El
Círculo Virtual de Estudios Político-Históricos entrega el relato de un
exiliado a quien le correspondió quedar al frente de los comunistas desterrados
en Alemania Federal.
Carlota
Espina
Editora
A
LA CABEZA DEL PC DE CHILE EN ALEMANIA FEDERAL
Iván
Ljubetic Vargas
En diciembre de 1983, por acuerdo de la Dirección
del Partido Comunista de Chile, que
funcionaba en Moscú, pasé a ocupar el cargo de responsable del Coordinador del
Partido Comunista en la RFA. El
dirigente Sergio Ovalle viajó desde la capital de la Unión Soviética
para comunicar la resolución adoptada y entregar los razones que se tuvieron en cuenta para esta designación.
TUVE QUE COMPRAR UNA CORBATA
Nuevamente me correspondió representar a la
Dirección Central, en el VII Congreso del Partido Comunista Alemán realizado
los días 6, 7 y 8 de enero de 1984 en la ciudad de Nürnberg.
Yo sabía que los camaradas alemanes eran muy
formales, demasiados quizás. Y eso lo comprobé personalmente en esa
oportunidad. Resulta que de todos los
participante en ese importante evento sólo dos, el representante del Partido
Comunista de Bélgica y yo, no llevábamos corbata. En forma muy diplomática, los
compañeros alemanes nos hicieron ver que debíamos usarla. Y como ninguno de los
dos teníamos, nos acompañaron a una tienda para adquirirla.
Fuera de esta anécdota, ese Congreso fue muy
importante y la solidaridad internacional, en especial con Nicaragua, El
Salvador y Chile, estuvo en el centro de ese evento. A mí correspondió
hablar en un gran mitin, junto a
delegados de otros países.
EL COMPAÑERO MARIO
Si hasta noviembre de 1983 debía viajar una vez a la
semana a Frankfurt, donde funcionaba la sede del Coordinador comunista en la
RFA. A partir de diciembre debí hacerlo todos los días. Con el fin de ahorrar
dinero al Partido, terminé con la costumbre que hubo de ir almorzar a algún
restauran, con fondos partidarios, cosa que nunca hice, pues siempre llevaba mi
cocaví. Ahora los miembros del Coordinador, que no vivían en la ciudad sede, debieron traer
sus sándwiches y bebidas.
También traté de ahorrar dinero con los pasajes de
los muchos viajes en tren. Y en esto,
Mario Neculmán, un compañero mapuche, a quien había ganado para que
militara en el Partido, y era miembro de
la célula Alberto Molina, jugó un importante rol. Siendo no vidente, tenía un
pase especial para viajar en tren gratis él y un acompañante en cierto radio
alrededor de Marburg, donde vivía. Por
ejemplo ese pase servía para ir a Giessen, donde se reunía la célula, y a
Frankfurt, sede del Coordinador. Fue así como, con el buen camarada Mario viajamos juntos en muchas ocasiones.
Mario iba contento de ser útil al Partido y siempre haciendo la misma broma:
sacaba una tarjeta de un restaurante de un compañero griego donde él cantaba
–porque le pega al canto y a la guitarra- y se la pasaba al inspector del tren.
Cuando éste le decía –naturalmente en alemán- esto no sirve, Mario le
respondía, disculpe y le pasaba el pase. No sé cuantas veces le hizo la talla
al mismo inspector. Y yo, muerto de vergüenza.
TODOS LOS FINES DE SEMANA
A poco de que asumí el cargo de responsable del
Coordinador del PC de Chile en la RFA, el compañero Camilo Guzmán fue designado
Encargado de Organización de ese organismo. Y formamos los dos un verdadero dúo
dinámico. Como él tenía vehículo, comenzamos a visitar todas las células
comunistas repartidas por el territorio de Alemania Federal. Cada fin de semana
salíamos a reunirnos con alguna de ellas.
Íbamos un
sábado al norte donde estaban los compañeros de Bremen. En otra ocasión a
Hamburgo. También a Hannover. Casi siempre debíamos alojar en casa de un
compañero, pues se nos hacía tarde para regresar el sábado. Otras de las células
a visitar eran las Dortmund, Bochum, Essen, Münster, Düsseldorf, Köln
(Colonia), Bonn, Siegen. Hacia el sur teníamos, Mannheim, Saarbrücken,
Stuttgart, München (Munich).
