A 176 años del juicio
en su contra:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Francisco Bilbao Barquín nació en Santiago el 9 de enero
de 1823. Su padre, Rafael Bilbao, hombre de principios democráticos, de ideas
liberales, fue expulsado del país por el gobierno conservador del general Joaquín Prieto. Salió al destierro acompañado
de Francisco, que a la fecha tenía once años.
Retornaron a la patria en 1839. Ya en Chile, el joven Francisco
Bilbao leyó el “Libro del Pueblo”, de Félicite Robert de Lammenais, que lo
impactó. Ya había leído a Voltaire, Rousseau y otros filósofos revolucionarios.
UN
ESPECTACULAR JUICIO POR CRITICAR A LA IGLESIA
El 17 de junio de 1844 tuvo
lugar un espectacular juicio contra Francisco Bilbao, joven revolucionario que
a la fecha tenía 21 años. ¿Cuál era la causa del juicio? Sus opiniones sobre la Iglesia Católica.
El 10 de junio de 1844, la revista “El Crepúsculo” había
publicado un ensayo de Francisco Bilbao con el título “Sociabilidad Chilena.”
Este hacía un profundo examen de la
situación social del país y analizaba las causas de su atraso. Según él, éstas
eran “el haber transplantado a Chile la tradición monárquica y sobre todo el
cristianismo, pervertido por los sacerdotes católicos”.
El trabajo de
Bilbao desató un escándalo mayúsculo. “La revista Católica” pidió para el autor
las penas del infierno. El 13 de junio fue presentada una acusación fiscal ante
el Juzgado del Crimen. Se acusaba a Bilbao de blasfemia, sedición e
inmoralidad.
CONDENADO, PERO APOYADO POR LOS
JÓVENES
Bilbao asumió su propia defensa. El joven
revolucionario, brillante orador,
de acusado se transformó en acusador, convirtiendo el proceso en un juicio
contra el injusto orden existente. En su
encendida defensa se dirigió al acusador y le dijo: “Ahora, señor fiscal, ¿quién sois vos? La filosofía os asigna el
nombre de retrógrado. ¡Eh! ¡Bien! Innovador, he aquí lo que soy; retrógrado, he aquí lo que sois...”
Bilbao fue absuelto del delito de sedición, pero condenado
a pagar una multa de
1.200 pesos por inmoral y blasfemo. En las afueras del tribunal más de
mil jóvenes esperaban el resultado del juicio. Eran estudiantes y artesanos. Al conocer la pena
impuesta, reunieron la cantidad exigida y cancelaron la multa. Salió
libre Bilbao y se improvisó un desfile por las principales calles de Santiago,
en que fue llevado sobre los hombros el joven de 21 años, que había desafiado a
la reaccionaria sociedad del Chile de 1844.
OTRA VEZ AL DESTIERRO
Después del sonado juicio del 17 de junio de 1844, la
oligarquía y sus aliados no perdonaron la “insolencia” de Bilbao. Fue
perseguido con saña. La
Corte Suprema de Justicia ordenó quemar en público su
escrito. Se le exoneró de las clases de derecho que dictaba en el
Instituto Nacional. Los sacerdotes desde el pulpito, así como los profesores en
las aulas, refutaban las “perniciosas doctrinas” del joven
liberal. En la Catedral Metropolitana
se le excomulgó. Allí un sacerdote
pronunció la condena, mientras
teatralmente apagaba una enorme vela en el suelo: “Así como se apaga la luz de
este cirio, así se hunda en los infiernos el alma maldita del excomulgado
Francisco Bilbao”.
EN LA BARRICADAS DE PARIS,
JUNIO DE 1848
Debió una vez
más abandonar el país. Llegó
a la capital de Francia a comienzos de 1845. Allí tomó contacto y conoció a
importantes personalidades. Desde el 23 de
junio de 1848 combatió en las barricadas
de París, levantadas por los obreros para defender sus derechos. Después
de cuatro días de enconados combates la revolución fue derrotada. Era ésta, la
primera guerra civil de la historia de la humanidad entre el proletariado y la
burguesía. Y en las barricadas obreras lucharon codo a codo el académico de la Academia de Francia, Quinet, y el chileno Francisco Bilbao.
FUNDADOR
DE LA SOCIEDAD DE
LA IGUALDAD
Retornó a Chile el 1 de
febrero de 1850. El 14 de abril participó en la fundación de la Sociedad de la Igualdad. Además
de Bilbao, la crearon otros tres intelectuales revolucionarios: Santiago Arcos,
Eusebio Lillo y José Zapiola; además de dos jóvenes obreros: Antonio
Larrachea y Cecilio Cerda. Todos sus socios, estaba muy influido por los
acontecimientos de la
Revolución Francesa del siglo XVIII. Incluso algunos
cambiaron sus nombres: Bilbao adoptó el de Vergniaud, gran orador
revolucionario; Santiago Arcos, el de
Marat, el más consecuente revolucionario de entonces; Eusebio Lillo, el
de Rouget de Lisle, autor de la Marsellesa.
