Alejandro Fischer
Milonga
de andar lejos
Ando
dando remedios pá los callos y tengo juanetes…
Hoy,
miércoles 17 de octubre, temprano en la mañana, mi mujer saliendo al trabajo y
yo, gustoso lavando los platos, que quedaron de anoche.
Un
tipico cuadro hogareño, una pareja de adultos, que se están pegando los últimos
asaltos, de toda una vida de trabajo… yo, ya voy en los descuentos, esperando
en el anden; inquieto y atrevido. Aparentemente todo tranquilo, dentro de las
circunstancias.
Pero no
fue así, mi mujer que sale, yo termino de lavar la loza y en un silencio de
cerros, se asoma mi enemigo de todos mis tiempos, no llego triste ni silencioso
como un olor; como un recuerdo; como otras veces …Llego cobarde, gritando,
golpeando todo lo que encontraba a su paso; me agarre al lavaplatos, con mi
mano izquierda trate de apretarme “el cogote”, para que no entrara por ahí…
Demasiado tarde; una angustia de tango, hambrienta, cruel, se apoderó de mis
ojos, de mis cuencas, una nostalgia amarga se deslizó boca adentro…no alcance a
cerrar la puerta de mi intelecto… y me puse a llorar a “moco tendido”.
Ahí
estuve, aferrado al lavaplatos, entre arrodillado y poto parado.
Mi
cuerpo tiritaba como”chupin de guata”, se vinieron en “patota” todos mis
demonios. No podía respirar bien, en segundos mi sofoco hizo subir mi presión
arterial, mis sienes palpitaban como bombo leguero, las hormigas ya no me perseguían,
me sobrepasaban… y yo, “a moco tendido”.
Los que
andan fuera y por supuesto los que se quedaron dentro, unos más, otros menos,
otros nada; tienen, como les digo yo, sus demonios, demonios entreverados con
experiencias y vivencias. El maldito golpe fascista, propiciado por las
gloriosas y gallardas fuerzas armadas de mi país, no nos formo… Nos transformo
de una manera complicada y diferente.
Los que
quedaron en la cancha, son unos héroes, los que volvieron con coligues y
conocimientos, son los guerreros de la libertad, siempre los van a ser.
Los que
anduvieron y los que estamos fuera, tenemos más “historia” que Pedro Urdemales.
Estoy
hablando de los Upelientos; los otros, también tienen sus historias y mis
respetos, como cualquier otro caminante, que anda por caminos comprados o
alquilados, pero al final, ajenos.
Mi
amargura y también la alarma de mi reloj antiguo, desperto en llanto, porque al
“pavo”, del Alejandro chico, que llevo incrustado en el alma, mientras yo
lavaba los platos, sin decirme nada, escuchaba
como en nieblas a Viglietti…:
“Milonga
de andar lejos”.
Voy a
hablar al “libre albedrío”
Yo
siento que la pega de nosotros, los “Upelientos”, es mantener las banderas
siempre por allá arriba, en los vientos. Cada uno con sus banderas y su
historia. Bienvenidos los momentos que se
levantaron juntas.
No
hemos podido vivir en carne propia los procesos de nuestro amado país y de su
gente, pero si, hemos contribuido y harto, al desarrollo de ellos.
Ese
aporte, también ha tenido su proceso, su desarrollo, sus demonios, sus
vivencias.
No
puedo no dejar de mencionar una cosa hermosa. No fue, ni es solamente, la
solidaridad sueca, que ha estado junto a nosotros, en esta pega logistica, cosa
que se les agradece…Son otros hermanos tambien, que robustecen nuestra fuerza,
nuestra esperanza…Mis hermanos Peruanos, Bolivianos, Salvadoreños,
Ecuatorianos, mi siempre Nicaragua, Venezuela…Yo llevo en mis caminos y en mi
sangre, a Perú y a Bolivia. Gracias Camaradas.
