miércoles, 25 de julio de 2018

REPRESIONES SUFRIDAS POR JUAN VARGAS PUEBLA







RELEGACIONES BAJO GONZÁLEZ VIDELA

El 21 de mayo de 1949, Juan Vargas Puebla finalizó su período como diputado. Continuó trabajando activamente como consejero de la CTCH. El 8 de septiembre fue detenido por agentes de Investigaciones y relegado a Pisagua. De ahí enviado a Belén un poblado en la Cordillera a 3.300 metros de altura. Después llevado al puerto de Taltal, para conducirlo a la isla de Melinka en el extremo austral de Chile.

La victoriosa huelga de los trabajadores de febrero de 1950, obligó al traidor a dejar en libertad a prisioneros y relegados políticos.

Juan Vargas regresó a Santiago y de inmediato reanudó su actividad como consejero nacional de la CTCH.

En febrero de 1953 participó en el Congreso Constituyente de la Central Única de Trabajadores de Chile, siendo designado tesorero nacional.

TAMBIÉN BAJO IBÁÑEZ

El ex dictador Carlos Ibáñez del Campo,  inició su gobierno en 1952 con una actitud  paternalista hacia los trabajadores. Pero pronto volverá por sus andadas antipopulares. A partir de mayo de 1954 comenzó a reprimir a los dirigentes de los trabajadores. Uno de los que sufrió la represión ibañista fue Juan Vargas. El viernes 22 de octubre de  1954, agentes de Investigaciones irrumpieron  en su hogar y lo detuvieron. No le dejaron llevar ni lo más indispensable. Lo relegaron a Putre en plena Cordillera a 3.500 metros de altura, donde permaneció cerca de dos meses. Pudo regresar a Santiago el jueves 13 de enero de 1955, luego que el Parlamento rechazó el Estado de Sitio, lo que obligó al gobierno a liberar a los relegados.

El jueves 5 de enero de 1956 fue detenido nuevamente y enviado a la cárcel de la capital, donde estuvo 119 días. En virtud del proceso por convocar al  paro nacional de la CUT de enero de 1956  fue relegado a San Javier el 5 de abril de 1957, donde permaneció hasta el 22 de octubre de ese año.

En las elecciones de abril de 1967 fue elegido regidor de la Municipalidad de Santiago.


                                    INVITACIÓN

Al cumplirse los 110 años de su nacimiento, el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, la Confederación Nacional de la Construcción y el Sindicato de la Construcción Alcantarilleros-excavadores, le rinden homenaje el JUEVES 9 DE AGOSTO DE 2018, A LAS 19,30 HORAS, EN EL SALÓN CAMILO GUZMÁN SANDOVAL DEL ICHIL  (Av. Brasil 153)





65 ANIVERSARIO ASALTO AL CUARTEL MONCADA - VICTORIA DE LAS IDEAS









HOMENAJE: 110 AÑOS DE JUAN VARGAS PUEBLA DIPUTADO OBRERO










En las elecciones del 4 de marzo de 1945, Juan Vargas Puebla triunfó como candidato a diputado por Valparaíso. Fue un ejemplar parlamentario obrero, tanto fuera como dentro de la Cámara.

Cuando se consumó la traición de González Videla en octubre de 1947, hizo uso de la tribuna del Parlamento para entregar la palabra de los comunistas, que luchaban en la clandestinidad.

EL  14 de diciembre de 1948 rindió en la Cámara homenaje al 24 aniversario de la muerte de Recabarren. En parte de su valiente discurso denunció: “La obra de Recabarren pretende ser destruida por nuevos dictadores, por pigmeos incapaces de comprender el desarrollo de los pueblos. Hoy se persiguen brutalmente sus ideales, el Partido que él fundase, la prensa que él creara. Se trata de destruir la CTCH, continuadora de la FOCH. Se trata de entregarnos maniatados a la voracidad del imperialismo yanqui. Pero Chile no está en venta. Ni el pueblo ni la clase obrera están derrotados.”



                                      INVITACIÓN

Al cumplirse los 110 años de su nacimiento, el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, la Confederación Nacional de la Construcción y el Sindicato de la Construcción Alcantarilleros-excavadores, le rinden homenaje el JUEVES 9 DE AGOSTO DE 2018, A LAS 19,30 HORAS, EN EL SALÓN CAMILO GUZMÁN SANDOVAL DEL ICHIL  (Av. Brasil 153)





ASALTO AL CUARTEL MONCADA





Un domingo 26 de julio de 1953, hace 65 años:




                                                         Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                         Centro de Extensión e Investigación
                                                         Luis Emilio Recabarren,  CEILER
 


                                               Cuartel Moncada hacia 1953

El cuartel  Moncada está ubicado en la ciudad  Santiago de Cuba, capital de la provincia de Oriente.  En 1953 estaba  allí acantonado el Regimiento Nº 1 de la “Antonio Maceo”. Era la segunda fortaleza militar del país, ocupada por unos mil hombres.

LA SITUACIÓN DE CUBA HACIA 1953

Existía una grave crisis de las instituciones políticas. Enormes problemas sociales. El 10 de marzo de 1952  se había producido un ilegal golpe de estado, que condujo a la dictadura de  Fulgencio Batista.

La brutal represión policial aplastaba a la oposición y hacía imposible cualquier salida pacífica a la crisis política.

La situación del país era precaria en temas tan vitales como la salud, la educación y el trabajo. Las clases pobres no tenían acceso a los medios de vida indispensables y sufrían todo tipo de maltratos y vejaciones. Un triste panorama empañaba la vida del cubano común.

CÓMO ERA LA ORGANIZACIÓN ENCABEZADA POR FIDEL

El movimiento estaba estructurado en forma de células. Se observaban estrictamente las normas de seguridad que exigía su carácter clandestino. Tenía dos comités de dirección: uno militar, al mando de Fidel, y otro civil, dirigido por Abel Santamaría.

                       
                                            Fidel Castro         Abel Santamaría       ( ambos hacia 1953)


Además, era una organización selectiva. Por instrucciones de Fidel, sus miembros se reclutaron entre las clases y sectores humildes de la población: obreros, campesinos, empleados, profesionales modestos. Eran hombres y mujeres preferentemente jóvenes, ajenos a toda ambición, no infectados por el anticomunismo ni por las lacras y vicios de la política tradicional. A principios de 1953, el movimiento contaba aproximadamente con 1 200 miembrosLas armas, los uniformes y los recursos necesarios para la lucha se obtuvieron fundamentalmente gracias a la abnegación, generosidad y sacrificio personal de los propios combatientes. Hubo casos conmovedores.  Un joven vendió su empleo y aportó $300.000 para la causa; otro liquidó los aparatos de su estudio fotográfico, con los que se ganaba la vida; om tercero empeñó su sueldo de varios meses y fue preciso prohibirle que se deshiciera también de los muebles de su casa, Éste vendió su laboratorio de productos farmacéuticos; aquel entregó sus ahorros de más de cinco años.

¿POR QUÉ SE ELIGIÓ EL CUARTEL MONCADA?

Ante la situación existente en Cuba los jóvenes revolucionarios planificaron tomar el Cuartel Moncada con el objetivo de iniciar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista(1952-1958).

