lunes, 15 de enero de 2024

RECABARREN Y LA PRENSA OBRERA

 

Hace un año exactamente, el compañero historiador Iván Ljuvetic Vargas, nos hizo llegar éste artículo, que hoy se lo volvemos a proponer a nuestros lectores y lectoras, al cumplirse el 112 Aniversario de "El  Despertar de los Trabajadores". 

 

 

En el 111 Aniversario de “El Despertar de los Trabajadores”:

 

 

                                                              Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                              Centro de Extensión e Investigación

                                                              Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 


Luis Emilio Recabarren fue obrero tipógrafo desde los catorce años, había nacido en Valparaíso el 6 de julio de 1876 Ahí, en las imprentas, duramente explotado,  vislumbró la importancia  de   que  la letra de molde se pusiera al servicio de los trabajadores. 

El periodismo fue un aspecto muy importante en la  acción  por educar, unir y organizar  a los trabajadores chilenos,  llevada adelante durante 30 años por Luis Emilio Recabarren Serrano. 

En 1894 se incorporó al Partido Demócrata, iniciándose en la lucha social.


SEMBRANDO LA  LUZ 

Tenía 23 años de edad en 1899, cuando  fundó lo que se considera el primer periódico obrero creado por Recabarren.   Fue el semanario “La Democracia”,  de Santiago. 

Al año siguiente escribió: “La prensa obrera es como la luz que señala desde lejos el camino más corto por donde debemos andar”. 

En 1901, señaló en el periódico “La Democracia”: “La prensa obrera, tiene por misión sagrada, contribuir a la ilustración,   y difundir la cultura en las costumbres de los pueblos”. 

Al año siguiente escribió: “La prensa obrera es como la luz que señala desde lejos el camino más corto por donde debemos andar”.


UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE 

En 1903 Recabarren vivió un hecho  que le resultó inolvidable. En su  discurso “Los albores de la Revolución Social en Chile”, pronunciado en la Cámara de Diputados el 15 de julio de 1921, Recabarren lo evocó así: 

“Yo recuerdo siempre con emoción la vez que llegó un grupo de obreros de Tocopilla, y me dijeron: ‘Compañero, traemos dos mil pesos para comprar una imprenta.  La Mancomunal de Obreros de Tocopilla ha logrado reunir este dinero para comprar una imprenta. Venimos a que usted nos acompañe a comprarla’. 

¿Y qué van a hacer ustedes con ella?, les pregunté. 

Me contestaron: ‘Un periódico`. 

¿Y quién se los va a escribir? 

‘No tenemos quién nos lo escriba; pero confiamos en que usted nos buscará un tipógrafo para que lo escriba’ 

Y concluyeron por decirme:   ‘Esperamos que usted mismo se vaya a Tocopilla y nos atienda el periódico’.” 

Recabarren señaló en ese 15 de julio de 1921 en la Cámara: “Yo encuentro de una sublimidad majestuosa el pensamiento de estos obreros –peones, playeros, estibadores, cargadores, lancheros- que soñaban con tener una imprenta. Ellos mismos, por sí solos, por sus propios esfuerzos,  juntaron el dinero para comprar una imprenta y publicar un periódico”-


UN SEGUNDO PERIÓDICO

Recabarren viajó en septiembre de 1903 al norte. Allá tuvo  no sólo la oportunidad de crear su segundo periódico –“El Trabajo”, de Tocopilla- sino, además, de tomar contacto directo con los trabajadores de ese puerto y de la pampa salitrera. Ello influirá decisivamente en su formación revolucionaria.

 


 

Tocopilla hacia 1900

 

 

¿QUÉ SIGNIFICABA ESCRIBIR UN PERIÓDICO? 

Cuando entonces se hablaba de “escribir  un periódico”, de lo que se trataba era de componer las páginas. Y ello se hacía con los tipos o letras,  con los que se debían escribir las palabras, al revés, de atrás hacia delante, de derecha a izquierda. Los que paraban los tipos eran los tipógrafos.


