Este blog tiene por finalidad dar a conocer la recopilación de algunos materiales como boletines, revistas, diarios, documentos, etc., que contribuirán en parte a mantener viva la memoria histórica del pueblo chileno, como asimismo la de algunos paises que conjuntamente a sus organizaciones han contribuido a la lucha por la liberación de la humanidad y la lucha por la conquista del socialismo y comunismo a nivel mundial. (BLOG DEDICADO A LOS 100 AÑOS DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE.1912-2012)
miércoles, 14 de septiembre de 2016
martes, 13 de septiembre de 2016
LUCHAR HASTA EL ÚLTIMO DÍA DE MI VIDA
Queridos compañeros:
Pasado mañana, miércoles 14
de septiembre de 2016 es la gran cita. Nos juntaremos en el ICHIL a las 19
horas para recordar y rendir homenaje al recordado y querido dirigente Luis
Corvalán Lépez.
Adjuntamos parte de una
entrevista que realizó Ana María Pino a
Don Lucho.
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
El 10 de septiembre del 2008, Ana María
Pino Yáñez realizó, en su hogar de Ñuñoa.
la última y muy interesante entrevista a Don Lucho. De ella, tomamos
algunos de sus partes. Le hemos colocado como título la respuesta a su última
pregunta.
-¿Cómo y cuándo conoce a su compañera de vida Lily Castillo
--Ella dice que me conoció en Iquique cuando
tenía ocho años y yo trabajaba de profesor en la Escuela Nº 1, la Escuela Santa
María, donde el 21 de diciembre de 1907 se produjo la masacre cuyo centenario
se conmemoró en la misma fecha del año 2007. De lo que yo me acuerdo es haberla
visto por primera vez en un baile que tuvo lugar un día sábado en la noche en
la sede de la Primera Comuna del Partido Comunista, sede situada en la esquina
de Merced con Estado, allí estaba Lily acompañada de sus padres y la saque a
bailar. Años después, fue mi secretaria cuando me desempeñaba como Director del
Diario El Siglo.
Permítanme que yo cite lo que al respecto digo en mis
memorias:
“Mucho se ha hablado y escrito del uso y del
abuso que hacen los ejecutivos con sus secretarias. En mi caso la situación se
dio al revés. Lily se propuso
conquistarme. Empezó cerrando por fuera, con llave, la puerta de mi oficina,
para que nadie entrara a interrumpirme, y
terminó cerrándola por dentro, haciéndome más de una grata interrupción.
Cuento esto en honor a la verdad y especialmente a Lily, pues no sé por qué
diablos siempre he infundido un temor reverencial y ella lo venció.
Yo había sido contrario al matrimonio. Estaba
en un error. Ahora comprendo que una de las delicias de la vida lo constituye
el hogar, primero el de nuestros padres, después el propio. Pero ese error me
salvó, afortunadamente, por lo menos de
un matrimonio fracasado. Además de buena moza y simpática, encontré que su
afiliación a la causa comunista le salía de adentro. Iquiqueña, hija de un
cargador del Puerto y de una cocinera, se había criado viendo flamear desde muy
chica la bandera del Partido. Treinta años junto a mí en las duras y en las
maduras prueban que hice bien en dejarme querer por ella y yo responderle con
mi cariño ilimitado”.
Desde que escribí lo anterior han pasado 32
años. En diciembre de este 2008 cumpliremos 62 años de matrimonio. Varios
camaradas y amigos me preguntan dónde
está el secreto. Lo digo francamente. Hay que comportarse en la casa de tal
manera, que ella sea la que mande y cuando haya una desavenencia no hay que
alzar la voz ni cosa que se parezca. He optado por callarme cada vez que se
enoja. Como decía mi camarada y amigo uruguayo Rodney Arismendi, “para pelear
se necesitan dos a lo menos”, y si uno se calla no hay pelea.
--¿Qué papel jugó el Partido Comunista en el Gobierno de la Unidad Popular?
--Fue el principal protagonista y el
colaborador más permanente desde el primer hasta el último día del Gobierno de
Allende. Desde el momento de su constitución puso en marcha una nueva política
que contemplaba una serie de medidas a fin de hacer realidad una revolución
democrática con miras a construir una sociedad socialista. El Presidente y el Partido Comunista coincidieron en
definirla como una revolución socialista por una vía pacífica.
Los comunistas fuimos, además, los
que más nos esforzamos en la aplicación práctica de su política.
--¿Cómo eran sus relaciones con el Gobierno en su calidad
de Secretario General del Partido
Comunista?
--Eran frecuentes, permanentes, nos reuníamos
casi todas las semanas, en ciertas circunstancias todos los días. Lo hacíamos
en La Moneda o en su casa de Tomás Moro. También con cierta frecuencia nos
reuníamos los comunistas, los socialistas y Allende, lo que algunos llamaban la
“mesa de tres patas”, por ser los partidos más numerosos de la Unidad Popular.
Cada cierto tiempo de labor gubernamental realizábamos encuentros de análisis y
balance todos quienes constituíamos la alianza gubernamental.
--En una mirada retrospectiva a treintaitantos años, ¿Por
qué no se pudo salir adelante? ¿Qué fue lo que pasó?
--Hay dos factores o causas que
terminaron con el derribamiento del gobierno del Presidente Allende:
El imperio norteamericano, bajo
el gobierno de Richard Nixon hizo todo cuanto pudo primero para impedir el
triunfo de Allende y su elección como Presidente de Chile y segundo para
derribarlo e impedir que cumpliera su período como primer mandatario. Nadie
puede negar estos hechos. Henry Kissinger, que fue el brazo derecho de Nixon,
lo confiesa todo en sus memorias. Y lo demuestran o lo prueban también los llamados documentos secretos de la CIA
(Central de Inteligencia Americana) que se dieron a conocer a todo el mundo.
Pasados los primeros meses, surgieron, en forma creciente, diferencias
entre los partidos en cuanto a la
aplicación del programa. Nosotros éramos partidarios de cumplir estrictamente
lo que habíamos prometido, esto de
realizar los cambios revolucionarios de acuerdo con la Constitución y la
ley, movilizando al pueblo para vencer la resistencia de los enemigos y buscar,
en ciertos casos, el acuerdo con la Democracia Cristiana. Surgieron voces al interior de la UP que
trasuntaban o expresaban la pérdida de
tranquilidad por determinados problemas políticos y abogaban por la aplicación
de medidas a contrapelo de lo que opinaban quienes se distinguían por su
crítica al gobierno, sin buscar el entendimiento. Por ejemplo, se realizó una
marcha de la Democracia Cristiana en Concepción, que fue autorizada, hubo
quienes en la UP no la aceptaron. También hubo una vacante a diputado en la
zona de Valparaíso. La vacante correspondía a un parlamentario DC. La opinión
de Allende y el PC era no presentar candidato. Los socialistas insistieron y
determinaron que el candidato les correspondía a ellos. Se produjo la elección
y perdió el candidato socialista
--Con la estrategia de la rebelión popular de masas ¿hubo un
cambio en la línea política del Partido Comunista de Chile trazada en sus
diferentes congresos?