Más fácil nos resultaba visitar células más cercanas
como la Alberto Molina (Marburg-Giessen) y
las de Frankfurt, Wiesbaden y Darmstad.
Nos entreteníamos mucho en esos viajes. A veces, en
medio de un acalorada discusión, el conductor y su copiloto, nos olvidábamos
hacia dónde íbamos y tomábamos una carretera equivocada. Y era un lío salirse
de ella y tomar la que nos llevaba hacia la ciudad donde nos esperaban.
Teníamos suerte. En ocasiones, cuando visitábamos
por primera vez una urbe, no teníamos claro como llegar al punto indicado,
dábamos vueltas y de pronto, ante nosotros estaba la dirección que buscábamos.
Camilo entonces repetía su famosa frase: “Dios ayuda a los buenos”.
Esos viajes de cada fin de semana fueron una de las
tantas razones de por qué logramos tener un excelente Partido en la RFA. Cosa, que los compañeros que han
vivido en el exilio, saben que no es nada de sencilla. Y que yo sepa, jamás se
ha reconocido por los órganos dirigentes del Partido.
MARBURG SUMA Y SIGUE
Las acciones solidarias en esa ciudad continuaban.
El lunes 26 de marzo de 1984, el Chile Komitee de Marburg confeccionó y
distribuyó volantes en apoyo a la Octava Jornada de Protesta del 27 de marzo en
Chile.
Al día siguiente, en la MENSA (gran comedor para los
estudiantes de la Universidad) se repartieron cientos de volantes, se montó una
exposición sobre las actividades solidarias en la ciudad y se vendió Don Reca.
Otro tanto se hizo el miércoles 28.
Los días 25, 26 y 27 de mayo nos trasladamos a la
ciudad de Dortmund, donde se celebró una nueva gran fiesta de la prensa
comunista, del UZ, donde vendimos mil empanadas y mil ejemplares de Don Reca,
por parte de la célula Alberto Molina y nuestras amigas alemanas.
El 3 de julio, en el Audimax de la Universidad,
realizamos un exitoso acto en homenaje al 80 aniversario del nacimiento de
Pablo Neruda. Habló Erni Hildebrandt, presidenta del Chile Komitee. Se exhibió
el film “Pablo Neruda”. El chileno Eulogio Suárez dictó una conferencia sobre
la vida y la obra de Neruda. El coro de los sindicatos de Marburg deleitó con
un bello concierto con canciones de Bertolt Brecht, el Himno de los Sindicatos
y el Pueblo Unido.
Del 20 al 24 de junio se desarrolló una nueva Carpa
del PC alemán de Marburg. Fue otro acontecimiento al que concurrieron miles de
personas. Como siempre, estuvo dedicado
a la solidaridad internacional. Esta vez como invitada especial actuó Mercedes
Sosa. Hubo un Stand del Chile Komitee; otro de la célula Alberto Molina.
Vendimos 3.800 empanadas y 300 ejemplares de Don Reca.
La Jornada de Septiembre por Chile de 1984 tuvo el
siguiente programa:
Sábado 1º de septiembre: Participación en el acto
del Día contra la Guerra.
Lunes 3: Exhibición de la película “No invoco tu
nombre en vano”
Martes 4: Conferencia sobre Pablo Neruda.
Viernes 7: Film “Ardiente Paciencia”, de Skármeta.
Martes 11: Bajo una fuerte lluvia desfilamos 350
personas, solidarizando con las luchas de los pueblos de Chile y Turquía.
Banderas de ambos países. Un mitin bajo la lluvia, donde hablamos: Kate
Dinnebier, por la DGB; Peter Gingold, conocido luchador antifascista; el
presidente del Comité de Solidaridad con Turquía; Erni Hildebrandt, por el
Chile Komitee y yo.
Finalizó la jornada el viernes 14 con la tradicional Fiesta Chilena.
El jueves 25 de octubre, ante más de 300 personas,
se presentó en el salón Audimax de la Universidad de Marburg, el artista
chileno Osvaldo Torres, acompañados por dos excelentes guitarristas. Este
concierto fue organizado por el Chile Komitee.
El sábado 3 de noviembre de 1984 viajamos a la
ciudad de Bonn, para participar en un gran acto en solidaridad con Nicaragua,
al que concurrimos más de 30 mil personas. Hubo banderas chilenas. Se vendieron
300 Don Reca.