martes, 25 de junio de 2013

Querido y entrañable Sr. Don Partido:










Querido y entrañable Sr. Don Partido:


Desde un año a esta parte, usted, nos saca el jugo. mucho más que en otros tiempos, decimos esto, solamente para que lo sepa…

Se nota que usted esta más joven que nunca y se le ocurren cosas descabelladas, no, en realidad, no son descabelladas, lo que pasa, es que nos pilla con pistolas añejas, las manos en los bolsillos, en reuniónes, en el hospital o controlando los frenos del rulator.

Sr. Don Partido, siempre hemos querido comentarle cosas de nosotros, eso no quiere decir, que desconfiemos de sus hijos y parientes que vienen por aquí, de vez en cuando a contarnos sus anhelos y necesidades, no, rotundamente no… es más bien, contarles, con testigos y en directo, lo que sentimos hacia usted.

Por lo general, se nos atraganta el habla, cuando hablamos con usted. Tiene un “deje” de misterio, como el “valle de la luna”, tantos colores y formas y solamente una sola geografía. Cada uno de nosotros lo ve y lo siente diferente. Es usted como Manuel Rodriguez;  es usted como el carbon, cada particula de el, tiene infinidades de esquinas, usted es una granada, con una explosion de banderas rojas, apretadas, jugosas.

Nos gustaría hacer un pase magico, buscar en los ayeres, años tras años, pedacito a pedacito, las cosas que hicimos mal y  enmendarlas, desarrollar inmenso, las cosas que le “achuntamos”. No hablamos del riquerio; ellos, borrando o no borrando, hacen siempre lo mismo; matar y avasallar, están formados así; a nosotros, Usted nos formo de otra manera, Sr. Don Partido: nos mandato darle dignidad al vivir.

Pero no podemos volver atrás, ademas, estamos maldecidos con el “síndrome de andar lejos”, es un fenómeno medio maldito y de “cuco”.

De tanto andar afuera, se nos olvido andar por dentro. Si llegamos  a salir un tiempo de aquí, a la semana echamos de menos la taza del “guater”, los neumáticos de invierno, la lluvia que llega como parpadeo, y te moja desde el carbón hasta el calzón.

Usted sabe Sr.Don Partido, que nosotros, llegamos por estos lados, por andar haciendo lo que usted hablaba. En su mayoría, éramos cabros; se hablaba de malones, de zambas, cerros, pampa y de la piedra feliz; otros eran más viejos, tenemos a tres, uno es mayor que usted y los otros dos, por meses mas jóvenes

Esta cuestión de seguir escuchándolo y seguir sus instrucciones, andando ausente, ha permitido, que veamos cosas fuera de contexto…: salmones nadando a favor del rio, magos que interpretan a la pinta de ellos, las necesidades del hambre.  Y a nuestros nietos, hablando un idioma extraño, que la mayoria de las veces, nos deja mudo, nos aisla. Los que teníamos cabros en ese tiempo, nos fue, más o menos no más… poco pasábamos en casa, quisimos hacer de nuestro hogar, territorio libre de América del Sur...En invierno no nos sacábamos los zapatos; creíamos que llenando la casa de barro, mantendríamos nuestra identidad revolucionaria…éramos todos machos muy machos, por eso cuando llegó de la escuela, el mayor de los hijos…13/14 /16 años y se sentó en la cocina y se puso a tejer, nos fuimos al dormitorio a leer a Mao y a llorar.

Ellos, las niñas y los niños se adaptaron muy luego a esta sociedad, mejor dicho, esta sociedad los absorbió y los hizo crecer, de acuerdo con conceptos y valores entreverados con los nuestros.

Los hijos que nacieron aquí, llevaron, llevan, el mismo revoltijo de ideas, que sus hermanos y hermanas.

El grito de la selva, que por lo general no tiene edad y es ciego, fue escuchado, por esta nueva generación, que se levantaba diferente en un país paleteado pero ajeno… y fabricaron, algunos, sus casas sin infancia y otros, sencillamente nacieron y vivieron, como cualquier hacedor de nieve.

Un día cualquiera, nos pillamos como locos corriendo para la maternidad… por segunda vez abuelo, materno o paterno… mire Usted Sr. Don Partido…así se fueron los años… Conocemos a algunos que son abuelos metralletas...tatata abuelo.

En nuestro navegar, nos hemos vestido de varias profesiones, algunas más útiles y secretas,como el cuesco de palta. Se han tenido profesiones para subsistir, otras para morir y vencer; la mopa, escoba extraña, a muchos nos maldigo los porotos, hemos conocido el misterio de las termitas y la metamorfosis de la mariposa...

Jugando al luche por más de 39 años, no ha sido fácil vivir,

El vivir en el exilio, fue una necesidad maldita y cruel; el quedarse, inmigrante sorprendido y mentiroso, es creer en la lozanía, de la “siempre viva.”