 

 


Esa era la profesión de Recabarren. Pero él hacía dos labores al mismo tiempo.   Escribía sus artículos  según entendemos el término hoy  y,  al mismo tiempo,  componía  el periódico. Lo hacía simultáneamente.


“EL MÁS FORMIDABLE ARIETE” 

En 1904, Recabarren dio vida a otro periódico en Tocopilla: “El  Proletario”. 

En 1906 escribió en “La Doctrina Popular”, de Coquimbo: “La prensa es la voz del pueblo. No hay  periódico insignificante. El más pequeño es tan terrible como el más formidable ariete”. 

En ese mismo año publicó en “La Vanguardia”, de Antofagasta – su  cuarto periódico-  lo siguiente: “Aviso a mis correligionarios que estoy organizando una sociedad para establecer en Santiago una imprenta.  El valor de la acción es de 50 pesos. El nuevo diario obrero debe   aparecer el 1 de junio de 1906”.

 

Así nació “La Reforma”, diario obrero demócrata, editado en la capital. 

En 1911 fundó “El  Grito Popular” de Iquique, último periódico que creó siendo miembro del Partido Demócrata.


 

Recabarren con la imprenta en la sangre

 

 

“EL DESPERTAR DE LOS TRABAJADORES” 

El 16  de enero de 1912  apareció  el primer número de “El Despertar de los Trabajadores” de Iquique,  el más importante de los 11 periódicos nacidos gracias al esfuerzo y sacrificio de Recabarren. 

Apareció siendo propiedad de la Sociedad Obrera Cooperativa Tipográfica,  constituida para darle vida al proyecto de  un diario revolucionario en ese puerto. Después, sus socios acordaron donarlo al Partido Comunista, una vez fundado éste el 4 de junio de 1912. 

Fue éste un periódico combativo, valiente. Los patrones y las autoridades lo persiguieron. Sus propagandistas, por el solo hecho de serlo, eran despedidos de las faenas, detenidos y enviados a la cárcel.

 

Iquique hacia 1912

 

 

UN PERIÓDICO LEIDO POR LOS OBREROS 

Pero era leído por los trabajadores. Salvador Ocampo, quien fuera senador del Partido Comunista, relata: “Yo trabajaba en una cuadrilla de cargadores de la Chile Exploration Company de Tocopilla. Era una especie de arrinquín, que ayudaba a los trabajadores en las cosas más esenciales y  les preparaba sus alimentos para los momentos de descanso... Esto ocurría más o menos en los años 1912 al 14... El 12 yo tenía 10 años de edad...  Esta cuadrilla estaba compuesta por unos mocetones bravos, los más salvajes que había por esos lados. Todos, la gente más buena y humana que he conocido. Algunos de ellos compraban ‘El Despertar de los Trabajadores’, que Recabarren editaba en Iquique y que llegaba hasta allí clandestinamente. Serían unos diez o doce los que compraban ‘El Despertar’. La cuadrilla se componía de 40 obreros. El caso es que esta gente compraba el diario y a la hora de almuerzo, al mediodía, yo veía  cómo leían los títulos con grandes dificultades  -eran pocazos los que sabían leer-   y  después se guardaban el diario.

  

 



Pues bien, cuando supieron que yo sabía leer, me exigían que se los leyera. Lo primero que me decían era: ‘A ver, compañero Guachito (así me llamaban a mí), leamos lo que dice Recabarren’. Entonces yo buscaba  si venía algún artículo con su firma. Y si no venía, les decía: ‘No, Recabarren no dice nada aquí’. Pero ellos insistían: ‘Bueno, pero es que...¡el editorial!, pues Guachito, ¡esa es la palabra de Recabarren!” 

Qué hermosa escena debió ser esa: cuarenta obreros pampinos sentados en círculo, escuchando atentamente lo que escribía Recabarren a través de la lectura que hacía un niño.

 

EL PERIÓDICO, UN MEDIO DE EDUCACIÓN 

El periodismo fue un aspecto muy importante en la  acción  por educar, unir y organizar  a los trabajadores chilenos,  llevada adelante durante 30 años por Luis Emilio Recabarren Serrano. 

