Declaración
de la AAJ repudiando intención del Pdte de Colombia, Juan Manuel Santos, de
suscribir acuerdo con la OTAN
Ante el anuncio del presidente de Colombia Juan
Manuel Santos, de su intención de suscribir un acuerdo de cooperación con la
Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), la Asociación Americana de
Juristas (AAJ), organización no gubernamental con estatuto consultivo en las
Naciones Unidas, se ve obligada a manifestar que ese acuerdo viola tanto el
derecho interno del país, como el proceso de integración latinoamericana y
caribeña, plasmados en la UNASUR y la CELAC, y pone en riesgo la negociación
con las FARC para poner fin al conflicto armado interno de más de medio siglo,
que estaba avanzando.
En efecto, la Constitución de Colombia establece
en su preámbulo el compromiso de “impulsar la integración de la comunidad
latinoamericana”, y su artículo 9, que “la política exterior de Colombia se
orientará hacia la integración latinoamericana y del Caribe.”
El tratado constitutivo de la UNASUR ordena en su
artículo 3, inc. q): la coordinación entre los organismos especializados de los
Estados Miembros, teniendo en cuenta las normas internacionales, para
fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de
las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas pequeñas y ligeras, el
crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para el desarme, la
no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y el desminado”. A
su vez el artículo 15 estipula que “UNASUR promoverá iniciativas de diálogo
sobre temas de interés regional o internacional y buscará consolidar mecanismos
de cooperación con otros grupos regionales, Estados y otras entidades con
personalidad jurídica internacional, priorizando proyectos en las áreas de
energía, financiamiento, infraestructura, políticas sociales, educación y otras
a definirse. El Consejo de Delegadas y Delegados es el responsable de hacer
seguimiento a las actividades de implementación con el apoyo de la Presidencia
Pro Tempore y de la Secretaría General. Con el propósito de contar con una
adecuada coordinación, “el Consejo de Delegadas y Delegados deberá conocer y
considerar expresamente las posiciones que sustentará UNASUR en su
relacionamiento con terceros”
Por su parte los 33 países que integran la
Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) han decidido
“promover y proyectar una voz concertada de América Latina y el Caribe en la
discusión de los grandes temas y en el posicionamiento de la región …..en la
interlocución con otras regiones y países.”, con apego a los Propósitos y
Principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, y el respeto al
Derecho Internacional.” Se ha definido como “único mecanismo de diálogo y
concertación…la más alta expresión de nuestra voluntad de unidad en la
diversidad, donde en lo sucesivo se fortalecerán nuestros vínculos políticos,
económicos, sociales y culturales
sobre la base de una agenda común de bienestar,
paz y seguridad para nuestros pueblos, a objeto de consolidarnos como una
comunidad regional” (Caracas, cuna del Libertador Simón Bolívar, República
Bolivariana de Venezuela, el 3 de diciembre de 2011). Ese espíritu fue
ratificado en la Cumbre de. Santiago, Chile (27 y 28 de enero de 2013), en la
que se reafirmó “la convicción de que decisiones consensuales logradas en el
marco del multilateralismo constituyen el fundamento de un orden internacional
eficaz, que pueda contribuir a la paz y la seguridad mundial. Rechazamos, por
lo tanto, medidas unilaterales con efectos extraterritoriales que sean
contrarias al derecho
internacional y que puedan amenazar el
multilateralismo”, señalando “la importancia de perfeccionar la coordinación
intra CELAC en su acercamiento con otras regiones y países.”
El estatuto del Consejo de Defensa Suramericano
aprobado en diciembre de 2008, en Costa do Sauipe, Brasil, establece que se
trata de una instancia de consulta, cooperación y coordinación en materia de
defensa, cuyos objetivos centrales son: -“Consolidar Suramérica como una zona
de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de
nuestros pueblos, y como contribución a la paz mundial. Construir una identidad
suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características
subregionales y nacionales y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de
América Latina y el Caribe. – Generar consensos para fortalecer la cooperación
regional en materia de defensa.”
El día 10 de marzo de 2009, los ministros de Defensa
de UNASUR aprobaron por unanimidad la creación del Centro de Estudios
Estratégicos de Defensa del Consejo de Defensa Suramericano (CEED-CDS), con el
objeto de “generar un pensamiento estratégico a nivel regional, que coadyuve a
la coordinación y la armonización en materia de políticas de Defensa en
Suramérica”. El CEED buscar contribuir a estructurar un subsistema regional de
defensa cooperativo, interoperable y en función de la protección efectiva de
los intereses comunes y compartidos, base fundamental para la construcción de
un verdadero sistema político subregional integrado, como el que pretende
UNASUR. El 4 de mayo de 2010, el Consejo de Defensa Suramericano (CDS),
mediante la Declaración de Guayaquil, aprobó el Estatuto del Centro que
establece tres objetivos fundamentales:
a. Contribuir, a la identificación de desafíos,
factores de riesgo y amenaza, oportunidades y escenarios relevantes para la
defensa y la seguridad regional y mundial, tanto en el presente como en el
mediano y largo plazo. b. Promover la construcción de una visión compartida en
materia de defensa y seguridad regional.
c. Contribuir a la identificación de enfoques
conceptuales y lineamientos básicos comunes que permitan la articulación de
políticas en materia de defensa y seguridad regional.
En cambio la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN) es una organización de carácter militar creada por los
Estados Unidos de América y los países de Europa Occidental, en el marco de la
guerra fría, presuntamente para la defensa frente a una posible agresión de la
Unión Soviética, que sin embargo, no se disolvió con la desaparición de
aquella, y actúa como un instrumento de agresión y colonialismo imperialista.
Resulta evidente que tanto su Constitución
Nacional, como los compromisos adquiridos con los países de la CELAC y de la
UNASUR le impiden a Colombia cualquier clase de asociación con la OTAN. Ante el
rechazo que suscitaron sus intenciones, el Presidente Santos se vio obligado a
expresar que el eventual acuerdo sería “de cooperación para tres temas
específicos: derechos humanos, justicia militar y educación a las tropas”. No
obstante, ese repliegue es insuficiente, ya que ningún acuerdo de esa
naturaleza puede ser adoptado unilateralmente, sino que debe ser consensuado
con los demás miembros de las organizaciones regionales.
En consecuencia, la AAJ repudia la tentativa del
presidente de Colombia, y reclama el cese de toda negociación con la OTAN.
A 11 de junio de 2013
Vanessa Ramos, Presidenta AAJ Continental
Hernán Rivadeneira J., Secretario General
Beinusz Szmukler. Presidente del Consejo
Consultivo de la AAJ