jueves, 9 de junio de 2022

A 51 AÑOS DEL ASESINATO DE EDMUNDO PÉREZ ZUJOVIC


 

                                                                   Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                   Centro de Extensión e Investigación

                                                                   Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 

 


El primer  período del  Gobierno Popular, comprendido entre el 3 de noviembre de 1970 y julio de 1971 estuvo caracterizado por grandes éxitos. Ello debido a la existencia de una dirección política única dentro de la UP; una justa política de alianzas llevada a cabo por esta coalición; una derecha dispersa y desmoralizada; neutralidad positiva de la DC; una ultraizquierda derrotada en sus predicciones; un entusiasta apoyo de amplios sectores de sectores medios y especialmente de los trabajadores. Éste último,  el factor decisivo.

Una prueba de ello fueron los resultados de las elecciones municipales del 4 de abril de 1971: la Unidad Popular alcanzó una gran victoria, logrando el 50,9% de los votos válidamente emitidos.

 

CAMBIOS A FAVOR DEL PUEBLO

Durante esta etapa se realizaron cambios revolucionarios en la economía: nacionalización de las riquezas naturales en manos extranjeras; expropiaciones, estatizaciones; se inició la compra de acciones de los bancos privados; se impulsó la reforma agraria; se creó el área social de la producción, propiedad de todos los chilenos, que llegó a controlar el 32% de la producción nacional. Estos cambios se reflejaron en el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. La cesantía disminuyó al 3%; sueldos, salarios y pensiones se elevaron en su poder adquisitivo en un 27%; el salario mínimo equivalía  a 27,3 kilos de pan diariamente; se entregaba medio litro de leche gratis a todos los niños chilenos; vacaciones populares; se dio previsión social a 750.000 personas; se instalaron consultorios de salud en poblaciones y en el campo; becas para hijos de obreros, campesinos, mapuches y soldados; más muchos etcéteras. Los trabajadores tenían cuatro  ministros y participaban en la conducción de empresas estatales.

Esta situación no era, naturalmente, del agrado del imperialismo. Éste comprendió el enorme peligro que significaba para sus intereses, la fuerza del ejemplo del caso chileno.

 

COMIENZAN SERIAS DIFICULTADES

Pero a partir de julio de julio de 1971 se inicia el aislamiento y deterioro del gobierno  de Salvador Allende. Ello como consecuencia del surgimiento en algunos partidos de la UP de posiciones ultraizquierdistas que atentaron contra la dirección  única y una acertada política de alianzas; que el imperialismo alcanzó éxito en sus intentos, por unir a la oposición, contando para ello con la ayuda de las acciones irresponsables de la ultraizquierda. Dentro del PDC se impuso la posición de su ala reaccionaria, quien llevó a esa colectividad a aliarse con el Partido Nacional. Se acrecentaron las dificultades en el abastecimiento, como producto del bloqueo imperialista, del sabotaje de la reacción criolla y de  errores de la UP. Cada vez más sectores medios se pasaban a la oposición. Uno de los factores que influyeron en esta situación fue el asesinato de Edmundo Pérez Zujovic.

El imperialismo, a través de la CIA, no fue ajeno a esos acontecimientos.

  

¿QUIÉN ERA EDMUNDO PÉREZ ZUJOVIC?

Edmundo Pérez Zujovic había nacido en Antofagasta el  11 de mayo de 1912. Fue un empresario y político chileno militante del   PDC. Se desempeñó como ministro de Estado del Presidente Eduardo Frei Montalva. Ocupó las carteras de Obras Públicas e Interior.

 

Edmundo Pérez Zujovic, el Presidente Frei Montalva y militares

 

 

LA MASACRE DE PAMPA IRIGOIN

Siendo Pérez Zujovic Ministro del Interior,  tuvo lugar una de las diez masacres perpetradas durante el Gobierno de Frei Montalva: la masacre de Pampa Irigoin.

Los hechos ocurrieron así: El martes 4 de marzo de 1969 se produjo una toma  pacífica de terrenos en un lugar llamado Pampa Irigoin, ubicado a tres kilómetros de Puerto Montt. Noventa y una  familias sin casa ocuparon un pedazo de suelo y levantaron improvisadas viviendas. Sobre ellas flameaban banderas chilenas. La operación, dirigida por el diputado socialista Luis Espinoza, se realizó sin problemas. Con anterioridad, éste había conversado con el propietario de esos terrenos, llegando a un acuerdo. Durante cinco días no tuvieron dificultad alguna con carabineros. Por el contrario.

Sin embargo, el Intendente democratacristiano de la provincia de Llanquihue, por instrucciones del Ministro del Interior de Frei, Edmundo Pérez Zújovic, llevó adelante una provocación contra los pobladores. A la 1,40 de la madrugada del domingo 9 de marzo, de 1971, carabineros empiezan a rodear silenciosamente la población recién levantada en Pampa Irigoin.

     

 

Pampa Irigoin, Puerto Montt, 1969, antes de la masacre.

 

Esperaron que aclarara. A las 7 horas avanzaron sigilosamente hacia las improvisadas viviendas. Deseaban sorprender durmiendo a sus ocupantes. Pero no contaban con la astucia de éstos, que habían instalado un primitivo sistema de alarma: hilos tendidos a pocos centímetros del suelo, con una serie de tarros. Los policías tropezaron con ellos. Sonaron las latas. Despertaron los ocupantes. Algunos opusieron  débil resistencia. La  mayoría huyó intentando  buscar refugio en una población vecina, la Ampliación Manuel Rodríguez. Mientras unos policías se dedicaban a incendiar las chozas; otros, apostados estratégicamente, le cortaban el paso  a los que huían y los atacaban lanzando bombas lacrimógenas. Algunas fueron devueltas por la gente. Otros  se defendieron   con piedras. Entonces las fuerzas represivas  hicieron  uso de sus armas de fuego. Once pobladores cayeron asesinados por balas de guerra. Muchos otros quedan heridos.

 

UNA OLA DE REPUDIO RECORRE CHILE

Otra vez la indignación y el repudio estremecieron el país. El lunes 10 llegaron a Puerto Montt el Presidente del Senado, Salvador Allende; la senadora comunista Julieta Campusano y el diputado socialista Mario Palestro. Los tres del  Frente de Acción Popular, FRAP.

Los funerales de las víctimas en Puerto Montt  tuvieron lugar el  martes 11 de marzo de 1969. Fueron gigantescos. Muchos miles de personas rindieron su postrer homenaje a los nuevos asesinados por quienes prometieron una Revolución sin paredón. En el Cementerio hablaron Salvador Allende, Mario Palestro y Julieta Campusano.

