lunes, 1 de junio de 2020

ANNA SEGHERS: UNA ESCRITORA ANTIFASCISTA





En el 37º aniversario de su fallecimiento:



                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER





                    
"No existe la neutralidad. Para nadie. Sobre todo no la hay para los escritores. Incluso el que calla toma parte en la lucha. Quien asustado y confundido por los acontecimientos se refugie en su exilio interior, quien convierte el arma de la palabra en un juguete o en mero adorno, quien, aclarado, se resigne, se condena a sí mismo a la esterilidad social" (Anna Seghers en revista “Nuevas Páginas Alemanas”, Praga)

Anna Seghers, la gran novelista antifascista alemana, falleció el  miércoles 1 de junio de 1983 en Berlín, República Democrática Alemana. Con su muerte, desapareció uno de los símbolos de la resistencia frente al nazismo y una escritora que encarnaba, como pocos, la idea de novelista comprometida y representante del realismo socialista.

Su verdadero nombre era Netty Reiling. Había nacido el 19 de noviembre de 1900 en Mainz (en la región de Rheinhessenen), en el seno de una familia judía acomodada. En esta ciudad pasó sus primeros diecinueve años.  Sus padres fomentaron en ella desde muy temprano el interés por el arte y la literatura.

EN HEIDELBERG

En 1919 se matriculó en la Universidad de Heidelberg, donde estudió Historia del Arte y Sinología. En 1924 se doctoró con un trabajo sobre los judíos y el judaísmo en la obra del pintor Rembrandt. Estudió también en la Universidad de Colonia, donde hizo un curso práctico en el Museo de Arte Asiático.

El pseudónimo de Anna Seghers procede del pintor holandés del siglo XVII Hercules Seghers. Comenzó a usarlo como parte de la ficción de uno de sus primeros trabajos, una historia corta en la que el protagonista era un capitán de barco holandés llamado Jan Seghers, y ella cuenta la historia como si fuera su propia nieta, Anna Seghers. A partir de ahí usará este nombre el resto de su vida.


                                Anna Seghers con sus hijos Peter y Ruth

En Heidelberg frecuentó los círculos de los exiliados políticos de Europa Oriental, y conoció al sociólogo comunista húngaro, Lászlo Radványi, con quien se casó en 1925. Al año siguiente se instaló con él en Berlín, donde Laszlo dirigía la Escuela Marxista de Trabajadores (MASCH). Tuvieron dos hijos, Peter que nació en 1926 y Ruth en 1928.

EN 1928 INGRESA AL PARTIDO COMUNISTA ALEMÁN

En 1928 publicó su primer libro, “La revuelta de los pescadores de Santa Bárbara” (Aufstand der Fischer von St. Barbara), sobre una revuelta de pescadores bretones. En él ya trata el tema de la necesidad de cooperar para luchar contra la opresión y de cómo esa lucha da significado a la vida. Por este libro ganó el prestigioso premio Kleist. En 1934 se hizo en la URSS una adaptación al cine dirigida por Erwin Piscator.

En ese mismo año de 1928 ingresó en el Partido Comunista Alemán (el KPD). También se afilió a la Asociación de Escritores Revolucionarios. En 1930 viajó a la Unión Soviética para participar en el Congreso de la Unión Internacional de Escritores Revolucionarios celebrada en Jarkov (Ucrania).

DETENIDA POR LA GESTAPO

En 1933, tras la toma del poder por los nazis, fue detenida por la Gestapo, siendo puesta en libertad poco después. Antes de esto, ya había sido amenazada por los nazis, especialmente a raíz de la publicación de su novela “Los Compañeros” (Die Gefährten, 1932), en la que atacaba al fascismo. Sus libros fueron prohibidos en Alemania.

SE INICIA EL LARGO DESTIERRO

Huyó con su compañero a Suiza y de ahí a Francia, como tantos otros intelectuales, instalándose en París, donde pasaría la primera etapa de su largo exilio. Fue en el exilio cuando tuvo su periodo creativo más destacado, tanto cualitativa como cuantitativamente.

Desde París hizo frecuentes viajes a otros lugares. Incluso se trasladó clandestinamente a Austria para documentarse sobre el levantamiento obrero contra el régimen fascista de Dollfuss, sobre el que escribió la novela “El camino por febrero” (Der Weg durch den Februar, 1934).

En esta novela describe cómo se va adquiriendo la conciencia de clase por los trabajadores, adormecida en un primer momento, y que despierta en la lucha abierta contra los poderes reaccionarios. Hombres y mujeres normales, sencillos, van desarrollando no sólo una gran fuerza política, sino un enorme potencial de resistencia. Esa fuerza de los débiles cuando se unen en una causa común sería una constante en su obra.

FORMA PARTE DE LA REDACCIÓN DE UNA REVISTA ANTIFASCISTA

Anna Seghers se dedicó también en los primeros años de exilio al estudio de las cuestiones estéticas y de teoría literaria.

Desde 1933 hasta 1935, junto a otros escritores, formó parte de la redacción de la revista mensual de literatura y crítica Neue Deutsche Blittler (Nuevas Páginas Alemanas), que se editaba en Praga.

