jueves, 26 de junio de 2025

HACE 117 AÑOS NACIÓ UN REVOLUCIONARIO LLAMADO SALVADOR ALLENDE GOSSENS

 

Hace 117 años nació Salvador Allende Gossens, grande revolucionario, militante socialista y el único Compañero Presidente que ha tenido el pueblo chileno. Encabezó en Chile el más grande proyecto revolucionario conjuntamente a las fuerzas que componían  la Unidad Popular.

Lo recordamos en el Boletín Rojo, a través de un escrito del Historiador Iván Ljubetic Vargas.



 

                                         Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                          Centro de Extensión e Investigación

                                          Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

 


 

Salvador Allende Gossens nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908. Por entonces, Chile tenía una población de tres millones de habitantes. La clase obrera cumplía 80 años de combativa existencia y  sumaba  250 mil trabajadores. De su seno había surgido Luis Emilio Recabarren, quien desde hacía 15 años participaba en la lucha social. 

Al nacer Allende, habían transcurrido  seis meses de la masacre de la Escuela Santa María de Iquique.

 

UNA PROMESA ANTE LA TUMBA DE SU PADRE 

El joven Salvador tenía 18 años cuando ingresó, en 1926, a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Un año más tarde se inició la dictadura del  general  Ibáñez.

Los sectores más consecuentes se opusieron a la tiranía. Entre ellos, los estudiantes universitarios. En primera fila estuvo Allende.  El 26 de julio de 1931 un amplio movimiento democrático hizo caer al dictador.

 

Chile vivió impactantes acontecimientos. A comienzos de septiembre de 1931 se sublevó la marinería de la flota de guerra.

 

En junio de 1932 un golpe cívico-militar dio nacimiento a la República Socialista, que duró  doce días,  siendo  derrocada el 16 de junio de 1932.  Ese mismo día, Allende fue detenido y encarcelado. Estando en prisión, falleció su padre. Le autorizaron para asistir  una hora a los funerales. Ante la tumba de su progenitor  hizo  solemne promesa: “Desde este momento consagraré mi vida a la lucha social”. Era el 8 de noviembre de 1932. Cumplió con ese compromiso hasta el fin de su existencia.

 

MINISTRO DE PEDRO AGUIRRE CERDA 

Allende fue uno de los fundadores del Partido Socialista de Chile, surgido el 19 de abril de 1933.

El 6 de mayo de 1936 se constituyó el Frente Popular, primera coalición de izquierda de nuestra historia.

En los comicios presidenciales del 25 de octubre de 1938 triunfó el abanderado del Frente Popular, el  maestro radical Pedro Aguirre Cerda. El 28 de septiembre de 1939, cuando tenía 31 años, Allende asumió como Ministro de Salubridad. Ese mismo año, contrajo matrimonio con Hortensia Bussi.

 

FORJANDO LA UNIDAD SOCIALISTA-COMUNIST 

En 1951 surgió el Frente del Pueblo, formado por el ilegal Partido Comunista y el  pequeño Partido Socialista de Chile.

El Frente del Pueblo proclamó a Salvador Allende  candidato a la Presidencia de la República.

 

 

 


EN EL PUERTO ROJO

Recuerdo con emoción la primera vez que vi y escuché a Salvador Allende.

Fue una tarde de verano de febrero de 1952. Nos juntábamos en el puente Arévalo, en San Antonio. Allí donde termina la avenida  Centenario  y comienza el camino a Santiago. Se veían  lienzos, banderas rojas y chilenas.   Estudiantes universitarios que veraneaban en la zona, se  unieron  a nosotros,  jotosos de San Antonio,  y formamos un alegre destacamento juvenil, que lanzaba  consignas  y cantaba canciones revolucionarias.

De pronto alguien gritó:

-          ¡Ahí viene el candidato!

-          ¡Y también el camarada Lafertte!, agregó  otro.

 


Elías Lafertte

 


Comenzamos a  marchar por Centenario. Llegamos a la Plaza de San Antonio, muy cerca del puerto. Escuchábamos sirenas de remolcadores y de algún barco. La brisa  traía el salobre sabor a mar.

Se inició el acto. Lo abrió el presidente del Comando Allendista de San Antonio. Fue anunciado Elías Lafertte. Aplausos y La Internacional, cantada por la mayoría de los asistentes que levantamos nuestro puño derecho.