     






Puerto Montt era ese día 11 de marzo una ciudad enlutada. Banderas chilenas a media asta. El cielo gris parecía llorar: una  triste lloviznaba  caía suavemente.

El cantautor Víctor Jara, militante de las Juventudes Comunistas, compuso la hermosa y dramática canción “Preguntas por Puerto Montt”, donde exclama:

 

                   “Muy bien, voy a preguntar,

                    por ti, por ti, por aquél

                    por ti, que quedaste solo

                    y el que murió sin saber,

                    murió sin saber por qué

                    le acribillaban el pecho

                    luchando por el derecho

                   de un suelo para vivir...”

 

 

UN “APORTE” DE  LA ULTRAIZQUIERDA

Dos años después de la masacre de Puerto Montt, el  8 de junio de 1971, a las 10.50 horas aproximadamente, un comando extremista perteneciente al grupo  Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP) interceptó a Pérez Zujovic  en la calle Hernando de Aguirre de   Santiago, entre Carlos Antúnez y Carmen Silva, comuna de Providencia cuando conducía su vehículo Mercedes Benz, en compañía de su hija María Angélica. Uno de los sujetos lo ametralló, incrustándole nueve balas.

El atentado lo reivindicó la VOP "en nombre del pueblo". Hasta entonces el grupo de ultraizquierda había llevado a cabo atentados dinamiteros, asaltos y robos, inclinándose cada vez más hacia un accionar delincuencial. Era responsable del asesinato de cuatro carabineros y de un comerciante. Su récord anotaba cerca de cuarenta robos y asaltos entre taxis, abastos, gasolineras, etc.

 

LA OPOSICIÓN INTENTA RESPONSABILIZAR AL GOBIERNO

Correligionarios de Pérez Zujovic, como el escritor y político Enrique Campos Meléndez, señalaron a dirigentes del Gobierno de la Unidad Popular como los autores intelectuales del crimen.

 

El presidente Allende -que por el crimen de Pérez Zujovic vio cortados los puentes que intentaba construir con la Democracia Cristiana- para impedir su acercamiento a la derecha-, dio órdenes a Investigaciones, la policía civil, para poner el máximo empeño en la captura de los jefes de la VOP.


 

 




EL FINAL DEL COMANDO VOP: SOSPECHOSA ACTITUD DE PINOCHET

La investigación terminó con la ubicación del comando extremista. Escribe Orlando Millas: “Luego de exitosas pesquisas, se logró cercar a los que habían ejecutado el atentado, los hermanos Rivera Calderón; pero cuando iban a ser detenidos por agentes de Investigaciones que se cercaban el lugar en que se encontraban, fueron muertos por certeros disparos a distancia provenientes de militares dirigidos personalmente en el terreno por el entonces jefe de la guarnición de Santiago, que había insistido estar allí  y era el general Pinochet.  Éste aseveró que un soldado, que formaba parte del cerco exterior, se había puesto nervioso y había disparado creyendo que los hechores iban a escapar. Pero Daniel Vergara y Eduardo Paredes no podían dejar de suponer, con o sin razón, que la razón había sido impedir que se dilucidara quiénes habían sido los instigadores del asesinato de Pérez Zujovic (Orlando Millas: “Memorias 1957 - 1991. Un Digresión”, página 349).

Los hermanos Ronald y Arturo Rivera cayeron muertos y Otros tres resultaron heridos. Setenta y dos horas después un prófugo, Heriberto Salazar, un ex carabinero, intentó un ataque suicida al cuartel de Investigaciones, logrando matar a tres policías e hiriendo a otro antes de hacer explotar un cartucho de dinamita que le causó una muerte instantánea.

 

CONCLUSIONES

El asesinato del connotado empresario democratacristiano no fue una simple acción de un grupo de gente confundida o desesperada. Formó parte de un plan estratégico trazado por la CIA, que tenía como objetivo aislar al Gobierno Popular. En este caso concreto, lograr que los sectores medios, el centro político, que apoyaban   o mantenían una neutralidad positiva frente al gobierno, se pasaran a la oposición. Y para ello eligieron muy bien a la víctima y a los victimarios, dos de ellos excomunistas y uno ex militante del MIR.

Por otro lado, a comienzos de junio de 1971 había retornado a Chile Eduardo Frei Montalva de una gira por Estados Unidos y Europa. Refiriéndose a ello, la  revista “Ercilla” N.º 1876, correspondiente a la semana del 30 de junio al 6 de julio de 1971, escribió en su página 14: “El regreso del ex Presidente Frei marcó un mayor endurecimiento, si cabe, entre la UP y la DC

 

Eduardo Frei Montalva                                                                

 

Con esta “ayuda” de la ultraizquierda, el ala de derecha de la Democracia Cristiana encabezada por Eduardo Frei Montalva, que hasta el momento había estado en minoría, logró inclinar a su favor la correlación de fuerzas al interior del PDC, imponiendo su posición de pasar a la oposición y aliarse con el Partido Nacional.

El primer paso en este sentido se dio en las elecciones complementarias del 18 de julio de 1971 para elegir un diputado por Valparaíso: La DC y el PN se unieron para votar por el “independiente”  Oscar Marín, que era demócrata cristiano.

 

LA SANTA ALIANZA CONTRA LA UNIDAD POPULAR

 

 

DEMOCRACIA CRISTIANA      PARTIDO NACIONAL             “PATRIA  Y LIBERTAD”





EL TARDÍO SEGUNDO FRENTE, LA OFENSIVA SOVIÉTICA Y LAS GUERRILLAS FRANCESAS

 



El mito y la verdad histórica de hace 78 años:

 

 

                                                     Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                     Centro de Extensión e Investigación

                                                     Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

Las tropas nazis pisoteaban Europa. El  22 de junio de 1941, Hitler inició la Operación Barbarroja, invadiendo  el país soviético. Entre  junio de 1941 y el 2 de febrero de 1943  la maquinaria de guerra hitleriana avanzaba sobre la patria de Lenin. Las fuerzas democráticas del mundo clamaban,  exigían a Estados Unidos y sus aliados la apertura de un segundo frente.  Pero, estos esperaban que las tropas fascistas aniquilaran a los soviéticos, después actuarían.