En “El Despertar de los Trabajadores”, Recabarren publicaba obras de teatro. Tanto propias, como de otros autores, siempre que tuvieran contenido social. 

Entre las piezas teatrales del padre de la prensa obrera chilena están “Redimida”, que narra la historia de una mujer abandonada que ingresa a las filas revolucionarias, único camino para lograr una vida mejor. Otra, es “Desdicha Obrera”, un ataque al clero y a la alta burguesía.


TAMBIÉN EN OTRAS CIUDADES 

En ese mismo año publicó en “La Vanguardia”, de Antofagasta – su  cuarto periódico-  lo siguiente: “Aviso a mis correligionarios que estoy organizando una sociedad para establecer en Santiago una imprenta.  El valor de la acción es de 50 pesos. El nuevo diario obrero debe   aparecer el 1 de junio de 1906”.

  

 

    

También creó “La Reforma”, diario obrero demócrata, editado en la capital. 

En 1911 fundó “El  Grito Popular” de Iquique, último periódico que creó siendo miembro del Partido Demócrata.

En 1915 fundó el periódico “El Socialista” en  Valparaíso. Un año después, “El Socialista” de Antofagasta.  Luego, este último cambió   de nombre. Se llamó “El Comunista”.     Sobre éste, recuerda Salvador  Ocampo:” Hacia 1924, en Antofagasta nosotros llegamos a vender 40 mil  ejemplares diariamente de   “El Comunista”, vendíamos más que cualquier otro diario”.

 

LA PRENSA OBRERA MEDIO DE LUCHA 

En 1917, estando en Buenos Aires, Recabarren sostuvo: “La prensa obrera es un medio más de lucha, de acción, de crítica, de propaganda, de discusión”. 

En 1921 en el  ya  mencionado discurso en la Cámara, afirmó el padre de la prensa obrera: “Mientras la imprenta no estuvo en manos de los obreros, no éramos nadie; vivíamos en la oscuridad, ignorados; no podíamos desarrollar nuestro pensamiento”. 

En ese mismo año 1921 fundó el periódico  La Federación Obrera” y, en 1924,  “Justicia”.  Ambos de Santiago.

 

El historiador Hernán Ramírez Necochea afirma que, hacia 1923,   gracias al incansable trabajo de Recabarren,   el Partido Comunista poseía y mantenía  12  periódicos a lo largo de nuestro territorio.


INCANSABLE PERIODISTA 

Recabarren no solo creó imprentas.   Fue también  laborioso y didáctico   periodista. Escribió en 48 periódicos  chilenos, que aparecían en 24 puntos del país: Arica, Iquique, Tocopilla, Antofagasta, Taltal, La Serena, Coquimbo,  Ovalle, Chañaral, Los Andes, Viña del Mar, Valparaíso, Casablanca, Santiago, Chillán, Talcahuano, Concepción,  Coronel,  Lota,  Lebu,  Nueva Imperial, Valdivia, La Unión y Punta Arenas.  Además colaboró en órganos  de prensa  de Buenos Aires.

El periodismo fue un aspecto muy importante en la  acción  por educar, unir y organizar  a los trabajadores chilenos,  llevada adelante durante 30 años por Luis Emilio Recabarren Serrano.


EDUCADOR DE MASAS 

Sin lugar a duda, el padre del movimiento obrero chileno es el más grande educador de masas de nuestra historia.         

Su último artículo, elaborado en conjunto   con Luis Víctor Cruz,  tuvo por tema la necesidad de  dar mayor apoyo al periódico “Justicia” de Santiago. Apareció en ese mismo diario, con fecha 11 de noviembre de 1924. Treinta y ocho días después, Recabarren ponía fin a su existencia.

 

 

 

Luis Víctor Cruz (primera fila) Recabarren (en la segunda)

 

 

Pablo Neruda   evoca en su ‘Canto General’   la labor de  creador de la prensa  obrera chilena y de periodista de Recabarren.  Dice:

 

                                      “Y fue por la patria entera

                                      fundando pueblo, levantando

                                      los corazones quebrantados.