¿Por qué escogieron el Moncada?
1. Porque era la segunda fortaleza militar del país, ocupada por unos mil hombres.
2. Porque su lejanía de La Habana dificultaba el envío de ayuda al Ejército Oriental.
3. Porque Santiago de Cuba se hallaba situada en la costa sur, junto al mar, y rodeada de montañas.
4. Porque en Oriente se habían iniciado las tres guerras independentistas en el siglo pasado que se habían librado en Cuba, allí se produjeron insurrecciones populares en varios momentos del período republicano —incluso durante la revolución de 1933—, sus montañas eran conocidas por la resistencia armada de los campesinos frente a los latifundistas, y su pueblo se caracterizó siempre por un espíritu de rebeldía, debido a lo cual ese territorio era llamado “el Oriente indómito”


                                                        El Oriente cubano.

UN DOMINGO DE CARNAVAL

El plan se elaboró en absoluto secreto. Además de Fidel, solamente lo conocían dos compañeros de la dirección del movimiento y su responsable en Santiago de Cuba. Los demás sabían que se iba a realizar un evento decisivo pero ignoraban de qué se trataba, 
Para asegurar la acción se alquiló una pequeña finca de recreo, la granjita «Siboney», situada en las afueras de Santiago de Cuba, con el supuesto fin de dedicarla a la cría de pollos. En ella se situaron las armas, los uniformes y los automóviles que se utilizarían en el ataque, y allí se concentrarían los combatientes en el momento oportuno.

Se escogió para la acción, el 26 de julio por ser domingo de carnaval, fiesta a la que tradicionalmente asistían personas de diferentes puntos de la isla, por lo cual la presencia de jóvenes de otras provincias no causaría extrañeza.


PREPARANDO LA  ACCIÓN

Un grupo de jóvenes, liderados por Fidel Castro, se colocaron a la vanguardia de la lucha por la verdadera independencia de Cuba. En el año del centenario del héroe nacional José Martí, el 26 de julio de 1953 ellos protagonizaron el asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo respectivamente.

En la madrugada de ese día, 135 combatientes, vestidos con uniformes del Ejército y dirigidos por Fidel, precisaban el plan de ataque. Se organizaron en tres grupos, el primero de los cuales, con Fidel al frente, atacaría la fortaleza. Los otros dos grupos, mandados respectivamente por Abel Santamaría —segundo jefe del movimiento— y Raúl Castro, tratarían de tomar dos importantes edificios contiguos al cuartel: el Hospital Civil, donde se atendería a los heridos, y el Palacio de Justicia, donde radicaba la Audiencia, desde cuya azotea apoyarían la acción principal.


                                                       Santiago de Cuba

EL MANIFIESTO DEL MONCADA

Cuando todos estuvieron listos, se le dio lectura al «Manifiesto del Moncada», redactado por el joven poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel. Gómez García leyó sus versos «Ya estamos en combate» y Fidel les dirigió esta brevísima exhortación:
"Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertado o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan.

Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por falta de armas.

Los asaltantes se hallaban en total desventaja frente a un enemigo superior en armas y en hombres, atrincherado dentro de aquella fortaleza. Otro elemento adverso, también accidental, fue que los atacantes no pudieron contar con varios automóviles donde iban las mejores Los que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar sino por última necesidad. De los 135 revolucionarios, 131 dieron el paso al frente. Los cuatro arrepentidos recibieron la orden de regresar a sus puntos de origen, y poco después de las 4:00 de la madrugada, todos comenzaron a salir en los autos hacia Santiago.

A LA ACCIÓN

Los grupos dirigidos por Abel y Raúl cumplieron su objetivo: la toma del Hospital Civil y la Audiencia. El grupo principal, dirigido por Fidel, llegó según lo previsto hasta una de las postas, la No. 3, la desarmó y traspuso la garita, pero una patrulla de recorrido que llegó inesperadamente, y un sargento que apareció de improviso por una calle lateral, provocaron un tiroteo prematuro que alertó a la tropa y permitió que se movilizara rápidamente el campamento. La sorpresa, factor decisivo del éxito, no se había logrado. La lucha se entabló fuera del cuartel y se prolongó en un combate de posiciones.

Comprendiendo que continuar la lucha en esas condiciones era un suicidio colectivo, Fidel ordenó la retirada. Al mismo tiempo que esto ocurría en Santiago, 28 revolucionarios asaltaban al cuartel de Bayamo, operación que también fracasó. Fidel Castro fue detenido después de la acción del Moncada.

DESPUÉS DEL FRUSTRADO ASALTO

Inmediatamente después de estos hechos, la dictadura reaccionó con una brutal represión. Batista decretó el estado de sitio en Santiago de Cuba y la suspensión de las garantías constitucionales en todo el territorio nacional; clausuró el periódico «Noticias de Hoy», órgano del partido socialista popular, y aplicó la censura a la prensa y la radio de todo el país. Creaba así las condiciones para lanzar a los cuerpos represivos con violencia y sin riesgo de publicidad contra la rebeldía popular.


        

En relación con los asaltantes del Moncada, Batista ordenó que se asesinara a diez revolucionarios por cada soldado muerto en combate. Excepto unos pocos combatientes que pudieron escapar ayudados por el pueblo, casi todos los demás fueron capturados y gran parte de ellos asesinados en los días sucesivos. Sólo seis asaltantes de los dos cuarteles habían perecido en la lucha; pero las fuerzas represivas del régimen asesinaron a 55, y a dos personas ajenas a los acontecimientos.

                 

                                      Fidel y el resto de sobrevivientes prisioneros

Además, a diferencia del trato humano dado por los revolucionarios a los militares que cayeron en su poder, los asaltantes prisioneros fueron torturados antes de ser ultimados, y después se les presentó como caídos en combate. Más tarde, ante el tribunal que lo juzgaba, Fidel Castro denunciará el crimen:

“No se mató durante un minuto, una hora o un día entero, sino que en una semana completa, los golpes, las torturas, los lanzamientos de azotea y los disparos no cesaron un instante como instrumento de exterminio manejados por artesanos perfectos del crimen. El cuartel Moncada se convirtió en un taller de tortura y muerte, y unos hombres indignos convirtieron el uniforme militar en delantales de carniceros". Los crímenes cometidos en esos días por el régimen los denunció Fidel Castro en su alegato de autodefensa La historia me absolverá. Allí Fidel pasó de acusado a acusador y denunció todos los males que hacían sufrir al pueblo cubano”.


                                                          Fidel interrogado

IMPORTANCIA HISTÓRICA DEL ASALTO

El asalto al cuartel Moncada terminó en una derrota militar; sin embargo, tuvo una trascendencia extraordinaria para el pueblo cubano y para el movimiento de liberación nacional que se iniciaba.

En 1961, el entonces comandante Raúl Castro Ruz y Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), al referirse a la importancia histórica de este acontecimiento manifestó:
                



“...En primer lugar inició un período de la lucha armada que no terminó hasta la derrota de la tiranía. En segundo lugar, creó una nueva dirección y una nueva organización que repudiaba el quietismo y el reformismo, que eran combatientes y decididos y que en el propio juicio levantaban un programa con más importantes desmanes de la transformación socioeconómica y política exigida por la situación de Cuba... Como expresó Fidel: El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias”.