 

 

Prisioneros nazis en Stalingrado

 

PERO…

 

Pero tuvo lugar la victoria del ejército rojo en Stalingrado, que marcó el inicio de la gran contraofensiva soviética, En agosto de 1943 en el Arco de Kursk fueron derrotados los hitlerianos  y destruidas grandes cantidades de sus tanques. En enero de 1944 las hordas nazis habían sido expulsadas del suelo ruso. Estaba ya claro que el avance soviético era incontenible y que era cuestión de tiempo que derrotara a Hitler. Entonces, sólo entonces…

 

“EL PARTIDO DE LOS FUSILADOS”

 

 

Maurice Thorez

 

El 18 de mayo de 1944, el líder comunista Maurice Thorez, en una alocución por radio, llamó al pueblo francés a la insurrección armada general contra los ocupantes alemanes. No pocos de sus compatriotas habían colaborado con el gobierno establecido en Vichy por Phillipe Petain, Pierre Laval y otros traidores a la nación francesa. 

Esos eran los enemigos declarados, pero una parte importante de la burguesía gala también se confabuló con los gobernantes de Vichy, los hitlerianos y los círculos más reaccionarios de Inglaterra y Estados Unidos, para cerrarle el paso a las fuerzas progresistas agrupadas por el Partido Comunista Francés, conocido como “el Partido de los Fusilados” por la alta cuota de sangre ofrendada en la lucha por la liberación de la patria. 

 

EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA 

El desembarco de Normandía, bajo el nombre en clave de “Operación Overlord”, tuvo lugar sólo cuando los mandos militares de Estados Unidos, Inglaterra y otros países occidentales, llegaron a la conclusión que la heroica lucha de los soviéticos había debilitado sustancialmente  a la Wehrmacht  y que el ejército rojo estaba en condiciones de derrotarla por sí solo. Además, el 80% del poder bélico nazi estaba tratando de detener el invencible avance del Ejército soviético.

 

  


 

El 6 de junio de 1944 fue señalado como el Día “D”.  En esa fecha, a la una y treinta de la madrugada, empezaron a ser echados al agua los medios de desembarco de tropas y material de guerra. La zona donde debían tomar tierra las fuerzas de invasión —en un sector de 80 kilómetros— estaba defendida únicamente por dos divisiones alemanas del Séptimo Ejército del Tercer Reich.

 

La noche del 5 al 6 de junio los aliados habían lanzado tres divisiones de paracaidistas en la retaguardia inmediata del frente con la misión de destruir las vías de comunicación y evitar la llegada de refuerzos a las tropas alemanas en la costa. A las seis y treinta de la mañana arribaron a la orilla las primeras oleadas de invasores. Bajo la cobertura de los cañones de la flota y de la aviación de apoyo; ese día desembarcaron 156.000 combatientes aliados y sólo aparecieron en el aire 50 aviones enemigos.

 

En las operaciones de desembarco participaron 36 divisiones, de entre 15 y 20 000 hombres cada una de ellas. El mando aliado disponía de 5 mil 49 aviones de caza, mil 467 bombarderos pesados, mil 645 bombarderos medianos y ligeros, 2 mil 316 aviones de transporte y mil 591 planeadores.

Se utilizaron 6 mil 483 buques, entre ellos cinco portaaviones, seis acorazados, 25 cruceros, cerca de un centenar de destructores e igual número de submarinos. Pertenecían a las Marinas de Guerra y Mercante de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Holanda, Noruega, Polonia, Francia y Grecia.

 

EL SEGUNDO FRENTE 

El desembarco de Normandía dejó abierto el Segundo Frente de la II Guerra Mundial en el noroeste de Francia. Era la tan esperada invasión de Europa continental de los aliados anglosajones. Se produjo casi un año después de tener lugar, en las inmediaciones de Kursk, el viraje cardinal en la suerte de la guerra.

 

Batalla de Kursk: cientos y cientos de tanques nazis destruidos

 

El avance de las tropas angloestadounidenses en Francia- integradas también por canadienses, australianos, neozelandeses, franceses libres, etc. — se vio facilitado por el ejército soviético, que venía triturando a las fuerzas fundamentales de la Wehrmacht, y por los patriotas franceses, organizados en “Francotiradores y partisanos”

  

LOS MAQUIS 

Durante toda la ocupación nazi, las unidades de la Resistencia francesa o maquis lucharon heroicamente contra el invasor. Realizaron audaces acciones de sabotaje. Emplearon la guerra de guerrillas. A su cabeza estaban los comunistas.

 

Luego de producido el desembarco de Normandía, atacaron y derrotaron a las guarniciones alemanas en la dirección del avance de las tropas expedicionarias aliadas, abriéndoles el camino. Justo en el sector delante de la zona de desembarco los francotiradores y guerrilleros dirigidos por los comunistas liberaron 42 ciudades y centenares de pueblo. Contribuyeron así a que las fuerzas desembarcadas pudieran afianzarse y ampliar la base de operaciones conquistada.

        

 


Maurice Thorez, secretario general del PC francés, escribió en su obra “Hijos del Pueblo”: “Después del 6 de junio asistimos a un levantamiento en masa desde Bretaña hasta los Alpes y desde los Pirineos hasta el Jura. Departamentos enteros se liberaban ellos mismos. Es una verdadera insurrección nacional… y aquí los comunistas marchan de nuevo al combate en primera fila” 

El historiador francés Pierre de Montauban señaló: “Sin la fijación por la guerrilla de importantes efectivos enemigos, sin los retrasos considerables impuestos por los guerrilleros a las unidades alemanas de intervención, los aliados habrían sido, probablemente, arrojados al mar”. (Cahiers du Communisme, Nº. 8, 1950. p. 61). 

 

¿FUE DECISIVO EL SEGUNDO FRENTE? 

Al cumplirse los 75 años del Día “D” se  realizaron una serie de ceremonias y se desató una campaña a través de los medios de comunicación, colocando a ese episodio como el hecho decisivo en el fin de la II guerra Mundial en Europa. 

Es innegable su importancia y es  impresionante la cantidad de soldados y elementos bélicos allí utilizados. Pero no puede negarse que ha sido el episodio bélico más manipulado en la historia de la humanidad. Contrariamente a lo sostenidos por  historiadores occidentales y la prensa norteamericana e inglesa,  no jugó un rol decisivo en el curso de la guerra. Entre otras cosas, porque el Segundo Frente se abrió tardíamente, cuando la suerte del Tercer Reich estaba ya echada. 

A propósito de esto último, el historiador  ruso G. Deborin afirmó:  “La premeditada demora en la apertura del Segundo Frente constituyó un grandísimo crimen de los círculos reaccionarios de Inglaterra y los Estados Unidos. ante todos los pueblos, incluidos el inglés y el norteamericano, alzados en la lucha contra los esclavizadores fascistas. La no apertura del Segundo Frente a su debido tiempo costó a los pueblos multitud de víctimas”.