                                      Sus periódicos recién impresos 

                                      entraron en las galerías 

                                      del carbón, subieron al cobre,

                                      y el pueblo besó las columnas

                                      que por primera vez llevaban

                                      la voz de los atropellados”.

 

 




La Viruela parda.

 


Comentario radial y escrito.

 




 

Somos tan diversos, tan impetuosos y tan en patota, que, en una estampida, más del 50%, va quedando paulatinamente amortiguado, se interroga medio amansado, sin embargo, medio cachudo, se organiza en el empedrado; otro 40% , sin saber cómo, ni pá adónde lo lleva el arranque, se acomoda bien acomodado, espera; el 10% restante, cuida sus encomiendas como hueso santo, son un esperpento. 

Ando buscando vivencias en guarda. 

Quiero saber, porque existimos en este curanto.

Cinco, seis meses atrás, en todo occidente, parte de América y Oceanía, el solo pensar en Rusia, era censurado, boicoteado, eliminado. 

Los que escuchaban La Obertura de Romeo y Julieta, Cascanueces o el Lago de los Cisnes de Ilich Chaikovski, eran convertidos por el Fondo Monetario Internacional en zombi. 

Son dogmas del Imperio. 

Ahora, hoy, en las redes sociales, una rusa, en ruso, me canta “Corazón espinado”. 

La rusofobia ha mermado elocuente. Para definir a algún líder político, el “Comunista e mierda” ya no suena como insulto capital. 

Sin embargo, los invites a morir ignorantes se multiplican. La OTAN tiene bases militares en 32 países de Europa. 

Actualmente tienen 150 bombas nucleares, concentradas en cinco países de Europa. 

Muy personalmente, me atrevo a decir, que, Vladimir Putin, aplico lo aprendido en la mentirosa y mortífera guerra fría; logrando conservar y desarrollar inmenso, el poderío integral inmenso de la Ex Unión Soviética. 

Putin, no es socialista, menos comunista. 

Pero, está haciendo lo que no pudo hacer Yeltsin/ ni Gorbachov: 

Ponerle bozal y cortarle las garras al Imperio gringo; bozal que alcanza y sobra para los países que componen la Unión Europea. 

A otros países los tiene jugando al “Poto sucio”. 

Sin pisar callos, llevamos más de 170.000 años adaptándonos y viajando. Sin contar los anteriores millones de años venidos del mar. 

La instancia que ha permitido esta odisea del existir, es, el trabajo. 

El trabajo, ha sido, es, para algunos un yugo, para otros una instancia política por conquistar y hacerlo social. 

Otros, son proxenetas del trabajo ajeno. 

Este viajar de tantos años, de tanta vida, de tantos logros y no logros; de tanto mucho, no nos ha servido, en mi paisito de agua, por ejemplo, nos incitan hoy, a prepararnos para la guerra, 

Se me asoma: 

“Nos preparan a la guerra, en contra de los obreros” 

Los que mueren son el pueblo joven; el de la construcción, los del repollo y el de la oficina, el del cuartel y del mostrador, el del litio y el de las aulas. 

Los que van a matarse no son las trasnacionales, ni los fabricantes de armas, los narcotraficantes de puño y corbata, ni tampoco los que envenenan el trigo. 

No, no son ellos. 

Es muy doloroso para mí, constatar lo fácil y cómodo que ha sido para el riquerio, organizarnos en grupitos amansando los inventos para producir más y más, y en menos tiempo. 

Al fuego, a la rueda, al viento, les hicimos chupete. 

En la Revolución Industrial, la máquina a vapor le dio al liberalismo un impulso mayúsculo para sus objetivos de acumulación y costo. Si los empresarios y amos de esos tiempos se hubieran imaginado las ganancias y los caminos que tomarían la explotación salvaje del hombre por el hombre, habrían amansado el látigo. 

Digo esto de amansado el látigo, porque la dureza del hambre, producida por ese liberalismo ciego, demando parir la organización de los explotados asalariados. 

Es decir, el surgir del proletariado organizado y la lucha de clases. 

