lunes, 9 de julio de 2012

RECABARREN EL PRIMER DIPUTADO OBRERO ELECTO EN AMÉRICA






RECABARREN EL PRIMER DIPUTADO OBRERO ELECTO EN AMÉRICA

                                                                                                   
Iván Ljubetic Vargas

La elección de tres diputados comunistas el domingo 13 de diciembre de 2009, ha sido la noticia más espectacular de esos comicios. Se han escrito artículos, realizado entrevistas al respecto. Se ha abierto el interés por conocer la historia de los parlamentarios obreros. Y no siempre se ha sido riguroso con la verdad histórica.

SOBRE EL MITO DEL JURAMENTO DE RECABARREN

Una de las tantas falsedades que se repiten sobre Luis Emilio Recabarren, es que en 1906, cuando fue electo diputado por Antofagasta,  siendo miembro del Partido Demócrata, se negó a jurar, porque no creía en Dios. Se afirma que había dicho “yo prometo, pero no juro”. Y que, por eso, le robaron la diputación. Esto es falso. Y sobre este tema, el mismo padre del movimiento obrero chileno escribió un folleto titulado “Mi Juramento”.

Allí explica que “para la formación de esta obrita, me valgo de documentos oficiales y de publicaciones hechas en aquella época por la prensa”.

Agrega : “Volví a Chile, a fines de 1908, cumplí mi prisión (cuatro meses en la cárcel de Santiago y cuatro en la de  Los Andes) y a fines de 1909 recorrí el país entre Valparaíso y Osorno. En este viaje constaté el hecho que alrededor de mi nombre y mis actos se había tejido una malla de mentiras que en pocos casos pude destruir.

“Era creencia general –y lo es aún- que en 1906, al incorporarme a la Cámara de Diputados yo me negué a prestar el juramento reglamentario y que este hecho había sido la causa de mi expulsión del Congreso.

“Esto es falso, pues, yo juré en cumplimiento y conforme a la ley. Ahora yo no quiero que esta falsedad se mantenga en lugar de la verdad; por dos razones: primero porque daña la doctrina de la democracia, porque hace creer a las masas ignorantes que la democracia es antirreligiosa; segundo porque tengo un inmenso amor a la verdad, mejor diré un culto y no quiero que se explote y se especule con la mentira”.

DEL BOLETÍN DE SESIONES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Recabarren transcribe completo el texto de la sesión del  5 de junio de 1906. Reproducimos parte de éste:

“El señor Orrego (Presidente).- Antes de conceder la palabra a otros señores Diputados, ruego a los señores Veas y Recabarren pasen a prestar juramento.
Los señores Veas y Recabarren  pasan a prestar juramento.

El señor Orrego (Presidente).- ¿Juráis por Dios y estos Santos Evangelios guardar la Constitución del Estado , desempeñar  fiel y legalmente el cargo que os ha confiado la Nación; consultar en el ejercicio de vuestras funciones sus verdaderos intereses, y guardar sigilo acerca de lo que se tratare en sesiones secretas?

El Sr. Recabarren.- Sí juro, señor  Presidente; pero dejando constancia de que en la sesión anterior se nos impidió manifestar nuestras ideas y se pretendió que rodáramos hasta aquí como simples máquinas a jurar sin explicación alguna...

El señor Puga Borne.- Esto es intolerable, señor Presidente. Yo me opongo a que continúe hablando el señor Recabarren.

El señor Orrego (Presidente).- Si así no lo hiciereis, que Dios, testigo de vuestras promesas, os lo demande”.

Recabarren escribe “(Nótese que la acción del juramento quedó satisfecha, pues, no hubo ninguna circunstancia que pudiera invalidarlo)”.

Se produjo un encendido debate. El diputado derechista Barros Errázuriz terminó su exposición, planteando: “Por consiguiente, hago indicación para que la Cámara declare que es nulo el juramento prestado por los señores Veas y Recabarren”.