“LA HISTORIA ME ABSOLVERÁ”

“Termino mi defensa, no lo haré como hacen siempre todos los letrados, pidiendo la libertad del defendido; no puedo pedirla cuando mis compañeros están sufriendo ya en Isla de Pinos ignominiosa prisión. Enviadme junto a ellos a compartir su suerte, es inconcebible que los hombres honrados estén muertos o presos en una república donde está de presidente un criminal y un ladrón.

A los señores magistrados, mi sincera gratitud por haberme permitido expresarme libremente, sin mezquinas coacciones; no os guardo rencor, reconozco que en ciertos aspectos habéis sido humanos y sé que el presidente de este tribunal, hombre de limpia vida, no puede disimular su repugnancia por el estado de cosas reinantes que lo obliga a dictar un fallo injusto. Queda todavía a la Audiencia un problema más grave; ahí están las causas iniciadas por los setenta asesinatos, es decir, la mayor masacre que hemos conocido; los culpables siguen libres con un arma en la mano que es amenaza perenne para la vida de los ciudadanos; si no cae sobre ellos todo el peso de la ley, por cobardía o porque se lo impidan, y no renuncien en pleno todos los magistrados, me apiado de vuestras honras y compadezco la mancha sin precedentes que caerá sobre el poder judicial.

En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa. La historia me absolverá”



Revolucionarios cubanos, encabezados por Fidel Castro, 
abandonan la prisión, 15 de mayo de 1955.

EL CUARTEL MONCADA EN LA ACTUALIDAD

Después del triunfo de la revolución, el Moncada fue convertido en una ciudad escolar que tomó el nombre de "Ciudad Escolar 26 de julio" y un espacio de ella se dedicó a un museo sobre los hechos relacionados con el asalto.

               



domingo, 22 de julio de 2018

JUAN VARGAS PUEBLA: SUS ENCUENTROS CON RECABARREN










Era comienzo de 1924. En la esquina de Moneda y Cueto, barrio muy pobre, lleno de conventillos, se realizaba un mitin exigiendo la rebaja de los arriendos. Arriba de un cajón, hablaba un orador de palabra tranquila y muy convincente. Juan, que vivía en ese barrio, lo miraba extasiado. Fue la primera vez que vio y escuchó a Luis Emilio Recabarren.

Meses después, el 1º de Mayo de 1924, tuvo lugar en la Alameda, el primer acto unitario del Día Internacional de los Trabajadores. Lo convocaron la FOCH, los anarco-sindicalistas, los anarquistas, el Partido Demócrata y el Partido Comunista.

Intervinieron varios oradores. Uno de ellos, Recabarren.

Terminado el acto, los fochistas marcharon hacia el oriente. Juan, portando una gran bandera de la Juventud de la IWW, los siguió. En la Plaza Vicuña Mackenna, junto al Cerro Santa Lucía, Recabarren se subió a un muro y habló de nuevo. Luego se dirigieron al local de la FOCH, ubicado en Agustinas esquina Tenderini. Era una vieja casa, con un balconcito. Desde él habló Recabarren poniendo fin a la jornada de esa mañana.

“Sin que nadie me lo pidiera y sin estar programado –me relató Juan Vargas en enero de 1991 la última vez que lo vi- subí a ese balconcito y dije unas palabras en nombre de los jóvenes de la IWW. La gente que escuchaba, la mayoría comunistas, me aplaudió. Fue la primera ocasión que hablé en público. Estaba nervioso y emocionado. Cuando finalicé, don Reca me acarició la cabeza y me dijo cariñosamente: ‘Bien muchacho, lo has hecho muy bien’. Me sentí feliz. Fue esa la segunda y última vez  que vi vivo a Recabarren”.

Estando en el exilio, Juan Vargas escribió en 1981:  “Volví a ver al maestro Recabarren el 21 de diciembre de 1924, ahora dormido para siempre en su ataúd, en medio de una severa capilla ardiente el local de la Unión de obreros Ferroviarios, en la calle Bascuñan Guerrero Nº 345.”

Ese día, Juan Vargas, que tenía 16 años y cuatro meses de edad, marchó en las grandes columnas que acompañaron al líder obrero hasta su última morada.


                                  INVITACIÓN

Al cumplirse los 110 años de su nacimiento, el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, la Confederación Nacional de la Construcción y el Sindicato de la Construcción Alcantarilleros-excavadores, le rinden homenaje el JUEVES 9 DE AGOSTO DE 2018, A LAS 19,30 HORAS, EN EL SALÓN CAMILO GUZMÁN SANDOVAL DEL ICHIL  (Av. Brasil 153)




HOMENAJE 110 AÑOS DE JUAN VARGAS PUEBLA









Juan Vargas Puebla nació en La Serena el 8 de agosto de 1908. Tuvo una niñez difícil. A los 14 años comenzó a trabajar como obrero.

Fue fundador del Sindicato de Estucadores, de la Federación de la Construcción, dirigente de la FOCH; fundador de la CTCH  y de la CUT. En las tres centrales fue consejero nacional.

Ingresó a las filas del Partido Comunista en 1932, cuando tenía 24 años de edad.  En esta colectividad ocupó altas responsabilidades fue miembro del Comité Central, de su Comisión Política  y de su secretariado.

Ha sido uno de los oradores más brillantes de Chile.

Fue regidor por Valparaíso entre 1938 y 1941; diputado ente 1945 y 1949: regidor por Santiago entre 1967 y 1971.

Después del golpe de 1973 debió salir al exilio. Estuvo en Argentina, República Democrática Alemana, Bulgaria y México. En este último país, donde residió  los últimos 15 años de su existencia, fue asesinado el 21 de enero de 1992.

Consideró siempre a Recabarren su maestro Y hay enorme similitud en la vida y obra de ambos. Los dos dedicaron sus mejores esfuerzos  a la unidad, organización y educación de los trabajadores chilenos.



                                   INVITACIÓN

Al cumplirse los 110 años de su nacimiento, el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, la Confederación Nacional de la Construcción y el Sindicato de la Construcción Alcantarilleros-excavadores, le rinden homenaje el JUEVES 9 DE AGOSTO DE 2018, A LAS 19,30 HORAS, EN EL SALÓN CAMILO GUZMÁN SANDOVAL DEL ICHIL  (Av. Brasil 153)

Le invitamos cordialmente a que nos acompañe.





ERNEST HEMINGWAY Y LA REVOLUCIÓN CUBANA







                                                           Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                           Centro de Extensión e Investigación
                                                           Luis Emilio Recabarren,  CEILER

           

          Fidel Castro y Ernest Hemingway

Aunque Hemingway no participó de forma directa en la Revolución Cubana, simpatizaba con ella y con muchos de sus líderes. Modesta, discretamente,   a través de su Finca Vigía, prestaba su colaboración  a los revolucionarios cubanos. Por eso, que el gobierno de los Estados Unidos lo forzó a abandonar el país.
En enero de 1959  Hemingway realizó declaraciones a la prensa estadounidense a favor de la Revolución (estaba en EE UU en ese momento), en las que expresó su esperanza con lo que sucedía en la Isla y apoyó el ajusticiamiento a los esbirros de la tiranía de Batista.
En ese mismo año, estando en  Europa, declaró públicamente su satisfacción por el triunfo de la Revolución Cubana. En marzo regresó a Estados Unidos. Un gesto señaló su amor profundo a la revolución: besó la bandera cubana.
Hubo otras declaraciones que dio sobre el proceso revolucionario cubano. El 4 de febrero de 1960, lo visitó Anastás Mikoyán,  primer ministro de la Unión Soviética. En esa oportunidad Hemingway afirmó al periódico Pravda —esto lo reprodujo luego la revista Time—, que la Revolución Cubana era indestructible y fabulosa.

