Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de
Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabaren, CEILER
El
25 de marzo de 1977 Rodolfo Walsh echó
en uno de los buzones del correo en Buenos Aire las primeras copias su “Carta
de un escritor a
Súbitamente
fue emboscado por el Grupo de Tareas 3.3.2.
de
¿QUIÉN ES RODOLFO WALSH?
Rodolfo Jorge Walsh nació en Lamarque, en la
provincia de Río Negro, el 9 de enero de 1927. Tras recibir una educación
religiosa, a los catorce años se instaló en Buenos Aires. Desde muy joven
trabajó en diversas labores desde limpiar cristales hasta vender antigüedades.
Trabajando
como corrector y traductor en la editorial Hachette se conectó con el
periodismo. Comenzó a colaborar en las revistas Leoplán, Panorama, Vea y Lea.
Con
apenas veintiséis años publica su primer libro de cuentos, Variaciones en rojo
(1953), y a renglón seguido Diez cuentos policiales argentinos y Antología del
cuento extraño. En esa época, mediados de los años cincuenta, Walsh vivía casi
alejado de la política activa. Había coqueteado de adolescente con el
antiperonismo y la derecha nacionalista e incluso había defendido el golpe de
1955 contra Perón.
Hubo
un hecho que influyó en su evolución política. En 1959, Walsh viajó a Cuba en
plena revolución, donde desarrolló su faceta periodística más exhaustiva en
Su
rol allí se vuelve fundamental cuando descifró en total ocho teletipos de
En
la década del ´60, Walsh publicó dos obras de teatro (“La granada” y “La
batalla”) y el libro “Un kilo de oro”. Le seguiría “Quién mató a Rosendo”.
De
Entrando
en los 70, la violencia institucional encontraba respuesta en la del pueblo y
Walsh ingresó en
La
fundación de Montoneros en los años setenta coincide con la maduración política
de Walsh, que acepta a regañadientes el paso a la clandestinidad de la
organización en septiembre de 1974 tras sus fuertes choques con el peronismo
más recalcitrante. Para entonces, Walsh defiende ya una suerte de literatura
armada en la que el escritor y el militante sean un todo. Pronto asume tareas de inteligencia para la
guerrilla y defiende la lucha armada como método para la toma del poder.
El
golpe de Estado de marzo de 1976 le obliga a redoblar las precauciones en la
clandestinidad. La mayoría de los jefes montoneros abandonan el país pero Walsh
rechaza la propuesta de viajar a Roma. Cuando se estrecha el cerco para
cazarlo, se refugia junto a su compañera, Lilia Ferreyra, en una casa de San
Vicente. Fue testigo de los horrores de un régimen empeñado en la eliminación
física del enemigo. Victoria, la hija mayor de Walsh, será una de las primeras
víctimas.
En
esa casita de San Vicente Walsh vuelve a sentirse escritor, como le confiesa a
un compañero. Allí escribirá su último relato, Juan se iba por el río, que
ostenta tal vez el triste récord de ser el primer cuento
«secuestrado-desaparecido» de la historia de la literatura.
LA “CARTA DE UN ESCRITOR A
Y
no hubo una denuncia más contundente de esos crímenes que
“Estos
hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los
que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores
violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política
económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes
sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria
planificada”.