  

LA BANDERA PIRATA DEL ANTICOMUNISMO 

Casi inmediatamente después del desembarco, el General Dwight D. Eisenhower, Comandante en Jefe de los ejércitos aliados, exigió a la población francesa cesar la lucha armada contra los ocupantes alemanes. Por su parte, el General Koenig, jefe del Estado Mayor del General Charles de Gaulle, jefe de las fuerzas de la Francia Libre, formuló la misma exigencia en nombre del Comité Nacional Francés en un radiograma a los representantes de esa organización en el territorio nacional. 

Lo que ambos  pretendían era que la Resistencia, integrada mayoritariamente por comunistas y otros sectores de izquierda  cesara la insurrección y obedeciera  a las autoridades alemanas. Y esto constituía una traición descarada al pueblo francés que tanto había padecido bajo la bota nazi.

Otra prueba de esa posición antipopular era que, a pesar de la enorme superioridad numérica y material sobre su adversario, el avance de las tropas aliadas no pasaba por término medio de 4 kilómetros por día.

El historiador ruso Deborin sostuvo en su “Historia de la II Guerra Mundial” que ello  “se correspondía con las intenciones de los medios gobernantes de Washington y Londres, de no tratar de emprender amplias operaciones ofensivas contra la Alemania nazi, a fin de no debilitar la resistencia de ésta a la victoriosa ofensiva del ejército soviético”.

 

LA INSURRECCIÓN DE PARÍS DE AGOSTO DE 1944 

La resistencia parisina, encabezada por los comunistas y dirigida por  el obrero metalúrgico Henri Rol-Tanguy  rodeó rápidamente los núcleos de resistencia de los alemanes. Los invasores se pusieron de inmediato en posición defensiva y se ordenó a una división de las SS que se pusiese en camino hacia París.

 

                   

 Henri Tal-Tanguy, comunista, líder  obrero metalúrgico

 

El 13 de agosto de 1944, los trabajadores del Metro de la ciudad, así como la Gendarmería Nacional se sublevaron, seguidos por la Policía a partir del día 15, y los carteros el día 16. 

El 18 de agosto el Partido Comunista Francés convocó a una huelga general en la ciudad,  Entonces se incorporaron al alzamiento  muchos obreros parisinos. Se levantaron barricadas, para dificultar los desplazamientos de los vehículos alemanes. Se produjeron  cada vez más violentas escaramuzas con las tropas alemanas de ocupación, que alcanzaron su punto más alto el 22 de agosto de  1944.

Por otra parte, se produjeron combates de importancia en la Prefectura de Policía de París, que fue tomada por los sublevados el 18.

El 20, el mando de la Resistencia en París se instaló en un subterráneo en el centro de la ciudad, a la vez que Alexandre Parodi iniciaba la formación de un órgano centralizado de gobierno, planificando la toma de los distintos ministerios.

Por otra parte, junto a los acontecimientos que se sucedían en el centro de la ciudad, en las afueras se producían escaramuzas y emboscadas, preparadas por resistentes y partisanos comunistas.

 



Insurrección de  París, agosto de 1944


Luego de obtener la aprobación del general Charles de Gaulle, el general Leclerc ordenó el avance hacia París (contra las órdenes de su superiores estadounidenses)  a los elementos de vanguardia y reconocimiento de la  2ª División Blindada del ejército francés, Formaba parte de ella la 9ª Compañía de Reconocimiento, al mando del capitán Raymond Dronne, conocida como La Nueve, que formada casi exclusivamente por españoles, antiguos componentes del Ejército Popular Republicano. Al mando de La Nueve, estaba Joseph Putz, un voluntario de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española.

  

UNA VEZ MÁS CONTRA LA CLASE OBRERA 

En vísperas y en el transcurso de la insurrección de París, en agosto de 1944, los mandos anglo-norteamericano e hitleriano en Francia sostuvieron negociaciones secretas acerca de la supuesta retirada voluntaria de los nazis de la Ciudad Luz, con el fin de preservar el patrimonio de esa urbe, pero las intenciones reales eran abrir camino a las tropas aliadas y frustrar el levantamiento liderado por los comunistas bajo la dirección del obrero fabril Henry Rol-Tanguy. 

Mientras esto sucedía, la aviación inglesa y la norteamericana bombardeaban los barrios obreros de las ciudades francesas, que para nada constituían objetivos militares, al tiempo que destruían los puertos, las fábricas de aviación y otras empresas, tratando así de debilitar la industria gala y minar toda competencia futura de su parte.

En cambio, en Alemania, esa misma fuerza aérea destruía también las barriadas obreras, pero respetaba los objetivos militares del enemigo, como fábricas de guerra y almacenes cuyos capitales estaban vinculados a monopolios de EE.UU. e Inglaterra.

 

LA CONTRAPARTE 

Sin embargo, todas estas actuaciones increíblemente traicioneras tenían un freno: el incontenible avance del Ejército Rojo hacia occidente y la gran pujanza del movimiento guerrillero y de las fuerzas progresistas en Europa y en las propias naciones capitalistas aliadas.

Por fin, el 23 de agosto se formó en el París liberado por los patriotas, el gobierno provisional de la República francesa, encabezado por el General Charles de Gaulle, que fue reconocido por los gobiernos de la URSS, los EE.UU. y Gran Bretaña.

  

LA FIRME DE LA HISTORIA 

A 78 años de ocurrido, los aliados occidentales, siguen dedicándose a ensalzar y manipular ese Día “D”, el que se produjo  cuando casi no era necesario, porque el daño colosal ya estaba hecho. Londres y Washington habían sido responsables del retardo de la invasión a Europa más allá de todo raciocinio.

A lo largo de la guerra en el Viejo Continente, los EE.UU. y sus aliados derrotaron a 176 divisiones alemanas, mientras el Ejército Rojo destruyó a cerca de 400 de las mejores grandes unidades de la Alemania nazi y sus satélites.

En el invierno de 1944-45 en Las Ardenas, Bélgica, una gran contraofensiva germana sobre el frente occidental causó una debacle a las tropas aliadas que no terminó en catástrofe total, gracias a la grandiosa ofensiva lanzada por el mando soviético en Polonia, a pedido del premier inglés Winston Churchill.

El rol decisivo para derrotar la bestia parda lo jugaron los heroicos combatientes del Ejército Rojo.

Esta es la historia verdadera; lo demás,  mito.