Esas
vivencias, no han sido siempre de “banderas en alto”, muchas veces las banderas
se han perdido; ¿donde quedaron?, no se, quizás adornan el alma de algún
arrepentido, y la tiene para “mover la cabeza”, por cada vez que pasa por el
pasillo, puerta, garage…anda a saber tú, por donde pasa…Puede ser también, que
algunas banderas se “fondiaron” por despecho y otras las raptaron para cambiarle
el color y las herramientas…Hay otros, tal vez, que aún enarbolan banderas en
ristre, sin darse cuenta, que esa clase de guerra, ya se perdió.
Si se
sigue con esa actitud, algunas banderas
seguirán escondidas, seguirán siendo raptadas y el Imperio, muerto de la risa.
Yo
extraño esas banderas.
Hablaba
de la historia del exilio, que no es otra cosas que los miedos, las
ignorancias, la impotencia desnuda y cruel, la locura, la desfachatez, el
dolor, la espera, el amor, el engaño, la incertidumbre, la inquietud, la vida,
lo maravilloso del amor, lo penca del amor, la muerte, el no cachar el idioma y
tener que escuchar y entender bien, que tragedia Dios mio, el tiempo que se te
arranca y los dientes tambien, las distancias, siempre el tiempo, mi país, tu
país.
Se
supone que yo tengo que hablar sobre la lucha de mi pueblo, de mi casa de
amaranto, de los pueblos del mundo, del circo mortal que hace el negro en
Siria, de la expulsión de los gringos de Rusia, por inmiscuirse en su vida
organica , lo mismo que hizo nuestro indígena heroico, Evo Morales, con los
expertos gringos de la droga y sus derivados.
Tengo
que hablar del voto, como arma politica, poderosa. Esa transformación de esa papeleta
de derecho ciudadano, antes, una actitud de “levantada de hombros”, hoy, toma
un valor de maduración politica, maduración, producto de movilizaciones
sociales, de la reconstrucción de los estamentos sindicales, de la
interpretación de las verdaderas necesidades de nuestro pueblo.
Los que
le pegan a la cibernetica, vayan al portal : www.votoizquierda.cl
Tengo
que hablar, para expropiarle todos los espacios al Imperio.
Por
eso, la juventud de mi país, los estudiantes, tendrán un monumento inmenso, que
personifique la herramienta que fabricaron para enfrentarse al neoliberalismo.
Los
estudiantes de mi país, son la verdadera gallardía, la honestidad, el derecho
al saber, el pan y el futuro de Chile.
Esa es
mi pega Upelienta, aparte de tener y ser parte, de la acción de mi amada
Célula.
Pero
ahora “ando en otras”…quiero contar algunas cosas del exilio. Ellas son
ciertas, yo las escuche, no vengo a inventar alegrías para que se rían, al
contrario, quiero invitarlos a llorar y a tener esperanzas.
Muchos años
atrás, solamente algunos, despues del golpe fascista, pude conocer a un
“compañero”, tan joven como yo; venía del sur. Acostumbraba a usar pantalones
“pata elefante”, pues las patadas de karate, según él, sonaban más fuerte, como
en las películas. Él era “cinturón negro”.
Venia
saliendo de prisión, en muy mal estado, se acompañaba de un niño pequeño y su
mujer, una indígena nuestra, que tenía que tratarlo de señor y mirarlo a los
ojos.
Él
contaba que: en su ultimo enfrentamiento con el fascismo, los “pacos”, lo
tenían junto a otros prisioneros, en fila, para subirlos a un bus, al momento
de llegar su turno, tomo vuelo y pego un brinco, que lo dejo al otro lado del
vehículo, cayendo encima de otro “paco” con metralleta; le dio un “golpe de
conejo”, le arrebata el arma y los cargadores…
Se
desata el infierno. El no recuerda a cuantos pacos mato, si se acuerda, que la
metralleta estaba muy caliente y se atascó; saco las balas de ella y de los
cargadores, mientras corría como loco, se las tiraba con la mano.
Ayer,
17 de octubre, veía una foto, de unos valientes mercenarios del Ejército de
liberación Sirio, con una “honda inmensa”, tirándole piedras a las tropas
leales al gobierno. La nota decía que las armas son muy caras y la libertad hay
que conquistarla como sea…
Yo no
sé que hacen con los millones de dolares, que les da el Imperio para eliminar
al gobierno sirio. Los de la foto, tienen que ser muy “rascas” como
mercenarios, no les toco ni una matagato del 22. La foto y comentario es
parecida a mi boxeador chino.