Viajó a Cuba conversó con el Comandante en Jefe  Fidel Castro. Compartieron y fueron ampliamente fotografiados. Poco después llegaron a su casa y le dijeron que si permanecía en Cuba sería considerado un traidor.
Hemingway nunca tuvo problemas con el gobierno cubano. Estando en Estados Unidos se comunicó con algunos amigos suyos para indagar acerca de su posible regreso a la isla  y estos le afirmaron que podía hacerlo cuando quisiera. En uno de sus libros se encontró un brazalete del movimiento 26 de julio y bonos del Partido Socialista Popular (comunista), de Guanabacoa, al que contribuía con dinero.
Leonardo Depestre en su libro “Cien Famosos en La Habana”, relata que en el aeropuerto internacional José Martí  fue recibido por un amplio grupo de amigos y vecinos del pueblito de San Francisco de Paula,  quienes le obsequiaron una bandera cubana. Luego añade el autor que en esa ocasión Hemingway declaró a un reportero:”Me siento muy feliz de estar nuevamente aquí, porque me considero un cubano más. No he creído ninguna de las informaciones que se publican contra Cuba en el exterior. Simpatizo con el gobierno cubano y con todas las dificultades.

Hemingway expresó su confianza en el proceso revolucionario, en carta  al general  Charles T. Lanham,  fechada en Ketchum, el 12 de enero de 1960:
"Decir que tú no eres un yanqui imperialista pero sí un chico del Viejo San Francisco de Paula, la villa donde has vivido 20 años durante los últimos tiempos, no es una renuncia a tu ciudadanía. Soy un buen americano y he estado batallando por mi país todo lo posible, sin pago y sin ambición. Pero creo completamente en la necesidad histórica de la Revolución cubana…"


Hemingway y el general Charles Lanham ( Alemania, 1945)


ERNEST HEMINGWAY






                                                                       Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                                       Centro de Extensión e Investigación
                                                                       Luis Emilio Recabarren,  CEILER

                    



Ernest Miller Hemingway nació en Oak Park, Illinois, un suburbio de Chicago,  el  21 de julio de 1899. Su padre, Clarence Edmonds Hemingway, era médico y su madre, Grace Hall Hemingway, músico. Ambos educados y muy respetados en la comunidad conservadora de Oak Park.  La familia se mudó finalmente a una casa de siete habitaciones en un barrio respetable con un estudio de música para Grace y un consultorio médico para Clarence. Su padre le enseñó, siendo un niño de cuatro años, a cazar, pescar y acampar en los bosques y los lagos del norte de Míchigan. Sus primeras experiencias en la naturaleza inculcaron la pasión por la aventura al aire libre y la vida en zonas remotas o aisladas.

La familia Hemingway en 1905, desde la izquierda: Marcelline, Sunny, Clarence, Grace, Ursula y Ernest.

Hemingway, escritor  y periodista estadounidense. Uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX. Su estilo sobrio y minimalista tuvo una gran influencia sobre la ficción del siglo XX, mientras que su vida de aventuras y su imagen pública dejaron huellas en las generaciones posteriores. Hemingway escribió la mayor parte de su obra entre mediados de 1920 y mediados de 1950. Ganó el Premio Pulitzer en 1953 por El viejo y el mar y al año siguiente el Premio Nobel de Literatura por su obra completa. Publicó siete novelas, seis recopilaciones de cuentos y dos ensayos. Póstumamente se publicaron tres novelas, cuatro libros de cuentos y tres ensayos. Muchos de estos son considerados clásicos de la literatura de Estados Unidos.

Hemingway vivió su juventud  en Oak Park (Illinois). Después de la escuela secundaria, trabajó durante unos meses como periodista del Kansas City Star.

A principios de 1918 Hemingway respondió a una campaña de reclutamiento de la Cruz Roja   en Kansas City, y firmó contrato para convertirse en un conductor de ambulancias en Italia. Salió de Nueva York en mayo y llegó a París mientras la ciudad estaba bajo el bombardeo de la artillería alemana.

En junio estaba en el Frente Italiano.  En su primer día en Milán fue enviado a la escena de la explosión de una fábrica de municiones donde los rescatistas recuperaron los restos triturados de las obreras. Describió el incidente en su libro  Muerte en la tarde: «Me acuerdo que, después de haber buscado los cuerpos completos, se recogieron los pedazos».

El 8 de julio fue gravemente herido por fuego de mortero, cuando acababa de regresar de la cantina para traer chocolate y cigarrillos para los hombres en el frente.  A pesar de sus heridas, Hemingway logró rescatar un soldado italiano, lo que le valió la Medalla de Plata al Valor Militar del gobierno italiano. Con sólo dieciocho años, Hemingway comentó sobre los hechos: «Cuando uno se va a la guerra como joven, tiene una gran ilusión de inmortalidad. Son las otras personas que mueren, no te ocurre a ti. ... Entonces, al estar gravemente herido por primera vez, uno pierde esta ilusión y sabe que puede pasar a uno mismo”.  Sufrió graves heridas de metralla en ambas piernas, fue sometido a una operación inmediata en un centro de distribución y pasó cinco días en un hospital de campaña antes de ser trasladado al hospital de la Cruz Roja en Milán para su recuperación.  Pasó seis meses en el hospital.

En 1921 se casó con Hadley Richardson, la primera de sus cuatro esposas. La pareja se mudó a París. Allí Hemingway trabajó como corresponsal extranjero, y asimiló la influencia de los escritores y artistas modernistas de la comunidad de expatriados, la «Generación perdida» de la década de 1920. La primera novela de Hemingway, Fiesta, fue publicada en 1926.

Estuvo en España durante guerra civil, donde ejerció como  periodista. Escribió Por quién doblan las campanas. Posteriormente estuvo presente durante el desembarco de Normandía y la liberación de París.

En 1947 Hemingway fue galardonado con una Estrella de Bronce por su valentía durante la Segunda Guerra Mundial. Fue reconocido por su valor, tras encontrarse «bajo fuego en las zonas de combate con el fin de obtener una imagen precisa de las condiciones» con la mención de que «a través de su talento de expresión, el señor Hemingway permitió a los lectores obtener una imagen vívida de las dificultades y los triunfos del soldado de frente y su organización en el combate».

Poco después de la publicación de El viejo y el mar en 1952, Hemingway se fue de safari a África, donde estuvo a punto de morir en dos accidentes aéreos sucesivos que lo dejaron con dolor y problemas de salud por gran parte del resto de su vida. Hemingway tenía residencia permanente en Cayo Hueso, Florida (durante la década de 1930) y Cuba (durante la década de 1940 y 1950). En 1959 compró una casa en Ketchum (Idaho), donde se suicidó el 2 de julio de 1961.