 

Gobernaba el traidor. Los comunistas estábamos fuera de ley y éramos perseguidos. Por ello, la plaza se pobló de gritos: -¡Y que fue... y que fue... Aquí estamos otra vez!

 

EDUCADOR DE MASAS

Con enorme entusiasmo y el Himno Nacional recibimos a Salvador Allende. Fue la primera vez que  lo vi y escuché. Era un  educador del pueblo. Su discurso fue claro y emotivo.

Se refirió a los problemas de Chile y a sus soluciones.

Esa noche, bajo un cielo estrellado y teniendo como música de fondo el  ronronear  del océano,  Allende planteó las medidas para terminar con el atraso del país y la miseria de la gente: romper las ataduras con el imperialismo,  hacer de Chile el cobre chileno,  realizar una profunda reforma agraria...

Nos llamó a  luchar sin claudicar y jamás sentirnos derrotados.

El futuro es nuestro, enfatizó el candidato del Frente del Pueblo.

Aquella  noche de febrero de 1952 quedé convencido que triunfaríamos el 4 de septiembre de ese año.

 

ALLENDE CONTINUÓ LUCHANDO 

No fue así.  Se impuso el exdictador Carlos Ibáñez del Campo, apoyado por una amplia coalición, en que había  desde marxistas hasta fascistas.

Allende perdió. Sacó algo más de 50 mil votos (el 5,43% de los sufragios válidamente emitidos). Pero no fue derrotado.  Siguió luchando.

 

 


En febrero de 1956  nació el Frente de Acción Popular, FRAP. Lo formaron los partidos comunistas, Socialista de Chile, Socialista Popular, el Partido del Trabajo y otras colectividades.

 

El FRAP proclamó la segunda candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República.  Fue vencido el 4 de septiembre de 1958.  Quedó segundo, detrás del derechista Jorge Alessandri Rodríguez. Pero, el avance de las fuerzas populares fue enorme. Los 51 mil votos de 1952 se habían convertido en 356 mil (el 28,51% de los votos válidamente emitidos).

 

El imperialismo tomó nota de ello. A partir de ese momento, adoptó una  enconada posición antiallendista.  Esto quedó comprobado en la campaña presidencial que debía culminar el 4 de septiembre de 1964.

 

 

John Kennedy

 

 

LA SANTA ALIANZA CONTRA ALLENDE

Ya en 1962 el Presidente John Kennedy señaló “que era de interés de la seguridad nacional norteamericana que resultase elegido en 1964 el candidato Eduardo Frei Montalva”.

Esta  insolente intervención en nuestros asuntos internos fue respaldada por decenas de  millones de dólares, según  afirmó Edward Korry,   ex  Embajador estadounidense en Santiago.

 

Por su parte,  la jerarquía de la Iglesia Católica chilena emitió, con fecha 18 de septiembre de 1962, un documento donde se sostenía que “de una victoria del comunismo en Chile,  la Iglesia y todos sus hijos no pueden esperar otra cosa sino persecuciones, lágrimas y sangre”.

 

 



Triunfó Frei  en 1964, con el apoyo del imperialismo y de la derecha criolla.  Pero las fuerzas democráticas continuaban creciendo. Ahora Allende, candidato del FRAP,  obtuvo 997.902 votos (el 38,64% de los sufragios válidamente emitidos).

 

 

CON LAS BANDERAS DE LA UP 

El 9 de octubre de 1969 se constituyó la Unidad Popular. La formaron dos partidos marxistas: el Partido Comunista y el Partido Socialista; tres colectividades socialdemócratas: el Partido Radical, el Partido Socialdemócrata y y  la Acción Popular Independiente, API; más un  movimiento de origen cristiano,  el MAPU.

 

El 17 de diciembre de 1969 se aprobó el Programa Básico del Gobierno Popular. Pero no fue fácil designar el candidato único. Renunciaron en aras de la unidad  Pablo Neruda, del Partido Comunista; Jacques Chonchol, del MAPU; Alberto Baltra, del Partido Radical. Pero se mantenían  Salvador Allende, del Partido Socialista, y Rafael Tarud, del Partido Socialdemócrata y de la Acción Popular Independiente. Pasaban los días y no se definía el abanderado de la Unidad Popular. Los otros: Jorge Alessandri, de la derecha,  y Radomiro Tomic, demócrata cristiano, estaban hacía meses en campaña.

