OTRA VEZ LA INDIGNACION POR TODOS LADOS.
“Viva la naturaleza desde un espacio privilegiado y
haga de ese lugar su presente y su futuro”
Con estas palabras promueve la Inmobiliaria Almagro
su proyecto llamado Olivos de San Rafael, consistente en un edificio de sólo 12
departamentos que se levanta en medio de un parque exclusivo de 40.000 m2. ubicado en La Dehesa.
Ahora bien…. no estoy bromeando……presten atención…..
la superficie construida de los departamentos fluctúa entre 429 m2. y 698 m2. Estos
últimos se comercializan en la suma de UF 55.510, correspondientes a $ 1.269.106, que al cambio actual
equivalen a 2.5 millones de dólares.
En su edición del Sábado 22 de Julio de 2013 el
diario El Mercurio publicita este proyecto a página completa, al igual que los siguientes otros proyectos:
-
Conjunto Santa
María Polo Golf, obra de FFV Desarrollos Inmobiliarios, consistente en
departamentos desde 286 m2. a 337 m2. útiles, ubicado en Avenida Santa
María 5678 de Vitacura.
-
Edificio San
Damíán 404, promovido por la Empresa Constructora
Moller y Pérez Cotapos, que comprende 12 exclusivos departamentos desde 487 m2.
Por otra parte, recientes publicaciones han
confirmado el incremento en nuestro país del mercado de artículos de lujo:
joyas, relojes sofisticados, modelos exclusivos de automóviles, carteras y
vestuarios exóticos.
No hay dudas: el modelo económico vigente ha hecho
posible el enriquecimiento inimaginable de una minoría que se establece en palacios
propios de patricios romanos o de
señores feudales.
La desigualdad social se reproduce en el desarrollo
urbano de nuestro país generando un cuadro alarmante de segregación social. La
opulencia de la Dehesa
coexiste con la miseria y el hacinamiento que sufren los 120.000 compatriotas
asentados en Bajos de Mena, Puente Alto, como consecuencia de las políticas
públicas en materia de vivienda social
implementadas en los últimos 25 años.
Me avergüenzo y me rebelo. Comparto y me explico las causas que movilizan hoy día a los centenares de miles
de jóvenes que colman las calles y avenidas de nuestro país.
¿Adonde puede llegar esta indignación? No lo
sabemos. Es una peste extendida por todo el planeta. Grecia, Portugal, España,
Italia,
Turquía y ahora Brasil son escenario de
manifestaciones análogas.
Maracaná
El año 1950 Brasil fue sede del Campeonato Mundial
de Fútbol, con motivo del cual se construyó el estadio llamado Maracaná con
cabida para 200.000 espectadores. (O mais grande do mundo).
Uruguay y Brasil llegaron a la final con un Estadio
colmado hasta el borde de la cancha y todo el país listo para celebrar una
victoria que se anticipaba segura. El
despliegue de fuegos artificiales preparados para la ocasión era imponente.
El partido estaba empatado uno a uno faltando 10
minutos para su término, cuando el zurdo Gighia marcó el tanto que dio la
victoria al equipo uruguayo, desencadenando una decepción popular sin
precedentes en la historia y que pasó a llamarse el Maracanazo.
Con todo, era una época en la que el fútbol aún era un espectáculo de masas y no
cabe duda que el 80% de los espectadores del Maracaná eran habitantes de las
favelas.
El Estadio fue remodelado ahora conforme a las instrucciones de la FIFA, una de las
instituciones más corruptas del planeta, i reinaugurado recientemente. ¿Cuál es
su actual cabida? : 75.000 espectadores
cómodamente sentados en butacas, con palcos de lujo en las alturas, con
una cubierta de policarbonato que cubre gran parte de las graderías y una
iluminación espectacular.
Esta remodelación forma parte de las inversiones
previstas para la realización del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos
Olímpicos de 2016 que han representado un despilfarro de recursos fiscales
impresionante.
Seis estadios se remodelaron para el certamen que tiene
lugar en estos momentos: la Copa
de Confederaciones, con un gasto de 2 mil millones de dólares, de los cuales el
Maracaná consumió 500 millones. Una suma análoga se llevó el recién reinaugurado
estadio de Brasilia, una obra monumental, con 288 columnas en su entorno,
antagónica con la delicadeza de las estructuras concebidas en 1960 por el
inolvidable Oscar Niemeyer para el Parlamento o el Palacio de Alvorada.
El estadio de Brasilia lleva el nombre de Mané
Garrincha, el endiablado wing derecho que dribleó a la zaga chilena hasta el
cansancio durante el Mundial de 1962 celebrado en nuestro país, siendo el
principal causante de la derrota que nos quitó la posibilidad de acceder a la
final.
Para obtener la sede del
Mundial de Fútbol de 2014, la FIFA obligó a Brasil
a construir 12 estadios, 21 nuevas terminales aeroportuarias, siete pistas de
aterrizaje y cinco terminales portuarias. El costo total para el Estado de
todas las obras será de 15 mil millones de dólares.
Todos los estadios están concebidos como obras de lujo, algunos de los
cuales fueron entregados en administración a las mismas empresas constructoras,
autorizándolas a efectuar conciertos y
espectáculos de masas, que obviamente estarán fuera del alcance popular.
No es de sorprenderse entonces, que la indignación se haya extendido por
todo Brasil. 100 ciudades han sido cubiertas por manifestaciones
multitudinarias que no cesan. Hoy día se ha vuelto a repetir el encuentro entre
los equipos de fútbol de Brasil y Uruguay, espectáculo efectuado en medio de
una ciudad blindada. Miles de efectivos militares, tanquetas y policías han
sido necesarios para contener a los manifestantes.
El sistema económico vigente permitió que las obras de remodelación de
los estadios se financien con el dinero de todos los brasileños, quitándole a
la mayoría de la población la posibilidad de acceder a esos mismos estadios. El
sistema es de una injusticia extrema: le
arrebató el futbol a los habitantes de las favelas, condenados a seguir los
partidos sólo a través de la televisión.
El mismo Garrincha surgió de una favela, al igual que otro ilustre
crack: Romario, quién ha solidarizado
con las actuales protestas.
Sesudos analistas criollos intentan explicar este proceso de descontento
generalizado aquí o en Brasil, eludiendo
el meollo, yéndose por las ramas, negándose a atribuirlo al perverso sistema
económico representado por el neoliberalismo, modelo del cual los Chicago boys
de ayer y de hoy resultan discípulos muy aplicados.
Hoy, cuando escribo estas líneas, el presidente Allende habría cumplido 105
años de edad. Como siempre, su imagen encabezó la multitudinaria manifestación que
cubrió varias ciudades del país. No cabe duda que el Chicho debe observar
complacido como se van abriendo las anchas Alamedas, por donde pasarán los
hombres libres.
Miguel Lawner
Santiago, 26 de Junio de 2013.