viernes, 7 de diciembre de 2012

Los Pueblos de América Viven Un Nuevo Ciclo Histórico









Los Pueblos de América Viven Un Nuevo Ciclo Histórico

Escrito por Juan Andrés Lagos (*)  



Los pueblos de América viven un nuevo ciclo histórico, inédito en la historia del continente.  Y hay que mirar con mucha atención lo que está ocurriendo y lo que está en juego hacia el futuro. Este ciclo histórico se caracteriza, esencialmente, porque se fortalecen los estados nacionales, sus soberanías, en un contexto de una creciente integración bilateral y multilateral, y el surgimiento de espacios, instituciones y sistemas de integración que, en general, tienden a reconocer las asimetrías económicas, políticas, sociales y culturales de las naciones y pueblos involucrados en estos procesos.

Es un ciclo histórico, repetimos, totalmente inédito. Tiene como precedente inmediato el intento norteamericano por imponer un sistema de dominación cuyas siglas son “ALCA”, y que buscaba el control directo de los mercados, los recursos naturales y las fronteras de las naciones americanas.

Y antes que eso, recordemos bien, las dictaduras militares que a partir de fines de los sesenta, en el siglo pasado, azotaron a muchos países de nuestra América.

Esta trascendencia histórica cargada de futuro, la destacó muy bien el general Raúl Castro, hace pocos años atrás, cuando se constituyó la CELAC, y el líder cubano señaló que este nuevo referente era un hecho que había que considerar en toda su magnitud, en los 500 años de la historia americana.

Hago un paréntesis: en enero del año que viene, en Santiago de Chile, el presidente Sebastián Piñera, deberá entregar la presidencia pro tempore de CELAC al general Raúl Castro, y estarán en nuestro país la mayoría de los jefes de Estado cuyas naciones son integrantes de CELAC.

Este ciclo histórico al cual nos referimos antes, se produce bajo un contexto global previsto por Marx, hace bastante tiempo, pero totalmente vigente hoy: esto es, la rápida e intensa mundialización del capital especulativo y financiero, de la transnacionalización planetaria que comenzó en la década de los ochenta, y que empató, en tiempos históricos, con la caída y desplome de los socialismos reales, lo que implicó un radical y rápido cambio  en todo el planeta.

Sin embargo, esta fase de acumulación capitalista, que algunos definieron como “el fin de la historia”, ha entrado más rápido de lo previsto, a situaciones de crisis estructural; crisis estructurales que se hacen cada vez más cercanas, unas de las otras.

Las economías centrales se trizan, y buscan desesperadamente llevar los efectos de las crisis a la periferia….pero la periferia la tienen ya adentro de sus propios países.

Es una crisis que no podemos señalar su tiempo de duración, pero tampoco jugar a que estamos poco menos que al borde del desplome del capitalismo como sistema.

Una vez  más, las guerras y las invasiones son usadas por las potencias imperiales, en este contexto critico.

¿Qué caminos posibles, y necesarios, se visualizan en este contexto mundial para los pueblos de América, sin los Estados Unidos como el eje rector?

1) En primer lugar, la integración, en la perspectiva de la patria grande.

Los pueblos de América pueden plantearse, en forma real, la posibilidad de crear en este tiempo histórico un bloque de naciones integradas; independientes de los EE.UU. y su dominación unilateral. De hecho, lo están haciendo, caminan en esa dirección, no sin dificultades y grandes desafíos.  Y ha sido fundamental en este camino, la presencia y protagonismo de gobiernos revolucionarios, de izquierda, democráticos y progresistas en todo el continente. Ellos han sido pilares del proceso en curso.

2) En segundo lugar, avanzar hacia un sistema de nuevas relaciones con China, en un primer orden; y también con Vietnam y el Asia Pacífico; y mantener la profundización de las relaciones con la India y Rusia, entre otras naciones del mundo.

Esto es muy relevante, porque se están pariendo nuevos centros económicos mundiales. Se prevé que los bloques de naciones emergentes serán determinantes en la economía mundial y China podría convertirse en el motor de la economía del planeta, en los próximos años.

¿Cómo se inserta Chile en este contexto mundial y continental?

Consideremos algunos necesarios antecedentes históricos:

-Chile es un estado nacional con una tendencia fuerte al control oligárquico y de poderes transnacionales asentados, principalmente, en los EE.UU.

Pero, contradictoriamente, Chile es un país con una sociedad civil y con un sujeto popular que, tempranamente en la historia nacional, ha resistido,  ha abierto brechas,  ha influido socio-políticamente en reformas no menores al Estado y sus instituciones. Ha sido extremadamente influyente en la cultura, en la identidad nacional y en el ethos ciudadano.

Ahí se inscribe la importancia del sujeto: trabajadores y sus expresiones orgánico-políticas.

-Chile ha sido una república siempre en disputa, en sus valores, en sus correlaciones políticas, en sus hegemonías, en su ethos ciudadano.

-Es un pais que vivió un proceso de revolución democrática gradual y ascendente (y en este caso aquello  es un gran valor político). Este proceso duró décadas, con correlaciones en disputa y, mediante, un gobierno nacional y popular como el de Pedro Aguirre Cerda.

Con todo,  su máxima expresión política fue el Gobierno de la Unidad Popular encabezado por el Presidente Salvador Allende.

