A 112 años de su nacimiento:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
“A través de
tantos años de lucha por los intereses
de los trabajadores se estableció entre Allende
y
el Partido Comunista una sólida amistad”.
(Luis Corvalán:
“El Gobierno de Salvador Allende”)
ALLENDE CONTRA LA “LEY MALDITA”
Corría junio de 1948. En el Senado se discutía el
proyecto de Ley de Defensa Permanente de la Democracia , enviado
por Gabriel González Videla. El 18 de ese mes, levantó Salvador Allende su voz en la sala y denunció
el carácter antidemocrático de la ley en discusión. Defendió el derecho del
partido de los comunistas a la vida legal, tanto como las demás colectividades
políticas.
Dijo: “Lucharemos como socialistas, como siempre lo
hemos hecho, con honradez y cariño, con emoción chilena, por el
engrandecimiento y el progreso de nuestra patria. Lucharemos dentro de los
cauces democráticos y combatiremos tenazmente esta ley que, tarde o temprano,
tendrá que derogarse, para que vuelva la democracia a imperar en nuestra
querida patria.”
Como lo señaló Luis Corvalán, esta actitud
consecuentemente democrática nunca ha sido olvidada por los comunistas.
Diez días después de la intervención de Allende, el
28 de junio de 1948, fue aprobado el proyecto. Votaron a favor: liberales,
radicales, conservadores, radicales democráticos, agrarios laboristas y el
militante socialista Domínguez.
En contra lo hicieron los comunistas Carlos Contreras Labarca, Elías Lafertte y Guillermo Guevara; el conservador
Eduardo Cruz-Coke; los socialistas
Salvador Allende, Marmaduque
Grove y Carlos A. Martínez y el radical-democrático Alfredo Duhalde. Se
abstuvieron, los radicales Rudecindo Ortega y Gustavo Jirón.
EL FRENTE DEL PUEBLO
La traición de González Videla, elegido
Presidente por una alianza de izquierda,
liderada por la burguesía, hizo comprender a muchos trabajadores que no se
podía seguir confiando sus destinos a personeros burgueses. Salvador Allende, y
también los comunistas, asumieron
a plenitud esta experiencia. Comprendieron la necesidad de forjar un
movimiento dirigido a conquistar el poder, generar un gobierno distinto, dentro
del cual la clase obrera, los trabajadores, debían ser los actores principales.
Allende se propuso encabezar un nuevo movimiento
social y político con ese objetivo.
Fue así, como el 13 de noviembre de 1951 el ilegal
Partido Comunista y el pequeño Partido Socialista de Chile liderado por Allende, suscribieron un pacto
político que dio vida al Frente del Pueblo.
Este es uno de los hitos más importantes en la
historia de la Izquierda
chilena.
En 1954, Allende escribió un artículo titulado “La
lucha del pueblo de Chile por la Independencia Nacional ”,
publicado en el periódico soviético Pravda. En él afirmó:
“El Frente del Pueblo es un movimiento profundamente
patriótico que lucha por la liberación política y económica de nuestro país. No
se trata de una unión temporal, transitoria de las fuerzas populares. Se trata
de una organización permanente en la que cada partido, conservando su
independencia, ha contraído un solemne compromiso ante el pueblo chileno.”
SEMBRANDO PARA EL FUTURO
Consultado por un periodista años después, de por
qué entró en alianzas con los comunistas
en 1951, Allende respondió:
“Considero que la revolución antiimperialista y antioligárquica debe basarse principalmente
en la unidad de la clase obrera que en Chile está representada por el Partido
Comunista y el Socialista... La alianza con los comunistas en 1951 no perseguía
la victoria electoral por cuanto el Partido Comunista se hallaba entonces en la
clandestinidad; pero yo perseguía un objetivo más importante: la creación de un
verdadero instrumento de liberación de la clase obrera y de Chile”. (J. Lavretski:
“Salvador Allende”. Editorial Progreso. Moscú, 1978, páginas 64 y 65).
Allende fue proclamado candidato a la Presidencia de la República por el Frente
del Pueblo. Volodia Teitelboim relató en
una conversación con el historiador Lavretski:
“Recuerdo bien esta campaña electoral. Éramos un
pequeño grupo. Salvador Allende sabía que no triunfaría en aquellas elecciones,
que incluso lograría pocos votos. Pero aquello era sembrar para el futuro.
Entonces se manifestó con particular claridad un importantísimo rasgo de su
carácter: la tenacidad en la lucha contra las dificultades, que en su vida
abundaron más que las victorias”. (Ibidem. Página 66)
UNIDAD DE LOS TRABAJADORES
Allende perdió, como era de esperarse, en los
comicios del 4 de septiembre de 1952.
Pero ni él ni los partidos que lo apoyaban dejaron de luchar. Continuaron en
sus esfuerzos por crear la más importante central nacional de los asalariados
chilenos. No fue en vano. El 12 de febrero de 1953, sólo a cinco meses de las
elecciones presidenciales, surgió la
Central Única de Trabajadores de Chile, CUT.