 

SALIÓ HUMO BLANCO 

El  Partido Comunista convocó a una concentración en la Plaza Bulnes para el 22 de enero de 1970. Y comunicó a sus aliados que, si a esa fecha no había candidato único,  proclamaba definitivamente a Pablo Neruda. 

 

 


Poco antes de las 19, hora fijada para el inicio del acto, se logró el difícil parto. Luis Corvalán, secretario general del Partido Comunista, pudo decir en esa tarde de verano: “Salió humo blanco... Tenemos candidato único... Es Salvador Allende”.

Estalló la alegría en la plaza. Miles de  gargantas enronquecieron gritando: “Allende... Allende... Allende”...  “El pueblo unido… jamás será vencido”.  Y el  eco recorrió  la patria entera.

 

Se inició la campaña presidencial más breve de la Izquierda.

Breve, pero a la ofensiva, con movilizaciones de masas, con la constitución de miles de comités de base, con acciones audaces que derrotaron la campaña del terror, con  heroicas brigadas, entre ellas las Ramona Parra, que pintaron hasta el cielo.

 

EL COMPAÑERO PRESIDENTE

Y la cuarta fue la vencida. El 4 de septiembre de 1970 triunfó Allende. Obtuvo el 36,22% de los votos válidamente emitidos.

Cuando amanecía el día 5, dijo en  emotiva improvisación pronunciada desde los balcones de la Federación d Estudiantes:


”Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo sólo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo...

 

“A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad  del Compañero Presidente...

 

“Le debo este triunfo al pueblo de Chile, que entrará conmigo a La Moneda”. Y así fue. Después de 60 días al rojo, en que el Imperio y todos los enemigos del pueblo recurrieron hasta al crimen para impedir la llegada de Allende a La Moneda,  el  3 de noviembre de 1970 se inició el Gobierno Popular, el período más brillante de la historia de Chile.

 

EL GOBIERNO POPULAR

Salvador Allende encabezó el Gobierno Popular,  que ha sido la hasta ahora más grande conquista del movimiento obrero chileno Fue el período de mayores avances económicos, sociales y políticos para el país y el pueblo.

 

Gracias a los cambios revolucionarios impulsados, Chile conquistó su independencia económica, con la nacionalización de las empresas trasnacionales que explotaban nuestras riquezas básicas, en primer lugar el cobre. Terminó con el freno que significaba el latifundio, al erradicarlo con una profunda reforma agraria. Acabó con el dominio que la oligarquía financiera ejercía sobre nuestra economía, al estatizar la banca y otras cien empresas que estaban en su poder.

De enorme importancia lo constituyó la creación del área social de la economía, propiedad de todos los chilenos, que llegó a controlar el 33% de la producción nacional.

Se llevó adelante una política exterior digna y soberana. Por ejemplo restableció relaciones con Cuba a diez días de llegado Allende a La Moneda.

 

Todos estos cambios se tradujeron en un mejoramiento de la vida de los trabajadores.

La cesantía disminuyó de un 6,3% a un 3%. Los salarios, pensiones y montepíos aumentaron su poder adquisitivo en un 66%. El salario mínimo tenía un poder de compra equivalente a 27,3 kilos de pan al día (actualmente, alcanza para unos 6 kilos de pan diarios).

Se entregó previsión social a 725 mil chilenos. Se crearon consultorios de salud en el campo y en los barrios. Hubo avances en la educación pública y los profesores recibieron beneficios por primera vez sin necesidad de protestas ni paros. Se establecieron  becas para hijos de obreros, campesinos y mapuches.

Se dio  medio litro de leche gratis diario a todos los niños hasta 15 años. Se publicaron libros de la literatura nacional y mundial a precios muy bajos. Hubo vacaciones populares.

Los trabajadores tuvieron participación efectiva en la marcha del país. Ha sido el único gobierno con ministros obreros.

 

ALLENDE CONSECUENTE HASTA LA MUERTE 

2 de diciembre de 1971.  En el acto de despedida de Fidel Castro en el Estadio Nacional, un día después  que el fascismo  mostrara  sus garras en Santiago, el compañero

 

 

 

 

 


 

Presidente dijo:

“Yo no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado...

Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé el Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado.

  

NO TENGO OTRA ALTERNATIVA 

No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el Programa del pueblo”.

