Iván Ljubetic Vargas,
historiador del CEILER
CAPÌTULO
XLII: ¡CUIDADO! EL ANTICOMUNISMO ES MAL CONSEJERO
La verdadera razón que tuvo el sector
derechista de la Democracia Cristiana para lanzar a su partido al precipicio de
oponerse a participar en primarias dentro de la Nueva Mayoría, presentando a su
candidata directamente a la primera vuelta, fue su anticomunismo. “Nada con los
comunistas que ejercen tanta influencia en el gobierno”. “Comprobemos cuánta es
nuestra propia fuerza”.
La no realización de primarías en la Nueva
Mayoría, por causa del acuerdo impuesto por la derecha de la Democracia
Cristiana, no sólo perjudicó a dicho partido, sino que golpeó fuertemente en
sus inicios a la candidatura presidencial de Alejandro Guillier.
Por otra parte, lamentable fue el cambio
experimentado por Carolina Goic durante la campaña, quien se contagió de
anticomunismo. Llegó a afirmar que en un hipotético gobierno suyo no
participarían los comunistas.
Enceguecidos por su sectarismo y
anticomunismo, no fueron capaces de darse cuenta que su “camino propio” los
conduciría a una gran derrota; que el
Pacto Convergencia Democrática era el camino hacia una especie de suicidio.
Tampoco algunos de ellos vieron, como es
el caso de Ignacio Walker, que se estaban cavando su propia tumba.
Las elecciones del domingo 19 de noviembre de
2017 resultaron una gran derrota para el PDC. Su candidata reunió 386.278
votos, el 5,88%, ocupando el quinto lugar, detrás de Sebastián Piñera, Alejando
Guillier, Beatriz Sánchez y José Antonio Kast.
De 21 diputados que obtuvo en la anterior
elección eligió 13 o 14, el 19 de noviembre de 2017. Tendrá también seis
senadores.
De enorme importancia para el futuro de la DC
resultaron las elecciones de dos senadoras: Yasna Provoste en Atacama, y Ximena
Rincón en la región del Maule. Ambas identificadas consecuentemente con la centroizquierda.
Lo ocurrido con el PDC muestra que las
posiciones anticomunistas no son buenas, que siempre otorgan ganancias a la
derecha, que aportan agua al molino de la reacción.