 

 


           

 

 


LA “REPÚBLICA SOCIALISTA”

 


 

                                                                        Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                        Centro de Extensión e Investigación

                                                                        Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

  

 

 


Junio de 1932. El reaccionario gobierno de Juan Esteban Montero, iniciado el 3 de diciembre de  1931, no cesaba la represión contra los comunistas.

Elías Lafertte, uno de sus dirigentes, perseguido por  agentes policiales, logró refugiarse en su casa.

"Los momentos –relata en “Vida de un Comunista”- eran de un enorme interés político, como para dejarme relegar así no más".

Pidió ayuda al Partido. Sus compañeros le mandaron a decir que a las 15, 30 lo rescatarían. A la hora señalada, avanzó por la calle Andrés Bello una bulliciosa manifestación. "Eran  unos quinientos -añade Lafertte- pero metían un ruido fenomenal, al que se sumaba el ruido de los aviones rebeldes que volaban haciendo vibrar los vidrios de las casas de Santiago. Cuando el grupo pasaba frente a mi casa, salí y me mezclé a los compañeros".

 

UN LÍDER LLAMADO MARMADUKE 

En verdad, se vivía entonces una histórica situación en Chile. En el último tiempo habían aparecido varios grupos políticos que se proclamaban socialistas: Nueva Acción Pública (NAP), Acción Revolucionaria Socialista, Partido Socialista Marxista, Orden Socialista Unificado y otras.

 Según escribe el historiador soviético J. Lavretski  en su libro “Salvador Allende”, publicado en 1978: “Este hecho fue tomado en cuenta por la Internacional Comunista, que en el XII Pleno de su Comité Ejecutivo señaló: "Hace algún tiempo, en Chile no había ni un solo partido socialista; ahora hay cerca de diez".

Figura descollante era el coronel Marmaduke Grove, "Don Marma", que desde hacía diez años tenía una actitud progresista. Por ello, durante la dictadura de Ibáñez fue desterrado a la Isla de Pascua. Caído el dictador, regresó. Fue reincorporado al ejército, nombrado Comodoro del Aire y designado Jefe de la Base Aérea Militar de El Bosque. Luego, ingresó a la Nueva  Acción Pública y se declaró, abiertamente, socialista. Rápidamente se transformó en figura central de la oposición al gobierno de Montero. Este, a través de su Ministro de Guerra, decretó la destitución de Grove de su cargo de jefe de El Bosque, el 3 de junio. El Coronel no acató esa orden y se declaró en rebeldía.

 

JUNTA EXIGE GOBIERNO SOCIALISTA 

Se constituyó una Junta Ejecutiva, formada por el general en retiro A. Puga; el periodista Carlos Dávila, ex Embajador de Washington de la dictadura ibañista; Eugenio Matte Hurtado, líder de la NAP y Gran Maestro de la masonería, y el propio Grove. Esta Junta exigió la renuncia de Montero y llamó a la formación de un  gobierno socialista. Recibió el apoyo de la aviación militar y de una parte de las unidades terrestres de la capital.

El Presidente Montero, asustado por el cariz que habían tomado los acontecimientos, solicitó a Arturo Alessandri que se entrevistara con Grove y lo convenciera que depusiera las armas y acatara la orden del gobierno. Sin embargo, el emisario hizo todo lo contrario. Le dio el respaldo al sublevado y le dijo una frase que ha recogido la historia: "No afloje, mi coronel", incitándole a derrocar a Montero.

 

UNA INSÓLITA INVITACIÓN 

Ese  3 de junio, un avión sobrevoló Santiago a baja altura y lanzó volantes, que eran ávidamente leídos  por miles de personas. Era una invitación a participar en “una gran revolución que tendrá lugar hoy 3 de junio a las 5 de la tarde”. Este insólito acto, quizás único en el mundo, resultó una invitación frustrada. Ese día no ocurrió revolución alguna. Pero, a la mañana siguiente, aviones militares aumentaron la tensión y la expectación de los santiaguinos con su ruidoso volar.

Así estaban las cosas, cuando marcharon esos quinientos comunistas por las calles de Santiago y salvaron de la policía al Secretario General de la FOCH.

Este recuerda: "En la noche (del 4 de junio. Nota del autor) cuando la toma del poder por Grove estaba consumada, abandoné el refugio y me dirigí a la Universidad...".

 

NACE LA “REPÚBLICA SOCIALISTA” 

Con un día de atraso tuvo lugar el golpe de Estado anunciado en el volante lanzado por el avión rebelde. Unidades militares, que se habían pasado al lado de Grove,  rodearon La Moneda. Los líderes del movimiento se presentaron ante Montero y le exigieron que se marchara del Palacio Presidencial. Éste obedeció sin la menor objeción.

A las 20 horas del 4 de junio de 1932, se extendió en La Moneda la partida de nacimiento de la República Socialista.

Se instauró una Junta de Gobierno formada por el general ® Arturo Puga Osorio, el periodista Carlos Dávila y el líder de la NAP Eugenio Hurtado.  Marmaduke Grove ocupó la cartera de Ministro de Guerra. En el Gabinete lo acompañaron Luis Barriga Errázuriz, Alfredo Lagarrigue, Pedro Fajardo, Eugenio González Rojas, Víctor Manuel Navarrete, Carlos Alberto Martínez, Nolasco Cárdenas, Ramón Alvarez Javalquinto, Oscar Cifuentes Solar y Rolando Merino Reyes.

 

PROGRAMA DE REFORMAS 

Se proclamó la República Socialista y se dio a conocer un Programa de reformas económico-sociales inaplazable, que entre otras medidas planteaba:

-    Establecer el control sobre la distribución de los alimentos;

-          confiscar las tierras no cultivadas y entregarlas a los campesinos pobres;

-          crear  industrias estatales del petróleo, el tabaco, el azúcar y otras;

-          socializar los bancos;

-          defender la salud y bienestar de los trabajadores;

-          asegurar a todos los chilenos el derecho al trabajo;

-          impedir la paralización de las actividades productivas;

-          establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética;

-          introducir la propiedad colectiva, junto a la privada, de los medios de producción;

-          amnistiar a los marineros encarcelados.

De inmediato, la Junta ordenó suspender los lanzamientos de las personas, cuyos arriendos eran inferiores a 200 pesos mensuales. Al mismo tiempo, ordenó la devolución  de herramientas de trabajo, enseres domésticos, ropa de vestir, dejadas en prenda en la Caja de Crédito Popular, sin el pago del dinero prestado.

