El miércoles 11 de julio se cumplen 41 años en que el Gobierno Popular, encabezado por Salvador
Allende, hizo de todos los chilenos el cobre de nuestra patria.
Hoy, cuando apenas un tercio de la gran minería del cobre está aún en manos
del Estado, cuando sobre ella se cierne el peligro de ser privatizada, cuando
otra riqueza natural como el Litio pretende ser privatizado por el Gobierno de
la antipatria, el Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos rinde
homenaje a los que ayer, como hoy, levantan las banderas de la defensa de
nuestras riquezas naturales. Lo hace a través de un artículo del historiador
Iván Ljubetic Vargas.
Carlota Espina
Editora
LA
NACIONALIZACIÓN DEL COBRE
Iván Ljubetic Vargas
Luis Emilio Recabarren fue detenido el viernes 9 de abril de 1920 en
Tocopilla. Se le inició un proceso por sedición, por un discurso que no había pronunciado. Luego, conducido a la cárcel de Santiago, donde
permaneció 16 días incomunicado. En la noche del 30 de abril, embarcado en
Valparaíso en el vapor Mapocho rumbo a Tocopilla. En la cárcel de ese puerto
nortino permaneció hasta fines de
octubre de 1920. Más de 200 días de
prisión.
RECABARREN EL PRIMERO EN PLANTEAR LA NACIONALIZACIÓN DEL COBRE
Pero el padre del movimiento obrero chileno no perdió el tiempo en la cárcel de Tocopilla. Escribió
numerosos artículos para la prensa popular. Se conocen 46 de ellos. De
éstos, 40 fueron publicados en “El
Socialista”, de Antofagasta entre el 19 de mayo y el 3 de octubre de 1920. Uno, con fecha 11 de agosto, se titula “Pongamos remedio al mal”.
Allí escribió: “Los problemas de la miseria y de la esclavitud no
terminarán mientras tanto la clase obrera se resigne a sufrir la actual
organización social.
No son los burgueses los que van a remediar el mal, tenemos que ser
nosotros, y para eso debemos preparar todas nuestras fuerzas.
Cada región tiene su problema y su programa.
Nacionalicemos las industrias extractivas. Nacionalicemos las minas del
carbón, las salitreras, los bosques, el cobre, la agricultura y procedamos a
que toda la industria nacionalizada sea administrada bajo el control de
comisiones nombradas por el gobierno o las municipalidades respectivas.
Nacionalizar las industrias como están nacionalizados los ferrocarriles,
correos, etc., y la administración en manos
de los mismos obreros; este es el único remedio al mal de la esclavitud y la miseria...
Si Chile es de los chilenos, que sea de verdad; que sea para todos y no
para unos pocos privilegiados que se vuelven déspotas y tiranos.”
Hace 92 años, un obrero tipógrafo, encarcelado como consecuencia de un
monstruoso proceso, levantó su voz desde su prisión, para proclamar la
necesidad de hacer de todos los chilenos el cobre. Reivindicación que hasta
hoy tiene plena vigencia.
EL PRIMER PROYECTO
El primer proyecto de Nacionalización del Cobre fue presentado en el Congreso Nacional en 1951 por los senadores
comunistas Salvador Ocampo y Elías Lafertte.
Ambos obreros.
Elías Lafertte Gaviño había nacido en Salamanca en 1886. Fue testigo
presencial de la Masacre de la Escuela Santa María de Iquique, perpetrada en diciembre de 1907. Fundador del Partido
Comunista el 4 de junio de 1912. Senador por dos períodos: 1937-1945 y
1945-1953.
Fue el primer Presidente del PC. Falleció en Santiago el 17 de febrero de
1961.
Salvador Ocampo Pastene nació en Iquique en 1900. Trabajó junto a
Recabarren en el periódico “El Socialista” de Antofagasta. Dirigente sindical.
Diputado de 1941 a 1945.
Senador de 1945 a 1953. Falleció en Ciudad de México el 27 de agosto de
1977.
CON EL GOBIERNO POPULAR EL
COBRE FUE DE TODOS LOS CHILENOS
El 11 de julio de 1971, el Congreso Nacional aprobó, a través de una
reforma constitucional y por unanimidad,
la nacionalización de la gran minería del cobre, caratulada como Ley Nº 17.450, cuyos grandes
yacimientos eran, en su mayor parte, explotados por empresas estadounidenses.
El texto de la reforma, enviada por el Ejecutivo y que aprobó el Congreso
Nacional, tenía siete carillas tamaño oficio a un espacio. En parte
señalaba: ”Por exigirlo el interés
nacional y en ejercicio del derecho soberano e inalienable del Estado a
disponer libremente de sus riquezas y
recursos naturales, nacionalizase y declarase, por lo tanto, incorporadas al
pleno y exclusivo dominio de la nación, las empresas que constituyen la Gran
Minería del Cobre”.
El Presidente Allende, celebró el hecho histórico en Rancagua, en un masivo
acto en donde destacaban los cascos multicolores de los mineros. Allí, el
compañero Presidente hizo una completa exposición del estado en que se
encontraban los yacimientos cupríferos y llamó a los trabajadores de El
Teniente a redoblar sus esfuerzos para aumentar la producción del “sueldo de
Chile”.