jueves, 18 de junio de 2020

FRANCISCO BILBAO



A 176 años del juicio  en su contra:




                                                                     
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                           Centro de Extensión e Investigación
                                                            Luis Emilio Recabarren, CEILER



                              



Francisco Bilbao Barquín nació en Santiago el 9 de enero de 1823. Su padre, Rafael Bilbao, hombre de principios democráticos, de ideas liberales, fue expulsado del país por el gobierno conservador del general  Joaquín Prieto. Salió al destierro acompañado de Francisco, que a la fecha tenía once años.

Retornaron a la patria en 1839.  Ya en Chile, el joven Francisco Bilbao leyó el “Libro del Pueblo”, de Félicite Robert de Lammenais, que lo impactó. Ya había leído a Voltaire, Rousseau y otros filósofos revolucionarios.

UN ESPECTACULAR JUICIO POR CRITICAR A LA IGLESIA

El 17 de junio de 1844 tuvo lugar un espectacular juicio contra Francisco Bilbao, joven revolucionario que a la fecha tenía 21 años. ¿Cuál era la causa del juicio? Sus opiniones sobre la Iglesia Católica.

El 10 de junio de 1844, la revista “El Crepúsculo” había publicado un ensayo de Francisco Bilbao con el título “Sociabilidad Chilena.” Este hacía  un profundo examen de la situación social del país y analizaba las causas de su atraso. Según él, éstas eran “el haber transplantado a Chile la tradición monárquica y sobre todo el cristianismo, pervertido por los sacerdotes católicos”.

El  trabajo de Bilbao desató un escándalo mayúsculo. “La revista Católica” pidió para el autor las penas del infierno. El 13 de junio fue presentada una acusación fiscal ante el Juzgado del Crimen. Se acusaba a Bilbao de blasfemia, sedición e inmoralidad.

CONDENADO, PERO APOYADO POR LOS JÓVENES

Bilbao asumió su propia defensa.  El joven  revolucionario,  brillante orador, de acusado se transformó en acusador, convirtiendo el proceso en un juicio contra el injusto orden existente.  En su encendida defensa se dirigió al acusador y le dijo: “Ahora, señor fiscal,  ¿quién sois vos? La filosofía os asigna el nombre de retrógrado. ¡Eh! ¡Bien! Innovador, he aquí lo que soy;  retrógrado, he aquí lo que sois...”

Bilbao fue absuelto del delito de sedición, pero condenado a pagar una  multa  de  1.200 pesos por inmoral y blasfemo. En las afueras del tribunal más de mil jóvenes esperaban el resultado del juicio. Eran  estudiantes y artesanos. Al conocer la pena impuesta, reunieron la cantidad exigida y cancelaron la multa. Salió libre Bilbao y se improvisó un desfile por las principales calles de Santiago, en que fue llevado sobre los hombros el joven de 21 años, que había desafiado a la reaccionaria sociedad del Chile de 1844.

OTRA VEZ AL DESTIERRO

Después del sonado juicio del 17 de junio de 1844, la oligarquía y sus aliados no perdonaron la “insolencia” de Bilbao. Fue perseguido con saña. La Corte Suprema de Justicia ordenó quemar en público su escrito. Se le exoneró de las clases de derecho que dictaba en el Instituto Nacional. Los sacerdotes desde el pulpito, así como los profesores en las aulas,  refutaban  las “perniciosas doctrinas” del joven liberal. En la Catedral Metropolitana se le excomulgó. Allí un  sacerdote pronunció la condena,  mientras teatralmente apagaba una enorme vela en el suelo: “Así como se apaga la luz de este cirio, así se hunda en los infiernos el alma maldita del excomulgado Francisco Bilbao”.

EN LA BARRICADAS DE PARIS, JUNIO DE 1848

Debió  una vez más  abandonar el país. Llegó a la capital de Francia a comienzos de 1845. Allí tomó contacto y conoció a importantes personalidades. Desde el 23 de  junio de 1848 combatió en las barricadas  de París, levantadas por los obreros para defender sus derechos. Después de cuatro días de enconados combates la revolución fue derrotada. Era ésta, la primera guerra civil de la historia de la humanidad entre el proletariado y la burguesía. Y en las barricadas obreras lucharon codo a codo el académico de la Academia de Francia,  Quinet, y el chileno Francisco Bilbao.

FUNDADOR DE LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD

Retornó a Chile el 1 de febrero de 1850. El 14 de abril participó en la fundación de la Sociedad de la Igualdad. Además de Bilbao, la crearon otros tres intelectuales revolucionarios: Santiago Arcos, Eusebio Lillo y José  Zapiola;  además de dos jóvenes obreros: Antonio Larrachea y Cecilio Cerda. Todos sus socios, estaba muy influido por los acontecimientos de la Revolución Francesa del siglo XVIII. Incluso algunos cambiaron sus nombres: Bilbao adoptó el de Vergniaud, gran orador revolucionario; Santiago Arcos, el de  Marat, el más consecuente revolucionario de entonces; Eusebio Lillo, el de  Rouget de Lisle,  autor de la Marsellesa.

