Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
CAPÍTULO
XVIII: LA ACTUAL CAMPAÑA ELECTORAL Y LA LUCHA IDEOLÓGICA
Vivimos un momento de decisión. Ante cada
ciudadana o ciudadano se presenta una primera disyuntiva: votar o no votar. Ello
depende de su conciencia. Si tiene una
conciencia real, si piensa de acuerdo a sus intereses de clase, irá a sufragar.
Los trabajadores de todo tipo debieran votar
por Alejandro Guillier.
¿Por qué?
Porque Guillier, candidato independiente,
apoyado por los partidos Radical, Socialista, Comunista, PPD, MAS, e Izquierda
Ciudadana, representa la continuación y profundización de los cambios
realizados por el Gobierno de Michelle Bachelet.
Los dueños de las grandes empresas lo harán
por Piñera. Ellos no se pierden. Pero son pocos. Sus votos propios no le bastan
para triunfar.
Entonces necesitan distorsionar este cuadro,
que corresponde a la realidad económico-social. Y aquí comienzan a jugar su
papel los medios de comunicación, que
controlan casi totalmente.
La realidad muestra los efectos de la
millonaria propaganda a que diariamente son sometidos los trabajadores. La
mayoría de ellos no tienen conciencia de sus intereses de clase. Ello debido a
que la conciencia del ser humano puede ser real o falsa.
Es real cuando interpreta consecuentemente sus
intereses de clase. La conciencia de
clase es producto de la educación política, de la educación revolucionaria. Al
tener una conciencia real, es actor
consciente de la historia.
Por el contrario, la conciencia falsa consiste
en no comprender cuáles son sus verdaderos intereses. Vivir como pobre y pensar
como burgués. Entonces se actúa inconscientemente, contra sus intereses. No les
importará votar y si lo hacen, lo harán por cualquiera, porque todos son lo
mismo.
Por esto, la principal tarea de los sectores progresistas es
transformar la conciencia falsa de los trabajadores en conciencia verdadera. Y
el instrumento para lograrlo es la educación política, la lucha ideológica.
Hay que
pasar a la ofensiva, a pesar de los mínimos medios con que contamos.
La tarea del momento es transformar a todos
los que viven de su trabajo en un ser consciente, para que así forje
correctamente la historia de Chile.