lunes, 9 de julio de 2012

RECABARREN Y LA NACIONALIZACIÓN DEL COBRE





RECABARREN Y LA NACIONALIZACIÓN DEL COBRE


Iván Ljubetic Vargas


Luis Emilio Recabarren fue detenido el viernes 9 de abril de 1920 en Tocopilla. Se le inició un proceso por sedición, por un  discurso que no había pronunciado. Luego,  conducido a la cárcel de Santiago, donde permaneció 16 días incomunicado. En la noche del 30 de abril, embarcado en Valparaíso en el vapor Mapocho rumbo a Tocopilla. En la cárcel de ese puerto nortino  permaneció hasta fines de octubre de 1920.  Más de 200 días de prisión.

Eran  momentos de agitada actividad política. Estaba  en marcha la campaña presidencial del año 20. La Alianza Liberal, formada por los partidos Radical, Democrático y una fracción del Liberal, había levantado la candidatura de Arturo Alessandri Palma, con un programa populista y una hábil demagogia. Por su parte la Unión Nacional o Coalición, constituida por conservadores, nacionales, liberales y liberales-nacionales, llevaba como abanderado a Luis Barros Borgoño.

En esas circunstancias, el Partido Comunista realizó en Antofagasta, los días 1 y 2 de junio, su Segundo Congreso Nacional. En este evento se proclamó la candidatura de Recabarren, preso en Tocopilla, para los comicios presidenciales  que tendrían lugar en 23 días más. En ellos se impuso por escaso margen Arturo Alessandri. Recabarren recibió unos pocos votos.

Pero el padre del movimiento obrero chileno no perdió  el tiempo en la cárcel de Tocopilla. Escribió numerosos artículos para la prensa popular. Se conocen 46 de ellos. De éstos,  40 fueron publicados en “El Socialista”, de Antofagasta entre el 19 de mayo y el 3 de octubre de 1920. Uno,  con fecha 11 de agosto,  se titula “Pongamos remedio al mal”.

Allí escribió: “Los problemas de la miseria y de la esclavitud no terminarán mientras tanto la clase obrera se resigne a sufrir la actual organización social.
No son los burgueses los que van a remediar el mal, tenemos que ser nosotros, y para eso debemos preparar todas nuestras fuerzas.
Cada región tiene su problema y su programa.
Nacionalicemos las industrias extractivas. Nacionalicemos las minas del carbón, las salitreras, los bosques, el cobre, la agricultura y procedamos a que toda la industria nacionalizada sea administrada bajo el control de comisiones nombradas por el gobierno o las municipalidades respectivas.
Nacionalizar las industrias como están nacionalizados los ferrocarriles, correos, etc., y la administración en manos  de los mismos obreros; este es el único remedio al mal  de la esclavitud y la miseria...
Si Chile es de los chilenos, que sea de verdad; que sea para todos y no para unos pocos privilegiados que se vuelven déspotas y tiranos.”

Hace 85 años, un obrero tipógrafo, encarcelado como consecuencia de un monstruoso proceso, levantó su voz desde su prisión, para proclamar la necesidad de hacer de todos los chilenos el cobre. Reivindicación que hasta hoy tiene plena vigencia.