Nosotros sentimos que usted nos entiende y sabe que hemos tratado todo, para vestirlo, para que exista, para que sea poderoso, que construya fabricas de contentos, que haga reír la infancia, que los viejos nuestros, sientan “el deber cumplido” y gocen, lo que les queda de tiempo.

Sabemos que usted sabe, lo que significa un cuesco de aceituna… no es solamente una empanada comida y vendida… encierra en su milagro, toda una esperanza libertaria, rebelde.

Respetado Sr.Don Partido, nos enseñaron los viejos que, aunque haya uno de nosotros, en cualquier latitud, usted existe… con todo respeto y tranquilidad, le queremos decir, que eso no es así.

Dentro de la desgracia de andar arrancando, hemos tenido suerte. En la contradicción de suerte y desgracia, nos trajimos a Violeta a Victor y a Neruda. Llegaron con nosotros a otras latitudes, Hector Pávez, Rolando Alarcón, Quilapayun, Inti, Illapu…y cientos más. Junto a ellos, venia toda una cultura nueva, toda una forma diferente de ver la vida, de ver al hombre; todo estaba al servicio de la humanidad, para su continuo desarrollo.

El mundo nos recibía con puertas y billeteras abiertas; las empanadas llovían, el pebre cuchareado era la princesa en los chorizos o longanizas, hasta una cabeza de chancho, se fue una noche de peña en una rifa…

Cuando la jota, salia a las calles, desde Skåne hasta Kiruna, una marea de amaranto golpeaba altiva las paredes de este fiordo.

Nuestras cosas eran concurridas, 2000 personas en un aniversario, nos íbamos a provincia, llevándonos un museo ambulate, bautizado Salvador Allende, en las principales plazas del país, masivas huelgas de hambre. Era todo un pueblo, apoyando, denunciando, cada acción rebelde en territorio enemigo.
Radio Rebelión en Estocolmo, denunciaba crímenes y repartía valiosa información. Hoy tenemos a la Amanda, a la Bahia, la Magallanes.

No es extraño, que en esta ciudad hermosa, Usted, Sr. Don Partido, proclamara “La rebelión popular y de masas”

Hemos hecho muchas cosas, el trabajo incansable de un pensador y hacedor de cosas, esos que funden en amor eterno, el fierro, la piedra y el cemento; permitirá que queden, esas cosas compartidas, como testigo eterno, en Biblioteca y Archivo.

Entrañable Don Partido; este idioma es infernal, nos ha costado la paciencia de nuestros hijos. Le contare que nos  metimos a empresarios, para facilitar lo logístico, no somos para eso, nos fue como el ajo.

Hay momentos, que las agarramos todas…empezamos a achicarnos, al mismo tiempo empezamos a saltar, para poder mirar de frente, ojo con ojo…nos damos cuenta, que la pelá, anda cobrando el viaje…Así sera… 

Tenemos páginas virtuales, radios emisoras de cercanías, talleres de proyectos en la informática, talleres de música y danza, literarios, la peña “el Gallo Colorao” es el cordón umbilical, de las nuevas generaciones del canto y la cultura…

Estamos en provincia, con la misma ropa que usamos aquí…Solamente nos duele, la Catana de goma, en el harakiri; al darnos cuenta, que a pesar de todo, al despertar, no me encontrare caminando por el cerro O'higgins o por agustinas… no somos de aquí…; nos ama trabajar con la asociación cultural y solidaria Lautaro, estamos formados para andar por desiertos, bosques escuelas y aulas, mares y sindicatos, predicando en español la lucha de clases.

Muchos cabros, chiquillas internacionalistas, salieron de aquí, para fabricar y conquistar otros amaneceres, para otros hermanos, para otros continentes.

Estamos orgullosos de nosotros y de Usted Sr. Don Partido, ese orgullo, en realidad no es por lo que hemos hecho, sino en lo que nos hemos convertido.

El trabajar con Usted, de la misma forma que trabajan nuestros hermanos, allá abajo, se transformó en nosotros, en una forma de vivir, de ser… con todos los errores y falencias, con todos los tontos a cuesta, sienten, que a usted, lo amamos más, que cuando atracamos a estos puertos.

Querido Sr. Don Partido, le deseamos lo mejor allá abajo, gracias por la juventud hermosa que está formando…

Cuando deciamos, que habiendo aunque sea un Comunista, esta Usted… no es correcto.

Sin esos miles de amigos, compañeros, de todos los oficios y colores,, que nos han acompañado en este viaje inoportuno, Sin estos compañeros, compañeras, que hoy nos acompañan, Usted, amado sr. Don Partido, no seria nada y nosotros tampoco.

Muchas gracias por estar con nosotros.

La internacional.
Alejandro Fischer