 

LAS MASAS APOYAN LA REPÚBLICA

 

 


Relata José Vega Díaz en su trabajo inédito “La República Socialista”: El 5 de junio, multitudes desfilaron frente a La Moneda avivando a Grove. Aviones lanzaban volantes donde se decía:

"... la instauración de la República Socialista alentada por un alto espíritu de nacionalismo constructivo asegura a todos los chilenos el derecho a la vida por medio del trabajo productor. El hambre y el desempleo que actualmente sumen en la desesperación a grandes masas de trabajadores,  serán subsanados.

"Un clamor unánime de justicia resuena a lo largo del territorio nacional, empobrecido por la negligencia culpable de sus dirigentes y el egoísmo de los privilegiados".

 

LLEGA UN DIRIGENTE DE LA INTERNACIONAL 

Cuando la prensa del 5 de junio informaba sobre la proclamación de la República Socialista por Marmaduke Grove, llegó a Chile -en calidad de turista- el dirigente de la Internacional Comunista, Federico Glaubauf. Había realizado un largo viaje en ferrocarril desde Buenos Aires hacia el sur. Luego, en viejos buses hasta llegar a Bariloche. En barco por un lago. En autobús hasta el lago de Todos los Santos. En barco nuevamente y atravesar a caballo, por peligrosos senderos, la cordillera. Entró a Chile, con la idea de conocer un poco el país para luego contactar, clandestinamente con el Partido Comunista.

El periódico austriaco  "Volksstime" (Voz del Pueblo), en su edición correspondiente al 18-20 de noviembre de 1988, publicó un artículo titulado “Emisario del Soviet en Chile”, donde señalaba:

"La tarea de Fritzk Glaubauf  consistió entonces en ayudar al Partido Comunista de Chile a su reorganización después de la persecución bajo la dictadura de Ibáñez".

Por su parte Orlando Millas, refiriéndose a ese período, en un artículo titulado “El estudio de Hernán Ramírez sobre el origen del Partido Comunista de Chile”, escribió:  "Y no hay por qué silenciar tampoco, las expresiones en esos años, del internacionalismo proletario que acompañaron y ayudaron en su dura labor a los comunistas chilenos".

 

UN PROGRAMA PROGRESISTA 

El Programa de la República Socialista, sin mencionar el término imperialismo, se refería  a él,  cuando planteaba que “la economía chilena estaba controlada por empresas extranjeras, que obtienen enormes ganancias explotando las riquezas naturales del país”. Además, exigía la liberación de Chile del capital extranjero.

De acuerdo con su Programa, la Junta dictó varios decretos. Uno de ellos, el número 520, reconocía el derecho del Gobierno a requisar las empresas que producían artículos de primera necesidad o de importancia estratégica, si sus propietarios las paralizaran. Ninguno de estos decretos alcanzó a ser utilizado por la breve República Socialista. Pero tampoco fueron anulados con posteridad al derrocamiento de ésta. (El Decreto o Ley Excepcional Nº 520 fue utilizado por el Gobierno Popular de Salvador Allende para asumir el control de algunos monopolios industriales, especialmente del sector textil)

 

OTRAS MEDIDAS EN FAVOR DEL PUEBLO 

Entre las obras realizadas por la Junta hay algunas, además de las ya señaladas, cuya importancia no se puede desconocer. Uno de sus grandes logros  -como testimonia José Vega Díaz en su obra inédita “La República Socialista de Grove”- fue haber dado “satisfacción a un mínimo de necesidades de la población que no tenía trabajo, ni comida, ni vivienda... Los cesantes tuvieron dos comidas diarias y pan".

Con plena razón, este exparlamentario comunista concluía que antes de esa República, "en un cuarto de siglo, gobierno alguno realizó tal política a favor de los pobres".

La Junta, además, prohibió la intervención de la fuerza pública en las universidades; dictó amnistía para todos los presos por causas políticas, lo  que permitió la salida de las cárceles de los marineros participantes en el alzamiento de comienzos de septiembre de 1931 y el regreso  de los revolucionarios confinados en la Isla Mocha; disolvió el Congreso Termal, designado por Ibáñez, cerrándole el camino al dictador que pretendía  retomar el poder.

 

SE GANA EL APOYO POPULAR 

Estas y otras obras le ganaron a la República de Grove el cariño y el apoyo de amplios sectores populares, de la mayor parte de la clase trabajadora.

El escritor González Vera narra en “Cuando Era Muchacho”, publicada en 1951: "La republiquita atraía. Llegaban al centro a caballo, en carretas, en vehículos inverosímiles adornados con guirnaldas de papel. Los rostros no eran habituales. Estos hombres parecían la reencarnación de aquellos que crearon la Comuna de París. Algunos daban miedo. Era el pueblo de los barrios lejanos. En la expresión de esos chilenos, que se dejaban ver tan poco y que son tan escépticos, brillaba la fe. Sentíase algo nuevo y promisor”.

 

DÍAS AGITADOS 

Los días que corrían eran agitados, tensos, de enorme conmoción; de un permanente ajetreo en las calles, interminables concentraciones, desfiles, mítines en cada esquina. Las masas se habían transformado en bullicioso actor.

El socialismo estaba de moda. Amplios sectores exigían socializar empresas: los ferrocarriles, la educación.

Incluso "El Mercurio", cuyo director era Agustín Edwards Mac Clure, informaba de la “voluntaria socialización de la empresa de acuerdo a la doctrina de la nueva República, dando cabida en su consejo a dos representantes de los obreros y empleados”.

El PC  seguía actuando en el medio obrero, pero había cobrado también  fuerza entre estudiantes y profesores. Influía decisivamente en el Grupo Avance y en la Federación de Maestros. Planteaba la Revolución Social.

 

EL PC Y LA REPÚBLICA SOCIALISTA 

Los comunistas desconfiaban de la Junta, porque "estaba dirigida por jefes militares como Grove; por el Gran Maestro de la Masonería, Eugenio Matte; y por Carlos Dávila, un servidor de Ibáñez, que se jactaba de ser hombre de Washington". No creía en su socialismo. Por eso al acercarse el amanecer del 5 de junio, el Grupo Avance se tomó la Casa Central de la Universidad de Chile. Colocó allí un lienzo convocando a constituir los "Soviets de Obreros, Campesinos, Mineros, Soldados y Marinos".

En Declaración Pública, el PC demandaba: subsidio de cesantía, aumento de sueldos y salarios, disolución de la policía política, entrega de armas al proletariado, formar el ejército del pueblo.