OBRAS LITERARIAS DE ERNEST HEMINGWAY

Novelas
          Aguas primaverales (The Torrents of Spring, 1926)
          Fiesta (The Sun Also Rises, 1926)
          Adiós a las armas (A Farewell to Arms, 1929)
          Tener y no tener (To Have and Have Not, 1937)
          Por quién doblan las campanas (For Whom the Bell Tolls, 1940)
          Al otro lado del río y entre los árboles (Across the River and into the Trees, 1950)
          El viejo y el mar (The Old Man and the Sea, 1952)
          Islas en el golfo [o Islas a la deriva] (Islands in the Stream, 1970)
          El jardín del Edén (The Garden of Eden, 1986)
          Al romper el alba (True at First Light, 1999)
Relatos
          Tres relatos y diez poemas (Three Stories and Ten Poems, 1923)
          En nuestro tiempo (In Our Time, 1925)
          Hombres sin mujeres (Men Without Women, 1927)
          El ganador no se lleva nada (Winner take Nothing, 1933)
          La quinta columna y los primeros cuarenta y nueve relatos (The Fifth Column and the First Forty-Nine Stories, 1938).
          Nick Adams (The Nick Adams Stories, 1972)
Otras
          Muerte en la tarde (Death in the Afternoon, 1932)
          París era una fiesta (A Moveable Feast, 1964)
          El verano peligroso (The Dangerous Summer, 1985)

HEMINGWAY EN LA CULTURA POPULAR

Aparte de las diferentes adaptaciones cinematográficas de sus novelas y relatos, Ernest Hemingway ha sido representado por el actor Clive Owen en el biopic cinematográfico "Hemingway y Gellhorn" (2012), dirigida por Philip Kaufman. En esta película narra la relación y posterior matrimonio de Hemingway con Martha Gellhorn, interpretada por Nicole Kidman. El escritor también ha sido interpretado por Cory Stoll, en el celébre film de Woody Allen, "Midnight in Paris" (2011). En este film el protagonista, un escritor estadounidense (Owen Wilson), consigue viajar al pasado y se introduce en los círculos artísticos de París en los años 20, donde entre otros conoce a Ernest Hemingway. También fue representado por Dominic West en "El editor de libros" (2016) dirigida Michael Grandage.

En la ficción española, fue representado en un episodio de "El Ministerio del Tiempo". En este caso, el actor Félix Arcarazo lo retrataba como un mujeriego y bebedor en los sanfermines de Pamplona en el episodio 12 de la segunda temporada (2016).





viernes, 20 de julio de 2018

COMBATIENTES INTERNACIONALISTAS DEL AMOR Y LA ESPERANZA. 39 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN POPULAR SANDINISTA








RECORDANDO A DON LUCHO CORVALÁN, UN COMUNISTA EJEMPLAR




                                                  Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                    Centro de Extensión e Investigación
                                                     Luis Emilio Recabarren, CEILER




Querida compañera, querido compañero:

Hace  ocho años, un día como hoy, 21 de julio, dejó de latir el corazón de un gran comunista chileno: Luis Corvalán Lépez. Tuvimos la suerte de conocerlo y compartir con él en muchas ocasiones

Lo recordamos y le rendimos homenaje con enorme  respeto, cariño y admiración.

Un abrazo,



Iván Ljubetic Vargas




Luis Corvalán Lépez
                                    

Hace ocho años  escribí: “Los comunistas de Ñuñoa inclinamos nuestras banderas  en homenaje a un compañero ejemplar, don Lucho Corvalán, cuyo corazón dejó de latir hoy, miércoles 21 de julio de 2010, a las 8 horas.
Es uno de los  más grandes dirigentes del Partido Comunista de Chile y, hasta sus últimos días siguió militante en su célula, la Santiago Aguilar, del Comunal Ñuñoa.
Hasta el final de su existencia  estuvo preocupado del Partido, de su historia, de sus aportes a la democracia en Chile.  Para mañana jueves 22 de julio, nos había citado, junto con el compañero David  Mc Conell, para una nueva conversación sobre un libro que estaba escribiendo”.


EL PASO MÁS IMPORTANTE
Luis Corvalán Lépez nació cuando la primavera ya se anunciaba, un 14 de septiembre de 1916, en Pelluco,  Puerto Montt. En 1921 su familia se trasladó a Tomé. Allí ingresó al Partido Comunista.
En sus Memorias ‘De lo vivido y lo peleado’ relata: “Hice migas con un zapatero remendón, el maestro Palmita, que era miembro del Partido... Cierta vez, Palmita me invitó a una reunión comunista que se llevó a cabo en una casa del Cerro Estanque. En  tal ocasión di el paso más importante de mi vida: ingresé al Partido. Fue en 1932, creo que en el mes de febrero”.  Por entonces tenía 16 años y estudiaba en la Escuela Normal de Chillán.

DOS LLAMADOS  A SANTIAGO

Su primera  designación como profesor fue  para la Escuela Santa María de Iquique, la misma en donde se había perpetrado  la masacre del 21 de diciembre de 1907. Al año de haber iniciado su labor como maestro, en agosto de 1936, sufrió la exoneración.  Gobernaba, por segunda vez, Arturo Alessandri Palma.
Abandonó entonces Iquique y se dirigió a Concepción, donde vivía su familia. Se dedicó de lleno al trabajo partidario. Pocos meses después fue citado a la capital, donde participó en un pleno del Comité Central de la Federación Juvenil Comunista, a cuya cabeza estaba  Luis Hernández Parker, quien poco después fue reemplazado por Ricardo Fonseca.  Regresó a  Concepción. Luego volvió a viajar a Santiago.
Así lo explica  en sus Memorias: “A fines de año (1937) fui llamado a la capital para trabajar como secretario de Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido, y desempeñar, al mismo tiempo, algunas tareas en el Comité Central de la Federación de Juventudes Comunistas”.

SE CASA CON LA COMPAÑERA LILY
El 25 de octubre de 1938 triunfó Pedro Aguirre Cerda, candidato del Frente Popular.                     
Trabajó en varios periódicos obreros. Enviado por el Partido, volvió a Iquique, donde  se hizo cargo de la dirección de “El Despertar de los Trabajadores”,  que Recabarren había fundado en enero de 1912. Más tarde laboró   en El Siglo, del cual fue  designado director en 1946.
El 14 de diciembre de  ese año contrajo matrimonio con la compañera Lily Castillo. Escribe Luis Corvalán: “En Lily hallé un tipo de mujer que no había conocido. Además de buena moza y simpática, encontré que su afiliación a la causa comunista le salía de adentro”.
Tuvieron cuatro hijos: María Victoria, Viviana, Lily y Luis Alberto.

ENCARGADO DE PROPAGANDA
En 1948 pasó a la clandestinidad,  adoptando el nombre de Luis Correa. Encabezó la Comisión de Propaganda que estaba formada por Carlos Rosales, Eugenio Vallejos y el doctor Hernán Sanhueza. Eran los momentos más duros de la represión de González Videla. Ocupaba el cargo de Secretario General del Partido el obrero Galo González, que asumió  esa responsabilidad a la muerte de Ricardo Fonseca, el 21 de julio de 1949.  En 1950  Luis Corvalán  fue designado miembro del Comité Central. Narra don Lucho: “Con Galo  me veía dos veces a la semana. Juntos trabajamos en informes y artículos. Editamos clandestinamente la revista del Comité Central ‘Principios’.”

