En el 37º aniversario de su fallecimiento:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
"No existe la neutralidad. Para nadie. Sobre todo no
la hay para los escritores. Incluso el que calla toma parte en la lucha. Quien
asustado y confundido por los acontecimientos se refugie en su exilio interior,
quien convierte el arma de la palabra en un juguete o en mero adorno, quien,
aclarado, se resigne, se condena a sí mismo a la esterilidad social" (Anna
Seghers en revista “Nuevas Páginas Alemanas”, Praga)
Anna Seghers, la gran novelista antifascista alemana,
falleció el miércoles 1 de junio de 1983
en Berlín, República Democrática Alemana. Con su muerte, desapareció uno de los
símbolos de la resistencia frente al nazismo y una escritora que encarnaba,
como pocos, la idea de novelista comprometida y representante del realismo
socialista.
Su verdadero nombre era Netty Reiling. Había
nacido el 19 de noviembre de 1900 en Mainz (en la región de Rheinhessenen), en
el seno de una familia judía acomodada. En esta ciudad pasó sus primeros
diecinueve años. Sus padres fomentaron
en ella desde muy temprano el interés por el arte y la literatura.
EN
HEIDELBERG
En 1919 se matriculó en la Universidad de
Heidelberg, donde estudió Historia del Arte y Sinología. En 1924 se doctoró con
un trabajo sobre los judíos y el judaísmo en la obra del pintor Rembrandt. Estudió también en la Universidad de
Colonia, donde hizo un curso práctico en el Museo de Arte Asiático.
El pseudónimo de Anna Seghers procede del pintor holandés
del siglo XVII Hercules Seghers. Comenzó a usarlo como parte de la ficción de
uno de sus primeros trabajos, una historia corta en la que el protagonista era
un capitán de barco holandés llamado Jan Seghers, y ella cuenta la historia
como si fuera su propia nieta, Anna Seghers. A partir de ahí usará este nombre
el resto de su vida.
Anna Seghers con sus hijos Peter y Ruth
En Heidelberg frecuentó los círculos de los exiliados
políticos de Europa Oriental, y conoció al sociólogo comunista húngaro, Lászlo
Radványi, con quien se casó en 1925. Al año siguiente se instaló
con él en Berlín, donde Laszlo dirigía la Escuela Marxista
de Trabajadores (MASCH). Tuvieron dos hijos, Peter que nació en 1926 y Ruth en
1928.
EN 1928 INGRESA AL PARTIDO COMUNISTA
ALEMÁN
En 1928 publicó su primer libro, “La revuelta de los
pescadores de Santa Bárbara” (Aufstand der Fischer von St. Barbara), sobre una
revuelta de pescadores bretones. En él ya trata el tema de la necesidad de
cooperar para luchar contra la opresión y de cómo esa lucha da significado a la
vida. Por este libro ganó el prestigioso premio Kleist. En 1934 se hizo en la URSS una adaptación al cine
dirigida por Erwin Piscator.
En ese mismo año de 1928 ingresó en el Partido Comunista
Alemán (el KPD). También se afilió a la Asociación de Escritores Revolucionarios. En 1930
viajó a la Unión
Soviética para participar en el Congreso de la Unión Internacional
de Escritores Revolucionarios celebrada en Jarkov (Ucrania).
DETENIDA POR LA GESTAPO
En 1933, tras la toma del poder por los nazis, fue
detenida por la Gestapo ,
siendo puesta en libertad poco después. Antes de esto, ya había sido
amenazada por los nazis, especialmente a raíz de la publicación de su novela
“Los Compañeros” (Die Gefährten, 1932), en la que atacaba al fascismo. Sus
libros fueron prohibidos en Alemania.
SE
INICIA EL LARGO DESTIERRO
Huyó con su compañero a Suiza
y de ahí a Francia, como tantos otros intelectuales, instalándose en París,
donde pasaría la primera etapa de su largo exilio. Fue en el exilio cuando tuvo su
periodo creativo más destacado, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Desde París hizo frecuentes viajes a otros lugares.
Incluso se trasladó clandestinamente a Austria para documentarse sobre el
levantamiento obrero contra el régimen fascista de Dollfuss, sobre el que
escribió la novela “El camino por febrero” (Der Weg durch den Februar, 1934).
En esta novela describe cómo se va adquiriendo la
conciencia de clase por los trabajadores, adormecida en un primer momento, y
que despierta en la lucha abierta contra los poderes reaccionarios. Hombres y
mujeres normales, sencillos, van desarrollando no sólo una gran fuerza
política, sino un enorme potencial de resistencia. Esa fuerza de los débiles
cuando se unen en una causa común sería una constante en su obra.
FORMA PARTE DE LA REDACCIÓN DE UNA
REVISTA ANTIFASCISTA
Anna Seghers se dedicó también
en los primeros años de exilio al estudio de las cuestiones estéticas y de
teoría literaria.
Desde 1933 hasta 1935, junto a
otros escritores, formó parte de la redacción de la revista mensual de
literatura y crítica Neue Deutsche Blittler (Nuevas Páginas Alemanas), que se
editaba en Praga.
