El año pasado, con motivo de cumplirse los 75 años del Día “D” se realizaron una serie de ceremonias y se
desató una campaña a través de los medios de comunicación, colocando a ese
episodio como el hecho decisivo en el fin de la II guerra Mundial en Europa.
Es innegable su importancia y
es impresionante la cantidad de soldados
y elementos bélicos allí utilizados. Pero no puede negarse que ha sido el
episodio bélico más manipulado en la historia de la humanidad. Contrariamente a
lo sostenidos por historiadores occidentales y la prensa norteamericana e
inglesa, no jugó un rol decisivo en el
curso de la guerra. Entre otras cosas, porque el Segundo Frente se abrió
tardíamente, cuando la suerte del Tercer Reich estaba ya echada.