--No hubo precisamente un cambio en la línea
política, sino la incorporación de una nueva táctica, del uso de todas las
formas de lucha, pacíficas o violentas, e incluso el empleo de las armas para
echar abajo la dictadura. Este fue el planteamiento que hicimos el 3 de
septiembre de 1980, cuando habían
transcurrido 7 años del Golpe militar, la dictadura había logrado ya destruir la democracia chilena, se
afianzaba y buscaba institucionalizarse mediante el Plebiscito que había
convocado para el 11 de septiembre para
refrendar su Constitución y asegurar la incesante auto-reproducción del
sistema. Dicho plebiscito se realizaría –se realizó- sin Registros Electorales
ni mesa receptora de sufragios sometidas al control popular. Para terminar con
la dictadura ya no bastaba con la declaración de protesta y otros métodos
tradicionales. A la dictadura no se le podía poner fin mediante nuevas declaraciones y
protestas. El llamado a la Rebelión Popular tuvo amplia acogida en la opinión
pública y desde luego en los partidos de la Unidad Popular.
Inmediatamente de haberse realizado
el plebiscito, la Unidad Popular formuló
en Santiago una declaración en la cual afirmó que el pueblo de Chile
“reivindica su derecho a la resistencia contra la opresión que habrá de
expresarse de los más variados, masivos
y efectivos métodos de lucha, incluso el supremo derecho de la rebelión contra la tiranía”. La
Rebelión Popular empezó a manifestarse a través de las mujeres que reclamaban
contra la detención, desaparecimiento o asesinato de sus seres queridos. Se
destacaron las huelgas de hambre de madres, esposas, hijas e hijos de los
detenidos desaparecidos.
En las poblaciones se efectuaron cacerolazos
y cadenazos en puntos neurálgicos de la red eléctrica que afectaban a bastas
regiones del país y eran recibidas con entusiasmo por la mayoría
ciudadana. En el curso del mes de abril
de 1981 se realizaron apagones a lo largo del país, voladuras de puentes y de
líneas de trenes de Santiago al sur, de Valparaíso a Santiago y San Felipe a
Los Andes. Fue asaltada la Armería Morandé y capturadas sus armas. En el mes de
mayo de 1981 se tomaron las agencias periodísticas Asociated Press y ANSA, transmitiéndose a través de ellas
proclamas en contra de Pinochet, fue asaltada la Armería Italiana con la
consiguiente captura de armas. En julio hubo un nuevo apagón que abarcó a gran
parte del país. En agosto se realizó un asalto y captura de armas en las
Armerías Ricci, Italiana y Real. En septiembre se produjo un nuevo apagón
nacional y toma y quema de trenes de la línea Santiago-Valparaíso.
A la lucha contra la dictadura se incorporaron
de más en más, con sus propias formas y sus propios métodos todos los partidos
de la Unidad Popular, la Democracia Cristiana, los radicales y gente sin
militancia política. 1986 fue el año de las grandes protestas, el año del
Atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo y del desembarco de las armas del
Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Carrizal. Estos últimos hechos llevaron
el pánico a las filas de la burguesía.
En un sector de la oposición surgió
la tendencia favorable a la conciliación con Pinochet. El gobierno
norteamericano envió al país a un emisario suyo, Robert Gelbart, que se
entrevistó con el gobierno, con todos los partidos, menos el comunista,
instando a todos ellos a entenderse y aislar a los comunistas.
La aplicación creciente de la Política de Rebelión
Popular llevó a la propia dictadura a buscar alguna fórmula de
entendimiento con sus enemigos de la
burguesía. Ya en 1985 se habían tendido puentes de amistad y acuerdos entre
unos y otros. En el mes de julio, el Cardenal Fresno, el Obispo Valech, el
Vicario Precht y los políticos Patricio Aylwin, Carlos Briones, Francisco
Bulnes, Enrique Silva Cimma, Pedro Correa, Andrés Allamand, René Abeliuk, Hugo
Cepeda y Gabriel Valdés más Sergio Molina, Fernando Léniz y José Zavala, estos
últimos asesores de Fresno, se reunieron en el Convento de Calera de Tango para
buscar el diálogo y el entendimiento con Pinochet. Según documento publicado en
el vespertino La Segunda el 26 de agosto de 1985 y diez años más tarde en el
mismo diario, apareció una separata con el nombre de “Entretelones del Acuerdo
Nacional”. Su autor José Zavala fue uno de los tres coordinadores del acuerdo.
La Política de Rebelión Popular no pudo seguir aplicándose hasta derribar a
Pinochet y su institucionalidad. Pero sin mediar ella, la dictadura se habría
mantenido muchos años más.
--¿Por qué cree Usted
que fracasan las dos grandes acciones que programa el FPMR para el año 1986: la
internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado a Pinochet? ¿Coincide con
el planteamiento de que ese año era “el año decisivo”? ¿Estaban infiltrados? ¿Faltó capacidad
logística?
--El atentado fue una operación muy bien
preparada, pero se cometieron fallas garrafales. Es un hecho, por ejemplo, que
los fusiles que utilizaron no eran los adecuados y todos los antecedentes que
yo tengo indican que los combatientes de
Carrizal Bajo no cumplieron con las normas de clandestinidad y su presencia terminó por llamar la atención
de alguna gente. No hubo infiltrados. El
año 86 fue un año muy importante, fue el año
de las mayores protestas. Pero los dos hechos anteriores ocurrieron este
mismo año y estos hechos hicieron que dejara de ser el año decisivo en la lucha
contra la dictadura.
--Usted es un hombre que conoció y practicó la política en
profundidad. ¿Qué opinión tiene sobre los estilos y valores de la política
actual? ¿Qué opina de la baja valoración de la política que tiene el ciudadano
y la baja participación de los jóvenes?
--La mayoría del país mira con desprecio la
política de hoy. Ese desprecio se expresa de muchas maneras: mediante la
reducción del número de los militantes de los partidos
políticos, la reducción del número de ciudadanos que se inscribe en los
registros electorales, el aumento de los que no van a votar, de los votos nulos
o en blanco, el desmérito de los
parlamentarios y el repudio de la población a los actos de corrupción en que no
pocos de ellos se ven involucrados y su convivencia con el sistema electoral
vigente. A lo anterior se suma la preocupación que ellos tienen por aumentar de
un modo u otro el monto de sus dietas y sobre todo el desinterés que demuestran
por conocer la opinión de la gente incluida sus propios electores.
Con anterioridad al Golpe de Estado la mayoría
de los
políticos se preocupaban de los grandes problemas nacionales, de la
política económica, de las políticas sociales y de atender a la solución de los
problemas que más angustiaban a la gente. Hoy esto no se ve o se ve en forma
muy reducida.
--¿Cómo resolver
esta situación?
--No hay más solución que un cambio profundo
terminando de raíz con todo aquello que dejó el sistema de Pinochet para que la
ciudadanía chilena no tuviera mayor participación en la política chilena, y
dejara la conducción del Estado en poder de los políticos que estuvieron con él
o siguieron sus aguas.
--¿Considera que los
estilos de hacer política son diferentes si compara la época en que usted era
parlamentario y el presente?