 

EL SOVIET FUNCIONA EN LA UNIVERSIDAD 

"La Universidad -relata Elías Lafertte en “Vida de un Comunista”- era en esos momentos un hervidero humano, una especie de Smolny (un Instituto para señoritas de la aristocracia de Petrogrado, en donde funcionó el Comité Revolucionario Bolchevique en noviembre de 1917) en miniatura.... Los estudiantes iban y venían , llegaban los socialistas, la radio llamaba al pueblo constantemente y las prensas llegaban a echar chispas imprimiendo propaganda revolucionaria. Constituimos ahí  el CROC o Comité Revolucionario de Obreros y Campesinos, al cual se incorporaron estudiantes y trabajadores. También llegaron socialistas y anarquistas, pero luego se retiraron disgustados porque el Presidente del CROC era yo... Las sesiones se realizaban en el Salón de Honor de la Universidad, mientras la radio, manejada por Chamúdez, explicaba los planteamientos de nuestro organismo, cuyo objetivo era enderezar los rumbos del gobierno que se había instalado en La Moneda. Puesto que se decía 'República Socialista', era necesario que escuchara a la clase obrera y que marchara realmente por un camino revolucionario. En las prensas universitarias, nuestro periódico 'Bandera Roja', clausurado por el gobierno de Montero, se imprimía en papel couché, porque no encontramos otro de menor calidad...”

 

CON LA LÍNEA DEL FRENTE ÚNICO PROLETARIO 

"El sentimiento revolucionario crecía, añade Lafertte. Algunos compañeros demasiado optimistas habían instalado en La Legua un 'soviet' de obreros y cesantes... Las calles, permanentemente estaban llenas de manifestantes que pedían a gritos que el gobierno 'socialista' cumpliera como tal. Nuestra gente participaba en todos los mítines, planteaban las resoluciones del CROC, que había acordado apoyar al gobierno, pero exigirle que realmente ayudara al pueblo, mediante realizaciones útiles y populares".

(Recuerdo que cuando escribía “Don Reca”, el compañero Américo Zorrilla me acompañó a conversar en varias ocasiones con el camarada José Vega Díaz. En una de esas oportunidades, concretamente el 9 de abril de 1992, les pregunté sobre el Soviet de Santiago. 

"En 1932, unos compañeros -afirmó José Vega Díaz- cometieron la locura de formar un soviet en la Universidad de Chile".

"Yo participé en ese soviet -respondió Américo Zorrilla- pero, posteriormente reconocí en una reunión del Comité Central del Partido, que había sido un error esa acción").

El PC vivía en ese tiempo la etapa del "Frente Único Proletario", según orientación emanada de la Internacional Comunista. Ello, unido a la falta de un efectivo conocimiento de la realidad nacional, lo hizo caer en errores. No tenía claridad sobre el carácter y los objetivos inmediatos de la revolución en Chile, ni cuál era la etapa que se transitaba en ese tiempo.

Por esos años, opina Luis Corvalán, "se planteaba lisa y llanamente como objetivo inmediato la implantación del socialismo. Concretamente, se propició entonces la implantación de los soviets y, bajo ese nombre, se crearon algunos organismos del Frente Único que presumieron de ser órganos de un nuevo poder, del poder revolucionario de los obreros y los campesinos. Estos errores separaban al Partido de las grandes masas y no ayudaban a conducir los acontecimientos hacia adelante".

  

ENTREVISTA CON GROVE 

El Comité Revolucionario de Obreros y Campesinos acordó sostener una entrevista con Marmaduke Grove, con el fin de darle a conocer sus puntos de vista. Se designaron unos treinta delegados: representantes de los estudiantes, de los mineros  de Sewell, del Partido Comunista, de la Federación de Maestros y de otros organismos. Se designó Presidente de la delegación a Elías Lafertte y a Carlos Contreras Labarca para informar a Grove los puntos de vista del CROC

La delegación ingresó a La Moneda por Morandé 80. No se encontraba allí Grove. Un joven secretario les propuso que se entrevistaran con otro miembro de la Junta o algún Ministro. Lafertte señaló: "Venimos  a ver al Compañero Grove, y si él no está, nos vamos".

Luego de alguna espera, apareció el Ministro de Guerra; los treinta delegados entraron con él al Salón Rojo, donde se llevó a cabo la entrevista.

"Contreras Labarca -recuerda Lafertte- expuso los planteamientos del CROC: había que defender el movimiento, en primer término, armando a los obreros, pero no a tontas y a locas, sino organizadamente, hasta constituir una fuerza mixta de soldados, obreros y campesinos; los sindicatos debían participar en un gran organismo destinado a poner en práctica medidas inmediatas para reducir el costo de la vida y dar impulso a las industrias; era preciso dar subsidio a los cesantes, mientras se les iba enrolando en las nuevas obras públicas o en las nuevas industrias; era preciso ocupar de inmediato las tierras inactivas y dar a los campesinos créditos, semillas y herramientas.

 

UN DIÁLOGO DE SORDOS 

"Grove escuchaba con aire escéptico, agrega Lafertte.

"-Esas cosas no se pueden hacer, Compañero, dijo finalmente. Yo les pido a ustedes apoyo incondicional para el gobierno socialista, que está muy bien inspirado... Además les pido que abandonen la Universidad..."

Fue un diálogo de sordos. Grove insistiendo en que su gobierno era socialista, pero rechazando medidas que correspondían a una República democrática avanzada. Los comunistas pidiéndole peras al olmo. Pretendiendo llevar a la práctica una revolución socialista, lo que en 1932 era imposible, pues no existían las condiciones objetivas, menos las subjetivas para ella. Ni el PC., tampoco la Junta de Grove, estaban en condiciones de encabezar un proceso de ese tipo.

Grove tenía una actitud reformista. Los comunistas, un infantilismo revolucionario.

Lo positivo era que éstos, a pesar  de las discrepancias con la política de la República Socialista, la apoyaban.

 El 11 de junio participaron en la constitución  de la Alianza Revolucionaria de Trabajadores, en que junto a los profesores, sindicatos industriales, el Partido Socialista Marxista, la Confederación Nacional de Cooperativas, obreros de la construcción y choferes, se unieron en un intento de defender y respaldar al sector más consecuente y decidido de la Junta.

La República de Grove, con sus defectos y vacilaciones, fue una valiosa experiencia de la cual es necesario extraer  valiosas lecciones. No es posible subestimar sus aspectos positivos.

  

LOS ENEMIGOS DE LA REPÚBLICA SOCIALISTA 

El imperialismo estadounidense, la oligarquía y las jerarquías militares se alzaron como los enemigos del Gobierno liderado por Marmaduke Grove.