 

 

 


11 de septiembre de 1973.  Atacado por las tropas fascistas, Salvador Allende proclamó  a través de Radio Magallanes:

“Ante estos hechos sólo me cabe decirles a los trabajadores:

‘¡Yo no voy a renunciar! Colocado en este tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”.

 

Lo dijo y lo hizo. Fue leal  hasta el último minuto de su existencia. Lealtad se escribe con “L” de Allende.

 

Levantemos en alto su ejemplo, sus ideales y su obra. Completemos  la gran tarea que nos entregó cuando dijo:

“¡Sigan ustedes,  sabiendo,  que más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre digno para construir una sociedad mejor!”

 


SIEMPRE ESTARÉ JUNTO A USTEDES



 

“Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes”.

 

Y ESTÁ SIEMPRE PRESENTE

En las masivas y combativas acciones de la rebelión popular, iniciada el 18 de octubre de 2019, Salvador Allende estuvo presente junto al himno “El Pueblo Unido”.

 

Su ejemplo de revolucionario impulsó y seguirá impulsando  los combates por abrir de nuevo las grandes alamedas.

 

 

 


 


NICOMEDES GUZMÁN: UN OBRERO NARRADOR DE LA CLASE TRABAJADORA


Ayer se cumplieron 111 años del natalicio del grande escritor obrero Nicomedes Guzmán. Para recordar al escritor de “La sangre y la esperanza” y “Los hombres oscuros” en el Boletín Rojo, lo hacemos a través de un escrito del Historiador Iván Ljubetic Vargas.



En su 111° natalicio:

 


                       

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 




Cuando conversé con mi tío Juan Vargas Puebla, el 10 de enero de 1991, en su segunda venida a Chile desde México donde estaba exiliado,  me entregó importantes testimonios. Se refirió  a hechos y personajes. Entre estos,  me habló con enorme cariño, de  su amigo y compañero,  Nicomedes Guzmán, el escritor proletario con quien tenía interminables conversaciones  en torno a un botellón  en un bar, allá por San Pablo abajo. Recordaba, por ejemplo, que cuando fue candidato a diputado por el Partido Comunista en 1945, su amigo Nicomedes le había dedicado hermosas palabras en “El Siglo”.

Efectivamente. Al revisar “El Siglo” del domingo 4 de febrero de 1945  encontré en su  página 2,  un artículo de Nicomedes Guzmán titulado "Un Obrero al Parlamento: Juan Vargas Puebla", que en su parte final señala:

 

"Para su dignificación y para su honra, y para honra y dignificación ciudadana, esta institución democrática que se llama Parlamento, precisa de hombres como Vargas Puebla, forjados en la lucha por la realización de las grandes esperanzas populares.  Los momentos cruentos que vive la nacionalidad, la realidad social nuestra, en vísperas de abocarse al gran período social de la posguerra, necesitan de la equidad, la serenidad y normalidad que sabrán proporcionarle los legisladores más expertos en la lucha por los altos postulados del pueblo.

Vargas Puebla debe ir al Parlamento, porque es un genuino hijo del pueblo, y  porque lo sabrá representar como corresponde a su fe en el triunfo de los anhelos colectivos..."


NACE EN EL SENO DE UNA FAMILIA PROLETARIA 

Oscar Nicomedes Vásquez Guzmán, nació en Santiago el 25 de junio de 1914. Hijo de Nicomedes Vásquez Arzola y Rosa Guzmán Acevedo.  Su padre desempeñó varios oficios, entre los que se cuenta el de maquinista tranviario y ocasionalmente heladero ambulante; su madre, por otro lado, dueña de casa, suplementaba el ingreso familiar con eventuales trabajos como empleada doméstica.

En su obra “Los hombres oscuros”  reivindica su origen proletario dedicando esta novela:

A MI PADRE heladero ambulante

A MI MADRE obrera doméstica

Adoptó el nombre de Nicomedes Guzmán para firmar sus obras.

 

EN LA POBLACIÓN EL POLÍGONO 

Corría la década de 1930, en  Santiago. Óscar Nicomedes Vásquez desempeñaba diversos oficios. Al pasar por calle San Pablo, de regreso a su población El Polígono, en la comuna de Quinta Normal, veía decenas de niños desamparados. En más de una fría noche invernal, llevó a algunos de ellos a su humilde casa para, junto a su esposa, alimentarlos y vestirlos, a pesar de los escasos recursos que poseían como familia.

