La contradicción que existe hoy en Chile es entre Democracia y Neoliberalismo. Y una batalla importante en este aspecto se libra actualmente en la Convención Constitucional.
No olvidemos que fue la rebelión popular contra el neoliberalismo, iniciada el 18 de octubre de 2019, la que abrió paso a este momento estelar de nuestra historia, en que por primera vez los pueblos de Chile están elaborando una Nueva Constitución.
No olvidemos tampoco que las y los constituyentes fueron elegidos democráticamente y que ellas y ellos forman un real reflejo de la variedad de quienes habitamos en nuestro territorio.
No olvidemos, así mismo, que nuestra Convención tiene una característica única en el mundo: la paridad de género.
Lo que ocurre en la Convención Constitucional no puede ser, ni es indiferente a nadie. Por un lado recibe el apoyo de los sectores democráticos; por el otro, el ataque de los defensores del neoliberalismo.
Estos últimos, incluso desde el extranjero, disparan contra la Convención. En una columna editorial de la sección “Américas”, con fecha octubre de 2021, el semanario británico The Economist emitió una lapidaria sentencia sobre la Convención Constitucional constituida en Chile para redactar una nueva Carta Magna. Señaló que nuestra nueva Carta Magna es redactada por políticos novatos, lo que afectaría la economía debido al no respeto de las reglas del proceso.
En Chile, los reaccionarios de todos los pelajes, de chincol a jote, están embalados contra la Convención. Entre ellos están los autollamados “amarillos”. Una tropa de los que botó la ola. Entre otros: Gutenberg Martínez, Fulvio Rossi, Carolina Goic, Jorge Burgos, Mariana Aylwin. Pusieron el grito en el cielo. Achancaron a los constituyentes de “euforia refundacional”, “estallido institucional”, de querer refundar Chile, de desmembrar el país y de muchos males más.
Y las mentiras, las falsas noticias, son difundidas por los medios de comunicación en manos de los defensores del neoliberalismo.
Hay quienes agarran papa. Caen en la tramposa propaganda contra la Convención. Tienen miedo, preocupación. Creen que van a cambiar la bandera patria, el nombre de ella; que los constituyentes ganan mucho y no hacen nada.
Entonces nuestra tarea, tu tarea, es salir a conversar con las vecinas y los vecinos. A contarles la firme.