--Considero que el aparato gubernamental, los
que detentan el poder no solo en el Gobierno, sino en todas las instituciones
del Estado, están en manos de los grandes intereses económicos y que es esto
precisamente lo que hay que cambiar. No se trata de una cuestión de estilo o
bien los estilos de hacer política imperantes tienen que ver con el modelo que
viene de los tiempos de Pinochet.
--¿Cómo mejorar la
calidad de la política?
--Ante todo cambiando profundamente la
composición social y la orientación del gobierno.
--¿Qué mensaje entregaría a la juventud de nuestro país, particularmente a aquella que
manifiesta no tener interés en inscribirse en los registros electorales ni
interés en la política?
--Hay que hacer todo cuanto podamos por apoyar
a la juventud que sale a la calle a defender sus demandas.
--¿Cuál es su legado?
--Luchar hasta el último día de mi vida.
Teillier: “Hay Necesidad De Construir Mayorías”
Fuente: El Siglo -
12/09/2016
Presidente del PC dijo que
eso es necesario “para proceso de transformaciones”. Enfatizó que “tenemos que
ser capaces de darle respuesta al pueblo”.
Hugo Guzmán Rambaldi. Santiago. Guillermo Teillier afirmó que los
comunistas están de buen ánimo asumiendo la coyuntura política y lo que viene.
No tiene duda en plantear que la Nueva Mayoría debe seguir adelante, incluso
ampliando su base de sustentación, y asegura que el programa que el
conglomerado ofrecerá el país no se hará “en una cocina”, sino con
participación política y social. El presidente del Partido Comunista llama
también a pensar en proyectos de largo plazo, no circunscritos a cuatro años de
gobierno y pone énfasis en temas como una nueva Constitución, defender la
soberanía sobre el litio, el cobre y el agua, y cambiar el sistema de
pensiones.
El también diputado comunista no elude hablar de la instalación en el
escenario de la candidatura de Ricardo Lagos, de dirigentes como Giorgio
Jackson y Gabriel Boric y responde a quienes plantean que el PC se aleja de
posturas de izquierda.
¿Qué le parecen las
irrupciones de candidatos a La Moneda?
Hace rato que hay varios que los postulan o se postulan. Hay otros que
siguen diciendo que no saben. Bueno, quizá sea natural. Pero me adelanto, no me
pregunte cuál es nuestro candidato, porque eso lo vamos a ver después de las
elecciones municipales, lo vamos a discutir en las instancias colectivas del
Partido, así que no hay definiciones.
Eugenio Tironi dijo por ahí
que la candidatura de Ricardo Lagos hace que la Nueva Mayoría se transforme de
facto en la Concertación.
Algunos quizá quieran que, de facto, vuelva la Concertación, pero no creo
que sea el deseo mayoritario entre las fuerzas democráticas y de izquierda, ni
en la Nueva Mayoría. En la Nueva Mayoría veo que el deseo mayoritario es
continuar como tal, hasta incluso ver la posibilidad de ampliar el
conglomerado. Que algunos tengan deseo de volver a la Concertación, no me cabe
duda. Ahora, le voy a decir algo; las propias declaraciones de Ricardo Lagos no
parece que él quisiera volver a la Concertación, me parece que él se da cuenta
que ése es un camino que no tiene futuro.
Usted dice que quizá Lagos
no quiera que vuelva la Concertación y antes dijo que hay un matiz en Lagos en
cuanto a que parece dispuesto a darle continuidad a las reformas. ¿Estas
palabras se pueden interpretar como que se está acercando a Ricardo Lagos, que
no es tan crítico de una candidatura de él?
No, no; no se debe mirar así. En estos días no estamos optando por
acercarnos a ningún candidato. Ciertamente tenemos que estar abiertos a todas
las candidaturas que emanen de la Nueva Mayoría, y que se comporten coherentes
con los acuerdos tomados por la Nueva Mayoría. Aunque no nos vamos a poner a
censurar a nadie. Claro, podemos tener críticas y nuestras opciones y
preferencias, que lo vamos a discutir después de las elecciones municipales. En
su momento, eso sí,tendremos que saber muy bien quién es quién, no vamos a
optar a ciegas en la candidatura presidencial. Lo que usted me pregunta, bueno,
nos preguntan mucho sobre Lagos y sabemos que en el Partido Comunista hay
sectores, militantes, que no les gusta y no están de acuerdo con Ricardo Lagos.
Pero bueno, antes de apoyar a Michelle Bachelet también se dio una discusión
bastante profunda en el Partido, y se optó por mayoría y es lo que ocurrirá
ahora, definir a quién apoyamos; no digo que será Lagos, por favor, no hemos
adelantado absolutamente nada. Incluso ahora aparece como más factible, que es
buscar con las primarias, una candidatura propia incluso.
Sacan harto que Camila
Vallejo y KarolCariola critican a Ricardo Lagos.
Bueno, son opiniones que se dan, pero nosotros vamos a decir en nuestras
instancias después de una discusión.
¿Es parte del debate de los
comunistas?
Es parte del debate que dan los comunistas. Yo prefiero la discusión
colectiva, ahí veremos.
Oiga, el Partido Comunista
es el único que no tiene a una o uno de sus militantes como candidato
presidencial, un candidato propio.
No somos los únicos que no tenemos. Los que tienen son el Partido
Socialista, el Partido por la Democracia y el Partido Radical. El Partido
Comunista no tiene, la Democracia Cristiana todavía no tiene, el Movimiento
Amplio Social no tiene, y tampoco tiene la Izquierda Ciudadana. Varios dicen
que van a tomar la decisión después de las municipales, igual que nosotros.
Me refería a la posibilidad
real de tener un candidato competitivo propio. ¿O quizá eso pueda perfilarse
para las elecciones presidenciales del 2020? Claudia Pascual, Marcos Barraza,
quizá haya otras u otros.
No, no me pregunte por nombres, eso no. No me pregunte de posibles
candidatos a esta distancia de esa elección. Pero sí le puedo decir que vamos a
buscar ser más competitivos. Abrir más capacidades de competencia para lograr
los objetivos que nos proponemos.
En este marco, y para esta
elección, se habla de candidatos “nuevos”, se menciona ahora a Alejandro
Guillier, y para el futuro se habla de “emergentes” como Gabriel Boric o
Giorgio Jakcson.
Mire, es que siempre han aparecido candidatos emergentes, que suben y luego
bajan, eso no es novedad, son personajes que puedan subir o bajar en las
encuestas, pero que después en la realidad política, en el aterrizaje, es algo
diferente, y cambia el carácter de las encuestas cuando se está en campaña, o
en otra situación política. Usted me habla de Guillier, pero recuerdo que él
dijo algo, o salió la versión,que si Ricardo Lagos era candidato, él se retiraba,
no sé si lo mantiene o no. Ahora, está bien que aparezcan personas nuevas
dentro de la Nueva Mayoría, que haya dirigentes nuevos, eso no me preocupa, al
contrario, me parece bien. Por lo demás, nosotros tenemos liderazgos
emergentes, varios, y en varios ámbitos de la política y el movimiento social,
muchas y muchos militantes nuestros están destacando nacionalmente, y son muy
valorados. Voy a mencionar solo dos ejemplos, cómo emergieron KarolCariola y
Camila Vallejo, dos militantes jóvenes que se podría decir que son emergentes,
para usar ese término que usted pone. Tenemos otras y otros militantes que se
están destacando en varias áreas y que son nuevos.