CUANDO LO CONOCÍ

El 4 de septiembre de 1952 el ex dictador Carlos Ibáñez ganó, por un impresionante margen, las elecciones presidenciales. Ese año fui designado miembro del Comité Regional Santiago de las Juventudes Comunistas, del cual era  Secretario Político Mario Zamorano. Me encomendaron la tarea de ser responsable de la revista ‘Principios’. En esa calidad fui citado a una reunión clandestina del Frente de Propaganda del Partido.  No recuerdo el lugar donde sesionamos. Pero sí del compañero que hizo un extenso, interesante y didáctico informe. Era bajo de estatura, muy flaco, de nariz pronunciada, con un bigotito debajo de ésta,  de mucho fumar y de convincente hablar. Se llamaba Luis Correa. Tiempo después supe que se trataba de don Lucho. Así lo conocí, en una reunión de Propaganda, eludiendo la represión del gobierno del “paco” Ibáñez.

SECRETARIO GENERAL

En el XIV  Congreso del Partido, efectuado clandestinamente  en Cartagena, en la Casa de Veraneo de la Escuela Faustino Sarmiento, en el mes de abril de 1956, fue nombrado miembro de la Comisión Política y del Secretariado del Comité Central.

El 8 de marzo de 1958, falleció el Secretario General del PC, el obrero Galo González, “El Comité Central –escribe Luis Corvalán  en “De lo vivido y lo peleado”- me eligió como su secretario general.  Galo González, en su lecho de muerte, había alcanzado a decir  a José González que, en su opinión, yo debería sucederlo. Julieta Campusano fue la primera en expresar su acuerdo:
-Corvalán –dijo- es un revolucionario formado por el Partido. Y se explayó en otras consideraciones y palabras elogiosas que no puedo repetir.”
Al respecto, Julieta Campusano expresó hacia 1975: “Corvalán recuerda siempre que fui la que lo propuse para secretario general del Partido, y se reía porque dije que lo proponía porque lo consideraba el más equilibrado de todos. Según mi concepto él aparecía indiscutiblemente como el compañero que debía suceder al compañero Galo...”

CUANDO LO ESCUCHÉ POR SEGUNDA VEZ
El 8 de marzo de 1958 recibimos en Temuco la triste noticia del fallecimiento del camarada Galo González, Secretario General del Partido. Reunido el Comité Regional se adoptaron dos medidas: realizar esa noche una salida de propaganda callejera con la consigna “Viva Galo González, PC” con la hoz y el martillo. La segunda medida fue designar una delegación de cuatro dirigentes que viajara esa misma noche a Santiago para participar en los funerales del compañero Galo. Uno de los que formó esa delegación fui yo, en mi calidad de Secretario del Comité Regional Cautín de las Juventudes Comunistas de Chile. Viajamos en tren toda la noche. Llegamos a Santiago a las 7 de la mañana del 9 de marzo. Nos dirigimos al Sindicato Sicchel, ubicado en Catedral 2789, esquina de Sotomayor. Allí estaba la capilla ardiente. Hicimos, como otros cientos, una guardia de honor junto a la urna donde estaban los restos mortales del compañero Galo.
En la tarde del 10 de marzo fueron los funerales. Los cuatro  de Cautín formamos parte del río de banderas rojas, puños y consignas.
“¡Compañero Galo González...! ¡Presente... Ahora y Siempre!”  “Y que fue... y que fue... Aquí estamos otra vez!”
En la Plazoleta del Cementerio General un mitin de despedida. Allí habló el nuevo Secretario General del Partido. Dijo: “Hoy la ilegalidad del Partido Comunista ha terminado de hecho para siempre”. En ese triste y combativo momento  escuché por segunda vez al compañero Luis Corvalán.

CONQUISTADA LA LEGALIDAD
A comienzos de 1958, se constituyó un amplio Bloque de Saneamiento Democrático que tenía dos objetivos: derogar la Ley de Defensa de la Democracia y modificar la ley electoral para impedir el descarado cohecho, la compra del voto, que realizaba la derecha.
El 2 de agosto de 1958,  el Presidente Ibáñez promulgó  la ley que derogaba la Ley Maldita, engendro liberticida que había utilizado en gran parte de su segundo gobierno.

SU INFLUENCIA EN EL PARTIDO
La conquista de la legalidad determinó, entonces, una importante transformación al interior de la vida del  Partido Comunista.
Como sostuvo el escritor y periodista José Miguel Varas en 1975, "el cambio de 'clima' dentro del Partido fue muy notable, y se debió a la legalidad, pero no sólo a ello. Hubo algo muy personal en Corvalán que influyó a crear una sensación de gran confianza en la posibilidad de criticar, de que cada cual pudiera dar su opinión sobre cualquier materia, unido todo ello a la idea de que el Partido no era un club de debates, de que de todas maneras había que ser muy firme en las cosas fundamentales...”
Y agregaba José Miguel Varas: "Hasta la llegada de Corvalán a la Secretaría General, el Partido era en mucho un Partido de obreros endurecidos, golpeados, resistiendo al enemigo. Y Corvalán planteó la perspectiva completamente distinta, aunque lógicamente ello no era sólo cuestión de él, sino que correspondía también a un cambio en la situación: 'Son ellos, los enemigos, los que tienen que estar a la defensiva. Ahora nosotros nos abrimos, ahora nosotros vamos a ser los dueños de la iniciativa aquí' ".

EN TEMUCO
En  marzo de 1961, don Lucho fue elegido Senador por la Séptima Agrupación Provincial (Ñuble, Concepción y Arauco).
Jugó un rol  destacado en la convergencia de las fuerzas de izquierda, tanto en el FRAP, como en la Unidad Popular.
El marzo de 1969 resultó electo Senador por la Tercera Agrupación Provincial (Aconcagua y Valparaíso)
En 1964 se publicó el  folleto del compañero Corvalán titulado ‘Nuestra Vía Revolucionaria’.

CONTANDO LA FIRME
A fines de agosto de 1964, realizamos el acto de cierre de la campaña en Temuco. Como miles de  allendistas en todo el país, estábamos convencidos que en verdad “la tercera sería la vencida”.
Ese día, como estaba programado, llegó a la estación ferroviaria el Tren de la Victoria. Venía una amplia delegación,  varios dirigentes nacionales, entre ellos, don Lucho Corvalán.
Poco antes de iniciarse la concentración llamó a los miembros de la Dirección Regional. Quería conversar con nosotros.  Como siempre lo hacía, comenzó por hacernos preguntas. ¿Cuál era la situación de la campaña en la provincia? ¿Qué opinión teníamos  sobre los resultados en  los comicios del próximo 4 de septiembre? ¿Qué nos parecía la cantidad de gente que estaba en el mitin de clausura de la campaña en Temuco? Nos preguntó a uno por uno. Nuestras respuestas fueron optimistas.  Que la cosa en  Cautín era buena; que ganábamos; que estábamos muy contentos por la cantidad de  gente que llegó al acto.
Don Lucho hizo una pausa. Luego nos dijo: “Compañeros, esto es sólo para ustedes. ¿Creen que con un acto como éste podemos pensar en una victoria? No, compañeros. Los dirigentes no nos podemos auto engañar. Esta vez, tampoco ganaremos. Debemos saber la verdad, para no caer luego en actitudes desesperadas. Pero, insisto esto es sólo para ustedes, los dirigentes más responsables. No pueden ni siquiera insinuar algo así a los compañeros, a los aliados, a la gente. Porque es necesario seguir trabajando hasta el último minuto”.
Luego participamos en la concentración. Apenas terminó,  partió el Tren de la Victoria. Fuimos a despedirlo a la Estación, que quedaba cerca del lugar donde se había realizado el mitin.
Mi experiencia vivida en las cuatro campañas presidenciales con Allende, me permite afirmar que,  la única vez en que dirigentes y la  gente allendista  estábamos  absolutamente seguros  de que ganaríamos, fue en la el 64.
Incluso los adversarios no se la tenían segura.
Pero las cosas se dieron como nos había adelantado don
Lucho. Perdimos. La tercera no fue la vencida.