Carlos Maldonado en “Las milicias republicanas. Historia de un ejército civil en Chile. 1932-1936”,  sostiene: "... las medidas populistas a favor de las masas trabajadoras que efectuó la República Socialista, sumadas al  establecimiento de relaciones con la Unión Soviética, provocó el pánico de la oligarquía chilena y la inquietud de los Estados Unidos, por posibles nacionalizaciones".

José Vega Díaz, actor y testigo de esos acontecimientos, afirma en “La República Socialista de Grove” que la experiencia socialista "produjo pánico en los círculos financieros en Estados Unidos". Y cita un mensaje transmitido por el Embajador yanqui en Santiago, Mr. Culberston, a Washington: "En la Junta dominan los extremistas; graves peligros se ciernen sobre el país".

El Gobierno chileno, intentando desvirtuar las aseveraciones de ser un instrumento de la URSS, emite una Declaración en que expresaba:

"El régimen oligárquico ha sido depuesto, el nuevo Gobierno lejos de las influencias de cualquier imperialismo, sea  éste de la banca extranjera o del sovietismo ruso".

Clara posición internacional que, aunque colocaba en un mismo plano a los países capitalistas y a la Unión Soviética, planteaba la independencia de Chile en el aspecto internacional, definiéndose antiimperialista. Así lo entendieron las principales potencias burguesas: Estados Unidos e Inglaterra no reconocieron a la Junta y, más aún, le amenazaron con todo tipo  de sanciones.

 

LAS COLONIAS EXTRANJERAS 

En consonancia con las actitudes de sus respectivos gobiernos, las colonias extranjeras, que en septiembre de 1931 constituyeron piquetes de autodefensa con motivo de la insurrección de la marinería, ahora -en junio de 1932- realizaron lo mismo. Posteriormente, el Consulado de Estados Unidos en Santiago informará:

"... las emociones de las clases bajas se estaban encendiendo y era posible esperar estallidos de violencia. La  comunidad americana (es decir, los residentes estadounidenses en Chile) tenía depósitos de alimentos en el 'Santiago College' y había tomado medidas para la autodefensa en caso que las autoridades perdieran el control de la situación". 


LAS MILICIAS REPUBLICANAS 

Por su parte, la reacción chilena no permaneció neutral. Desde antes del 4 de junio y, comprendiendo el peligro que para sus intereses representaba el movimiento encabezado por Grove, creó las Milicias Republicanas, organizadas en base a las Guardias Cívicas.

Un miembro de esas milicias, Víctor Robles, en “Sobre la Milicia Republicana. Reflexiones”, recuerda: 

"... en los días (finales) del gobierno del señor Juan Esteban Montero se vio la necesidad de un organismo que defendiera el gobierno constitucional: los sucesos del 4 de junio son su prueba. La guardia blanca manifestación de buena voluntad de los ciudadanos, no pudo armarse, como eran los deseos del gobierno en ese día negro".

 

TARTUFISMO DE EL MERCURIO 

La oligarquía, por un lado conspiraba contra la República Socialista; por el otro intentaba aparecer apoyándola. Era el caso de  "El Mercurio", su principal vocero.

Con fecha 9 de junio de 1932, este diario publicó en su edición santiaguina, un artículo digno de una antología del cinismo. Escribió:

"En los primeros momentos del golpe de Estado (del 4 de  junio de 1932. Nota del autor) que ha traído el cambio de gobierno, no  hemos queridos perturbar el ambiente.

"La Avanzada ha cambiado de nombre, pero su naturaleza es la misma.

"Este diario no es oligarca ni demagogo, no representa ni pretende defender otros intereses que los de la colectividad, seguirá con solicitud serena y patriótica la evolución del momento; no le tememos a los cambios, porque los socialistas de hoy son los radicales de ayer y los liberales de anteayer.

"Orden, prudencia y patriotismo; así y no de otra manera alcanzaremos el progreso de la República al cual aspiramos todos".

  

LAS ANTIGUAS JERARQUÍAS DE LAS FF AA 

Las jerarquías militares, desplazadas del poder, calificaban a Grove de "comunista" y repudiaban la experiencia "socialista". El capitán de ejército Mario Bravo Lavín, refleja el pensamiento que entonces tenía la alta oficialidad. Escribe en “Chile frente al socialismo y al comunismo”,  publicado en  1934 :

"El 5 de junio, la Universidad del Estado (se refiere a la Casa Central de la Universidad de Chile. Nota del autor) se transforma en cuartel general comunista y el pueblo desfila por las calles de Santiago, agitando la bandera roja. Se vive un período de amenaza inminente de desbordes populares, se forma el 'Consejo de Obreros y Campesinos'... Marca la República Socialista el período de mayor descrédito de Chile en  Sudamérica y en el mundo, de mayor desconfianza, desconcierto y ruina en el interior".

 

FIN DE UNA VALIOSA EXPERIENCIA 

Todas estas presiones repercutieron en el seno de la Junta, donde no tardaron en surgir serias contradicciones. El periodista Carlos Dávila, el hombre de los Estados Unidos en ella, mostró posiciones cada vez más de derecha, oponiéndose a medidas que podían afectar los intereses del imperialismo o de la oligarquía. Conspiró contra Grove y Matte Hurtado y terminó por abandonar el gobierno el 12 de junio.

El 16 de junio, tuvo lugar frente a La Moneda una masiva manifestación en apoyo a la República Socialista. Más de  100 mil personas avivaron hasta enronquecer a los líderes de ella, especialmente a Marmaduke Grove.

A esa misma hora de la tarde, se puso en marcha el golpe de Estado, encabezado por Carlos Dávila. Unidades de la guarnición de Santiago, que le apoyaban,  tomaron la Base Aérea de El Bosque y el edificio del Ministerio de Guerra.

Cuando recién los últimos manifestantes se habían retirado, soldados rodearon La Moneda. Al darse cuenta de la acción, Grove se abrió paso pistola en mano. En un pasillo del Palacio Presidencial, tropezó con el general golpista Agustín Moreno, acompañado por el coronel Pedro Lagos y Merino Benítez, quienes lo obligaron a rendirse. De allí lo condujeron al regimiento Dragones, en calidad de preso. Posteriormente, junto a Eugenio Matte Hurtado, fueron desterrados a la lejana Isla de Pascua.

Así finalizó la breve República Socialista, que tuvo una existencia de sólo doce días. A pesar de ello, esta República tuvo -como afirma el historiador soviético José Lavretski- una importante consecuencia para las futuras batallas sociales en Chile: generó el Partido Socialista, cuyo líder fue Grove".