En estos momentos, ¿qué le
dicen los nombres Giorgio Jackson y Gabriel Boric?
Que son dos liderazgos jóvenes, que en muchas cosas coincidimos, en otras
diferimos, a veces en la forma de hacer las cosas. Veo que si bien es cierto
ellos han aportado al desarrollo de las reformas actuales, los mueve más una
política alternativa al Gobierno y a la Nueva Mayoría.
¿No preferiría que
estuvieran dentro de la Nueva Mayoría?
No sé si sea que estén dentro de la Nueva Mayoría. Pero me gustaría ver
políticas más conducentes a tener éxito con reformas, con cambios que se
concreten, con transformaciones, y no solo a ser críticos de las reformas o los
cambios que se vayan realizando. Eso no quiere decir que Jackson o Boric tengan
que aceptar todo lo que nosotros podamos plantear, o que haya acuerdo
absolutamente en todo, pero considero que este es un momento político del país
para hacer esfuerzos y unir esfuerzos por sacar reformas que son necesarias y
para avanzar en otras, dando cuenta de la realidad política que vivimos y de
los empeños que estamos haciendo.
Desde esos grupos políticos
y otros, se ve como contrapuesto a la Nueva Mayoría y a su ampliación, la
creación de un Frente Amplio con sectores de izquierda.
Esa es una apuesta que ya se hizo en este país. Nosotros hemos sido parte
de ello. Tuvo ya su camino, no es que hubiera fracasado, pero hubo que buscar
una construcción de reales mayorías. Ahora, eso contribuyó a abrirle paso a las
reformas que se llevan adelante, contribuyó a terminar con el sistema
binominal. Cuando nosotros apoyamos a Michelle Bachelet en segunda vuelta -la
primera vez que ella se presentó de candidata a la presidencia- pidiendo un
compromiso claro de que se hiciera un proyecto de reforma al sistema electoral
binominal, nos dijeron que era oportunismo nuestro, que era para tener un par
de diputados, que eso no tenía ninguna factibilidad. Sin embargo, gracias a esa
supuesta traición que algunos nos achacaron por dar el paso de respaldar a
Bachelet, terminó en que todos o muchos de los que nos criticaron, tienen o
están formando partidos políticos, están participando en elecciones con probabilidades
de elegir a su gente, y eso es por una reforma en la que nosotros fuimos
altamente incidentes. Me parece que dirigentes como Giorgio Jackson y Gabriel
Boric, y otros, debieran meditar sobre estos aspectos de las luchas que estamos
dando.
¿Qué pasa con los diálogos,
las conversaciones, que deberían darse en la izquierda? Boric habló de poder
conversar con el Partido Comunista, más temprano que tarde.
Nosotros no tenemos ningún problema en conversar con ellos y con otros
sectores de izquierda, en buscar y tener cercanía. Lo que sí digo, es que
tenemos que hablar en torno de contenidos, respecto de programas, en torno de
cómo ponernos de acuerdo. También con la idea y que hay necesidad de construir
las mayorías necesarias para un proceso de transformaciones, porque necesitamos
tener mayorías, si ya estuvimos mucho tiempo intentando cosas siendo minorías.
Nosotros hemos pasado ya por ese camino, el andar o quedarnos solos, caminos
testimoniales en algún momento, y algo importante de eso es que redunda en que
no le damos respuesta, no creamos las condiciones para darle respuesta al
pueblo y a lo que la sociedad está planteando. Y nosotros tenemos que ser
capaces de darle respuesta al pueblo, tenemos que ser capaces de responder a lo
que la gente exige. Si no, nos quedamos a medio camino, nos quedamos en el
testimonio, nos quedamos en decir algo pero sin capacidad de encontrar y dar
respuestas concretas.
¿Usted acepta la tesis de
que esos grupos que están fuera de la Nueva Mayoría representan realmente a la izquierda
y que el Partido Comunista se alejó del ideario de izquierda?
De ninguna manera. Mire, esa es una discusión muy, muy antigua. La de
sectores que se pusieron o se han puesto más a la izquierda del Partido
Comunista, que nos acusaron o nos acusan de no ser suficientemente
izquierdistas, de que nos alejamos de las posturas de izquierda, eso es bien
antiguo. Lo hemos sufrido a lo largo de más de cien años como partido, y
fíjese, cien años siendo un partido de los trabajadores, que hemos luchado contra
dictaduras, que fuimos parte del proceso que encabezó el Presidente Salvador
Allende (que lo acusaron igual que a nosotros de no ser tan izquierdista y
ahora lo reivindican), que hemos dado tantas luchas por los derechos del
pueblo. Hemos sufrido esas críticas incluso de aliados cercanos que tuvimos en
el pasado, que se ponían más a la izquierda, o más revolucionarios. Le voy a
decir algo: no es la chapa que uno se pone lo que vale, sino los hechos. Y
nosotros siempre hemos sido consecuentes con las ideas de la izquierda y con
procesos de transformaciones.
El Partido Comunista plantea
que hay que darle continuidad a la Nueva Mayoría. Pero ¿hay que hacerle
ajustes, reingeniería?
Hemos vivido una experiencia inédita de Gobierno, ingresamos a un Gobierno
después de estar más de 30 años excluidos, incluso del Parlamento. La
experiencia nos dice que sí, hay que aprender de las falencias, de los errores,
por ejemplo, en la construcción de un programa y cómo determinar su
factibilidad, asegurar su factibilidad. En eso, pensando incluso en el futuro,
hay que esmerarse mucho más en relación, por ejemplo, a un nuevo periodo de
Gobierno, y un nuevo programa. Hay que ver lo de mejorar cosas de gestión, de
apuntar bien a lo que debemos hacer.
¿Y la integración y alianzas
entre partidos de centro y de izquierda?
Yo creo que esa discusión ya empezó, vamos a ver cómo sigue. Hay varios
partidos que ya manifestaron la misma voluntad nuestra, de seguir adelante con
la Nueva Mayoría, tener otro periodo presidencial, consolidar lo que se ha
hecho y proyectarnos en un nuevo programa de realizaciones que contribuya al
desarrollo del país con justicia social y con mayor equidad. Si para ese empeño
se necesita ampliar la base de sustentación de un programa, nosotros no tenemos
impedimento en hacerlo, en abrirnos a eso. Lo que prima son los acuerdos que se
tomen.
Hay mucho de candidaturas
presidenciales dando vuelta pero ¿cuándo empieza la discusión del programa de
la Nueva Mayoría?
Eso creo que también ya empezó. Se están dando ideas y haciendo propuestas
en varios temas, por ejemplo, que hay que cambiar el sistema de pensiones, por
mencionar algo que es programático. Todos los partidos estamos avanzando
respecto de ideas programáticas, en nuestro partido lo estamos haciendo, he escuchado
que lo están haciendo en el Partido Socialista, que lo determinaron en la
Democracia Cristiana, creo que el Partido Radical también, y todos están
diciendo que, aparte de candidaturas, es esencial un programa. Creo que los
propios candidatos, o los que dicen que están disponibles para ser candidatos,
también tienen su propio trabajo programático. Lo que sé, es que esta discusión
de programa se va a acelerar muchísimo después de las elecciones municipales,
eso estoy seguro.