En 1937 escribe “El rescate”  (Die Rettung), donde relata la angustia de siete mineros atrapados a 700 metros de profundidad tras una explosión de grisú, donde esperan la llegada de auxilio. El protagonista, el picador Andreas Bentsch, mantiene la esperanza frente al pánico y la desesperación que les va invadiendo, hasta que son rescatados. Pero sus problemas continúan después del rescate. Ante el inminente cierre de la mina, sus compañeros le piden consejo a Bentsch , pero él no sabe qué hacer, se siente impotente. Tras la detención de un amigo comunista, finalmente Bentsch adquiere conciencia de clase y pasa a la clandestinidad de la lucha revolucionaria.
A lo largo de estos años Anna Seghers participó en diversos congresos internacionales de escritores, y viajó varias veces a España durante la Guerra Civil.

Cuando en 1940 las tropas alemanas invaden Francia, nuevamente tiene que huir. Su marido Laszlo fue internado en el campo de concentración de Le Vernet. Anna escapó con sus hijos a la parte del sur de Francia no ocupada por los nazis.

En medio del caos y la lucha por conseguir un visado de salida hacia México, Anna hacía su vida, imperturbable. Hilde Eisier, la mujer del compositor describe cómo encontró a la novelista en un café: "En este período caótico ella mantenía su ritmo de vida, escribía un libro y a una hora determinada de la tarde no se podía molestarla, porque hacía los deberes con sus hijos. Yo la admiré mucho, porque en. medio de aquella existencia improvisada, de la histeria y el nerviosismo generales, exhalaba una gran calma".

Finalmente consiguió que su marido fuera liberado, y la familia pudo salir de Marsella en marzo de 1941. Esta etapa constituye la base de su novela “Tránsito” publicada en 1944.

MÉXICO LES ABRE SUS BRAZOS


                             Anna Seghers en México, con su hija Ruth

Tras una huida accidentada a través de varios países, entre ellos Estados Unidos, que se negaron a acogerlos, llegaron a México en 1941. Anna consiguió integrarse perfectamente en el idioma y la cultura de este país. Su marido encontró trabajo de profesor universitario. México ofreció asilo no sólo a muchos exiliados políticos alemanes, sino que también abrió sus fronteras a numerosos intelectuales y artistas españoles y latinoamericanos, y les permitió seguir luchando contra el fascismo.

NERUDA: UNA COMIDA DE BIENVENIDA

Una prueba de los estrechos lazos que existieron entre refugiados de orígenes tan diversos fue la invitación a una comida de bienvenida que Anna Seghers, recién llegada, recibió de Pablo Neruda, entonces Cónsul General de Chile en aquel país.

Estos contactos se convirtieron en amistad. Jorge Amado, el autor brasileño más importante del siglo XX, dijo que para Pablo Neruda y él mismo, Anna era como una hermana: "Nadie poseyó en este mundo tanto encanto y fantasía como Anna".

En México formó parte de la dirección del movimiento Alemania Libre y del Club Heinrich Heine, dedicándose durante los siete años de su exilio en México a la actividad política y literaria, y reflexionando sobre la futura identidad política y cultural de los alemanes.

LA SÉPTIMA CRUZ




En 1942 se publicó su novela “La Séptima Cruz”. Este libro cuenta una historia singular. Siete presos se fugan del campo de concentración de  Westhofen.  El jefe del campo pone en marcha la máquina represiva en la persecución de los evadidos. También  pone su autoridad y su orgullo en la promesa de atraparlos en el plazo de una semana. Manda podar siete árboles, los cruza con un madero para darles forma de cruz y anuncia que, a medida que sean capturados, los irá colgando de esos siete árboles, con la intención de ejecutarlos a continuación a la vista del resto de los prisioneros: un siniestro escarmiento que pretende ser una verdadera lección de humillación y reducción a la impotencia y un metódico despojo de su condición humana a los presos. La novela va narrando la captura, vivos o muertos, de los seis primeros, pero el séptimo, al que corresponde la séptima cruz, se convierte en un símbolo para ellos: o la última esperanza, o el golpe de gracia. Y también para los carceleros: o la confianza en su superioridad, o la impotencia. Día y noche, la séptima cruz se mantiene vacía ante los ojos de todos, a la espera de la captura del último de los evadidos. Éste, un comunista logra eludir a la Gestapo y sale al extranjero.

REGRESA A ALEMANIA

Los nazi-fascistas fueron derrotados en 1945 por las tropas soviéticas. En 1947 Anna Seghers  abandonó México. Retornó a Berlín. Primero residió en Berlín Oeste. Por entonces era militante del Partido Socialista Unificado de Alemania (Sozialistischen Einheitspartei Deutschlands). El 7 de octubre de 1949 se creó la República Democrática Alemana.


                         Neruda, Jorge Amado y Anna Seghers. París, 1949

En 1951 ganó el Premio Nacional de la República Democrática Alemana  (DDR) y realizó un viaje a la República Popular de China.

Desde 1952 a 1978 fue la presidenta de la Federación de Escritores de la DDR.  En 1955 Anna Seghers y su esposo se mudaron a la calle  Volkswohlstrasse 81, (posteriormente  se llamará calle Anna Seghers). Allí vivió hasta su muerte.


                                    Tumba de Anna Seghers en Berlín.