El golpe de Estado en Chile, además de criminal y genocida fue el tubo de ensayo de dejar atrás el liberalismo y ensayar el neoliberalismo. 

Desconocer hoy, la aplicación del neoliberalismo como herramienta estructural de dominio integral del capital, seria de una ignorancia mortal y de yugo. 

El Neoliberalismo y otros pajarracos, ensamblan el hacer de las finanzas en los países más poderosos del mundo. Desde allí, infectan el resto del mundo. 

Se denominan el G7. Se enfloran con, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia Italia, Japón. 

A esta poderosa organización, le sale al paso un nudo de cerezos viajando desde oriente, Asía, hasta occidente. Es una instancia denominada BRICS, creada por países emergentes, que han logrado consolidar sus carteras. Y les ha ido tan bien, que su PIB ha superado al de los G7. 

El BRICS arropa a Brasil, Sudáfrica, India, China, Rusia, Arabia Saudita, Irán, Etiopia, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Venezuela haciendo trámites para entrar y Argentina, con el ego mirando bajo el agua, saliendo. 

A como están los tiempos, el BRICS es una organización integral estratégica en la cual, es precedida actualmente por Rusia. 

Esto que escribo se asemeja a un laberinto construido por una araña. 

Que se yo del fascismo. 

Es la guadaña que tiene el riquerio para defender sus privilegios. Y lo maléfico de todo, es, que esa fuerza despiadada, ciega, ignorante y de la misma clase, es sustraída en su mayoría desde el pobrerío proletario. 

Esta contradicción infame, cascarrias de la sumisión intelectual, consciente o inconsciente de miles y miles de años en los de abajo, por las creencias religiosas, por los planes de estudios, por la militarización de la sociedad, por la pobreza y la injusticia social que la provoca, por la delincuencia, son las fuentes de extracción de este azote ideológico. 

Digo los planes de estudio y la militarización de la sociedad para explicar una vivencia. 

Cuando yo era niño, en la Escuela, nos daban como “bombo en fiesta” con la guerra del pacífico. 

Que Arturo Prat pá allá, que Arturo pá acá. 

La toma del “Morro de Arica” defendido por el Ejército Peruano, recién saliendo de un golpe de Estado, con harakiri y abandonos por todos lados, nos hacían olvidar para donde se iba el salitre. 

Una tarde, jugábamos en los cerros. La fantasía infantil es un privilegio como el vivir. Éramos lo escrito por Alejandro Dumas. Éramos el General Baquedano. Éramos, temibles aventureros de 7,8,9 años, defendiendo la libertad de Chile. De repente, escuchamos el cantar de un clarinete. 

Nos miramos atónitos, gritamos al unísono: Los Peruanos. 

Qué manera de arrancar, correr cuesta abajo por los cerros es una sabiduría. No sé, como llegamos al campamento, para peor, el Yayo y yo, vivíamos lejos de los cerros, en la primera fila de casas. 

El Yayo, por el susto, llego a su casa cagado entero. 

Por eso, 50 años más tarde, no me pareció extraño ver en Viña del Mar, pegados en murallas y postes, carteles que decían: “boliviano, ándate de aquí”, como tampoco me extraña esa actitud fascista de hoy, en contra de la migración. 

Te vienen envenenando antes de concebirte. 

Es lo que pasa con la delincuencia proletaria, el lumpen. 

Y el verdugo estructural de estas inhumanas herramientas es la propiedad privada. La churrería de Doña Juana, aunque sea de ella, no entra en la definición. 

Las migraciones son alternativas de vida, son los tijerales originarios de nuestro sobrevivir, nuestra esencia de ser humano. 

Somos producto de una migración. 

Pero, esta migración de hoy y de ayer, son las consecuencias nefastas, el producto político, que han dejado las invasiones y las colonias europeas establecidas, mutilando la vida.