REPRESIÓN
DEL GENERAL BULNES
En la noche del 19 de agosto,
agentes de la policía juntos con elementos del lumpen atacaron el local de la Sociedad en Santiago. Entre los heridos estaba Bilbao. La condena a este atentado fue
enorme. El 14 de octubre de 1850 tuvo lugar una gran marcha de repudio al
gobierno del general Manuel Bulnes. Éste decretó, con fecha 7 de noviembre, el
Estado de Sitio. Los “igualitarios” más destacados fueron detenidos. Entre
ellos José Victorino Lastarria, Eusebio Lillo, Benjamín Vicuña Mackenna, Manuel
Recabarren, Santiago Arcos, José Zapiola… Algunos lograron eludir la
persecución policial. Uno de estos fue Francisco Bilbao.
General
Manuel Bulnes Prieto
El general Bulnes clausuró los
dos periódicos de la
Sociedad. Un decreto del 9 de noviembre prohibió la Sociedad de la Igualdad y “cualquiera
otra de la misma clase”
SIGNIFICADO
DE LA SOCIEDAD DE
LA IGUALDAD
El historiador Hernán Ramírez
Necochea afirmó que la
Sociedad de la
Igualdad “Ayudó al despertar de las clases trabajadoras, las
que comenzaron a adoptar formas orgánicas de acción. Constituyó un ejemplo de
organización que fue imitado repetidas veces, produciendo en muy saludable
efecto en todas partes”.
EN LAS BARRICADAS JUNTO AL MAPOCHO,
ABRIL DE 1850
Logró escapar a la represión desatada por el Gobierno del
general Bulnes en noviembre de 1850. Vivió clandestinamente en el país.
El 20 de abril de 1851 estalló en las calles de Santiago
un alzamiento cívico-militar, encabezado por el coronel Pedro Urriola.
Participaron soldados y civiles, la mayoría de estos últimos “igualitarios”. La
acción era contra el gobierno del general Bulnes y la candidatura de Manuel
Montt. En esta acción participó Francisco Bilbao. Se levantaron barricadas y al
pie de ellas el brillante orador proclamó: “Hoy es el día de la regeneración de
Chile. Hoy es el día de mostrar a la faz de la tierra que
sabemos y podemos conquistar nuestros derechos”.
Se luchó heroicamente. Después de un encarnizado combate a los pies
del Cerro Santa Lucía, los revolucionarios fueron derrotados. Entre los caídos
está el coronel Urriola.
(Este levantamiento aparece en la novela “Martín Rivas”
del genial escritor chileno Alberto Blest Gana)
LUCHADOR HASTA SU MUERTE
Bilbao debió exiliarse en el Perú. Consecuente
internacionalista, participó en las luchas políticas de ese país entre 1851 y
1855.
Por entonces escribió su obra “Gobierno de la Libertad ”, en donde
planteó cómo debe ser un régimen libertario.
Fue publicado otro libro suyo. Su título: “Mensaje del proscrito”, que
era su respuesta un mensaje presidencial de Manuel Montt. Envió ambos libros a
Quinet en Francia. Éste le respondió sosteniendo: “Leo con profundo júbilo
vuestras obras. ¡Ah! Qué gran grito habéis lanzado en las cordilleras! Os
aseguro que no hay poder alguno en el mundo capaz de ahogar un grito
semejante”.
Expulsado del Perú, de nuevo viajó a Europa. Llegó a
Francia cuando estaba en el poder Napoleón III, en el llamado Segundo Imperio.
Sobre la situación existente escribió Bilbao: “Estuve en París como recorriendo
ruinas; aquí se leía antes enseñanza libre, aquí ciencia, aquí juventud, aquí
heroísmo, aquí virtud”.
Regresó a América Latina, residiendo en Buenos Aires. Se
dedicó al periodismo. Tomó parte en las actividades políticas.
Hacia 1864 recibió una carta de Andrés Bello, quien fuera su maestro en el Instituto
Nacional, en donde le decía: “Mi querido amigo y discípulo: hay una cierta
presunción de mi parte en dar a usted este último título, una vez que con el
transcurso del tiempo se han trocado nuestros respectivos papeles: el que
enseña aprende”.
Francisco Bilbao falleció en la capital argentina el 19
de febrero de 1865, a la edad de 42 años.
Monumento de
Francisco Bilbao. Valparaíso.