martes, 28 de noviembre de 2017

LOS SERES CONSCIENTES FORJAN LA HISTORIA (XXXVII)






 Iván Ljubetic Vargas, historiador del CEILER





CAPÍTULO XXXVII: GANAR A LA GENTE ANTIPIÑERISTA PARA QUE VOTE EN LA SEGUNDA VUELTA

La TV mostró una escena muy decidora. Era el domingo 19 de noviembre de 2017, alrededor de las 19 horas. Lugar: una mesa de votación en el Estadio Nacional. Se leían las preferencias de los votos de candidatos a Presidente de la República.  Había mucha gente siguiendo con  gran interés la lectura que hacía el presidente de la mesa. Cada vez que salía el nombre de Sebastián Piñera, pifias y un grito: “Cualquiera, cualquiera, menos Piñera”. A pesar de esa manifestación, Pillín sacó la primera mayoría.
Esta emblemática escena  refleja lo ocurrido con la votación de la primera vuelta. A pesar del repudio generalizado, se impuso la derecha.
Ello se debió, entre otras razones, a que  la derecha -que es muy ducha en todo tipo de engaños-, logró crear una atmósfera en que era posible que Piñera (como sostuvo la encuestadora Marta Lagos) ganara en primera vuelta.
Es innegable el rol jugado por las encuestas. Su utilización sirvió para crear la sensación de que Piñera estaba asegurado. Por ejemplo, la Encuesta CADEM Estudio electoral Nº 6 de fecha 3 de noviembre de 2017 le dio al candidato de la derecha el 45%. La Encuesta CEP le atribuyó el 44%.
Pero, los hechos,  los porfiados hechos, al decir de Lenin, derrotaron los falsos vaticinios. Piñera no ganó en primera vuelta. Peor aún para la derecha, sacó un 36,64% de los sufragios y no el cuarenta y tanto por ciento que había pregonado la derecha, con el respaldo de todas las encuestas que le daban más del 40%. Fue esto una derrota para la reacción.
Ante el rotundo fracaso de la industria de las encuestas, los canales de noticias de la TV dieron la oportunidad  a responsables de esas encuestas para sacarse los balazos. Marta Lagos, que aprovechó para hablar de  sus altos contactos internacionales, le echó la culpa a la metodología de las encuestas. Roberto Izikson, de CADEM, intentó demostrar –sin lograrlo- que ellos no habían fracasado.
Lo que está claro que esa campaña del engaño tuvo su efecto en sectores de la población. Incluso hubo compañeros despistados que me escribieron sosteniendo que no había nada que hacer y que ésta era carrera corrida para la derecha.
Esto neutralizó  y desmotivo a cierta cantidad de electores. Es difícil calcular cuántos. Pero de haberlos, los hubo.
Si ello afectó a militantes, habría que ver si sus células funcionan, si estos despistados concurren a reunión, si leen y estudian los materiales partidarios.
Entonces volvemos a lo planteado en capítulo anterior: la imperiosa necesidad de que un partido revolucionario funcione como tal, de acuerdo a las probadas normas leninistas.
Tengo el convencimiento, que en medio de fragor electoral, el Partido Comunista debe avanzar decididamente  en adoptar plenamente las  normas leninistas. 
Y no me vengan a decir: -pasemos primero  la contingencia y después arreglamos lo de las normas leninistas. Al contrario, compañero. Son en estos días plenos de actividades electorales, cuando debemos ir empleando los métodos leninistas: el funcionamiento vital de las células, la dirección colectiva, el centralismo democrático.
Reúne tu célula para planificar el trabajo y salir hacia la gente. Necesitamos dirigentes que sean líderes, capaces de encantar y conducir con su ejemplo. Cada  militante debe estar  pleno de pasión revolucionaria, dispuesto a jugarse a concho por la tarea de ganar conciencias y votos.  Empedemos por los más cercanos y de fácil acceso: familiares, militantes alejados, vecinos, colegas. Recurramos a las listas de los miles de adherentes que firmaron en la campaña Gladys Marín.
Confecciona  una lista con quienes debes contactarte personalmente, por teléfono, por correo.
De cada uno de nosotros depende el triunfo del futuro. La tarea es simple y grandiosa: ¡ganar a la gente antipiñerista para que vote en la segunda vuelta!

Seamos seres conscientes, forjemos la historia.