 

Óscar era el escritor que años después sería conocido como Nicomedes Guzmán,  que dio vida a una de las obras literarias más grandes concebidas en nuestro país durante el pasado siglo. Creación de enorme contenido social, que retrató y reflejó con maestría  a las masas pobres que migraban del campo a la ciudad, que se hacinaban en conventillos y que vivían en la miseria y luchaban por salir de ella. 

 


Nicomedes Guzmán junto a Antonio Acevedo Hernández

 

SUS OBRAS LITERARIAS

En  1938, luego de sus colaboraciones con la revista infantil “El Peneca”, publicó su primer libro de poesías “La ceniza y el sueño”, Poco después, en 1939, apareció “Los hombres oscuros”. Y, en 1943, salió a luz su novela capital: “La sangre y la Esperanza”, situada históricamente en el conflicto de la huelga de los tranviarios de la década de 1930, es una panorámica de una variada tipología social.

 

MILITANTE COMUNISTA

Nicomedes Guzmán ingresó oficialmente al Partido Comunista el domingo 8 de julio de 1945, en el acto de clausura de la XVI sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de Chile. Se realizó en el teatro Caupolicán que se hizo estrecho para contener a los asistentes. Junto con él recibieron su carné de militante comunista, el sabio Alejandro Lipschutz, el poeta Pablo Neruda; el director de la Orquesta Sinfónica de Chile, Armando Carvajal, la soprano Blanca Hauser, la poeta Olga Acevedo, el poeta Juvencio Valle; el director del Teatro de la Universidad de Chile, Pedro de la Barra, la maestra María Marchant y varios destacados dirigentes sindicales.

 

MÁS LIBROS

 

En 1951 Nicomedes Guzmán  publicó “La luz viene del mar”  y, en 1954, “Una moneda al río y otros cuentos 

 

LUCHA Y ESCRIBE

 

Quizás es el único escritor de extracción proletaria que participa activamente tanto en la lucha social como de la creación literaria. Su literatura se aboca a la miseria y a la lucha de los obreros.

Uno de los valores fundamentales en el sector social realista de la generación del 80, y sobre todo en la obra de Nicomedes Guzmán, es la elección de los temas vivos en su momento histórico y de la vida nacional de la época. Estos temas de Nicomedes Guzmán pueden resumirse en la injusticia social, la explotación, la vida miserable de los suburbios, la degradación moral en la pobreza y la corrupción en el poder, y son tratados en su obra desde una perspectiva de identidad nacional. (Otros autores de la generación del 80 fueron Francisco Coloane, Carlos Droguett, Volodia Teitelboim y Fernando Alegría)

 

DURANTE EL GOBIERNO POPULAR

 

En el Gobierno de Salvador Allende la editorial Quimantú publicó 50 mil ejemplares de “La sangre y la esperanza”. Sus novelas y cuentos aparecieron en los textos de estudio y en los programas del Ministerio de Educación.

 

BAJO LA DICTADURA

Después del golpe fascista del 11 de septiembre de 1973,  las obras de Nicomedes Guzmán fueron eliminadas de los programas escolares. “La sangre y la esperanza” y “Los hombres oscuros” fueron calificadas de subversivas y quemadas en las hogueras.


OBRA LITERARIA

Su obra, que abarca tanto la novela y el relato como la crítica, cuenta entre sus títulos más importantes: “Los hombres oscuros (1939), “La sangre y la esperanza (1943),). Su producción literaria indaga en la miseria de las zonas suburbanas y se puede leer como una profunda reflexión sociohistórica sobre las injusticias sociales de su época.

Su contacto directo con la miseria despertó una gran rebeldía y un genuino anhelo de justicia. Su obra, desde su primer libro de poesía en  1934, hasta sus novelas más importantes, se dedicó a explorar desde una perspectiva marxista y metafórica, a la vez, las causas y consecuencias de la desigual de las clases sociales en la sociedad capitalista.

En su vasta trayectoria, Nicomedes Guzmán se preocupó de afianzar tradiciones, abrir nuevos surcos profesionales, impulsar el trabajo de escritores inéditos, divulgar y enriquecer lo nacional creando medios y tribunas.