La Sociedad de la Igualdad publicó dos periódicos: “El Amigo del Pueblo” y “La Barra”. En agosto de  1850 se constituyeron las filiales de San Felipe y La Serena.

REPRESIÓN DEL GENERAL BULNES

En la noche del 19 de agosto, agentes de la policía juntos con elementos del lumpen atacaron el local de la Sociedad en Santiago. Entre los heridos  estaba Bilbao. La condena a este atentado fue enorme. El 14 de octubre de 1850 tuvo lugar una gran marcha de repudio al gobierno del general Manuel Bulnes. Éste decretó, con fecha 7 de noviembre, el Estado de Sitio. Los “igualitarios” más destacados fueron detenidos. Entre ellos José Victorino Lastarria, Eusebio Lillo, Benjamín Vicuña Mackenna, Manuel Recabarren, Santiago Arcos, José Zapiola… Algunos lograron eludir la persecución policial. Uno de estos fue Francisco Bilbao.



                                    General Manuel Bulnes Prieto

El general Bulnes clausuró los dos periódicos de la Sociedad. Un decreto del 9 de noviembre prohibió la Sociedad de la Igualdad y “cualquiera otra de  la misma clase”

SIGNIFICADO DE LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD

El historiador Hernán Ramírez Necochea afirmó que la Sociedad de la Igualdad “Ayudó al despertar de las clases trabajadoras, las que comenzaron a adoptar formas orgánicas de acción. Constituyó un ejemplo de organización que fue imitado repetidas veces, produciendo en muy saludable efecto en todas partes”.

EN LAS BARRICADAS JUNTO AL MAPOCHO, ABRIL DE 1850

Logró escapar a la represión desatada por el Gobierno del general Bulnes en noviembre de 1850. Vivió clandestinamente en el país.

El 20 de abril de 1851 estalló en las calles de Santiago un alzamiento cívico-militar, encabezado por el coronel Pedro Urriola. Participaron soldados y civiles, la mayoría de estos últimos “igualitarios”. La acción era contra el gobierno del general Bulnes y la candidatura de Manuel Montt. En esta acción participó Francisco Bilbao. Se levantaron barricadas y al pie de ellas el brillante orador proclamó: “Hoy es el día de la regeneración de Chile. Hoy es el día de mostrar a la faz de la tierra que sabemos y podemos conquistar nuestros derechos”.

Se luchó heroicamente.  Después de un encarnizado combate a los pies del Cerro Santa Lucía, los revolucionarios fueron derrotados. Entre los caídos está el coronel Urriola.

(Este levantamiento aparece en la novela “Martín Rivas” del genial escritor chileno Alberto Blest Gana)

                             



LUCHADOR HASTA SU MUERTE

Bilbao debió exiliarse en el Perú. Consecuente internacionalista, participó en las luchas políticas de ese país entre 1851 y 1855.

Por entonces escribió su obra “Gobierno de la Libertad”, en donde planteó cómo debe ser un régimen libertario.  Fue publicado otro libro suyo. Su título: “Mensaje del proscrito”, que era su respuesta un mensaje presidencial de Manuel Montt. Envió ambos libros a Quinet en Francia. Éste le respondió sosteniendo: “Leo con profundo júbilo vuestras obras. ¡Ah! Qué gran grito habéis lanzado en las cordilleras! Os aseguro que no hay poder alguno en el mundo capaz de ahogar un grito semejante”.

Expulsado del Perú, de nuevo viajó a Europa. Llegó a Francia cuando estaba en el poder Napoleón III, en el llamado Segundo Imperio. Sobre la situación existente escribió Bilbao: “Estuve en París como recorriendo ruinas; aquí se leía antes enseñanza libre, aquí ciencia, aquí juventud, aquí heroísmo, aquí virtud”.

Regresó a América Latina, residiendo en Buenos Aires. Se dedicó al periodismo. Tomó parte en las actividades  políticas.

Hacia 1864 recibió una carta de Andrés Bello,  quien fuera su maestro en el Instituto Nacional, en donde le decía: “Mi querido amigo y discípulo: hay una cierta presunción de mi parte en dar a usted este último título, una vez que con el transcurso del tiempo se han trocado nuestros respectivos papeles: el que enseña aprende”.

Francisco Bilbao falleció en la capital argentina el 19 de  febrero de 1865, a la edad de 42 años.

                 
                                      
                   Monumento de Francisco Bilbao. Valparaíso.