Familiares
recibieron restos de militantes del PC asesinados hace 36 años
Santiago 27 Julio 2012.- Familiares de tres dirigentes del PC asesinados
por la dictadura recibieron hoy sus restos e informaron sobre el velatorio que
se desarrolla en Michoacán de Los Guindos y mañana sábado sus funerales en el
Memorial del Detenido Desaparecidos del Cementerio General.
Hasta la casa-museo de Delia del Carril llegaron, entre otras
personalidades, Guillermo Teillier, Karol Cariola, Jaime Gajardo, Bárbara
Figueroa, Cristian Cuevas, Daniel Jadue, Ana Gonzalez, María Eugenia Puelma,
Lorena Pizarro para saludar a los respectivos deudos de Fernando Ortiz, Horacio
Cepeda y Lincoyán Berríos.
Bárbara, hija de Horacio
Cepeda, dio lectura de un comunicado que firman las tres familias:
“Concluye una larga espera que como familia hemos vivido desde diciembre de
1976, fecha en que Fernando Ortiz, Horacio Cepeda, Lincoyán Berríos y otros
ocho compañeros militantes del Partido Comunista; Armando Portilla, Fernando
Navarro, Luis Lazo, Reinalda Pereira, Waldo Pizarro, Héctor Veliz, Lisandro
Cruz y Edgar Pinto; dos compañeros del MIR, Santiago Araya y Carlos Duran,
fueron detenidos y hechos desaparecer por agentes de la DINA. Hoy sabemos que
fueron llevados al cuartel de calle Simón Bolívar donde fueron asesinados.
“Tras años de investigación los restos de nuestros familiares han sido
identificados y hoy nos aprontamos a darles sepultura, queremos compartir este momento tan significativo con
quienes los conocieron en sus distintas etapas de la vida, quienes les abrieron
las puertas de la clandestinidad, los compañeros de partido y todos los amigos
y amigas que nos han acompañado a lo largo de estos casi treinta y seis años en
la búsqueda de la verdad y la exigencia de justicia.
“La detención de nuestros familiares miembros de la dirección del PC,
pareciera ser la culminación de la política de exterminio en contra del
partido, que comenzó a fines de 1975 y termino a inicios de 1976, conducida por
la DINA. Noventa militantes fueron detenidos y hechos desaparecer, la mayoría
de ellos integrantes de las comisiones nacionales y de las dirección del
partido.
“A partir de las detenciones comenzamos un largo peregrinar que ya habían
recorrido otros familiares: postas, hospitales, comisarías, cementerios, morgues y sin ningún resultado. Los recursos
de amparo que presentamos fueron infructuosos.
“Conseguimos que la Corte Suprema, en febrero de 1977, nombrara a Álvaro
Huancaíno como ministro en visita, sin embargo, él cerro el sumario, ya que la
información emanada de los organismos
sociales establecía que nuestros familiares se habían ido a Argentina por el
paso Los Libertadores.
“Los primeros avances en la investigación los vemos solo cuando asume el
ministro Carlos Cerda, quien logra establecer la falsedad de los
documentos sobre el lado argentino. El
ministro Cerda se ve comprometido con no dejar impune los hechos cometidos con
nuestros familiares, fue reemplazado por el juez Manuel Celedonio, quien aplicó
la amnistía y sobreseyó definitivamente la causa. Sobreseimiento que fue
confirmado por la Corte Suprema en 1979.
“Tras once años de lucha y búsqueda de nueva información, en el contexto de
la Mesa de Diálogo del año 2000, lograríamos obtener de las fuerzas armadas,
nuevos antecedentes sobre el paradero de seis de nuestros familiares: Lincoyán
Berríos, Horacio Cepeda, Fernando Navarro, Fernando Ortiz, Héctor Veliz y Luis
Lazo Santander. Todos ellos habían sido arrojados a un foso de la mina Los
Bronces en la cuesta Barriga.
“Durante dos meses se buscaron sus restos en esta mina, se encontraron
cerca de 200 pequeñas osamentas, ya que se había producido en el años 1979 la
exhumación de restos por parte de la CNI. Las osamentas encontradas no lograron
ser identificadas hasta el mes de julio del 2012 y es en ese proceso que
logramos reconocer a nuestros familiares.
“En julio del 2002 logramos interponer una nueva querella criminal, la que
fue tramitada por diversos jueces, pero solo en el año 2007 -cuando nuestra
causa es asumida por el ministro Víctor
Montillo- quien investiga el caso calle Conferencia y que descubriera el
paso de nuestros familiares y varios detenidos en diciembre del 1976 por el
cuartel Simón Bolívar.