UN GRAN CONDUCTOR DEL PARTIDO
Durante los 31 años que Luis Corvalán fue el Secretario General del Partido, éste tuvo una amplia política de alianzas y  fue un factor decisivo en la unidad de las fuerzas democráticas y populares.
Era mediado de 1969. La derecha ya había designado a su abanderado para las elecciones presidenciales de 1970. Era Jorge Alessandri Rodríguez. Otro tanto  hizo la Democracia Cristiana, nombrando a Radomiro Tomic.
Los partidos de Izquierda  comenzaron a presentar sus candidatos. La Acción Popular Independiente, API, proclamó a Rafael Tarud, que recibió el apoyo del Partido Socialdemócrata; el Partido Radical postuló al senador Alberto Baltra Cortés; el MAPU presentó a Jacques Chonchol.
En el Partido Socialista, luego de una dramática sesión, en que la mayoría de sus miembros se abstuvo, el Comité Central del PS proclamó a Salvador Allende.
Ante la carencia de candidato único de la izquierda, el Partido Comunista decidió proclamar como abanderado a Pablo Neruda, el martes 30 de septiembre.

SURGE  LA UNIDAD POPULAR

El 9 de octubre de 1969 fue un día histórico: se fundó la Unidad Popular. La constituyeron partidos marxistas: el Comunista y el Socialista; colectividades socialdemócratas: el Partido Radical, Socialdemócrata, la Acción Popular Independiente y un partido de raíz cristiana, el MAPU.
Don Lucho  jugó un  importante  rol en la  constitución de la Unidad Popular, en la elaboración y aprobación del
Programa Básico del Gobierno Popular, del Pacto de Gobierno, donde se establecieron las pautas por las cuales se regiría la administración de la Unidad Popular, y del documento sobre el Estilo de la Campaña presidencial.

BUSCANDO AL CANDIDATO ÚNICO

La creación del Comité Coordinador de la Unidad Popular, la aprobación del Programa de Gobierno y de los otros documentos de la coalición de Izquierda, hicieron  pensar que pronto habría acuerdo sobre el candidato. Pero no fue así.
Se inició 1970, el año de los comicios electorales. Poco a poco se fue aclarando el panorama. Renunciaron Jacques Chonchol, Alberto Baltra, Pablo Neruda. Pero aún quedaban dos: Rafael Tarud y Salvador Allende. Ninguno con visas de ceder.
Ante la demora por la designación del abanderado, el Partido Comunista convocó a una concentración pública en Santiago para el 22 de enero de 1970 y advirtió: si para el inicio de ese acto no hay acuerdo, el Partido Comunista proclamará definitivamente a Pablo Neruda.

SALIÓ HUMO BLANCO
Y ocurrió lo tan esperado. Poco antes del plazo señalado, el Comité Coordinador de la Unidad Popular llegó a un acuerdo. Fue así como al comenzar la concentración, Luis Corvalán pudo decir:
“Salió humo blanco. Ya hay candidato único. Es Salvador Allende.”
Estalló la alegría. La emoción pobló los corazones. La multitud llenó la Plaza Bulnes y sus alrededores con aplausos y una consigna: “El pueblo, unido... jamás será vencido... El pueblo unido... “
Fue así, como desde el 22 de enero de 1970, faltando sólo 225 días para las elecciones presidenciales, la Unidad Popular – por fin – tuvo candidato. Era la cuarta vez que Salvador Allende postulaba como abanderado popular a la Presidencia de la República.
Con  Luis Corvalán a la cabeza,  los comunistas  entregamos una contribución fundamental para alcanzar la victoria popular del 4 de septiembre de 1970   y fuimos gran aporte durante el  gobierno presidido por Salvador Allende.

EN EL GOBIERNO POPULAR

En el Gobierno de Salvador Allende, los comunistas participamos en el Gabinete con tres ministros y estuvimos a la cabeza de la batalla por la producción.
Del 30 de marzo al 9 de abril, Don Lucho participó en el XXIV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética.
El 4 de abril habían tenido lugar las elecciones municipales en que la Unidad Popular logró el 50,86% de los votos.
El 11 de julio, se nacionalizó la gran minería del cobre.
En agosto apareció el libro de Corvalán ‘Camino de Victoria’.
El 2 de enero de 1972, presidió el gran acto de masas que el Partido realizó en el Estadio Nacional.

DERROTADAS DOS INTENTONAS
Trabajadores y soldados constitucionalistas derrotaron el intento de derrocar el Gobierno Popular a través del Paro Patronal  de Octubre.
En noviembre, Luis Corvalán integró la comitiva  del Presidente Allende en la visita oficial realizada a la Unión Soviética.  Ocupó el cargo de Vicepresidente el general Carlos Prats, a la fecha Ministro del Interior del Gobierno Popular.
En las elecciones parlamentarias del 4 de marzo de 1973 la Unidad Popular obtuvo el 44% de los votos, impidiendo con ello que se impusiera el llamado Golpe Blanco.


PRISIONERO POLÍTICO
El 11 de septiembre de 1973 los fascistas asaltaron el poder. Bombardearon y atacaron La Moneda, en donde murió el compañero Presidente.
Después del golpe fascista, Luis Corvalán fue detenido el 27 de septiembre de 1973. Estuvo como prisionero político en la Escuela Militar, en la Escuela de Infantería de San Bernardo, en Isla Dawson, Ritoque y Tres Álamos. Mientras estuvo en manos de la dictadura, envió mensajes plenos de fuerza y optimismo. Proclamó: “No temo por mí. Amo la vida, pero no temo la muerte si fuera necesario caer por mi causa”. Por su parte, la compañera Lily se jugó por entero por su vida y su libertad.
Fue liberado por la solidaridad internacional, en especial de la Unión Soviética, el 17 de diciembre de 1976. Realizó una gran actividad en el exilio.

MI ENCUENTRO CON DON LUCHO EN BONN
El 11 de mayo de 1978 viajé a Bonn a un Encuentro organizado por el Comité de Solidaridad Antiimperialista de la RFA (ASK) de las organizaciones de la  solidaridad con Chile, los chilenos exiliados con el camarada Luis Corvalán que realizaba una gira por diversos países, luego de haber sido arrancado de las garras fascistas por la solidaridad internacional el 17 de diciembre de 1976. Allí tuve la oportunidad de abrazar al querido compañero Luis Corvalán Lépez, a quien considero el más grande dirigente comunista chileno después de Luis Emilio Recabarren. Una foto aparecida en la contraportada de la edición Nº 7-8 de 1978, de la revista “Boletín Antiimperialista  de Información” (AIB), ha dejado plasmado ese abrazo,  con la lectura: “Alegre reencuentro: Iván Ljubetic y Luis Corvalán en el evento organizado por el ASK el 11 de mayo de 1978”.
El 3 de septiembre de 1980 proclamó en un acto en Moscú la Política de Rebelión Popular de Masas.
El 20 de agosto de 1983 ingresó clandestinamente a Chile.

