Camila Vallejo
Lider del movimiento estudiantil chileno
viernes, 26 de
octubre de 2012
A levantar la FECH, a Despertar
Chile!
Dos elementos estuvieron presentes en nuestros debates previos al inicio de
la campaña de la FECH: ¿Cómo recuperar la alta capacidad de incidencia en el
debate nacional que llegó a tener el movimiento estudiantil el 2011 y que
perdió este año? y ¿cómo volver a trazar una estrategia efectiva que nos
permita conquistar la educación, pública, gratuita y de calidad que se ha
planteado el movimiento por la educación?
En base a estas dos cuestiones fundamentales es que hicimos el diagnóstico
que la actual conducción, debido a una actitud sectaria, llevó al movimiento
estudiantil a un aislamiento político, lo alejó de la ciudadanía -que este año
ha empezado a rechazar ampliamente nuestras formas de movilizarnos, pero no el
contenido de nuestras demandas- y también de otras organizaciones del mundo
social más allá del estudiantil, que rápidamente fueron tachadas por parte del
autonomismo como obsoletas y poco representativas, evidenciando un profundo
desconocimiento de cómo se articulan el resto de lo movimientos sociales y
generando rechazo y dificultad de trabajar de manera coordinada y mancomunada.
En dicho debate previo a la inscripción de las listas, también fuimos
conscientes que debíamos hacer todos los esfuerzos posibles para lograr generar
una amplitud mayor, que fue lo que nos faltó en la elección pasada. En esa
línea es que profundizamos diálogos y debates con los sectores socialistas de
la Universidad, con quienes ya durante varios años hemos ido estrechando buenas
relaciones, de confianza y trabajo en conjunto, así como también con la Nueva
Izquierda Universitaria, grupo con el cual conformamos Estudiantes de Izquierda
durante varios años y que el año pasado, debido a diferencias que no pudimos
superar, enfrentamos de manera separada la disputa electoral, lo que a nosotros
nos significó perder la presidencia y a ellos su presencia en la mesa ejecutiva
de la FECH.
Teniendo como norte construir una unidad amplia que fuera capaz de dar una
respuesta a las dos preguntas señaladas al inicio, avanzó, no sin dificultades,
la discusión en miras a generar una plataforma que agrupara a las juventudes
comunistas, a la diversidad de sectores socialistas de la universidad y a la
nueva izquierda.
Para lograr que este espacio, por su solidez y énfasis en la unidad, fuera
mucho más que la suma de sus partes, avanzamos en la construcción de una unidad
programática que diese una buena conducción de la federación de cara a un
movimiento social con potencial ascendente y un año trascendental en el futuro
de nuestro país, donde la apuesta por una alternativa real a las actuales
condiciones de injusticia en Chile era tarea prioritaria. En eso todos
estábamos de acuerdo.
Hasta pasada las 20:00 hrs del día que se inscribían las listas, teníamos
las tres fuerzas políticas mencionadas, junto a los independientes que
convergen con cada una de ellas, un acuerdo para enfrentar de manera unitaria
estas elecciones. De hecho, ya habíamos estado durante el día trabajando en el
diseño de la campaña y detalles respecto a cómo asumir la contienda electoral,
donde Sebastián García fue un candidato más de la lista, el segundo en orden a
elegir.
Luego ocurrió una de esas cosas que provocan el descontento y el descrédito
de la política tan instalada en el país, especialmente en los jóvenes: Nueva
Izquierda nos informa, vía telefónica, que desechan el acuerdo de enfrentar de
manera conjunta las elecciones y que conformarán lista junto a Izquierda
Autónoma. Las razones: un cálculo de votos les indicaba que era más probable
que lograran integrar en la mesa yendo con los autónomos que en nuestra lista.
Genera sorpresa e incredulidad que justamente cuando debe ser lo
programático y el debate de las ideas lo que ordene las disputas políticas y
democráticas, este tipo de prácticas se hagan presentes en la política
estudiantil. Me sorprende que los mismos que critican a la “clase política” en
su conjunto, estén disponibles para realizar exactamente el mismo tipo de
prácticas que en otros acusarían de oportunistas e inmorales.
Sin embargo, creo que el autonomismo y nueva izquierda han hecho un pésimo
negocio: las elecciones no se ganan con alianzas nacidas del mero cálculo
electoral.
Pese al traspié (o incluso, gracias a dicho traspié) que significa el hecho
que a última hora te abandone un sector político con el cual ya habías generado
un acuerdo, enfrentamos estas elecciones fortalecidos. La amplitud de que
comunistas, socialistas e independientes de izquierda afronten unidos la
contienda electoral tiene profunda trascendencia histórica y mirada de futuro. Está
en nuestras preocupaciones que las importantes movilizaciones que remecieron a
Chile el año 2011 no se queden solo en un lindo recuerdo de una juventud
idealista y rebelde, sino que logren efectivamente plasmar las transformaciones
que Chile necesita. Los jóvenes no solo queremos transformar la educación,
queremos además un Chile más democrático con una nueva constitución, recuperar
nuestros recursos naturales y una relación armoniosa con el medio ambiente,
conquistar la salud y la previsión como derechos, entre otros elementos. Todo
esto bajo la premisa que no tenemos que esperar 5, 10 o 15 años para alcanzar
esas transformaciones bajo la quimera del “camino propio” (menos aun si dicho
camino propio simplemente es propio, pero no distinto, ya que trae consigo las
mismas artimañas políticas) si no que pueden ser cambios que podemos empezar a
materializar ya, fortaleciendo a los movimientos sociales y su capacidad de
incidencia en los debates nacionales, junto con dar la disputa institucional,
para estar presente en los lugares donde se toman las decisiones.
Cuando se disocia el discurso de la práctica política estamos poniendo
trabas al necesario avance del empoderamiento social. Por tanto nuestro
compromiso, el de Rebeca, Juan, Scarlett, Irací, Marion y de todos quienes
conformamos este proyecto, es enfrentar esta campaña a la FECH dando la batalla
de las ideas, siendo transparentes en la crítica y poniendo el debate
programático y el de las propuesta, como el eje central de los diversos
elementos que deben considerar los estudiantes de la Universidad de Chile a la
hora de emitir su voto este 12 y 13 de noviembre.
En manos de los estudiantes de la Chile está decidir quienes serán la nueva
conducción y en manos de todos nosotros está cambiar Chile. Ese es el
desafío, no nos contentaremos con menos.