-Esa es una experiencia épica, pero derrotada por un golpe militar y por una intervención ya más descarada del imperialismo,  que abrió paso a una contrarrevolución capitalista, a un laboratorio neoliberal, del cual quedan, hoy, sus bases fundantes en la economía, en la política, en la cultura, en la mercantilización de la sociedad y en sus concepciones militares.

Sin embargo,  no podríamos dejar de considerar que, en esta etapa de la historia de Chile, se produjeron cambios cualitativos en las correlaciones políticas y sociales del país, que no favorecieron ni han favorecido la tendencia histórica  hacia la construcción de un estado democrático, sentado en la soberanía nacional y popular.
Lo que ha ocurrido en Chile en los últimos años, pero especialmente el año 2011, explicitan que en nuestro país se cierra un ciclo y comienza uno nuevo.

Podríamos decir que, como tendencia histórica, como perspectiva real de futuro, como un acumulado de situaciones y procesos desde comienzos de los años noventa, hasta hoy, el desafío de Chile, instalado por las mayorías nacionales, parece ser la  restitución del sentido de la historia, y la reinstalación de un  nuevo paradigma democrático, en la perspectiva de la consolidación de un estado democrático asentado en la soberanía nacional y popular.

-Las movilizaciones sociales del año 2011, en Chile, con repercusión mundial, tuvieron precedentes en los años anteriores, en la revolución de los pingüinos, en las huelgas de los obreros del subcontrato minero y forestales, en las siempre presentes movilizaciones por verdad y justicia, bajo un gobierno que abrió acotados espacios al dialogo.

-Todo ello dió un fuerte impulso  al resurgimiento de un sujeto popular  en pleno proceso de construcción, de una sociedad civil diversa, todavía dispersa, pero cuyo rasgo esencial es la búsqueda de protagonismo y su inconformidad creciente con el estatus quo neoliberal dominante.

Es un rasgo imposible de no considerar en el camino hacia la conquista de un estado democrático.

-Chile, a pesar de los intentos por hacer desaparecer las lógicas de la política emancipatoria y democrática, bajo la dictadura de Pinochet, incluso con la desaparición de los cuerpos, sigue siendo un país con fuertes estructuras políticas y partidarias. Su historia lo demuestra. Incluso, los que están descontentos con la forma de la política, que son muchos, buscan también articularse políticamente para influir.

Todo lo anterior son datos claves de la realidad chilena.

¿Porque?:

-En primer lugar, porque la derecha criolla es fuerte, en el pasado y en el presente; es fuerte en todos los sentidos del término. Tiene mucho poder, pero también, como lo anotaba en forma aguda hace algunos años el comandante Fidel Castro, tiene esa especial capacidad para articular alianzas, para evitar ser aislada, para usar la represión como mecanismo institucional.

-En este cuadro de correlaciones, realmente existente, la izquierda y el centro político, sin eufemismos y metáforas, son las  representaciones políticas, electorales y sociales,  claves en Chile para articular  una correlación con incidencia nacional, y con capacidad de transformar al país.
Ciertamente, su convergencia, aunque tiene hitos no menores en la historia política y social de Chile, en las actuales circunstancias, sería un hecho inédito y tremendamente dinamizador. A eso, precisamente, le teme, y mucho, la derecha que hoy es gobierno.

-La historia, los desafíos del presente, el futuro de Chile, hacen pensar que es posible un encuentro entre el centro y la izquierda para aunar esfuerzos hacia la profundización de un estado democrático…….aun en un proceso gradual, que por lo demás no sería nada de raro ni extraño en la historia social y republicana de chile.

-Cuando el centro y la izquierda se han divido, que ha sido no pocas veces en la historia de Chile, en rigor, la mayoría de las veces; cuando han primado las divergencias por sobre los puntos de encuentro, se impone y se ha impuesto, finalmente, la lógica oligárquica.
Ejemplo: el actual gobierno de derecha, que llegó al poder por vía electoral, por primera vez en 50 años.

Sin embargo, cuando estas fuerzas han actuado en convergencia, ha ganado siempre la democracia.

-Entonces, más que una opción, estamos ante una necesidad política: que se puede canalizar en torno a un programa; en torno a valores e ideas; en torno a una voluntad política que no oculte, ni esconda, las importantes diferencias que tenemos.

-Permítanme decir que, hay mucho mas humanismo y democracia en Marx y Recabarren, en Maritain y el padre Hurtado, que en todo el acumulado de pensamiento e ideas neoliberales que han predominado en nuestro país, hasta hoy.

Y de esa tradición pueden surgir grandes voluntades y proyectos.

-La unidad del pueblo, que es una idea fundante en Chile, y cuyo origen radica en el centro y en la izquierda, parece ser totalmente posible hoy. El tema es voluntad política, y saber avanzar en esa dirección, que no siendo nada de fácil, es el camino necesario para Chile, hoy.

(*) Periodista, académico y activista político desde el año 1968.

Ponencia del autor expuesta en el Seminario Internacional: A 100 años del Partido Comunista de Chile. en el foro inaugural sobre Integración y Procesos Poíiticos, en el que expusieron representantes del partido de los trabajadores del Brasil, PT; Partido Comunista de Cuba, PCC; Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, y Partido del Trabajo de México, PT-M.