EL “XV” CONGRESO CLANDESTINO
Era mayo de 1989. Hacía casi un mes que yo  había llegado a Santiago. Concurrí  al local de “Chile, ríe y canta”, donde habíamos sido citados.  Nos reunimos gran cantidad de compañeros. Algunos viejos conocidos con los que no nos veíamos 16 o 30 años. Otros nuevos. Escuchamos el Informe del Comité Central al Congreso.
Después los delegados del exterior fuimos concentrados en un punto de Santiago, en donde nos entregaron copias del Informe para que lo estudiáramos durante un día.
A la mañana siguiente, en una esquina del centro, nos pasó a buscar una camioneta en la que partimos rumbo a la costa. Llegamos a una gran casa cerca del Pacífico, en San Sebastián.
Desde el comienzo yo estaba admirado de la eficaz manera en que todo funcionaba y las adecuadas medidas de seguridad.
Allí nos encontramos con muchos otros camaradas. Conversábamos alegremos. Trataba de reconocer a viejos amigos. De pronto se me acercó alguien que no ubicaba. Me dijo: “¿No me saluda, compañero Iván?”.  Por su voz supe que era don Lucho.

DE SU INTERVENCIÓN
En ese Congreso, el compañero Corvalán hizo buena intervención, junto a la de la compañera Julieta, en mi opinión, las mejores.
Comenzó diciendo: “Esta es la primera reunión con más de diez personas en que participo desde mi ingreso al suelo patrio. He sentido una inmensa alegría al ver con mis propios ojos el gran Partido que tenemos.”
Más adelante enfatizó: “Entre las concepciones obsoletas está la exaltación  de la llamada pureza de la línea, en custodia de la cual más de algún compañero ha creído buenamente, tener una misión predestinada. La línea del Partido está en constante confrontación con la práctica y, por tanto, no es nunca pura ni exacta; está sujeta a  rectificaciones y perfecciones de uno u otro volumen y, como se ha remarcado en el Congreso, el Partido es una organización viva que tiene sus propias contradicciones y es campo de lucha permanente entre lo nuevo y lo viejo.”
Agregó: “Yo estuve seis años y medio en el exilio. El mayor tiempo el trabajo del Partido estuvo encabezado afuera por el compañero Volodia. Quiero expresar que, a mi juicio, tanto él como los compañeros Américo Zorrilla, Orlando Millas y otros hicieron un gran trabajo en varios aspectos, preocupados de ayudar al Partido del interior.”

TAMBIÉN JULIETA
Por su parte, la siempre mesurada  compañera Julieta Campusano, sostuvo: “Nadie, considero, tiene un puñal debajo del poncho para destruir el baluarte seguro de la dirección que tiene el pueblo de Chile. Este Partido tiene raíces profundas y sólidas, fue formado por Recabarren, por la fe de Ricardo Fonseca, por Galo González y, por qué no decirlo, por el compañero Luis Corvalán. Lo diferente de este Congreso con los anteriores, con varios de ellos, es que se realiza en una etapa nunca vivida antes por el Partido: bajo una tiranía fascista”.
En ese Congreso clandestino de mayo de 1989, Don Lucho dejó la  secretaría general del PC,  siendo reemplazado por el compañero Volodia Teitelboim, pero  siguió como miembro del Comité Central.


DESPUÉS DEL RETORNO
Regresé a Chile el 23 de octubre de 1990. Me quedé a vivir en Ñuñoa. Visité varias veces al compañero Corvalán en San Bernardo. Siempre me recibió muy fraternalmente, como lo hacía con todos los compañeros. Me ayudó mucho cuando escribía ‘Don Reca’ y otros libros. Me entregaba  informaciones y opiniones. Me prestó y regaló folletos y  libros suyos. Uno de estos fue ‘Camino de Victoria’, que me lo dedicó con hermosas palabras: “A mi viejo y querido compañero Iván Ljubetic Vargas dejo en sus manos, ¡en buenas manos! este ejemplar de un libro que recoge la posición y la experiencia del Partido en un buen trecho de su vida. Luis Corvalán. San Bernardo, 11 de noviembre de 1998”.
Después se trasladó a Ñuñoa. Seguí visitándolo. Cuando no lo hacía me invitaba a hacerlo. Estuvimos juntos en muchos actos y reuniones. Siempre era de gran interés escucharlo. Era uno de esos dirigentes, como quedan pocos, dedicados a transmitir sus experiencias y conocimientos. Aprendí mucho de él. Fue un gran maestro.
Cuando tuve problemas con algunos dirigentes del Partido, él siempre me aconsejó sabiamente. Fue muy solidario conmigo.
En julio de 2010, pocos días antes su fallecimiento, fue la última vez que estuve con él.
Nos reunimos en su casa de calle Francisco Villagra junto con David Mc Conell, para intercambiar opiniones sobre un libro que  deseaba escribir. Lo noté muy cansado, con dificultades para concentrarse. Pero jamás pensé que sería la última ocasión que estaríamos juntos.

LA HERENCIA TEÓRICA DE DON LUCHO
Escribió muchos artículos, informes, comentarios. Todos plenos de riqueza ideológica.
Entre sus libros tenemos:
 ‘Ricardo Fonseca, combatiente ejemplar’ (1952),
‘Camino de Victoria’ (1971),
‘Algo de mi vida’ (1978),
‘Chile: 1970 – 1973’ (1978),
 ‘La Rebelión Popular se abre camino en Chile’ (1981),
‘Tres Períodos de nuestra línea revolucionaria’ (1982),
 ‘Santiago-Moscú-Santiago’ (1983),
‘El derrumbe del poder soviético’ (1993)
‘De lo Vivido y lo Peleado. Memorias’ (1997),
‘El Gobierno de Salvador Allende’ (2003) y
‘Los comunistas y la democracia’ (2008).

ASÍ TERMINÉ MIS PALABRAS HACE OCHO AÑOS
“Una pena muy grande nos invade al sufrir esta pérdida irreparable para el pueblo chileno. Pero al mismo tiempo, nos embarga el  sano orgullo y la alegría  de haberlo conocido, compartido con él en múltiples ocasiones. Siempre estuvo presente en las reuniones de su  célula y en todo acto que realizamos en Ñuñoa; siempre feliz cuando en nuestras fiestas de confraternidad entregábamos carné a nuevos camaradas. Siempre insistiendo en la necesidad de crecer, de tener un Partido más grande.
Don Lucho fue la sencillez y la fraternidad comunista hecha persona.  Ocupó los más altos cargos en el Partido, pero mantuvo siempre esa modestia que sólo los grandes seres humanos pueden mostrar.
Don Lucho seguirá junto a nosotros. En su homenaje los comunistas continuaremos trabajando por lograr un Partido como él lo planteaba, un Partido de masas”.