domingo, 14 de junio de 2020

ESA MALDITA PANTALLA SIEMPRE TERGIVERSANDO LA REALIDAD








 Iván Ljubetic Vargas, historiador del
 Centro de Extensión e Investigación
 Luis Emilio Recabarren, CEILER







Quien viva en la luna y encienda el televisor para saber lo que pasa en Chile quedará convencido de que estamos mal en lo del Coronavirus por  la irresponsabilidad de la gente sencilla.

En estos días, tanto 24 horas de TVN, “el canal de todos los chilenos”, y  los noticiarios de CNN en Chile, han dedicados sus mejores esfuerzos mostrando a los “culpables” de que la curva de la pandemia  en nuestro país se dispare hacia las nubes.

Latas informaciones y comentarios al respecto. Algunas de las sensacionales denuncias:

“¡Carabineros detienen a más de mil personas por infringir cuarentena sanitaria!”

“¡Primer condenado a cárcel por no respetar cuarentena!”·

“¡267 personas han sido detenidas 4 y 5 veces por no respetar toque de queda!”

“¡Mujer se niega a usar mascarilla!”

“¡Los indolentes no respetan el toque de queda!”

“Uno de los delincuentes que intentaron  robar un auto estaba contagiado con el coronavirus”

“Somos tan porfiados los chilenos. En otras partes la gente hace caso”. Naturalmente, no se referían a la porfía de Piñera y su ministro de salud.

Y otros muchos etcéteras. Pero ni una palabra sobre la absurda negativa del gobierno neoliberal  de declarar a tiempo las cuarentenas exigidas por amplios sectores. Tampoco sobre las dificultades para adquirir las mascarillas.

¿Qué ocultan los medios de comunicación con esta cortina de humo de los irresponsables de a pie?  Que los hay, los hay, pero que  en ningún caso son los culpables de la catástrofe sanitaria y social que se ha desatado en Chile.

El informe sobre la pandemia en Chile del sábado 13 de junio de 2020, que curiosamente no  entregó el ministro Mañalich, sino la subsecretaria Paula Daza, fue lapidario. Total de contagiados: 167.355.
Fallecidos en las últimas 24 horas: 231, que elevan el total de muertes por el coronavirus a 3.101.

Ya antes el subsecretario Arturo Zúñiga había dicho: “se pueden comente errores en el manejo de la pandemia”.
 A confesión de parte, relevo de pruebas.

Escribía estas líneas, cuando escuché la noticia. El presidente Sebastián Piñera, principal culpable de la catástrofe sanitaria, sacrificó a su médico de cabecera. Sacaba a Jaime Mañalich de su cargo de ministro de Salud.

Dejémonos de eufemismos. Es verdad que el talante poco simpático, personalista y pésimo relacionador del “renunciado” ministro, creó problemas. Pero, quien dictaba las líneas de trabajo era Piñera. Vivimos un régimen ultra presidencialista. Los ministros pueden poner la música, pero el texto de la canción lo impone  siempre el presidente.

Utilizando sus conocidos trucos, el presidente Piñera pretende sacarse los balazos, haciendo aparecer como el causante del desastre sanitario a su médico de cabecera.

Estaremos atentos a la música que pondrá el nuevo ministro de Salud, el doctor Enrique Paris. En cuanto al texto, no nos hacemos ilusiones. Este mejorará sólo con la salida de su autor , el presidente Piñera.