¿Ya hay un mecanismo establecido?
Están empezando a trabajar de conjunto algunos institutos de estudios de
los partidos, que fue el método que usamos en la elección anterior, que fue
bastante eficaz y ya hay algunos contactos entre los partidos.
La elaboración del programa,
¿será en una cocina, o en un gran espacio abierto?
El programa no se hará en una cocina. Hay un intercambio entre todos los
partidos porque es evidente que queremos determinar en qué queremos avanzar,
para qué queremos un programa en conjunto. Creo que todos estamos convencidos
que la elaboración del programa hay que hacerla con participación, y no solo de
los partidos, sino con voces de la sociedad. Cuando hicimos el programa de
Michelle Bachelet hubo participación de profesionales, dirigentes sociales, representantes
sindicales, de profesores, eso podría incrementarse, ampliarse mucho más. A
nosotros nos interesa que el futuro programa tenga mucha sustentación social,
también política. Hay que trabajar para eso, eso es innegable.
¿Qué no es negociable en un
próximo programa de la Nueva Mayoría?
Yo creo que el programa no se negocia, sino que se llegan a acuerdos. Se
determina que podemos sacar delante de conjunto, eso se conversa, se analiza y
se acuerda. Hay temas que en nuestra opinión tienen que estar, como cambiar la
Constitución y darle continuidad al proceso constituyente. Hay otros temas como
la soberanía respecto a nuestros recursos naturales, que no se tomó en este
Gobierno, y veo un peligro muy grande que podamos perder fuentes de riqueza
para el pueblo de Chile. Está en peligro perderse el litio, está en peligro
Codelco, está pendiente el tema del agua, su uso, que no puede seguir siendo un
recurso en manos de privados. En general un programa debe abordar los temas de
logro de justicia social, el asunto de la igualdad es insoslayable, de alcanzar
mayores grados de igualdad. Algo que falta en Chile, es que nos pongamos de
acuerdo, y no me asusto al decir que con un máximo de amplitud, respecto de
encarar un proyecto de desarrollo estratégico como país. Eso es esencial,
porque las cosas las miramos a corto o mediano plazo, y hay asuntos que hay que
mirar a más largo plazo, con plazos más largos que cuatro años. En eso es
importante darle continuidad a lo que hemos comenzado; por ejemplo, la reforma
en educación es un avance sustancial en el proceso de desarrollo para terminar
con la desigualdad y dar garantías a los derechos de las personas.
Se han expresado diferencias
en la Nueva Mayoría, sobre todo por posturas más conservadoras frente a las
progresistas y de izquierda, se ven discrepancias sobre si darle o no
continuidad a lo realizado. ¿Existe el riesgo que no se llegue a consensuar un
programa?
Lo primero es que este programa debe ser continuidad de lo que hemos hecho,
eso es esencial. No creo que nadie, dentro de la Nueva Mayoría, vaya a estar
por paralizar el proceso constituyente, nadie va a querer detener el proceso de
gratuidad, o de reforma de la educación superior o pública. No creo que nadie
dentro de la Nueva Mayoría vaya a querer revertir la reforma tributaria. Y ya
aparecen temas que van haciendo parte del acuerdo de los partidos, y que
estamos interesados en llevarlos adelante, como el tema de las pensiones, creo
que todos queremos transformar el sistema de pensiones en Chile; pueden haber
diferentes miradas, pero todos sabemos que tenemos que cambiarlo. El tema de la
descentralización, de refuerzo de las regiones; se está discutiendo sobre la
Ley Reservada del Cobre y no he escuchado a nadie que esté a favor de no
derogar esa ley, donde no hay acuerdo es cómo financiar a las Fuerzas Armadas;
y tenemos el tema de cómo preservar a Codelco como una empresa pública, del
Estado, y que debe capitalizarse, renovarse, avanzar en tecnología, para
entregar al país la mayor cantidad de recursos que salgan de la producción del
cobre.
¿Habrá más cuidado en la
letra chica del programa?
Es que no he visto que existe letra chica en el programa de la Nueva
Mayoría. Lo que pasa es que hay matices, y quizá ahora debamos hacer un
análisis de cuáles fueron esos matices, las diferencias, para evitar caer en lo
mismo, para evitar dificultades. Bueno, pero todos somos seres humanos y no
puedo decir que todo llegue a la perfección. Algo quedará para la discusión de
las leyes en el Parlamento y la discusión que se dará con la ciudadanía, lo que
digan sectores del pueblo.
“¿De dónde sacan que es
antinatura que comunistas y democratacristianos no podamos trabajar juntos?”
¿Cuál es el problema central
con la Democracia Cristiana?
Yo no lo analizaría desde ese punto de partida, de los problemas con la
Democracia Cristiana. Yo partiría al revés: cuáles son los temas que unen a
comunistas y democratacristianos en torno a un programa y resolver problemas de
la sociedad, y que los hace trabajar de manera conjunta en torno de ese
programa. ¿Qué problemas hemos tenido? Bueno, en cómo vamos solucionando esos
problemas, y surgen matices, algunas diferencias, hay discusiones respecto a
algunas leyes, en los ritmos para implementar el programa que tenemos ahora,
pero en lo sustancial nos hemos puesto de acuerdo. Ahora, hay una discusión
pendiente sobre derechos humanos, de lado y lado. Espero que alguna vez,
estableciendo las verdades históricas,
con calma, podamos abordarlo, porque es algo que va más allá de lo
coyuntural.
¿Hoy es imprescindible tener
un acuerdo con la Democracia Cristiana, es imprescindible un acuerdo de la
izquierda con el centro político? ¿Es omitible ese acuerdo político?
En las actuales circunstancias es difícil que sea omitible un acuerdo entre
la izquierda y el centro político. Si nos separamos, podría terminar hasta aquí
el proceso iniciado por la Nueva Mayoría. Y eso, lo primero que traería, es que
le abriríamos la puerta a la derecha.
VolkerBouffier, de la Unión
Demócrata Cristiana alemana alemana, dijo que es antinatural que estén en un
mismo conglomerado el Partido Comunista y la Democracia Cristiana.
No sé dónde se habrá escrito esa ley, si estará en la Biblia, en alguna
Constitución, será una ley universal, si lo determinó las Naciones Unidas. ¿De
dónde sacan eso que es antinatura que los comunistas y los democratacristianos
no podamos trabajar juntos? Son declaraciones que no me dicen nada.
¿En Chile se estaría
demostrando que es natural?
Es natural en torno de un programa, de acuerdos en beneficio del país. Se
puede hacer eso. Algunos hablan de la experiencia europea, que es harto fea en
estas materias, pero igual hubo acercamientos, en plena Guerra Fría hubo
algunos acercamientos en algunos países entre comunistas y democratacristianos.
“Los comunistas estamos de
buen ánimo asumiendo lo que nos corresponde”
En estos meses se habla
mucho de desafección con el Gobierno, de “fuego amigo”, de dificultades en la
Nueva Mayoría, problemas con las reformas, ¿frente a eso, cuál es el estado de
ánimos de los comunistas?
