Hace 131 años:
Iván Ljubetic Vargas,
historiador
Centro
de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 7 de enero de 1891 el capitán
de navío, Jorge Montt Álvarez, tomó el
control de la marina y se sublevó
contra el gobierno de José Manuel Balmaceda. Se inició así
El 18 de septiembre de 1886 el liberal José
Manuel Balmaceda asumió
Comprendiendo que era negativo basar el futuro del
país sólo en el salitre, expresó: “Atesoraremos en ferrocarriles y
construcciones públicas los 20 millones en que la renta ordinaria excede
actualmente a los gastos”.
Así lo hizo. En su gobierno construyó: 1.200
kilómetros de líneas férreas; 1.000 kilómetros de caminos; más de 300 puentes;
1.500 kilómetros de líneas telegráficas; más de cien escuelas, con capacidad
para 35.000 alumnos, 20 centros
penales. Se dotó de agua potable a 20 ciudades; se canalizó el Mapocho. Fueron habilitados 10 puertos. Se
crearon 350 escuelas: primarias,
normales, agrícolas, de minas,
una técnica femenina; liceos y el Instituto Pedagógico.
Contrario al
monopolio británico sobre el salitre, sostuvo: “El Estado habrá de conservar
siempre la propiedad salitrera suficiente para resguardar, con su
influencia, la producción y venta, y
frustrar en toda eventualidad la dictadura industrial en Tarapacá”.
Agregó: “Espero que en época próxima todos los
ferrocarriles de Tarapacá serán propiedad nacional”.
John
Thomas North, era un ciudadano británico que, en base a sucios manejos, adquirió durante
Estando
en Londres, John Thomas North conoció los patrióticos planes de Balmaceda, los
que herían sus intereses. Viajó a Chile.
Llegó a Valparaíso el 21 de marzo de 1889. Se entrevistó con el
Presidente. No consiguió sus objetivos.
Entonces
recurrió al numeroso grupo de chilenos que, pagados por él, actuaban contra los
intereses de la patria. Había abogados, periodistas, parlamentarios. Connotadas figuras políticas como Carlos
Walker Martínez, líder del Partido Conservador, varias veces parlamentario; Julio
Zegers, dirigente del Partido Liberal, diputado y ministro de Hacienda en 1878;
Enrique Mac Iver, patriarca del Partido Radical, parlamentario durante 46 años,
ministro en dos ocasiones y Gran Maestre de
Gran cantidad de parlamentarios eran empleados a sueldo de North. Con toda razón Balmaceda escribió en 1891: “El Congreso es un haz de corrompidos. Hay un grupo a quien trabaja el oro extranjero y que ha corrompido a muchas personas”.
Cuando los medios pacíficos fracasaron, North y sus
cómplices chilenos echaron mano a la violencia reaccionaria.
El
Ejército no escuchó los llamados de los contrarrevolucionarios y se mantuvo
leal al gobierno constitucional.
Un capitán de navío golpista, llamado Jorge Montt
Álvarez, tomó el control de la marina,
que se sublevó el 7 de enero de 1891,
contra el gobierno de José Manuel Balmaceda.
Se inició
Fue la respuesta violenta, contrarrevolucionaria, a la
política patriótica de Balmaceda.
La llevaron a cabo los sectores
perjudicados con ella: el imperialismo británico, los latifundistas y la
oligarquía financiera criolla.
Fue una
contrarrevolución, porque en nuestro país se estaban produciendo cambios de
carácter verdaderamente revolucionarios desde el término de
Los promotores de esa guerra civil estaban empeñados en impedir en desarrollo de una revolución como esa.
Derrotado
militarmente, José Manuel Balmaceda se asiló en
Los contrarrevolucionarios
lo empujaron al suicidio. Murió el presidente-mártir. Pero no pudieron matar su
ejemplo, sus elevados ideales.
Como expresó el historiador Hernán Ramírez Necochea: “Recojamos el legado de Balmaceda, adaptémoslo a las condiciones de nuestra época y así tendremos una enseña más, que nos guiará en el cotidiano esfuerzo por contribuir a la grandeza de Chile y a la felicidad de nuestro pueblo”.
Existen muchas similitudes entre la vida, pasión y muerte de José Manuel Balmaceda y Salvador Allende. Sus vidas fueron ejemplo de patriotismo, su pasión fue amar a Chile y a su pueblo, sus muertes –ocurridas en ambos casos en septiembre-- fue el precio que pagaron por la lealtad a sus elevados ideales.
Seamos dignos herederos de
ellos y, como ellos, luchemos contra los
enemigos de siempre el imperialismo, ayer británico hoy estadounidense y el
fascismo, su expresión más siniestra.