejército de los sin trabajo era mucho más grande. Desde las pampas del salitre se habían venido, hacia el sur, decenas de miles de familias que deambulaban por las calles con sus niños harapientos y famélicos, solicitando en cada casa un poco de comida. Centenares de seres humanos, sucios, piojosos, se agolpaban en las puertas de los regimientos o de los internados educacionales, haciendo filas con sus tarros oxidados, para recibir las sobras del almuerzo...". (Luis Corvalán: “Ricardo Fonseca combatiente ejemplar”. Austral. Santiago, 1971, página 80) 

 

FEDERACIÓN DE LAS IZQUIERDAS 

En el periódico “La Provincia de Tarapacá”, de Iquique, se publicó fechada en Santiago 26 de diciembre de 1931, la siguiente información: “Se verificó en esta capital una importante reunión de políticos quedando solemnemente constituida la Federación de las Izquierdas, la que ha sido integrada por los partidos Radical Socialista, Demócrata, Liberal Democrático, Socialista y numerosas entidades

de profesionales, obreros, empleados, Sociedades Mutualistas y otros valiosos elementos independientes. De orientación ibañista-alessandrista, nació con el objetivo de hacer dura oposición al gobierno de Juan Esteban Montero.

Se firmó al efecto un Acta Programa firmada por el doctor Manterola, señor Enrique Barboza, José Dolores Vásquez, Oscar Cuadra, Ramón Briones Luco y otros destacados políticos”.

 

PROVOCACIÓN DE DERECHA

 

 

 

Copiapó hacia el año 1931

  

En Copiapó, tres días después, en la madrugada del 25 de diciembre de 1931, elementos alessandrista-ibañistas, de la Federación de las Izquierdas, que lograron incorporar a parte de los muchos cesantes existentes en esa ciudad nortina,  llevaron a cabo un absurdo asalto al cuartel del batallón Esmeralda. (Batallón del Regimiento Esmeralda  de Antofagasta, apostado en Copiapó) 

Entre los conspiradores que prepararon el ataque, estaba infiltrado el capitán Guillermo Villouta Ruiz, Comandante del Cuerpo de Carabineros de la localidad. Éste, en vez de impedir la acción, dejó seguir su curso, para tender una trampa a los complotados.

El Intendente de Atacama, Víctor Manuel Igualt, había comunicado al Ministro del Interior del Presidente Montero “rumores de un levantamiento comunista para los primeros días de diciembre”. La respuesta desde la capital fue: “esperar y estar a la expectativa”. Otro tanto hizo el comandante de carabineros a sus jefes en Santiago. Recibió instrucciones concretas: “Infiltración y preparación contra el levantamiento”.

 

El asalto se inició a las 2:10 de la madrugada. Hubo un nutrido fuego de fusilería. Cayeron 3 militares y 4 civiles, más dos mujeres que nada tenían que ver en la acción.

 

Posteriormente el capitán Villouta en carta al Intendente de Atacama, Igualt, le decía: “Se me acusa de que en lugar de evitar lo que pasó (en Copiapó) hubiera facilitado los medios para que el ataque se realizara. Puede que éste sea mi única falta pero esto era sencillamente lo que quería. Si con lanzar tropas a la calle los complotadores no hubieran realizado esa noche su plan  seguramente, no hay duda alguna, que habrían buscado otra ocasión. Y no es posible vivir eternamente con el arma al brazo, sacrificando la tropa y teniendo siempre encima un enemigo invisible pero cierto” 

 

EL OBJETIVO: INCULPAR AL  PC 

Las autoridades, que conocían el complot desde comienzos de diciembre, responsabilizaron cínicamente de los sucesos al Partido Comunista, a pesar de que éste no estaba organizado en Copiapó. 

Los conspiradores intentaron involucrar en los hechos al médico comunista Osvaldo Quijada. Fue detenido a primeras horas del día 25, pero posteriormente quedó demostrada su inocencia.

A las autoridades locales se les presentó, al alentar la aventura, una doble oportunidad, por un lado, llevar adelante una nueva y sucia maniobra contra los comunistas y, al mismo tiempo, la de neutralizar la acción política de alessandristas e ibañistas, opositores del gobierno de Montero.

 

Doctor Osvaldo Quijada

 

 

SE PREPARA LA MASACRE 

Donde sí funcionaba el Partido Comunista, era en Vallenar; situada a unos 200 kilómetros de Copiapó. Su accionar preocupaba a las autoridades. El gobernador de Huasco, Aníbal de Las Casas, había oficiado al Intendente de Atacama desde Vallenar, el 25 de diciembre de 1931:

"La propaganda comunista se hace a diario, en público y en privado, y si se añade a esta situación una multitud mal o deficientemente alimentada, tendrá U.S. el cuadro perfectamente delineado. Y en verdad esto no es muy halagador.

