lunes, 30 de julio de 2012

La importancia de la teoría política





La importancia de la teoría política



En una época en que la mayoría de las colectividades partidarias privilegian las luces de los acontecimientos mediáticos y en que los políticos ponen todas sus fichas en la popularidad televisiva, la revista Principios, que acaba de editar un número que coincide con el centenario del PC, ratifica la fuerza y la madurez ideológica del partido de Recabarren.

Fernando Barraza

La supervivencia en el tiempo y la lucidez de los artículos de la revista Principios, cuyo último número circula en estos días, es una buena respuesta para la pregunta que se hace Guillermo Teillier en el editorial de la publicación: “¿Cómo es posible que después de tantas vicisitudes, de persecuciones, de distintas formas de exclusión, de intentos de exterminio, después del derrumbe del socialismo soviético y de la proclamación del pretendido fin de las ideologías, este partido logre, no sólo sobrevivir, sino reinstalarse en Chile como un actor político relevante?”

No son muchas las colectividades nacionales, algunas bastante provistas de recursos materiales, que cuentan con una publicación seria y consistente, como es el caso de Principios, todo un clásico en el estudio y la reflexión sobre la historia política chilena.

Tanto para quienes quieran reforzar su marco teórico marxista, como para los detractores de esas teorías, Principios constituye un referente obligado, y es un aporte considerable al debate de ideas y a la polémica sobre problemas de fondo del acontecer político y social del país.

Por eso, Principios reinvindica la presencia del PC chileno en la palestra política y es un buen argumento para quienes no se explican que la fuerza de esa colectividad se mantenga, a cien años de su fundación por Luis Emilio Recabarren.

El propio presidente del partido, el diputado Guillermo Teillier, despeja esa incógnita: “La respuesta está en el carácter del partido, que nació como una necesidad de los trabajadores de representarse a sí mismos para defenderse y luchar por sus derechos. No es un mero partido instrumental para enfrentar los procesos electorales: es un partido de clase que propugna la transformación social en bien de la mayoría, que se nutre de la cultura popular para convertirla en acción política y lucha social”.

Teillier tiene razón. Se podrá discrepar de las estrategias puntuales del Partido Comunista o incluso estar en desacuerdo con sus principios básicos, pero nadie puede dudar de la honestidad y la convicción profunda de sus militantes, sinceramente empeñados en un inclaudicable accionar al servicio de la justicia, la libertad y los derechos del pueblo.

Analizando el número de Principios

Como es habitual, la edición de junio de la revista del PC, en sus 68 páginas, incluye documentos, análisis y comentarios sobre los fenómenos políticos y sociales que remecen a la sociedad chilena. En el Editorial, el presidente del partido formula una interesante y profunda mirada sobre la evolución de la colectividad y su aporte a la historia contemporánea de nuestro país, desde la perspectiva del primer centenario.

Entre los documentos, se reproduce el Informe de la Primera Conferencia nacional del Partido Comunista, que se celebrara los días 20, 21 y 22 de abril de este año, en que se pasa revista a los acontecimientos nacionales y al contexto internacional del último tiempo, se intenta un diagnóstico y se formula una propuesta para construir camino hacia un gobierno de nuevo tipo.

El fenómeno de la educación, clave en el devenir político y social chileno, a partir del macizo movimiento social que en los últimos años lo ha puesto sobre el tapete, es el plato de fondo en este número de la revista. El profesor, analista y dirigente gremial Guillermo Scherping aporta un lúcido texto: “Educación: Evaluación estandarizada, Caballo de Troya de la Privatización”.

Por otra parte, el sociólogo Daniel Núñez, secretario general de la Universidad Arcis, enfoca de preferencia el potencial democratizador de la lucha por la educación y su ruptura con el orden neoliberal que predomina en el país, en su artículo “Proyecciones políticas del Movimiento Social por la Educación”.

El sumario del actual número de Principìos se completa rescatando un texto de Gladys Marín, la recordada y querida presidenta del Partido Comunista, que mantiene su pertinencia y su vigencia. Se trata de una intervención suya en la conferencia que se realizó en Porto Alegre, Brasil, entre el 25 y el 28 de enero del 2003.

El tema sigue siendo apasionante y da lugar a encendidas polémicas, lo que demuestra la lucidez premonitoria de Gladys: “Diferencias y tensiones entre movimientos sociales, partidos políticos e instituciones políticas: ¿Cómo lidiar con ello para alcanzar una democracia participativa?”

Esta rápida mirada a los contenidos de la publicación en su número de junio, demuestra que la revista Principios satisface plenamente muchos paladares ideológicos y sólo cabe desearle que persevere en su larga y fructífera trayectoria.

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