Los comunistas sabíamos que iban a haber dificultades, lo dijimos clarito
desde un comienzo, que no entrábamos a un proceso que no iba a contemplar
resistencias, porque se tocaban intereses poderosos, eso ha sido evidente.
Nosotros sabemos lo que son capaces de hacer esos intereses por defenderse.
Pero mire, yo creo que el Partido se encuentra entusiasmado, dinamizado,
trabajando mucho. Las encuestas pueden decir muchas cosas, que la desafección
al Gobierno, bajas en la política, pero no pienso igual que aquellos que
quieren culpar a las reformas el descontento o los males que sufre Chile. Si
uno mira varias encuestas, unas muy profesionales aunque no son tan famosas, se
da cuenta que las reformas siguen teniendo por sobre el 40% de aprobación, y
eso es apoyo ciudadano. Las reformas han generado una situación distinta en el
país y eso ha abierto perspectivas de cambiar Chile, y algunos lo quieren con
más rapidez, eso se está viendo y se está pidiendo en las movilizaciones
sociales, en las calles, ahí está el ejemplo de exigencia de pensiones dignas.
Los comunistas estamos de buen ánimo asumiendo todo lo que nos corresponde y
creemos que vamos avanzando.
¿Pero qué pasa cuando usted
ve medios que dicen que a los comunistas los echan de marchas como las de no
más AFP, cuando hay gente que los quieren echar de las marchas?
Esas son cosas muy pequeñas y muy puntuales, y algunos las tratan de
magnificar. Sé de un caso en Iquique, que fueron a decirles que no entraran con
banderas, y los compañeros entraron y la gente los recibió. En las últimas
marchas aquí en Santiago había muchas banderas comunistas, y la gente los
recibió, se compartió, nadie los echó. Yo estuve en la marcha y nadie me echó,
la gente me saludaba. Claro, no me metí delante de la marcha, pero fui,
conversé con mucha gente, mucha gente me saludaba y nadie me dijo ¿qué está
haciendo aquí? Los que tratan de demonizar a los comunistas son poquitos, y ahí
se unen los extremos, la ultraizquierda y la ultraderecha con un anticomunismo
casi enfermizo.
“Las municipales dejan
bastante despejado el camino para las parlamentarias”
Hay analistas que están
relativizando el resultado de las elecciones municipales. Incluso afirman que
no influirán en las elecciones parlamentaria y presidencial.
Las municipales van a tener mucha importancia y mucho simbolismo. De
partida, la cantidad de alcaldes que saquen los partidos y los conglomerados.
Pero algunos ya están centrándose no en la cantidad, sino en ganar alcaldías
representativas, no sé, Santiago, Providencia, Valparaíso, Concepción, Ñuñoa, y
a partir de eso decir “nosotros ganamos”, creo que la derecha está en esa. Eso
es algo que tiene que ver con los simbolismos.
Triunfos mediáticos.
Triunfos mediáticos pero no electorales. Aunque serán importantes. Lo otro
es que cada partido va a sacar sus cuentas de acuerdo a la elección de
concejales, eso va a marcar las proyecciones de los resultados en las
parlamentarias, porque los nichos no se mueven tan fácilmente en Chile. También
influirá en la presidencial, aunque es más complicado, porque es una campaña
que fragmenta mucho, hay un par de opciones solamente. Pero las municipales
dejan bastante despejado el camino para las parlamentarias.
La Verdadera Crisis Es La Del Modelo
Fuente: El Siglo -
07/09/2016
La contradicción del
neoliberalismo y la democracia social puede advertirse cotidianamente.
Camila Vallejo Dowling
Diputada por La Florida.
Integrante del Comité Central del Partido Comunista.
La contradicción del neoliberalismo y la democracia social puede advertirse
cotidianamente. Y, durante el último mes, donde más nítidamente se ha
manifestado esta contradicción es en la consigna “NO+AFP”, que congregó
multitudinarias manifestaciones en todo el país, originando el despliegue
comunicacional de los defensores del actual sistema de pensiones a modo de
respuesta.
Esta resistencia neoliberal no debe extrañarnos, porque el diseño institucional
de la seguridad social en Chile es parte fundamental del proyecto de los
Chicago Boys impuesto en la dictadura cívico-militar.
En efecto, son más de 170 mil millones de dólares provenientes de las
cotizaciones de trabajadoras y trabajadores chilenos que se invierten en
grandes grupos económicos.
Esta importancia estratégica para el sistema neoliberal chileno explica por
sí sola el listado de dirigentes de la transición que fueron o son parte de
directorios de AFP’s, con una evidente intención de cooptación del poder
político.
Asimismo, hemos podido evidenciar la resistencia neoliberal en la
tramitación de las principales reformas comprometidas en el Programa de
Gobierno de la Nueva Mayoría y, no pocas veces, hemos advertido la
sobrerreacción de estos sectores que caen fácilmente en la descalificación
discursiva y en la caricatura de las demandas sociales, mostrando claros signos
de descomposición política.
Es más, las voces más respetadas de los sectores neoliberales en Chile
abusan de argumentos tecnificados, llenos de cifras abstractas y son incapaces
de hacerse cargo de la realidad concreta en que vive la mayoría de las chilenas
y chilenos, profundizando la desafección ciudadana al ejercicio político. En
este escenario, los esfuerzos de los sectores que defienden la conservación del
modelo económico se alinean en un discurso hegemónico del terror (artificial,
por cierto), que es replicado por los medios de comunicación masivos, donde se
instala el conflicto acerca del “rumbo del país”. Mientras, a propósito de la
crisis política que ellos mismos producen, impulsan una agenda de políticas
públicas afines a sus posiciones, perjudicando a las mayorías y favoreciendo a
las minorías que disfrutan la acumulación de la riqueza y el incremento de las
desigualdades.
Los hechos son implacables y muestran que la crisis en Chile emana de la
injusticia del sistema neoliberal.
Con esa certeza, los comunistas nos hemos planteado la necesidad de
construir un nuevo modelo de desarrollo y, para eso, es un imperativo
reformular el tipo de Estado que tenemos, modificando instituciones que
obstaculizan la realización de un Estado social de derechos.
Tal como lo señaló Gladys Marín en 2002, “los comunistas asumimos nuestra
responsabilidad histórica contra la globalización capitalista y el
neoliberalismo”. Y, para responder adecuadamente a nuestro compromiso, el
trabajo en la base social es indispensable para fortalecer la mancomunión con
el pueblo e intensificar nuestro vínculo político con las masas.
El neoliberalismo no se superará espontáneamente, sino con la voluntad y la
acción organizada del pueblo, dispuesta únicamente en principios de justicia social.
La crisis neoliberal es la oportunidad para “el nuevo sujeto político y social
de masas que se confronta con el sistema”.
domingo, 11 de septiembre de 2016
El Planeta Allende
FRANCISCO HERREROS (*) 08 SEPTIEMBRE 2016
Fuente: www.reddigital.cl
No recuerdo si fue Sánchez Vásquez o Martínez Heredia el que le atribuyó a
Marx el descubrimiento del planeta historia. Como fuere, el caso es que Marx y
Allende comparten la condición no sólo de ser formidables personajes de la
historia, sino de haber estado plenamente conscientes de ello.
Dos episodios, anecdótico uno, dramático el otro, lo prueban en el caso de
Allende.
