domingo, 20 de marzo de 2022

Cuando la hegemonía muerde la soberanía.

 


Comentario radial y escrito.

 

 

 

 




Voy a tener que “pararme los carros”. 

Me voy pa allá, me quedo al medio, vuelvo pa acá, me voy otra vez… 

En una tengo 15 años luego 13, después 30 y al ratito 70 y siento lo mismo. 

Es un entuerto muy re grande… 

Prometo escribir derecho al tronco, sin irme por las ramas ni volver a la raíz. 

Se lo prometí a un compañero cansado de perseguir la punta de la hebra. 

No quiero hablar de guerra, pero como lo hago…Cuando la guerra tiene más variedades que la misma papa. 

Con su permiso.: 

Voy muriendo por los caminos del tiempo de a poquito…sobre todo, por el hacer inhumano de algunos intereses… 

Tanto es, que me está cayendo bien hasta Lucifer; se ve más cuerdo. 

Que yo sepa, no ha cometido ningún crimen, quizás por lo feo y los cachos lo culpan de todo mal: 

Plagas y pestes, desamores, enfermedades, genocidios, de sectas y sectario, de malas costumbres y de haber sido cómplice de Juana de Arco. 

Es la piedra del tope…Y más encima le gritan Yanki y este no cacha ni una. 

Leyendo, créanme, solamente leyendo el vivir integral de los que han poblado y pueblan nuestro planeta, se me asoma llorando la tolerancia, lo cognitivo. 

En mi paisito de cordillera y agua, el pueblo representado por sus respectivos constitucionales está escribiendo su Carta Fundamental y hace historia para ayer y por mañana. 

En el tiempo del 1800, especialmente en Inglaterra y Alemania las interrogantes sobre la justeza del tener y no tener, de sus miserias y algarabías, tomaron un carácter diferente… 

En el año 1867, 155 años atrás, Carlos Marx se asoma con El Capital. 

Un trabajo de investigación que buscaba por qué y cómo de la pobreza, de la miseria estacionada solamente en un sector social, de la moral infame y de las diferencias y distancias al pan… 

De las consecuencias colaterales azotando el planeta entero. 

Para que no me olvides. Las contradicciones entre el sentido y poder de la justicia divina y el poder escrito entran en cruentos conflictos. 

Y esto data de 1215, más de 600 años antes del asomo del Capital. 

Los derechos divinos del Rey de Inglaterra, en este caso, de Juan Sin Tierra se encojen… y a través de una Carta Magna nacen nuevos dueños de la tierra. 

El feudalismo. 

¿Y qué tiene que ver el cuco, la monarquía, el feudalismo, con la tragedia inmensa de hoy…? 

Todo. 

Los regentes de dios en la tierra todavía existen, pero solamente para adornar y gastar a destajo, aunque el pueblo, en su humildad y atavismo, le diga a su nieto mi príncipe o a su nieta mi reina. 

Los feudales hacen nata. 

Para conservar los privilegios, todo vale. 

Esa cuestión de que los comunistas quieren que todos seamos iguales es mentira, al contrario, diferencias tienen que haber, sino pa que la democracia, el trabajo, el estudio. 

Yo no sé cómo llamar a ese “antiguo prehistórico”, saliendo de una cueva, muerto de miedo, entre truenos y relámpagos, atreverse a agarrar ese pedazo de árbol vestido de fuego por un rayo… 

Llevarlo a la cueva y en claridad oscura, todos sus habitantes incrustados en la piedra, aterrorizados, tiritando de espanto como alas y corazón de colibrí… 

La curiosidad es nuestro origen. 

Y por ahí se asoma un ramal, una reflexión. 

Ese antiguo que metió el fuego y sus consecuencias a la vida del habitante primario, me pregunto, si pretendió, después de pasada la tormenta, el miedo, conseguir quizás, algún beneficio personal “per “saecula saeculorum”. ¿Como diría mi padre? 

O a lo mejor, alguien, algunos, de los allí arrimados a la piedra, protegiéndose detrás de un niño, de una mujer, imaginarse hacerse  dueño de la ramita que daba calor y luz. 

La vida, la historia, ha mostrado que ese que hace las cosas, las hace porque tiene un misterio en el alma, esa curiosidad del sonido, del movimiento, ese sentimiento que te hace extrañar, seguir, volver, quedarse. Ese que te hace sentir diferente con un abrazo, con un beso, ese que sabe del fruto de sus manos. 

Cuando pienso en estas cosas, me traiga a Ernesto Guevara y su búsqueda del hombre nuevo. Es una cuestión muy de compromiso y locura necesaria. 

El otro, ese que estaba casi encaramado en la piedra, protegido por un niño, es igual al Gobierno Español que le da tarjeta libre a la Monarquía Marroquí, para seguir esclavizando, matando al pueblo saharaui. 

Son las matanzas que no hablan lo medios… 

Desde la angustia, porque es una angustia, esa del antiguo prehistórico de querer quedarse con el palo encendido, se metió en la cabeza la cuestión de la propiedad privada. 

Para los calendarios de las civilizaciones fue y es un reguero de pólvora. 

Y la Propiedad Privada no es solamente ser propietario de las cosas, hasta un comunista puede y quiere serlo…Yo quiero una casa con piscina y jardín. 

Se trata de las estructuras que rodean la posesiones. 

Sobre todo, los caminos. 

Los mejores aliados son las creencias. 

Así tenemos a la sufrida Jerusalén… 

Llena de cruces ocupando ya, por esos tiempos tierras ajenas, por la sola ignominia Papal de la época utilizando la creencia, que la tumba de mi amigo Cristo era profanada por los musulmanes. 

Cuando en realidad estructuraban caminos para Asia… 

Al Igualito que ahora, China era, es, será siempre una pilastra codiciable. 

Desde el arbolito encendido hasta no muy tarde, a la mujer se le negaba conocer el misterio de la boleadora, del leer y escribir y aún, como en Guatemala, el derecho a disponer de su propia geografía de mujer… 

La estructura del Gran Capital puede esconder un crimen hediondo en genocidio… 

Yemen. 

Yemen está en las fauces del averno sin satanás, pero sí de Arabia Saudita, de la NATO y de la Unión Europea. 

Cada 4 de 5 habitantes tienen hambre, no tienen lápiz y les roban su diversa identidad. 

Los intereses hegemónicos de los Estados Unidos tienen un causal…No es tanto ser amos del petróleo. 

Es el sistema económico del Gran Capital que está agonizando y necesita caos y más caos, crimen y más crimen. 

Es su forma de pensar. 

Trafican el odio a muerte entre etnias y creencias para tenerlas en un solo bozal… 

La política intervencionista de la misoginia Saudí en Yemen, es la misma que tiene Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea en el conflicto de Ucrania/ Rusia.


Alejandro Fischer Alquinta. 

Estocolmo 2022 03 19