viernes, 21 de junio de 2013

¿POR QUÉ VOTAR POR MICHELLE BACHELET?








¿POR QUÉ VOTAR POR MICHELLE  BACHELET?


                                       Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                       Centro de Extensión e Investigación
                                       Luis Emilio Recabarren, CEILER


Porque Michelle Bachelet es la candidata que puede aunar las fuerzas necesarias para derrotar a la derecha.

Y la derecha es el enemigo principal del progreso del país, del bienestar del pueblo chileno. Y es fundamental tener claro cuál es lo central de la lucha en cada etapa histórica.

Desde sus raíces la reacción, la derecha chilena, tiene en su ADN el antipatriotismo. Naturalmente, pretende ocultar éste, su sello. Para ello tergiversar la historia

LA OLIGARQUÍA CREÓ EL MITO DEL “18”

Por ejemplo,  la historia “oficial” presenta el 18 de septiembre como el Día de nuestra Independencia. ¿Qué ocurrió realmente?

A las 9 horas de la mañana del 18 de septiembre de 1810, unas 450 personas  llenaban el Salón del Consulado de Santiago.  Sólo pudieron ingresar quienes portaban una invitación del Cabildo, en donde se leía:

“Para el 18 del corriente, espera a usted el muy ilustre señor presidente con el ilustre ayuntamiento en la sala del Real Tribunal del Consulado, para tratar de las medidas  de seguridad pública, discutiéndose allí que sistema de gobierno debe adoptarse para conservar siempre estos dominios al señor don Fernando VII”.

Por tanto, el  mito de la “historia oficial”  de  señalar el 18 de septiembre como el día de la Independencia de Chile, no  tiene asidero alguno en los hechos ocurridos en esa fecha.

¿Por qué la historia oficial señala el 18 de septiembre de 1810 como la fecha en que Chile se emancipó del sistema colonial español?  Para hacer aparecer a la oligarquía criolla, a los latifundistas, a la derecha de entonces, como los forjadores de nuestra Independencia.

LA OLIGARQUÍA SUMISA A REY EXTRAJERO

Después del Desastre de Rancagua (1 y 2 de octubre de 1814), el país volvió a estar sometido al rey de España, desde octubre de 1814 a febrero de 1817. Durante ese período hubo dos gobernadores: Mariano Osorio, el vencedor de Rancagua, y Francisco Casimiro Marcó del Pont. Ambos reprimieron a los patriotas, que habían quedado en el territorio nacional. Los detuvieron, encarcelaron y desterraron. Les cobraron subidos impuestos.

Durante la reconquista hubo chilenos que traicionaron a la patria. Los grandes terratenientes criollos, los mismos que habían convocado el Cabildo del 18 de septiembre de 1810, firmaron el 9 de febrero de 1817, una servil Acta de Sumisión al rey Fernando VII, en la cual abjuraban de todo movimiento libertario y repudiaban a los patriotas.

LA OLIGARQUÍA CONTRA O’HIGGINS

El 16 de ese mes, Bernardo O’Higgins fue designado Director Supremo. Se inició así, uno de los gobiernos más progresista de nuestra historia.

La patriótica obra del Director Supremo favoreció a la mayoría de la nación, pero perjudicó a los sectores que aspiraban a seguir bajo el dominio de España. Estos eran los grandes latifundistas y la Iglesia Católica.   Éstos derrocaron de O’Higgins el 28 de enero de 1823.

Días después fue detenido. Sometido a un juicio en el cual nada se pudo comprobar en su contra, pero se dictó la orden de desterrarlo al Perú. Murió en el exilio el 24 de octubre de 1842, Los gobiernos reaccionarios le negaron el derecho a morir en su patria y tardaron años en que sus restos pudieran descansar en su país natal por el que tanto hizo.

Así se vengaron oligarcas e Iglesia Católica de la revolucionaria obra del más grande combatiente por la Independencia de Chile.
LA DERECHA DESATA GUERRA CUVIL DE 1830
Derrocado O’Higgins, el país cayó en un período de inestabilidad, en que los gobiernos se sucedían unos a otros. Primero gobernó Ramón Freire, de 1823 a 1826.

En 1829, cuando en la Presidencia de la  República estaba un liberal progresista, un golpe militar encabezado por el general Joaquín Prieto dio inicio a una terrible guerra civil, que terminó el 15 de abril de 1830, con el triunfo de los golpistas. Entonces se inició la era de los gobiernos conservadores autoritarios.
LA DERECHA UNIDA AL IMPERIALISMO BRITÁNICO
El Presidente José Manuel Balmaceda, durante su Gobierno (1886-1891) además de realizar grandes obras públicas, planteó la necesidad de nacionalizar parte de la industria del salitre y todos los ferrocarriles de la región de Tarapacá. Ello perjudicaba los intereses del imperialismo británico, en especial de John Thomas North. Este viajó a Chile y se entrevistó  Balmaceda, convencido que podía llegar a un “arreglo”. Trajo regalos para ablandarlo. No tuvo éxito.

Recurrió entonces a un numeroso grupo de chilenos que, pagados por él, actuaban contra los intereses de Chile. Entre ellos había abogados, periodistas. También connotadas figuras políticas, como Carlos Walker Martínez, líder del Partido Conservador, varias veces diputado y senador; Julio Zegers, dirigente del Partido Liberal, diputado y ministro de Hacienda en 1878; Enrique Mac Iver, patriarca del Partido Radical, parlamentario durante 46 años, ministro en dos ocasiones y Gran Maestre de la Masonería.

Gran cantidad de parlamentarios eran empleados a sueldo de North. Con toda razón, escribió Balmaceda en enero de 1891: “El Congreso es un haz de corrompidos. Hay un grupo a quien trabaja el oro extranjero y que ha corrompido a muchas personas”

Se echó manos a la violencia reaccionaria. El 7 de enero de 1891 se sublevó la Escuadra, encabezada por Jorge Montt. Se inició así la Guerra Civil del 91, que costó 10 mil vidas.

