martes, 3 de julio de 2012

LAS TERGIVERSACIONES DE SERGIO VILLALOBOS




Desde fines del año pasado los fascistas intentan pasar a la ofensiva. El 21 de noviembre de 2011 realizaron un acto en homenaje al criminal Krassnoff en Providencia  y  el domingo 10 de junio  de 2012 otro acto. Esta vez, en homenaje a Augusto Pinochet en el Teatro Caupolicán. En ambas ocasiones se hizo sentir el repudio popular, ferozmente reprimido por la policía bajo las órdenes  del ministro Hinzpeter.

Pero   los  intentos  por   limpiar o justificar los crímenes de la dictadura no cesan. Entró  a escena un viejo tergiversador de la historia:  Sergio Villalobos.

El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos entrega unos recuerdos que hace Iván Ljubetic sobre lo ocurrido en 1991, cuando se trató de restarles méritos a un hsitoriador de verdad.

Carlota Espina

Editora


LAS TERGIVERSACIONES DE SERGIO VILLALOBOS


                                                                   
Iván Ljubetic Vargas

Una vez más, don Sergio Villalobos lanza en ristre va  galopando para tergiversar la historia y de nuevo usa para ello las páginas de ‘El Mercurio’.

Hoy arremete contra el Museo de la Memoria, ayer intentó restarle mérito al historiador Hernán Ramírez Necochea.

En esa ocasión, envié al decano una carta respondiendo  las afirmaciones hechas por Villalobos, la que fue  publicada con fecha domingo 31 de marzo de 1991, con el título Historiadores.

En ella se decía:

“Señor Director:
En carta firmada por el señor Sergio Villalobos R., publicada en el diario de su dirección con fecha 10 de marzo y donde se rinde homenaje a al historiador británico Harald Blakemore, se hacen algunas afirmaciones relacionadas con el historiador chileno Hernán Ramírez Necochea, sobre las cuales me permito puntualizar  lo siguiente:

1.     Lo que el investigador chileno utilizó como fuente para su libro ‘Balmaceda y la contrarrevolución de 1891’  fue la tesis de Harald Blakemore para optar al doctorado de filosofía en la Universidad de Londres, escrita en 1955 con el título ‘The Chilean Revolution of 1891’. Ella fue una de las 163 fuentes, cinco de éstas inglesas, a las que recurrió Ramírez Necochea.
2.     Este autor hace expresa mención de esa fuente en la página 239 de su obra. Por tanto es falsa la afirmación de la carta del señor Villalobos en el sentido de que “el historiador chileno no reconoció la deuda contraída”
3.     Hernán Ramírez planteó sus puntos de vista sobre la contrarrevolución del 91 ya en su libro ‘La Guerra Civil de 1891. Antecedentes económicos’, publicado en 1951, cuando el joven Blakemore, que tenía 21 años de edad, aún no iniciaba sus estudios sobre este tema.
4.     Es demasiado subjetivismo afirmar que “mediante la investigación de Blakemore se aclaró un importante punto histórico”, refiriéndose –como lo hace el señor Villalobos- a la no participación del imperialismo inglés en la contrarrevolución del 91.
5.     No es extraño de ninguna manera que Blakemore y Ramírez tengan distintas interpretaciones sobre ese importante tema de la contrarrevolución del 91. Tampoco coincidieron en otros no menos importantes: el Gobierno de Salvador Allende y el gobierno militar. Fue distinto también el trato que les dio este último: Hernán Ramírez fue exonerado y obligado a vivir y morir en el exilio. Blakemore fue condecorado con la Orden al Mérito Bernardo O’Higgins  en febrero de 1990.
6.     Quienes conocieron a Hernán Ramírez, independientemente  de posiciones políticas o ideológicas, pueden testimoniar de su seriedad académica, de su acuciosidad, de su elevada moral y de su honestidad a toda prueba.
Escribo estas líneas cuando faltan tres días para que se cumplan 74 años del nacimiento del inolvidable historiador y educador chileno.
                              Iván Ljubetic
                 Historiador del Instituto de Ciencias
                         Alejandro Lipschutz”

Esta fue la carta que escribí con fecha 24 de marzo de 1991 y sobre la cual el señor Villalobos jamás fue capaz de responder.

Ahora de nuevo vuelve a sus andadas de tergiversador de la historia. Ni más ni menos para intentar justificar los  feroces crímenes de la dictadura se lanza contra el Museo de la Memoria Y otra vez usa las páginas de ‘El Mercurio’.

Con una increíble falta de respeto afirma que la creación del Museo “ha sido una continuidad de disparates”. Agrega más adelante  que “en el mencionado "museo", para poder entenderlo, falta la política y la situación social del país desde varias décadas anteriores y, muy especialmente, la destrucción de la ética pública, los abusos, engaños y desmanes del gobierno de la Unidad Popular. Sólo teniendo en cuenta esos hechos, se puede comprender la reacción general del país y el movimiento militar. No se trata de ocultar los excesos oficiales, sino buscar la explicación de por qué ocurrieron.”

El señor Villalobos pone entre comillas la palabra ‘Museo’ y lo que habría colocar entre comillas debe ser el título de ‘historiador’ que se le da.