LUIS EMILIO
RECABARREN Y LA DEMOCRACIA
Iván Ljubetic Vargas
En la Conferencia “Pobres y
Ricos” dictada en Rengo, el 3 de septiembre de 1910,
con motivo del primer
centenario del establecimiento de la Primera Junta Nacional de Gobierno, Luis Emilio Recabarren sostuvo:
“Hay progresos evidentes en
el siglo transcurrido, ello no puede
negarse. Pero esos progresos corresponden a la acción de toda la colectividad y
en mayor proporción, si se quiere, a la clase proletaria que es el único agente
de producción, de creación, de ejecución
de las ideas y de los pensamientos. Pero esos progresos ostensibles, son
precisamente la causa de la miseria proletaria. El progreso está construido,
pues, con cuotas de miseria... de todos los progresos de que el país se ha beneficiado,
al proletariado no le ha correspondido sino contribuir a él, pero para que lo
gocen sus adversarios”.
Luis Emilio Recabarren
redactó el Primer Programa del Partido Comunista de Chile, que fue publicado como folletín por “El
Despertar de los Trabajadores”, de
Iquique, entre el 8 de octubre y el 21 de noviembre de 1912. En él se sostiene:
“Considerando que la
necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo
entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social
que produce.
“El Partido Obrero
Socialista expone que el fin de sus aspiraciones es la emancipación total de la
Humanidad, aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una
sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales,
honrados e inteligentes, y la implantación de un régimen en que la producción
sea un factor común y común sea también el goce de sus productos. Esto es, la transformación de la propiedad
individual en la propiedad colectiva o común...
“Realizaremos lucha
política, para arrebatar a la burguesía el poder político dominante en el
actual estado de cosas.”
En ese mismo documento,
Recabarren plantea otros principios:
“Los privilegios de la
burguesía están garantizados por el poder político, el que tiene en sus manos y
con él dispone de las fuerzas
opresoras”
“La transformación de la
propiedad privada en colectiva significa en ningún caso un despojo de los
bienes necesarios para el individuo en beneficio de la comunidad”.
En el periódico “El
Socialista”, de Valparaíso, de fecha 4
de septiembre de 1915 apareció un artículo de Recabarren, quien bajo el título
“Las mujeres deben luchar”, señalaba: “...Hoy la mujer debe convencerse que
debe luchar tan efectivamente como el hombre para conquistar el bienestar...
Tiene a la vista sobrados motivos que la empujan a compartir con el hombre, los
sitios de combate en la obra mejoradora
de nuestro vivir en que los socialistas y las organizaciones obreras
estamos empeñados”.
En el periódico “El
Socialista”, de Antofagasta, con fecha 11 de agosto de 1920 se publicó un
artículo de Recabarren con el título “Pongamos remedio al mal”, en el cuál
planteó, por primera vez en la historia de Chile la nacionalización de las
riquezas naturales del país. Escribió: “Nacionalicemos las industrias
extractivas. Nacionalicemos las minas del carbón, las salitreras, los bosques,
el cobre, la agricultura... Nacionalizar las industrias como están
nacionalizados los ferrocarriles, correos, etc., y la administración en manos
de los mismos obreros; éste es el único remedio al mal de la esclavitud y la
miseria... Chile es de los chilenos, que sea de verdad y no para unos pocos
privilegiados que vuelven déspotas y tiranos. No es justo que unas pocas
familias gocen en la abundancia mientras cuatro millones sufren hambre y
despotismo”.
En ese mismo periódico,
escribió el 23 de febrero de 1921, un artículo con el título “¿A qué iré a la
Cámara de Diputados?” lo siguiente: “La burguesía legisladora y gobernante,
jamás, en ningún pueblo de la tierra ha producido la libertad y felicidad
popular... Necesita el pueblo, para su felicidad, de la reconstrucción total de
la organización del estado, y esa reconstrucción, no la puede hacer un
parlamento de capitalistas. Es sólo el pueblo la única fuerza capaz de esa
reconstrucción”
En su famoso discurso en la
Cámara de Diputados, de fecha 15 de julio de 1921, conocido con el nombre de
“Los albores de la Revolución Social en Chile”, Recabarren dijo: “La soberanía
nacional está en la calle, en el pueblo, en torno al tabladillo: ¡allí están
los representantes de la soberanía nacional!”
En otra parte expresó: “Yo
deseo dejar establecido que nosotros creemos tener también el derecho a
conquistar el poder político, a hacer lo mismo que vosotros hacéis... Y si
vemos que el fraude y el dolo se ponen en práctica para atentar contra nuestra
ascensión al poder político, ¿qué nos tocara hacer? ¿cruzarnos de brazos? Al contrario:
ante estos delitos, ante estas iniquidades, nosotros habremos de luchar con
firmeza hasta conquistar todos nuestros derechos, primero por medio de la
legalidad; pero cuando veamos que se nos cierra el camino de la legalidad.
Iremos si es preciso, y no lo dudéis, a la revolución”.
En el periódico “La
Federación Obrera”, de Santiago, apareció el 10 de junio de 1922 un artículo de
Recabarren titulado “El Sindicalismo y los políticos habilidosos”, donde
planteaba: “Mañana domingo, se verifica en Santiago una elección para llenar
las vacantes de un senador y un diputado por Santiago. Frente acto político
cuál debe ser la conducta de nuestro diario?
-
¡Callarse! según el criterio de algunos compañeros
que creyendo saber atacar al capitalismo enemigo del obrero, no hacen otra cosa
que conservarle su poder opresor cuando le dicen al pueblo que no se ocupe de
política.
-
¡No votar! Nos dicen otros...
¿Qué ganaríamos nosotros
con abstenernos de votar en la elección del próximo domingo?
Que dejaríamos al enemigo
siempre armado en contra de nosotros.
Desarmarnos nosotros –al no
votar- y dejar armado al enemigo, ¿qué significa? Sencillamente obra de
traición. Eso significa.”
En el periódico “Justicia”,
de Santiago, Recabarren escribió el 5 de
octubre de 1924, bajo el título de “Antimilitaristas” lo siguiente: “Hemos
sido, somos y seremos siempre antimilitaristas, porque estamos convencidos que
el militarismo es una afrenta a toda civilización, es la carga más inútil y más
pesada que soportan los pueblos, y es la amenaza permanente a todos los
derechos. El militarismo será siempre la fuerza opresora con que la clase capitalista explote al
pueblo”.