La historia oficial la llama Revolución de 1891 y da por causa de ella al conflicto entre el Presidente y la mayoría del Parlamento. En verdad hubo problemas entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, pero ellos eran  la expresión de algo más de fondo.

Esa guerra civil  fue la respuesta violenta, subversiva, a la política  patriótica  de Balmaceda.  La llevaron a cabo  los sectores perjudicados con ella: el imperialismo británico, los latifundistas y la oligarquía financiera criolla.

Fue una contrarrevolución, porque en nuestro país se estaban produciendo cambios de carácter verdaderamente revolucionarios desde el término de la Guerra  del Salitre. Se buscaba el avance hacia formas más democráticas de convivencia; se procuraba el establecimiento y desarrollo del capitalismo industrial; se pretendía reducir y anular la influencia del imperialismo.

Los promotores de esa guerra civil estaban empeñados en impedir en desarrollo de una revolución como esa.

LA DERECHA Y EL ARIOSTAZO

El 24 de diciembre se inició el Gobierno del Frente Popular encabezado por Pedro Aguirre Cerda. Desde los inicios mostró su carácter progresista y democrático. La derecha, que había perdido las elecciones por escaso margen de votos, no se conformó con esos resultados. Echó mano, una vez más, a los militares.

El 25 de agosto de 1939, el general Ariosto Herrera se di­rigió al regimiento Tacna, cuartel elegido para encabezar el golpe. Pero el comandante de ese regimiento, coronel Meza Luco, arengó a los oficiales y a la tropa y los convenció que debían respetar la Constitución y defender la autoridad legítimamente elegida. De esta manera, el complot fracasó.

Mientras tanto, al conocerse la noticia, masas de trabaja­dores, cincuenta mil personas, salieron a la calle, se instalaron frente a La Moneda, dispuestos a defender al gobierno del Frente Popular.

Ariosto Herrera fue detenido y llevado ante la justicia mi­litar. Este fallido intento de golpe se conoce como el "Ariostazo".

IMPERIALISMO Y DERECHA DERROCAN EL GOBIERNO POPULAR
El 3 de noviembre de 1970 asumió Salvador Allende y se inició el Gobierno Popular. Es el período de mayores avances económicos, sociales y políticos para el país y el pueblo.

Gracias a los cambios revolucionarios impulsados, Chile conquistó su independencia económica, con la nacionalización de las empresas trasnacionales que explotaban nuestras riquezas básicas, en primer lugar el cobre. Terminó con el freno que significaba el latifundio, al erradicarlo totalmente, con una profunda reforma agraria. Acabó con el dominio que la oligarquía financiera ejercía sobre nuestra economía, al estatizar la banca y otras cien empresas que estaban en su poder.

De enorme importancia lo constituyó la creación del área social de la economía, propiedad de todos los chilenos, que llegó a controlar el 33% de la producción nacional.

Se llevó adelante una política exterior digna y soberana. Por ejemplo restableció relaciones con Cuba a diez días de llegado Allende a La Moneda.

Todos estos cambios se tradujeron en un mejoramiento de la vida de los trabajadores.

La cesantía disminuyó de un 6,3% a un 3%. Los salarios, pensiones y montepíos aumentaron su poder adquisitivo en un 66%. El salario mínimo tenía un poder de compra equivalente a 27,3 kilos de pan al día (actualmente, alcanza para unos 6 kilos de pan diarios).

Se entregó previsión social a 725 mil chilenos. Se crearon consultorios de salud en el campo y en los barrios. Hubo avances en la educación pública y los profesores recibieron beneficios por primera vez sin necesidad de protestas ni paros. Se establecieron  becas para hijos de obreros, campesinos y mapuches.
Se dio  medio litro de leche gratis diario a todos los niños hasta 15 años. Se publicaron libros de la literatura nacional y mundial a precios muy bajos. Hubo vacaciones populares.

Los trabajadores tuvieron participación efectiva en la marcha del país. Ha sido el único gobierno con ministros obreros.

La derecha apoyada por el imperialismo  derrocó al Presidente Allende el 11 de septiembre de 1973, iniciando la más feroz dictadura.

NO OLVIDAR LA SINIESTRA HISTORIA DE LA DERECHA 

Los ejemplos expuestos, muestran que los oligarcas, la derecha siempre ha sido el enemigo Número Uno del progreso de Chile y de sus habitantes.

Y esto hay que tenerlo presente.

El triunfo de Michelle Bachelet no sólo tiene que ver con el futuro de nuestro país, sino también de América Latina.

Todos presenciamos con alegría como la mayor parte de los países latinoamericanos, cada cual con sus propias características, marchan por el camino señalado por Simón Bolívar. Pero al mismo tiempo, observamos con preocupación, los pasos dados por el imperialismo por recuperar el total dominio de lo que fue su patio trasero.

Cuando fue Presidenta de la República, Michelle  Bachelet aportó a crear UNASUR, la Unión de Naciones Sudamericanas. Al constituirse esta organización, ella fue designada su primera Presidente pro tempore, con un año de duración.

Por su parte, el gobierno de derecha de Piñera, se ha unido con Perú, Colombia y México para formar la llamada Alianza del Pacífico, con clara influencia de Estados Unidos. Su Presidente pro tempore es Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, el mismo que ha planteado unirse con la OTAN,

Con un gobierno de Michelle Bachelet, Chile volverá a jugar positivo rol para los pueblos de América Latina que forjan un futuro mejor.

Porque tenemos claro que la derecha es enemiga del progreso, hay votar por Michelle Bachelet.