En 1937 escribe “El
rescate” (Die Rettung), donde relata la
angustia de siete mineros atrapados a 700 metros de profundidad tras una
explosión de grisú, donde esperan la llegada de auxilio. El protagonista, el picador Andreas
Bentsch, mantiene la esperanza frente al pánico y la desesperación que les va
invadiendo, hasta que son rescatados. Pero sus problemas continúan después del
rescate. Ante el inminente cierre de la mina, sus compañeros le piden consejo a
Bentsch , pero él no sabe qué hacer, se siente impotente. Tras la detención de
un amigo comunista, finalmente Bentsch adquiere conciencia de clase y pasa a la
clandestinidad de la lucha revolucionaria.
A lo largo de estos años Anna Seghers participó en
diversos congresos internacionales de escritores, y viajó varias veces a España
durante la Guerra Civil.
Cuando en 1940 las tropas
alemanas invaden Francia, nuevamente tiene que huir. Su marido Laszlo fue internado en
el campo de concentración de Le Vernet. Anna escapó con sus hijos a la parte
del sur de Francia no ocupada por los nazis.
En medio del caos y la lucha por conseguir un visado de
salida hacia México, Anna hacía su vida, imperturbable. Hilde Eisier, la mujer
del compositor describe cómo encontró a la novelista en un café: "En este
período caótico ella mantenía su ritmo de vida, escribía un libro y a una hora
determinada de la tarde no se podía molestarla, porque hacía los deberes con
sus hijos. Yo la admiré mucho, porque en. medio de aquella existencia
improvisada, de la histeria y el nerviosismo generales, exhalaba una gran
calma".
Finalmente consiguió que su marido fuera liberado, y la
familia pudo salir de Marsella en marzo de 1941. Esta etapa constituye la base
de su novela “Tránsito” publicada en 1944.
MÉXICO LES ABRE SUS BRAZOS
Anna Seghers en México, con su hija Ruth
Tras una huida accidentada a través de varios países,
entre ellos Estados Unidos, que se negaron a acogerlos, llegaron a México en
1941. Anna consiguió integrarse perfectamente en el idioma y la cultura de este
país. Su marido encontró trabajo de profesor universitario. México ofreció
asilo no sólo a muchos exiliados políticos alemanes, sino que también abrió sus
fronteras a numerosos intelectuales y artistas españoles y latinoamericanos, y
les permitió seguir luchando contra el fascismo.
NERUDA: UNA COMIDA DE BIENVENIDA
Una prueba de los estrechos lazos que existieron entre
refugiados de orígenes tan diversos fue la invitación a una comida de
bienvenida que Anna Seghers, recién llegada, recibió de Pablo Neruda, entonces
Cónsul General de Chile en aquel país.
Estos contactos se convirtieron
en amistad. Jorge
Amado, el autor brasileño más importante del siglo XX, dijo que para Pablo
Neruda y él mismo, Anna era como una hermana: "Nadie poseyó en este mundo
tanto encanto y fantasía como Anna".
En México formó parte de la dirección del movimiento
Alemania Libre y del Club Heinrich Heine, dedicándose durante los siete años de
su exilio en México a la actividad política y literaria, y reflexionando sobre
la futura identidad política y cultural de los alemanes.
En 1942 se publicó su novela “La Séptima Cruz ”. Este
libro cuenta una historia singular. Siete presos se fugan del campo de
concentración de Westhofen. El jefe del campo pone en marcha la máquina
represiva en la persecución de los evadidos. También pone su autoridad y su orgullo en la promesa
de atraparlos en el plazo de una semana. Manda podar siete árboles, los cruza
con un madero para darles forma de cruz y anuncia que, a medida que sean
capturados, los irá colgando de esos siete árboles, con la intención de ejecutarlos
a continuación a la vista del resto de los prisioneros: un siniestro
escarmiento que pretende ser una verdadera lección de humillación y reducción a
la impotencia y un metódico despojo de su condición humana a los presos. La
novela va narrando la captura, vivos o muertos, de los seis primeros, pero el
séptimo, al que corresponde la séptima cruz, se convierte en un símbolo para
ellos: o la última esperanza, o el golpe de gracia. Y también para los
carceleros: o la confianza en su superioridad, o la impotencia. Día y noche, la
séptima cruz se mantiene vacía ante los ojos de todos, a la espera de la
captura del último de los evadidos. Éste, un comunista logra eludir a la Gestapo y sale al
extranjero.
REGRESA
A ALEMANIA
Los nazi-fascistas fueron derrotados
en 1945 por las tropas soviéticas. En 1947 Anna Seghers
abandonó México. Retornó a Berlín. Primero residió en Berlín Oeste. Por
entonces era militante del Partido Socialista Unificado de Alemania
(Sozialistischen Einheitspartei Deutschlands). El 7 de octubre de 1949 se creó la República Democrática
Alemana.
Neruda, Jorge Amado y Anna Seghers. París, 1949
En 1951 ganó el Premio Nacional de la República Democrática
Alemana (DDR) y realizó un viaje a la República Popular
de China.
Desde 1952
a 1978 fue la presidenta de la Federación de
Escritores de la DDR. En 1955 Anna Seghers y su
esposo se mudaron a la calle
Volkswohlstrasse 81, (posteriormente
se llamará calle Anna Seghers). Allí vivió hasta su muerte.