Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
CAPÍTULO
XVII: ALERTAS ANTE EL PELIGRO
A las reformas y cambios a favor de un Chile
más democrático e inclusivo señalados en capítulos anteriores hay que agregar
otros igualmente importantes: Creación del Ministerio de la Cultura y las
Artes, la nueva Ficha Social de Hogares, el proyecto para conocer el contenido
del Informe Valech I, etiquetación de alimentos para proteger la salud, la regularización
de las propinas para trabajadores de restaurantes, el mejoramiento laboral para
trabajadoras de casas particulares, el proyecto de elección democrática de
gobernadores (ex Intendentes).
Nadie puede desconocer que el Chile de hoy es
mucho más democrático e inclusivo que el que existía al iniciarse al actual
Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Y sobre este país, que se ha ido despojando de
los amarres antidemocráticos de la dictadura fascista, se cierne un grave
peligro. Es el negro signo de los que estuvieron en el régimen de Pinochet,
personificado por uno que lo defendió públicamente cuando el tirano estuvo
detenido en Londres. Su nombre: Sebastián Piñera.
Y es un peligro para la gente sencilla, para
los trabajadores, por ser un genuino representante de la clase explotadora.
Piñera es, según datos entregado por Forbes, uno de los tres más grandes
millonarios en Chile. Su fortuna supera los 2.500 millones de dólares.
En nuestro país vivimos en una sociedad
dividida en clases sociales. Dos de ellas son antagónicas: la de los grandes
millonarios, entre los cuales está Piñera, y la de los que viven de su trabajo,
entre ellos tú que lees estas líneas.
Por esto,
en las elecciones del 19 de noviembre de 2017 lo que está en verdad en
juego es quien toma las riendas de nuestros asuntos: o son los grandes ricos,
como Piñera. o somos nosotros mismos, eligiendo un presidente como Alejandro
Guillier, y parlamentarios y cores de la izquierda, que tiene nuestros mismos intereses.
No hay término medio: o se vota defendiendo
nuestros intereses o se vota contra nosotros mismos. El no votar, el eludir
nuestra responsabilidad ciudadana, equivale a votar por Piñera.