DE “LOS HOMBRES OSCUROS”

“A nadie le preocupa este bello detalle de la vida del conventillo: las mujeres madrugadoras trajinan de su cuarto a la cocina, de la cocina a su cuarto, en los preparativos del miserable desayuno; algún chiquillo, en otra pileta, se remoja las legañas; alguna chica triste, envuelta en un añoso chal desflecado, las crenchas en desorden, echa los pasos hacia el almacén de la esquina, tras una compra; o una vieja temblona sale a aguaitar al panadero, seguida por un quiltro flaco y tiñoso, de lentos movimientos. A nadie le preocupa este detalle. Sin embargo, aquí estoy yo y mi imaginación, devanando la madeja cotidiana.

El frío bribón de la mañana me da un aletazo. Y termino por lavarme definitivamente”.

 

DE “LA SANGRE Y LA ESPERANZA”

“Escuché a mí padre pronunciar unas últimas y viriles palabras, y gritar: -¡Viva la Federación Obrera!... Y lo vi lanzarse desde arriba con una agilidad asombrosa. Abajo, unos cuantos brazos suavizaron su caída. -¡Este hombre, Señor, este hombre! Mi madre, abandonando sus temores, o tal vez impulsada por los temores mismos, salió puerta afuera. Hombres y mujeres uniformados subían a tropezones la escalera. Otros corrían ya por la galería buscando refugio. Los que subían no dejaron bajar a mi mamá, que regresó a la pieza llorando, mordiéndose y hablando incoherencias. De nuevo en mi puesto, contemplaba la huida de los hombres en la calle. Muchos se defendían. Se oían disparos. Resbalaban piafando los caballos en las piedras mojadas por la llovizna. Había gritos. Insultos. Maldiciones. Mi hermana, ojerosa, desencajada, temblequeante, no cesaba de rezar. Corriendo por García Reyes, varios maquinistas, entre ellos mí padre, gritaban con vigor, alzando los brazos: -¡Al Consejo, compañeros, al Consejo! ¡Al Consejo! Algunos trataban de reprimir el alud de lanceros. Mas la actitud se perdía en inútil heroísmo, porque al instante caían barridos por las patas de los caballos. Fue en aquel instante cuando vi al padre de Zorobabel saltar y colgarse del cuerpo de uno de los lanceros, derribándolo de la cabalgadura. En el suelo, sobre el ripio mojado, la lucha no duró un segundo. Una lanza lo ultimó al primer puntazo. Y allí quedó su cuerpo, sangrante, palpitante aún, junto al del soldado caído, aplastado por las patas de las bestias acezantes. Más tarde, desde el balcón mismo de nuestro cuarto, entre mi madre y mi hermana, nerviosas y lloríqueantes todavía, me enternecí viendo a mi amigo Zorobabel llorar junto al cadáver de su padre, poco antes de que el carro de la Morgue viniera en busca de los cinco o seis caídos. El depósito estaba resguardado por doble fila de carabineros. Y muchos tranvías salían, dirigidos por rompehuelgas e inspectores, llevando en la plataforma dos o tres soldados bien armados. A mí me parecía que todo aquello era la celebración del dieciocho de septiembre, por la profusión de banderas que se veía en las lanzas. Coceaban los caballos sujetos por las riendas a las barreras de hierro y el aire apestaba a guano fresco”.

LA OBRA DE NICOMEDES GUZMÁN

Narrativa

Los hombres oscuros (1939)

La sangre y la esperanza (1943

Donde nace el alba (1944)

La carne iluminada (1945)

La luz viene del mar (1951)

Una moneda al río y otros cuentos (1954)

El pan bajo la bota (1960)

Estampas populares de Chile: Crónicas (2007)

 

Poesía

Croquis del Corazón (1934)

La ceniza y el sueño (1938)

 

     Antologías

Nuevos cuentistas chilenos (1941)

     Antología de Baldomero Lillo (1955)

Antología de Carlos Pezoa Véliz (1957)

Autorretrato de Chile (1957)

Antología de cuentos [de] Marta Brunet (1962)

Antología de cuentos chileno (póstuma, 1969)

 

SUS OBRAS SON IMPERECEDERAS

 

El corazón proletario de Nicomedes Guzmán dejó de latir  en la madrugada del 26 de junio de 1964, un día después de su cumpleaños número 50. Pero el escritor obrero sigue viviendo en sus obras y éstas son imperecederas.