 

Alejandro Fischer Alquinta 

Estocolmo 20240114




sábado, 13 de enero de 2024

EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE MI EXISTENCIA

 


“El día más importante de mi existencia”, como lo definiera el Historiador Iván Ljubetic Vargas, nos lo dió a conocer a los lectores y lectoras del Boletín Rojo, el año pasado en un artículo titulado Hace 75 Años. Hoy nuevamente, ese artículo se lo volvemos a proponer en nuestras páginas.

 

 

 

 HACE 75 AÑOS


 

 

 

                                              




Iván Ljubetic Vargas, historiador del 

Centro de Extensión e Investigación 

Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 


DESCUBRIENDO UN MUNDO NUEVO 

Terminado el año escolar me fui a Llo-Lleo. Estaba lleno de veraneantes. Estos y también nosotros, los del lugar, cumplíamos el rito estival: ir en la mañana y  después de  almuerzo a la playa; pasadas las 18 horas, a la plaza, a dar vueltas incansablemente hasta las 20 horas, cuando todos íbamos por Inmaculada Concepción a la estación ferroviaria a esperar el tren que venía de Santiago (corría sólo dos veces al día, el otro llegaba cerca de las 11 horas, cuando era tiempo de estar en la playa). La verdad es que la inmensa mayoría de los que repletábamos la estación no iba a esperar a nadie. Una vez que el convoy partía rumbo a Barrancas, San Antonio y Cartagena, regresábamos a la plaza. Había música a través de `parlantes. Algunos bailaban en el centro de ella. Otros se sentaban a conversar, pero la mayoría daba las tradicionales vueltas. Todos admirábamos lo hermoso de la plaza: los jardines, un pino en forma de casa, los prados, el árbol de la vida. El que cuidaba esa plaza era el “maestro” Armando Vidal, que pololeaba con nuestra nana Carmen. 

Aparentemente, la vida transcurría idílicamente en Llo-Lleo y en todo Chile. Pero en esos mismos momentos cientos de comunistas estaban en la cárcel o en Pisagua; miles eran perseguidos, expulsados de su trabajo. 

También en esos días, miles de revolucionarios trabajaban en la clandestinidad. 

Pero ni lo uno ni lo otro lo sabía o le importaba a la mayoría de aquellos que iban a la playa, daban vueltas en la plaza o recibían el tren de la noche. 

Yo me encontraba entre esos ignorantes y despreocupados chilenos que vivían en las nubes. Pero algo maduraba en mí. Alguna huella había dejado el comprobar la forma en que se calumniaba a los comunistas. Sentía simpatía, solidaridad hacia ellos, esto de un punto meramente humanitario. Me sentía un buen samaritano, deseoso de ayudar al hermano perseguido. 

Supe que un sastre de Llo-Lleo, llamado Ramón Urzúa,  estaba relegado en Pisagua. Conversé con sus vecinos.  Todos  hablaron muy bien de él. 

Observé que algunos comunistas, a los que conocía de vista, se paseaban solos. La gente, inclusos sus amigos, temían  que los vieran con ellos. 

Ello me indignó. Fue como un desafío para mí. Me dije que yo haría lo que  otros no se atrevían a hacer. No tenía miedo. Me sentía ingenuamente protegido. Pensaba que el hecho de ser dirigente  de la Juventud Católica, presidente del Estrella, hijo del dueño del almacén de la esquina o estar a las puertas de la Universidad, me daba una especie de fuero.


MI PRIMER ENCUENTRO CON ARMANDO 

Era fines de diciembre de 1947. Una noche estando en la estación vi a un joven obrero de la construcción, conocido comunista, Armando Alarcón, que se paseaba solo. Me acerqué a él y lo saludé. Contestó con una naturalidad, que me  desconcertó un tanto, pues esperaba que mi actitud lo sorprendiera.  Me conocía y sabía quién  era. 

Luego de hablar sobre el tiempo, tema apropiado para iniciar una conversación, le hice varias preguntas, que respondió ampliamente: ¿Qué eran los comunistas? ¿Por qué luchaban? ¿Por qué los perseguían? 

La conversación de esa noche de verano comenzó a  abrirme las puertas hacia un mundo hasta entonces desconocido para mí, que me maravilló desde el primer momento. Fue también el inicio de una gran amistad. 