“El cuartel Simón Bolivar fue un lugar de exterminio, porque ninguno de los
detenidos que pasaron por este recinto salió con vida. Los métodos aquí
utilizados develan el horror con el que actuaron los agentes de la dictadura de
Pinochet. El mismo Víctor Montillo falleció a fines de marzo del 2011 y en la
actualidad la causa permanece en estado de sumario y es tarea ahora del
ministro Miguel Vásquez hacer justicia condenando a los asesinos y torturadores
con penas que sean acordes a los horrendos crímenes cometidos por ellos.
“Hoy, aunque tenemos sentimientos de profundo dolor, podemos decir que
hemos sido mas tenaces que los agentes represores y no cesaremos hasta obtener
la condena de estos asesinos. Seguiremos luchando por la vida, porque esto
hemos sido, luchadoras y luchadores por la vida, todas nosotras y nosotros,
nuestras hijas e hijos, nuestros nietos y nietas, pese al dolor y la ausencia hemos
optado por la vida, hoy estamos aquí para dar sepultura a los pequeños
fragmentos de las osamentas encontradas que corresponden a nuestros familiares
Fernando Ortiz, Horacio Cepeda, Lincoyán Berríos.
“Han transcurrido 36 años de su detención y desaparición, 36 años de lucha
constante en la búsqueda de la verdad y exigencia de la justicia, 36 años por
mantener la memoria histórica de nuestro país, para que los horrores y
violaciones a los DDHH cometidos durante la dictadura militar no sean jamás olvidados
y no vuelvan a repetirse. Todos quienes nos han acompañado durante estos años,
también han optado por la vida y la solidaridad, hemos sentido su cariño y amor
durante este largo tiempo y les damos las gracias por ello”.
María Estela Ortiz
La hija del historiador Fernando Ortiz –viuda de José Manuel Parada,
también asesinado por la dictadura- declaró:
“Es un proceso bastante extraño el que uno vive cuando se reconocen
pequeños fragmentos. Al fin mi padre, Horacio, Lincoyán y Ángel Guerrero -que
fue llevado a su casa esta mañana-
acuden al lugar donde deberían haber estado siempre. Creo que la
dignidad de estos hombres y los otros detenidos desaparecidos y ejecutados
políticos, es algo de lo que nos tenemos que enorgullecer todos quienes hemos
abrazado la libertad, la justicia y la democracia, creo que a quienes estamos
enterrando hoy día son una muestra del horror de una maldad infinita, de cómo
pudieron ensañarse usando todos los mecanismos del Estado, usando la plata de
todos los chilenos contra chilenos, que lo único que querían era terminar con
la dictadura y avanzar en la construcción de un país diferente.
El problema hoy día lo tienen ellos, pero no sólo los agentes de seguridad
que fueron responsables de estas detenciones, torturas y asesinatos, sino
también los civiles que se esconden y que no son capaces de dar la cara y
asumir la responsabilidad. Los responsables intelectuales del terrorismo de
Estado, del golpe militar, quienes hoy día son capaces de ir al Caupolicán a
rendir un homenaje a Pinochet. Hace tres días, avergüenza a nuestro país,
diciendo que no se arrepiente y que volvería a hacer lo mismo, el general
Matthei.
Yo creo que eso nos muestra el largo camino que nos queda por recorrer para
demostrar primero, como dijeron en Naciones Unidas, que es mentira que ellos no
existían, ellos existieron; que era
mentira que ellos estuvieron detenidos, los detuvieron; que es mentira que a
ellos los tenían en algún recinto de seguridad y los tenían en un recinto de
seguridad tan escondido que recién hace menos de 10 años pudimos saber dónde
estuvieron, que quienes son dueños de la mentira, son los mismo que asesinaron
y mintieron y que, desgraciadamente, hoy muchos de ellos están en diferentes
cargos, ya sean en el ejecutivo, en el legislativo y todavía quedan en la Corte
Suprema y Apelaciones, gente que no fue capaz de cumplir su rol como debiera
haberlo cumplido.
Por lo tanto, agradecer a todos aquellos que nos han acompañado, a la
Vicaria de la Solidaridad, a las compañeras de la Agrupación, a todos los
organismos de DDHH que estuvieron con nosotros, a todos los que se
atrevieron a salir a la calle y a
gritar, a todos aquellos que vamos a seguir caminando, porque es la única
manera que este hecho no ocurra nunca mas ni aquí, ni en ningún otro lugar del
mundo y que los civiles y responsables directos asuman su responsabilidad y
digan donde están, donde dejaron los cuerpos de aquellos detenidos
desaparecidos, que hasta el día de hoy aun no encontramos. Esa es una tarea
pendiente de todos nosotros”, concluyó Estela Ortiz.
Fuente: www.pcchile.cl