Cuando estaba de buen humor, le mostraba el brazo a algún amigo o conocido,
y le decía “toca, esta es carne de estatua”.
Minutos antes de las 9:00 hrs. de aquel fatídico 11 de septiembre, Allende
recibió a Hernán del Canto, entonces Subsecretario General del Partido
Socialista.
“Presidente -le dijo éste- vengo de
parte de la dirección del partido a preguntarle qué hacemos, dónde quiere que
estemos”.
Allende contestó con frialdad:
“Ustedes, que tanto han alardeado, deben saber lo que tienen que hacer. Yo
sé cuál es mi lugar y lo que tengo que hacer. Yo he sabido desde el comienzo
cuál es mi deber”.
Minutos después, lo reafirmó en su épico y lúcido testamento:
“Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del
pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la
conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente.
La historia no se detiene ni con la represión ni con la fuerza. Esta es una
etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil; es posible que nos
aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores”.
El sólo hecho de que hoy en todo el mundo se conmemore el centenario de su
nacimiento, mientras que conspiradores y victimarios permanecen donde nunca
debieron haber salido, o sea, el basurero de la historia, demuestra la
sabiduría y la validez de la mirada larga de Allende.
La historia es la resultante de la interacción entre los hombres y sus
circunstancias concretas. Allende es un habitante del planeta historia porque
comprendió a cabalidad los problemas del país y tomó partido irrevocable por
los trabajadores, los humildes, los humillados y ofendidos; porque esa toma de
posición se transformó en propuesta, y esa propuesta en insobornable
trayectoria política; porque su inobjetable y lúcido liderazgo hizo avanzar las
conquistas y derechos sociales de las masas trabajadoras, así como la
democratización de nuestro sistema política, hasta aquellas cotas que
desencadenaron la furia homicida del yanaconaje criollo y el imperialismo.
El hecho de que haya sido preciso pedir permiso para celebrar su natalicio
al lado de La Moneda, y la inexplicable conducta de la Presidenta -del mismo
partido de Allende- que pacta con la derecha una ley que consagra el modelo de
educación de la dictadura, muestran la magnitud del retroceso.
Hoy, al igual que en los tiempos en que Salvador Allende inició su tarea
política, la renta nacional es insuflada hacia las faltriqueras del capital
extranjero, mientras las mayorías nacionales se debaten en la pobreza.
Y la sociedad chilena se ha tornado tan desigual como lo era en el año de
su nacimiento. El retroceso de las conquistas laborales y la avanzada
legislación social impulsadas por un movimiento popular en el que Allende jugó
un papel prominente, continúa en el mismo lugar en que lo dejó la dictadura, a
pesar de la participación de su partido en los cuatro últimos gobiernos
consecutivos.
El poder adquisitivo del sueldo de los trabajadores todavía no alcanza el
nivel que tuvo en 1971.
Hoy los chilenos tienen peor salud, educación y seguridad social que en los
tiempos del gobierno del Compañero Presidente Salvador Allende. El potente
movimiento cultural que era vanguardia y orgullo en todo el mundo, ha devenido
en una alucinante, patética e interminable farándula.
Cuando Allende nos dice “superarán otros hombres este momento gris y
amargo, donde la traición pretende imponerse; sigan ustedes sabiendo que, mucho
más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el
hombre libre para construir una sociedad mejor”, lo que hace es invitarnos a
continuar la lucha en el punto en que él la dejó para graduarse con máximos
honores en el planeta historia.
Sabemos que hoy es más difícil.
Desde luego, nos falta su entrañable presencia. Una parte del movimiento
popular está cooptada por una coalición que en los hechos ha traicionado el
legado de Allende.
El dominio de los dueños del capital en la subjetividad nacional, a través
de los medios de comunicación, es más sutil pero a la vez más eficaz que en los
tiempos del FRAP y la Unidad Popular.
Nuestro sistema político es un remedo de democracia diseñado
específicamente para excluir a las fuerzas que labraron con Allende los avances
del movimiento popular.
Pero disponemos de una ventaja que Allende no tuvo: conocemos los extremos
de salvajismo, brutalidad y barbarie que puede alcanzar la venganza de los
poderosos.
Además, su legado político se disemina y avanza, como la espada de Bolívar,
por toda América Latina, y Chile, más temprano que tarde, no será la excepción.
Pero, en lo fundamental, nos ilumina su ejemplo de tenacidad, coraje, lealtad y
consecuencia.
Por todas esas razones, la conmemoración del centenario de su natalicio no
puede ser un repliegue hacia la nostalgia, sino una redoblada in(v)(c)itación a
continuar la lucha.
A todos los que están dispuestos a sumarse, ¡Bienvenidos al planeta
Allende!
(*) Editorial del autor escrito para El Siglo, número especial para la
conmemoración del centenario del nacimiento de Salvador Allende. 25 de junio de
2008.
sábado, 10 de septiembre de 2016
Salvador Allende y sus lazos con Cuba
Este domingo, todos los revolucionarios del mundo recordarán uno de los
días más tristes de la historia, al conmemorarse 43 años de la muerte de
Allende
Autor: Gabriela Ávila Gómez |
internet@granma.cu
9 de septiembre de 2016 22:09:32
Llegada del presidente Salvador Allende a La Habana. Lo recibe el
Comandante en Jefe Fidel Castro. Foto:Jorge Oller
“Cubanos y chilenos no luchamos solo por Cuba y por Chile… Luchamos por lo
que Martí llamaba nuestra América”, expresaba Fidel poco después de la muerte
de Salvador Allende, presidente de esa nación sudamericana entre 1970 y 1973.
Este domingo, la América del Apóstol y todos los revolucionarios del mundo
recordarán uno de los días más tristes de la historia, al conmemorarse 43 años
de la muerte de Allende, ocurrida en el contexto del golpe de Estado en Chile
liderado por el general Augusto Pinochet.
Hasta el momento de su muerte, Salvador Allende fue un gran amigo de Cuba
y compartía los ideales de apoyar a los pueblos que buscaban su liberación para
terminar con el colonialismo y el neocolonialismo.
Años antes de ocupar la presidencia, Allende ya era reconocido
internacionalmente, y la Isla tuvo la dicha de recibirlo en 1959, año en que se
entrevistó con Fidel y con el Che.
Más tarde regresó a la Mayor de las Antillas para participar en la Primera Conferencia
Tricontinental (1966).
Durante su intervención, expresó: “será el propio pueblo de Chile y las
condiciones de nuestro país, los que determinen que hagamos uso de tal o cual
métodos, para derrotar al enemigo imperialista y sus aliados”, aunque él
personalmente creía en un proceso libertario a través de la vía pacífica.
Para 1971, era Fidel quien recorría el Chile de Allende, convirtiéndose esa
en la primera visita oficial de un mandatario cubano a la nación andina.
En el contexto de la invitación, el presidente chileno expresó que“Cuba es
una nación vinculada a la historia de América Latina, Fidel Castro representa a
una auténtica revolución y queremos intensificar los tradicionales lazos
amistosos que siempre han existido entre nuestros países”.
Durante casi un mes, el Comandante en Jefe pudo conocer el proceso chileno
y reunirse con representantes del movimiento estudiantil, y otros sectores
sociales.