Después de una larga discusión, el Presidente de la Cámara puso en votación el asunto de la validez del juramento de los dos diputados demócratas. El resultado: por la aprobación del juramento 44 votos, en contra 32 y  9  abstenciones (entre ellas las de Recabarren y Veas)

¿CUÁL FUE LA VERDADERA CAUSA DE SU EXPULSIÓN DE LA CÁMARA?

Un poco de historia: el  4 de marzo de 1906 hubo elecciones parlamentarias.  Por la Agrupación de Antofagasta  fueron elegidos dos diputados: un derechista, con 3.454 votos, y Luis Emilio Recabarren, del Partido Demócrata, con 2.625 preferencias. Se perdió el radical Daniel  Espejo.
En la sesión del 5 de junio de 1906, como ya hemos señalado, fue aprobado el juramento realizado por Recabarren y su correligionario Veas.
Después de ello,  el candidato Espejo presentó una reclamación ante la Cámara contra el triunfo de Recabarren, pidiendo que se anularan ciertas mesas y se hicieran funcionar otras que no lo hicieron el 4 de marzo.
En la sesión de la Cámara del 20 de junio –encontrándose ausente Recabarren por estar muy enfermo, víctima de la fiebre tifoidea-  la mayoría de la Cámara lo despojó de su diputación y proclamó a Espejo diputado presuntamente electo.

¿Cómo fue posible que la Cámara pudiera arrebatar la investidura a uno de los diputados electos?

El Mercurio en su editorial del 22 de junio de 1906  señaló: “Las consecuencias del gravísimo precedente que ha establecido la Cámara de Diputados al excluir de su seno al diputado de Antofagasta  don Luis E. Recabarren, irán apreciándose mejor a medida que la opinión pública se dé cuenta de todo este acto de ciego partidismo político del Congreso y para el respeto de  las instituciones fundamentales de la República. Ya hemos hecho notar que, con esto, la Cámara retrocede en el camino de la reforma de los malos hábitos parlamentarios, reforma iniciada con la ley que estableció el Tribunal Revisor de Poderes con el objeto de evitar precisamente que a un hombre elegido por el pueblo le sea arrebatada su investidura parlamentaria por intereses partidaristas que logran formar una mayoría inescrupulosa. Este Tribunal examinó los poderes del diputado de Antofagasta, los declaró correctos, y su fallo no puede parangonarse con el que  la mayoría ocasional de la Cámara ha dado sólo en virtud de odios sectarios...”
Más adelante agrega este editorial:  “Ese diputado por Antofagasta es uno de los pocos hombres en Chile que ha llegado hasta el Congreso exclusivamente en virtud del voto popular, por la simple, libre y espontánea voluntad del pueblo elector, sin intervención de fuerza alguna que perturbara el criterio de los que lo eligieron... Es, además, un hombre pobre, un obrero legítimo, no un supuesto obrero... Nosotros preguntamos a cualquier hombre honrado sin pasiones partidista, ¿Puede haber en el Congreso de Chile un diputado más legítimamente elegido?
La repulsa nacional obligó al Gobierno de Pedro Montt a realizar  elecciones complementarias entre Recabarren y Espejo el 26 de agosto de 1906. Triunfó nuevamente Recabarren.