"Un desfile -agregaba el comunicado- de 150 hombres y más de 100 personas entre mujeres y niños dio margen a que en las calles de Vallenar se viera el penoso espectáculo de esa multitud que pedía aumento en comida y trabajo".

En otro oficio del mismo funcionario, fechado en Vallenar el 3 de septiembre de 1931, informaba:

"Conforme a sus deseos, le indico los nombres de los dirigentes comunistas que existen en Vallenar, y que son: Oscar Paredes Paredes, Bonefacio Castro Castillo, Silvestre Guerra, Gallardo,  Pablo Reyes Vega, Luis Fuentes González, Arturo H. Zabala Zavala, Luis Jofré Araya, Carlos Santander Jorquera, Samuel Pizarro, Arturo Guevara Guevara, Aníbal Cuadra.

 La mayoría de esas personas estuvo entre los asesinados posteriormente en esta ciudad.

 

LA  MATANZA 

Apenas ocurrido lo de Copiapó, se puso en marcha el plan previamente preparado para Vallenar. A las 2,25 de la madrugada del 25 de diciembre, el jefe nocturno de la Estación de Copiapó comunicó a su colega de Vallenar el comienzo del asalto y tiroteo. Éste informó de esto al Gobernador Las Casas y al capitán de carabineros, Bull. Estos se trasladaron al cuartel policial y se dirigieron a los albergues, donde habían sido destinados los cesantes. Tomaron  las medidas para nadie saliera y entrara a ellos. Esa noche transcurrió sin mayor novedad.

Carabineros asaltaron  la casa Seura, usando dinamita, acción que posteriormente el Intendente de Atacama calificó de “exceso de celo  por parte de carabineros”. También  se  detuvo a dirigentes  obreros y comunistas, posteriormente fusilados y enterrados en una fosa común. El operativo estuvo a cargo del Capitán Bull de carabineros.

 

               

Volodia Teitelboim, dirigente del PC y escritor

 

“El capitán informó –dice Volodia Teitelboim en “Un Muchacho del Siglo Veinte’-  de un enfrentamiento en que perecieron todos. Tal combate no existió, pero los muertos sí. Luego el capitán fue a un local de la calle Serrano donde doce personas prolongaban el festejo de Navidad. También cayeron.  En la mañana siguiente 17  fueron fusilados  en las inmediaciones.  Cuando se les desenterró aparecieron no 17 sino 23, maniatados, mutilados, con fracturas de huesos.  Hubo quienes dijeron que fueron más de medio centenar los que desaparecieron. Se había cumplido con el plan”.

 

ABOGADOS PONEN LAS COSAS EN SU LUGAR

En un comienzo se intentó responsabilizar a las víctimas, a los comunistas, de los sucesos de Vallenar. Pero los  magistrales alegatos de los abogados David Schweitzer y de Neut Latour pusieron las cosas en su lugar.

 Fue en el Consejo de Guerra que se siguió en Copiapó para juzgar a los injustamente acusados, donde  se logró establecer la verdad. Papel fundamental lo jugó el abogado Jorge Neut Latour, quien defendió al doctor Osvaldo Quijada y otros detenidos. Demostró la inocencia de éstos y comprobó que los verdaderos culpables eran las autoridades y dos capitanes de carabineros. En Copiapó, Guillermo Villouta; en Vallenar, Bull.

 

                                 

 


Fue  el día del Año Nuevo. El teatro estaba lleno. Se adelantó Neut Latour y dijo: “Ruego al tribunal que tome nota de lo que voy a decir, porque soy Jorge Neut Latour, abogado, titulado, casado. Pido al Consejo de Guerra que ordene  la prisión, porque yo acuso, voy a acusar de asesinato, aquí al señor Intendente de la Provincia, sentado en primera fila, Víctor Manuel Igualt ( -oiga, lo apuntó con el dedo...), lo acuso formalmente con la responsabilidad que ya he dejado constancia; que se tome preso y se incomunique al capitán Villouta y al capitán Bull de Vallenar...”  

 

UN FISCAL MILITAR QUE CONTÓ LA FIRME 

El Fiscal Militar, Mayor de Ejército José María Santa Cruz Errázuriz, en su documentado Informe ante el Consejo de Guerra realizado en Copiapó, entre fines de diciembre de 1931 y comienzos de enero de 1932, relató cómo se llevó adelante la matanza de comunistas en Vallenar:

“A las 5,30 de la mañana del 25 de diciembre, a la llegada del tren de Copiapó a Vallenar, pocos metros  antes que se detuviera en la Estación, descendió de él el conocido comunista de apellido Cuadra, que fue asesinado por el agente Luis Sepúlveda. Allanado dicho obrero, no se le encontró armas.