De su estancia también trascendió que en Chile se tramaba un plan para
asesinar a Fidel, colocando —de manera oculta— pistolas tras cámaras de
televisión.
Sin embargo, los encargados de llevar a cabo el golpe, dos agentes de la
CIA, se acobardaron.
Un año después, Allende pisó suelo cubano nuevamente, esta vez como
presidente, y en La Habana, frente a una multitud reunida en la Plaza de la
Revolución se le otorgó la Orden José Martí.
El 11 de septiembre de 1973 marcó para Chile el inicio de una dictadura
impulsada por Augusto Pinochet y los demás protagonistas del golpe de Estado:
Fuerzas Armadas chilenas en conjunto con la policía y con el apoyo de
Washington. El objetivo que perseguían era derrocar el gobierno izquierdista
de la nación, presidido por Allende.
Sus últimas palabras al pueblo, en esa misma jornada, no fueron de
cobardía, sino de esperanza y de agradecimiento.
“El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente (…) Superarán
otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo, que mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán
las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad
mejor”, expresó el mandatario.
EN EL CENTENARIO DE DON LUCHO (VII)
Querido compañeros:
Faltan sólo cuatro días para
el acto "En el Centenario de Don Lucho". Lo organiza el CEILER y se
efectuará precisamente el día en que se cumplan cien años del nacimiento del
querido y recordado compañero Luis Corvalán Lépez. Será el miércoles 14 de
septiembre a la 19 horas en el ICHIL.
Reiteramos la cordial invitación.
Adjuntamos la séptima y última
parte de una breve biografía sobre Don Lucho.
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
Precisiones a un reportaje sobre el atentado
El Siglo - 08/09/2016
Más allá de teorías especulativas, es claro que la acción del FPMR quedó
inscrita como uno de los sucesos relevantes en la resistencia contra la dictadura.
César Bunster. Santiago. El domingo 4 de septiembre, en el
suplemento Reportajes del diario La Tercera, se publicó una nota periodística
sobre el intento de ajusticiamiento al dictador Augusto Pinochet, hecho
ocurrido el 7 de septiembre de 1986. En ese escrito hubo falta de prolijidad y
se tergiversaron declaraciones que emití a la periodista autora de ese trabajo.
Por respeto a los lectores de ese medio, así como hacia mis compañeras y
compañeros de militancia, considero necesario hacer las precisiones del caso
-algunas pueden ser detalles-que, por lo demás, permite dar cuenta más
fielmente de aspectos de ese suceso que gravitó en la lucha contra la tiranía y
el fin de ese régimen represivo y autoritario.
Aparece entrecomillada, como si yo lo hubiese afirmado, la frase “en el
partido me recibieron bien y algunos como un héroe”. No se me pasa por la
cabeza tener esa apreciación de una tarea que yo cumplí como otros compañeros y
compañeras, sin esperar ese tipo de calificativos.
Las palabras “me daba miedo que me pillaran”, no están referida a mi
persona y puede ser un error de transcripción, porque lo que dije a la
periodista fue que mi padre -Álvaro Bunster- era quien tenía ese temor y que lo
expresó en alguna de las ocasiones en que nos vimos en Chile estando yo
clandestino. Es una precisión, lo que no priva reconocer que en esas semanas de
planificación y luego de ejecución del plan de tiranicidio, existieron
sensaciones de preocupación por los riesgos que ello implicaba.
No es real la afirmación que se hace en el reportaje de que yo era
“encargado de logística junto a Cecilia Magni”. Yo era parte del equipo que
ella encabezaba y no el encargado. Tuve el privilegio de conocer las
capacidades militantes, combativas y humanas de Cecilia, y trabajar bajo sus
órdenes. Tampoco es preciso lo que señala la periodista al indicar que Cecilia
Magni “fue abatida por Carabineros en el sector de Los Queñes”. Ella, junto a
Raúl Pellegrin, fue detenida por carabineros, salvajemente torturada y luego
ejecutada a sangre fría en esa zona. Hay uniformados procesados por ese caso.
En la nota periodística se indica que “participé de los entrenamientos
físicos que se hacían en el Parque O´Higgins”. Ello no es así. De hecho, los
rodriguistas que concurrieron al Parque O’Higgins lo hicieron después del
intento de ajusticiamiento y yo no estaba con ellos. Varios de esos militantes
fueron detenidos en esas instalaciones.
Considero que, como ha ocurrido en otras ocasiones, el trabajo periodístico
tuvo esas desprolijidades y esos errores que, sin entrar a calificarlos,
afectan a una labor profesional de calidad, afectan valores del ejercicio del
periodismo como es la veracidad, y dañan el derecho a una información real y
seria que tienen los lectores, en este caso del diario La Tercera.
En todo caso, es positivo que se efectúen reportajes sobre hechos
relevantes como fue el intento de ajusticiamiento de Pinochet en 1986, que
demostró las capacidades y voluntad de un numeroso grupo de jóvenes
combatientes antidictatoriales, y que constituyó un punto de inflexión que puso
en jaque a la dictadura, demostró sus fragilidades y contradicciones, y que
llevó a distintos sectores políticos, incluido el gobierno de Estados Unidos, a
concluir que era imprescindible terminar con ese régimen dictatorial.
Más allá de teorías especulativas y análisis de todo tipo, es claro que la
acción del FPMR de aquel 7 de septiembre, quedó inscrito como uno de los
sucesos más relevantes en todo el combate y la resistencia contra la dictadura,
que se desarrolló de manera multifacética en planos sociales, políticos, sindicales,
estudiantiles, culturales, y destacadamente en las luchas por la defensa y
respeto de los derechos humanos.
Es conveniente reiterar que el 7 de septiembre de 1986, ese grupo de
luchadores consagró el derecho a rebelión contra una tiranía, establecido por
la Organización de las Naciones Unidas, y ejercido históricamente en naciones
europeas en la resistencia al nazismo, en países africanos en sus luchas de
independencia y liberación nacional, en países centroamericanos en combate a
feroces dictaduras y también en nuestra propia lucha por la independencia del
colonialismo español.
Ese día, como lo indiqué en el reportaje al que hago referencia, murieron
escoltas de Pinochet, pero no como víctimas inocentes desarmadas, sino en el
ejercicio de sus funciones militares y disparando, tratando de abatir a los
atacantes. Ello, por cierto, no es algo deseable que ocurriera, pero formó
parte de un dramático proceso ocurrido en el país a raíz de la instalación de
la dictadura que, por lo demás, dejó una estela de alrededor de 3 mil
compatriotas ejecutados y desaparecidos.
No tengo duda alguna en reivindicar el intento de ajusticiamiento de
Pinochet como una acción de resistencia a la dictadura y como un episodio
destinado a debilitar y terminar con la tiranía.
EN EL CENTENARIO DE DON LUCHO (VI)
Querida compañera,
Querido compañero:
En cinco días más (el
miércoles 14 de septiembre) rendiremos homenaje al recordado y querido
dirigente comunista Luis Corvalán Lépez. Será a las 19 horas en el ICHIL.
Estás cordialmente invitado. Agéndalo.
Adjunto la sexta parte de
una breve biografía de Don Lucho.
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
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