Enfrentamientos
como estos, escuche varios; pacos mas, pacos menos…
¿Yo no
se dé adonde sacaba el ladrón, tantos soldados y pacos ?
¡Si le
matamos tantos !.
En
Buenos Aires, escuche a uno, que al preguntarle un funcionario consular, si
creía él, que Estados Unidos, estaba comprometido con el golpe fascista del ladrón Augusto. Este
respondió: ¡Cachudo estoy!
He
andado hartos caminos; nunca he usado “chapa”, parezco lo que se ve.
Ahora
parezco “guatón”, porque estoy guatón.
Si los
viejos coloraos, los que llevan la batuta, no me llaman, yo los llamo. Nadie
podrá nunca esconder a los “rabanitos”, aunque por dentro seamos blancos.
Digo
estas cosas, porque algunos “upelientos”, no pasaron jamás por apremios, sin
embargo, su vida se transformó en una mentira.
El
Bruce Lee de Temuco, estaba enfermo, pero más enfermo estaban los que
escuchaban y calculaban las probabilidades del cuento; digo yo, ya que andaban
por los pasillos, saltando y dando patadas al aire.
Nunca
en mi vida he visto, tantos revolucionarios como en esos tiempos.
Fueron
tiempos de mentiras.
Conozco
a un mentiroso, “bien situado y bien forrado”.
Seguramente
me encontro medio pajarón y quizo impresionarme para cubrir su soledad.
Yo
andaba con el mentiroso, cuando me encontre con un hermano camarada, que
muchos, muchos años no nos veíamos. Abrazos y lagrimas, recuerdos…
Al
despedirnos y prometernos vernos de nuevo, nos despedimos como antaño, cuando
no se sabía, que seria de nuestras vidas.
“Nos
vemos en Mexico”
Al otro
día, al llegar a la oficina del “forrado mentiroso”, sin “agua va” me dice: Yo
también estuve en Mexico.
Un
avión particular, enviado por Luis Echeverría Alvarez, presidente de Mexico, me
saco en forma relámpago y clandestina de Chile.
Dios
mío, dije yo para mis adentros, más colgado que el “roto Quezada”.
¿Sí?,
atine a decir. Claro, me dijo. Alli estuve un tiempo, luego me enviaron a Berlin,
Alemania a estudiar economía en la Universidad.
El
retorno iba a ser complicado y tenía que prepararme para ser parte de un equipo
especial, cuya misión era, la restauración de la economia del país.
“Chemimadre”, yo no sabía que decir, lo mire
un rato serio, con cara de guatón estúpido, a lo mejor está bromeando, me
dije…No estaba bromeando.
Decía
su verdad, su delirio.
Teníamos
conocidos en común. Yo sabia de su Odisea del arrancar. No solo de Chile, de
otros lados tambien. Este habitante era, es, un forrado, enfermo de mentiroso,
infinitamente solo.
Sin
ninguna dificultad podría escribir tomos de las aventuras nuestras por aquí
afuera.
Pero la
idea no es esa, yo quería solamente sentir, que la vida en tierras ajenas es
como un caleidoscopio, uno va decantando la vida.
Que se
han hecho cosas hermosas, gigantes, si, pero también yo tengo derecho a
sentirme lejos y a llorar a “moco tendido”.
Hay
cosas tiernas tambien.
Aprendiendo
sueco, había que explicar más o menos quienes éramos, de adonde veníamos, como
vivíamos. Un viejo mío, super “a la pinta”, conto que su familia vivía en una
“halva vatten”…
En un
mercado, una dependiente no dejaba de seguir con la mirada a una señora, luego
comenzo a seguirla por los pasillos. La mujer indignada y molesta “la levanto”
a improperios, una amiga le preguntó que
le pasaba, ella dijo que le había dicho a la dependiente, “vieja sapa”…y como
se lo dijiste en sueco…:
¡ Que
te pasa jävla groda !
Gracias
por permitirme arrear mis demonios al corral.
Que
estén bien.
Alejandro Fischer Alquinta.
2012-10-20