A las 9,30 horas, el capitán Bull  designó al brigadier Rafael Huerta con el sargento Belmar y cuatro carabineros para ir a la búsqueda de ciertos individuos que esperaban en los alrededores de la ciudad la llegada de armamentos de Copiapó. Sorprendida esa gente, que estaba sin armas y en número de siete, fue traída al cuartel, pasando a los calabozos.

"En el parte del capitán Bull se hace aparecer un combate ficticio sostenido por ellos y en el cual habrían perecido todos los que fueron detenidos y llevados al cuartel.

"Los detenidos que habían sido recogidos en sus domicilios, fueron sacados entre las 2 y 4 de la madrugada en número de 17, sin habérseles siquiera interrogado. Se les fusiló uno a uno, en las inmediaciones de la ciudad, haciéndoseles más tarde aparecer como caídos del combate en donde sólo habían sucumbido cuatro personas. Todos los cadáveres fueron llevados a la morgue, y de ahí al  cementerio, sin practicárseles autopsia, sin identificación y sin permitirse que fueran  visitados por sus deudos. Posteriormente y para justificar estos asesinatos, se falsearon los hechos, se le obligó a la tropa a declarar en sentido determinado y se falsificó el libro de guardia”

 

LOS CULPABLES 

En ese Consejo de Guerra, efectuado en el Teatro de Copiapó entre fines de diciembre de 1931 y comienzos de enero de 1932, fueron acusados el Intendente de Atacama, Víctor Manuel Igualt, y los capitanes ya citados. Sólo se condenó a los dos últimos. El Capitán Guillermo Villouta fue castigado con 10 años y un día de cárcel; el Capitán Bull, con presidio perpetuo. Este murió en la Casa de Orates de Santiago.

 

 

LAS VÍCTIMAS



 

En el cuaderno de documentos pertenecientes al Acta  del Consejo de Guerra de Copiapó de 1932, se encuentra el Criptograma de Vallenar al Intendente Igualt, de fecha 26 de diciembre de 1931, emitido a las 10:55 horas:   "Situación completamente dominada. Reina tranquilidad. Vuelta calma a población. Vengo de visitar morgue en donde hay 20 cadáveres comunistas".

Sobre el número de víctimas a consecuencia de la masacre de los carabineros de Vallenar, hay diferentes apreciaciones. Por ejemplo, el abogado Jorge Neut Latour calculó que éstas llegarían  a cerca de cien.

Volodia Teitelboim, en su obra “Un muchacho del Siglo Veinte”, afirma: “Los hechos se confirmaron con la exhumación de los cadáveres, pero pronto el fiscal fue reemplazado por otro que rechazaba los requerimientos de investigación ‘por no llevar firma de abogado’. Sólo reconocieron como asesinados en Vallenar los obreros desenterrados por orden del fiscal Santa Cruz. Los demás se dieron simplemente por desaparecidos”. 

El historiador Germán Palacios Ríos, que escribió en 1994, un documentado libro que tituló “Estar fuera de la Historia. 1931: Pascua Trágica de Copiapó y Vallenar”, llega a la siguiente conclusión:

“Hasta hoy, hay desaparecidos en Copiapó y Vallenar. Hoy, ya no son reclamados, pues sus familiares directos ya no existen. Y, es muy posible que los nietos no conozcan esta historia”.

 

Estación Ferroviaria de Copiapó hacia 1930
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

                                                                                                                                   ANTICOMUNISMO 

El dramático episodio del 25 de diciembre de 1931 en Vallenar fue parte de la represión, a veces muy violenta, que ha sufrido el Partido Comunista desde su fundación en 1912. 

Pero nada detuvo la lucha de los trabajadores. El 11 de enero de 1932 tuvo lugar una huelga general. Los portuarios paralizaron sus labores. Campesinos -mapuches  y huincas-  realizaron tomas de tierra en los alrededores de Temuco. También en el sur, masas hambrientas asaltaron molinos, bodegas y panaderías. Los comerciantes minoristas exigían una moratoria para el pago de sus obligaciones. Las acciones de la población contra la miseria, la cesantía y los bajos salarios alcanzaron gran desarrollo. 

Al comenzar junio de 1932, la crisis golpeaba duramente al pueblo y éste se movilizaba. El gobierno de Juan Esteban Montero había perdido toda base de sustentación y estaba desprestigiado.

Este Presidente reaccionario, creyó que con la  pirata bandera del anticomunismo podía salvar su Gobierno. Pero se equivocó. No pudo tapar la cesantía y el hambre que azotaba al pueblo ni desviar a la opinión pública de esos problemas. 

Fue así como el 4 de junio de 1932, cuando sólo llevaba   9 meses y 4 días en la Presidencia, fue derrocado por un golpe cívico-militar encabezado por  Marmaduke Grove, que dio paso a la llamada “República Socialista”, un interesante capítulo de nuestra historia.

  

¡Repudio sin olvido a los asesinos!

¡Honor y gloria eterna a los comunistas asesinados!