Nos juntábamos todas las tardes. Armando me hablaba de Luis Emilio Recabarren, de una historia muy distinta a la que había aprendido en el liceo, de Lenin, de la Revolución Rusa, de la Unión Soviética, de la traición de González Videla. 

Me parecía increíble que un obrero, que debió abandonar la escuela para entrar a trabajar cuando aún era un niño, supiera tanto. 

Ante una pregunta, me respondió lleno de orgullo: 

-El Partido me ha educado. En sus filas he aprendido todo lo que sé. 

Esta afirmación me conmovió. Pensé: un Partido que forma esta clase de jóvenes no puede ser malo.

 

CUANDO ARMANDO ME ABRIÓ LAS PUERTAS 

Recuerdo que un día, cuando se acercaba la mitad de enero, Armando, así de frentón, siempre con su característica sonrisa, me propuso que me hiciera comunista y que le ayudara a reorganizar las Juventudes Comunistas de  Llo-Lleo, desaparecidas a causa de la represión del traidor. Me contó que quedaban sólo dos: él y otro joven de la construcción de apellido Huala,  y que para constituir la Jota se necesitaban a lo menos tres. Y me planteó: tú  puedes ser el tercero. ¿Qué te parece? 

Me pilló de sorpresa. Yo simpatizaba a esas alturas totalmente con los comunistas, pero no había pensado siquiera en la posibilidad de incorporarme a la lucha. No me encontraba con pasta de revolucionario. 

Dos sentimientos experimenté ante la proposición de Armando. Felicidad por la confianza depositaba en mí por él (que después supe que detrás de ella estaba la opinión positiva del Partido). Por otro lado, miedo. No a la represión, porque ni pensaba en ello, sino a no poder cumplir y defraudar a los compañeros. 

Respondí: podría intentarlo con tu ayuda y  si me es permitido  poner tres condiciones: que me permitan seguir creyendo en Dios, que no se me obligue a ser dirigente ni a hablar en público. 

Armando, inteligente y sin sectarismo alguno,  me explicó que no había problema alguno. Que esas tres cosas las debía decidir yo personalmente. 

Acepté. El compañero  me abrazó emocionado.

 

UNA TARDE DE VERANO CERCA DEL MAR 

15 de enero de 1948. Nos juntamos en una esquina de la plaza. Eran las 18 horas y la gente comenzaba a cumplir con el  ritual de las vueltas.  Armando llegó con el compañero Fernando Huala. Caminamos por avenida Providencia en dirección a Tejas Verdes. 

Armando había propuesto reunirnos al aire libre, pues era más seguro. Parecíamos tres amigos dando un inocente paseo. Pero se trataba de una sesión solemne y  de profundo contenido revolucionario. 

Armando  explicó que se acostumbraba en las reuniones de la Jota a designar un presidente. Decidimos que presidiera el compañero Huala. 

Armando abordó asuntos internacionales, la situación en Chile y las tareas que debíamos efectuar en Llo-Lleo. Era el informe político. 

Varias cosas no entendí y sobre las cuales pregunté más adelante. 

Se aprobó mi ingreso a las Juventudes Comunistas y se eligió  el secretariado de la base. A la cabeza, como secretario político, quedó Armando. Fernando fue designado encargado de organización. 

 

EL PRIMER DÍA SUPERÉ UNA DE MIS CONDICIONES 

Entonces, Armando me dijo: 

-Compañero Iván (en adelante me llamaría José Soto,  nombre de batalla que elegí)  necesitamos alguien que se encargue de cobrar las cotizaciones mensuales y controle los carnés (éste era una tarjeta doblada en dos. En su portada se leía en color azul: “Club Deportivo Camilo Henríquez”, en el interior doce cuadritos, uno para cada mes del año, donde se debía colocar la estampilla correspondiente. En la contraportada, se indicaban los tres deberes fundamentales de un “socio”: asistir a reuniones, pagar mensualmente las cuotas y cumplir las tareas asignadas. 