SE CONSUMA EL DESPOJO

El segundo capítulo de su folleto lo tituló “Por qué fui expulsado de la Cámara de Diputados”. En él se refiere a la consumación del despojo llevado a cabo en las sesiones del 19, 25 y 26 de octubre de 1906.
Según el acta de la primera de ellas, convocada para tratar la Elección de Antofagasta, Recabarren refutó las acusaciones de Espejo en una vibrante intervención. Entregó una serie de antecedentes concretos, demostrando que fue el candidato radical quien  llevó a cabo numerosos fraudes.
El debate continuó en la sesión del 25 de octubre.  Según el acta de ella, a petición de Recabarren se dio lectura a las actas de la elección. Terminado el escrutinio le preguntó al secretario “¿Quién tiene la mayoría?”
Este respondió. “El escrutinio general arroja el siguiente resultado: Por Recabarren, 2.882 votos; por Espejo, 2.834 votos”.
Ganó el candidato demócrata por 48 votos.
El debate se prolongó varias horas. Durante éste, el diputado Rocuant, defensor de Espejo, mostró la verdadera causa del despojo: “En vista de todo lo cual yo declaro que si no hubiera estricta justicia para expulsar al señor Recabarren de la Cámara, ello sería necesario hacerlo por razones de alta moralidad social, y por otras que están vinculadas a la felicidad y engrandecimiento del pueblo, pues no es tolerable que en la Cámara vengan a representarse las ideas de disolución social que sostiene el señor Recabarren”.
Escribió el primer diputado obrero electo en América: “En la sesión del 26 de octubre de 1906 se votó una indicación por la cual se desconocía mi elección y se aprobaba definitivamente la entrada a la Cámara del señor Daniel Espejo que no había triunfado en las urnas electorales. Votaron aceptando la entrada incorrecta de Espejo los siguientes diputados, que habían jurado por Dios y los Santos Evangelios respetar la Constitución y las leyes...” Entregó una lista de  34 diputados, entre los que hay de todos los partidos. En contra votaron sólo dos. Se abstuvieron tres.
Para arrebatar la investidura de diputado a Recabarren, la mayoría reaccionaria de la Cámara no se detuvo ante nada. Pasó por encima de la ley que estableció el Tribunal   Revisor de Poderes, pues realizó su propio escrutinio, sin considerar el fallo emitido por esa instancia legal. Luego pasó por encima del escrutinio hecho por la mesa de esa Cámara, decidiendo por votación, que el perdedor era el vencedor de la elección del 26 de agosto.

No es un simple detalle afirmar que Recabarren fue expulsado de la Cámara por negarse hacer un juramento religioso. Repetir irresponsablemente ese mito, es contribuir a ocultar uno de los hechos más escandalosos ocurridos en la Cámara de Diputados, en que los reaccionarios de todos los pelajes no aceptaron que un genuino obrero formara parte del parlamento.



LOS PRIMEROS DIPUTADOS COMUNISTAS

La campaña presidencial que debía culminar el 25 de junio de 1920 estaba en pleno desarrollo. Por un lado, la derecha “renovada” había constituido la Alianza Liberal y levantado la candidatura de Arturo Alessandri Palma, que tomando las demandas
planteadas por los obreros y sectores medios, hacía gala de una demagogia, que resultaba atrayente para las masas despolitizadas. Por su parte, la derecha más reaccionaria había formado la Unión Nacional.
Ante esta situación, el Segundo Congreso del Partido Comunista,  celebrado en Antofagasta e 1 y 2 de junio de 1920, resolvió levantar la candidatura de Luis Emilio Recabarren, entonces preso en la cárcel de Tocopilla. Faltaban sólo 23 días para los comicios presidenciales. Triunfó Alessandri. Recabarren obtuvo el 0,4% del total de electores. Pero los hechos dieron la razón a los comunistas. Pronto las ilusiones en el
“cambio” ofrecido por Alessandri se hicieron humo.  La crisis se agudizó, la cesantía
y el hambre golpearon a las masas ilusionadas con la demagogia derechista. Y, a poco de iniciarse el gobierno de Alessandri, soldados y carabineros perpetraron una masacre en la oficina salitrera de San Gregorio, el 3 de febrero de 1921, donde fueron asesinados cien obreros.
En medio de una brutal represión, se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias del 6 de marzo de 1921. Esos comicios, los comunistas obtuvieron el 1,4% del total de votos válidamente emitidos. En la provincia de Antofagasta, recibieron el 28,3%, eligiendo a Luis Emilio Recabarren; en Pisagua y Tarapacá, resultó elegido Luis Víctor Cruz. Fueron los dos primeros diputados comunistas.