Al Congreso Constituyente de la CUT , efectuado en el Teatro
Coliseo de Santiago, entre el 12 y el 16 de febrero de 1953, concurrieron todas
las corrientes ideológicas existentes entonces en el movimiento sindical.
Para designar su Consejo Directivo Nacional
postularon cinco listas. Fue elegido Clotario Blest como Presidente; de los 24 dirigentes restantes, cinco eran
comunistas, 4 socialistas populares, 3 socialistas de Chile, 3 socialistas disidentes,
3 anarcosindicalistas, 2 falangistas, 2 radicales y 2 independientes.
Al nacer la
CUT , en Chile había 284.418 trabajadores organizados, lo que
correspondía al 12,5% del total de asalariados.
COINCIDENCIA EN LO FUNDAMENTAL
Orlando Millas escribió sobre las relaciones entre
Allende y los comunistas:
“Lo conocimos y nos conoció. Nuestras relaciones
fueron de gran intimidad política, amistosa y de mutuo respeto. Nos unió no
sólo el antiimperialismo y la lucha por las libertades y las reivindicaciones y
los derechos de la clase obrera y del pueblo, sino además la aspiración del
socialismo para Chile. Naturalmente, siendo un hombre de otra formación
ideológica y de otro partido, aunque prevalecieron abrumadoramente las
concordancias con él, también hubo desacuerdos, no siempre pensábamos lo mismo
ante determinados acontecimientos. Y, en tales casos, no transigimos él ni
nosotros, mantuvimos nuestros respectivos puntos de vista; pero con la
necesaria deferencia y poniendo el acento en el inmenso margen de nuestros
criterios coincidentes sobre asuntos fundamentales”. (Orlando Millas: “De
O’Higgins a Allende”. Ediciones Michay. Madrid, 1988, p. 366).
ELEGIDO SENADOR CON VOTOS DEL PC
A partir de 1951 la amistad entre Allende y los
comunistas se fortaleció día a día. En
1953, Elías Lafertte no podía ir a la reelección como senador por la Circunscripción de
Tarapacá y Antofagasta, pues se lo impedía la Ley Maldita. El
PC pudo
designar candidato a un militante no conocido como comunista. Pero desistió de esa idea y, viendo que era
probable que Allende no fuera reelecto
sólo con el apoyo de su partido, le propuso
que postulara como candidato por el Norte Grande. Esto, porque consideraba de vital importancia
que el líder del Frente del Pueblo siguiera en el primer plano de la política
nacional.
Salvador Allende fue elegido Senador por una
importante mayoría en marzo de 1953.
LÍDER DEL FRENTE DE ACCIÓN POPULAR
Los esfuerzos unitarios de Allende y los comunistas
por ampliar el Frente del Pueblo culminaron exitosamente. El 29 de febrero de 1956 se fundó el Frente
de Acción Popular, FRAP. Lo constituyeron los partidos Comunista, Socialista de
Chile, Socialista Popular, del Trabajo, del Pueblo, Radical Doctrinario, de
Intransigencia Radical Antiimperialista, la Alianza Nacional
del Trabajo y la
Vanguardia Nacional del Pueblo.
A comienzos de julio de 1957 tuvo lugar el Congreso
Unitario del Partido Socialista, que en su conjunto aprobó la línea de Allende
en cuanto a la alianza con el PC.
El FRAP levantó en dos ocasiones la candidatura de
Salvador Allende a la
Presidencia de la República : en 1958, cuando se impuso el
abanderado de la derecha Jorge Alessandri, y en 1964, donde triunfó Eduardo
Frei Montalva de la
Democracia Cristiana.
Se tenía la ilusión de que “la tercera era la
vencida”. La derrota tuvo el efecto de un sismo en sectores de populares.
Adonis Sepúlveda, dirigente del PS, escribió:
“La derrota de la campaña presidencial de 1964
provocó en cada partido popular un recio balance autocrítico... Los socialistas
pensamos que no había otro camino que organizar una estrategia de poder que
debía culminar en el derrocamiento de la burguesía y el ascenso al poder de la
clase obrera y sus aliados”. (Adonis Sepúlveda: “Partido Socialista: vanguardia
del pueblo chileno”)
En el XXI Congreso del PS, efectuado en Linares del
26 al 29 de junio de 1965, se acordó la Tesis sobre la lucha armada. Esta señalaba:
“Nuestra estrategia descarta de hecho la vía electoral como método para alcanzar
nuestro objetivo de toma del poder”. (Julio César Jobet: “El Partido Socialista
de Chile”)
En su XXII Congreso, realizado en Chillán del 24 al
26 de noviembre de 1967, el PS resolvió
que: “Las formas pacíficas o legales de lucha (reivindicativas, ideológicas,
electorales, etc) no conducen por sí mismas al poder. El Partido Socialista las
considera como instrumentos limitados de
acción, incorporados al proceso político que nos lleva a la lucha armada”.