De acuerdo, dije, sin darme cuenta que desde el primer día ocupaba un puesto  de dirigente, pues  había aceptado ser el  encargado de finanzas de la base, pasando yo mismo por encima de una de las tres condiciones que había puesto para ingresar a la Jota.

  

EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE MI EXISTENCIA 

Ese 15 de enero de 1948 se constituyó en el día más importante de mi vida. Esa tarde de verano, cerca del mar, me hice miembro de la gran familia comunista. 

En ese día se iniciaba, también, un nuevo capítulo en la historia de la Joven Guardia de la Comuna de San Antonio. Se constituía el núcleo inicial de lo que sería, en pocos años más, un ejemplo de organización juvenil revolucionaria. 

Esa noche, antes de dormir, me hice una promesa. Me dije: tal vez no tenga pasta para ser un verdadero comunista, pero a lo menos en tres cosas estoy seguro que jamás fallaré: fidelidad al Partido y a la Jota, responsabilidad para cumplir toda tarea que se me entregue y puntualidad. 

En ese mismo año de 1948 ingresé al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile a estudiar historia.

 

 


Abrazos.

 


 

 

 


 

50 años han pasado como oleajes. 

Para los amarantos, el frente de organización es pan y escuela. 

Es nuestra bisagra para abrir ventanas, puertas; es un bracero, es nuestro símbolo de vida. 

El golpe fascista, nos obligó a confundirnos en el gentío, a intentar ser invisibles, a buscarnos para no morir, 200 mil compatriotas, fuimos, diente de león. 

En el desparramo nos buscábamos; la palabra fue silencio, desconfianza. 

Se hizo necesario escuchar…Y al igual que un sembrado, se asomó Radio Moscú, con su “ESCUCHA CHILE”. 

El orgánico amaranto lentamente se vestía en medio mundo. 

Los que llegaron a Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, nos salió, “vale otro”. 

En esos países había que buscar una forma de juntarnos, de conversar, de mirarnos. 

Buscar un día para abrazarse, para saberse, era primordial. 

Nos abrazábamos en Mendoza, en el Parque San Martin. Todavía tengo esos aromas. 

43 años han pasado. 

Con todo mis respetos, admiración y amor. 

Aquí estoy, para lo que mandes. 

Partido; un abrazo. 

Alejandro Fischer Alquinta.




PRESENTACION LIBRO "CAMARADAS EN LA FIESTA DE LOS ABRAZOS

 


Estimados compañeros y compañeras 

La primera "Fiesta de los Abrazos" tuvo lugar en el Estadio de la Congregación Santa María Claret., el 2 de enero de 1988, con el nombre de "Fiesta del Arte, la Ciencia y la Cultura por la Democracia en Chile". Fue bajo las condiciones del terrorismo de Estado de la dictadura fascista de Pinochet. Era la heroica conmemoración de la fundación del Partido Comunista de Chile. ¿Por qué en esa fecha? 

Porque hacía 32 años, el abril de 1956, el XIV Congreso Nacional realizado clandestinamente en Cartagena, había cometido el craso error histórico de cambiar la fecha fundacional del 4 de junio de 1912 al 2 de enero de 1922.  Error que fue superado en la Conferencia Nacional del 29 de  mayo al  2 de junio. 

(El error cometido por el XIV Congreso ha sido aprovechado para crear polémica  sobre algo tan esencial como es la fecha de fundación del Partido Comunista. La cuestión es clara: desde sus inicios  hasta el XIV Congreso fue el 4 de junio de 1912; desde 1956 a 1990 fue el 2 de enero de 1922; a partir de 1991 se reivindicó la fecha genuina: 4 de junio de 1912). 

El CEILER ha participado en varias ocasiones en la "Fiesta de los Abrazos": Ha presentado tres libros. En  este año  2024  no faltará a la cita. Presentará otro libro: "CAMARADAS"  última obra del historiador Iván Ljubetic Vargas, quien ya no está  con nosotros físicamente, pero nos ha dejado  su legado y este gran libro. 

Te invitamos cordialmente a participar con nosotros 

por CEILER:  Carlota Espina