(Alain Labrousse: “La experiencia chilena”. Gijalbo. Madrid,1973)
En ese mismo evento se acordó la Tesis del Frente de
Trabajadores, que en la práctica descartaba todo entendimiento con el Partido
Radical.
Para Allende y los comunistas, la vía electoral para
llegar a La Moneda
seguía vigente. Además, estaban convencidos que para triunfar era necesario
ampliar el FRAP con radicales y otras
fuerzas que no estaban incorporadas en el Frente de Acción Popular.
Dentro del PC no había mayores problemas. Pero
Allende los tenía en su partido. La mayoría de los delegados al XXII Congreso
se habían pronunciado por la vía armada y en contra de aceptar al PR en el
bloque de las fuerzas de izquierda.
“Pero Allende seguía sin desanimarse por la
incomprensión de la mayoría de los dirigentes,
de la mayoría de sus cuadros jóvenes, de sus dirigentes intermedios, seguía
discutiendo con cada uno, convenciendo, recorriendo el país, los regionales de
su partido, explicando sus concepciones ante las bases y así fue ganando al
Partido para la política que él planteaba” (Rolando Calderón: “Discurso en el
68 aniversario del nacimiento de Salvador Allende, Berlín, RDA, 22 de junio de
1976)
ALLENDE Y LA CAMPAÑA DE 1970
En las tres ocasiones anteriores, la candidatura de
Allende fue considerada desde el comienzo como indiscutible. En 1969 no ocurrió
así. En su partido, la mayoría del Comité Central estaba por postular a Aniceto
Rodríguez. Además las otras colectividades de izquierda tenían sus propios
candidatos: Rafael Tarud, del API y el
PSD; Jacques Chonchol, del MAPU; Alberto Baltra, del PR, y Pablo Neruda del PC.
El 29 de agosto, un Pleno del Comité Central del PS
acordó presentar la postulación de Salvador Allende.
Personeros de los diversos partidos de izquierda
hacían críticas a éste. Decían que estaba muy repetido, que había perdido en
alguna medida su antiguo encanto, que podía parecer como “fracasado”.
El PC no podía menospreciar los aspectos negativos
del candidato socialista. Una comisión del Comité Central conversó francamente
con él. Allende comprendió.
Luis Corvalán recordando ese tiempo dijo:
“pensábamos que de los precandidatos no comunistas, Salvador Allende era el
mejor por muchas razones... En un momento decisivo, retiramos la candidatura de
Neruda y dimos una opinión categórica a favor de Allende”.
Salvador Allende fue proclamado abanderado de la Unidad Popular en
un acto convocado por el PC el 22 de enero de 1970. Resultó un excelente
candidato. Tomó en cuenta las opiniones críticas formuladas por los dirigentes
comunistas.
La campaña electoral fue breve pero a la ofensiva.
Se constituyeron 14.800 comités bases de la UP , de los cuales –según el historiador
estadounidense Mark Falcoff- el 80%
estaban dirigidos por comunistas. (Mark Falcoff: “Modern Chile 1970-1989. A Critical history. New Jersey, 2000).
El PC fue la única colectividad que apoyó a Allende
en las cuatro campañas presidenciales.
EN LOS MIL DIAS
En su informe al Pleno del Comité Central del PC,
efectuado el 27 de noviembre de 1970, Luis Corvalán sostuvo: “Nada hay más
revolucionario que luchar por el éxito del Gobierno Popular”.
Durante la administración Allende, las relaciones
entre él y los comunistas continuaron siendo de mutua franqueza y comprensión.
Según Corvalán,
“Existió una gran coincidencia en la línea gruesa,
especialmente en cuanto al carácter de la revolución, a sus etapas, a la
política de alianzas, a la combinación de la presión de masas desde abajo con
la actividad del Gobierno desde arriba para llevar a la práctica el programa
que teníamos el deber de cumplir” (Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador
Allende”, páginas 150 y 151).
El compañero Presidente y el PC estuvieron siempre por no
salirse el programa de Gobierno de la
UP y rechazaron las actitudes provocadoras de algunos
sectores de la coalición de izquierda.
EL PC SIEMPRE LEAL A SALVADOR ALLENDE
En enero de 1972, en un acto de masas del PC
realizado en el Estadio Nacional, Allende afirmó:
“Hoy el Partido Comunista comparte responsabilidades
de Gobierno, y sus personeros más destacados cumplen a cabalidad y con
plausible eficiencia las tareas que el pueblo y el Presidente de Chile les han
encomendado... Sé que en la lucha en que estamos empeñados seguiré contando con
la lealtad del partido de Recabarren...”
En septiembre de 1973 el PC fue una de las cuatro
colectividades de la UP ,
junto con el PR, MAPU Obrero-Campesino y el API, apoyaron la iniciativa de
Allende de llamar a un plebiscito. Se opusieron el PS, la IC y el MAPU.
Durante todo el Gobierno Popular hubo tres ministros
comunistas.
La lealtad del Partido Comunista con Allende se ha prolongado más allá de
su heroica muerte. Es un partido que se mantiene fiel a la herencia, pensamiento y obra del querido compañero Presidente.