lunes, 5 de diciembre de 2022

SOLA SIERRA HENRÍQUEZ, UNA IMPRESCINDIBLE

 


 

 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

        

       

 


Volábamos cerca de 50 chilenos hacia Buenos Aires, donde nos embarcaríamos rumbo a Europa.

Éramos la Delegación que viajaba para  participar en el VII Festival de la Juventud y los Estudiantes, a efectuarse en Viena, capital de Austria. El grupo estaba formado jóvenes comunistas-entre otros Rosendo Rojas, Heriberto Medina-, socialistas, radicales –entre ellos Camilo Salvo-, independientes, el diputado demócrata cristiano por Cautín Constantino Suárez.

Quise iniciar desde ese primer día,  22 de junio de 1959,   mi misión como  Enviado Especial de “El Siglo”. Entonces entrevisté a  una muchacha que iba sentada a mi derecha junto  a la ventanilla. Algo extrañada, pero amablemente, respondió a mis preguntas: Mi nombre es Sola Sierra Henríquez, tengo 23 años de edad, soy dueña de casa, viajo al Festival enviada por las Juventudes Comunistas de San Miguel.  (Ese primer reportaje fue publicado en la edición de “El Siglo” del martes 30 de junio de 1959, página 2)

Así conocí a Sola, a 12 mil metros de altura.

 

“NACIÓ SOLITA” 

Sola Ángela Sierra Henríquez nació el 1º de diciembre de 1935, en un hogar ubicado en calle Dolores, del barrio Estación Central, Santiago.

Cuando su madre, doña Ángela Henríquez sintió ese día las contracciones previas al parto, el padre, don Marcial Sierra, salió a buscar la matrona. Al regresar con ella, la niña ya había nacido. Entonces éste exclamó:

-¡Ay, si nació solita! Por ello, don Marcial decidió llamarla así. En el Registro Civil  le exigieron que le agregara otro nombre. Entonces quedó como Sola  Ángela.

 

RAÍCES PROLETARIAS 

El 10 de diciembre de 1907 comenzó la gran huelga de los obreros salitreros de Tarapacá. El 13 se inició la heroica marcha hacia Iquique. En la caravana que partió desde la oficina salitrera Alianza, caminaba una mujer llamada Águeda Muñoz, llevando a sus tres pequeños hijos.

El sábado 21 de diciembre, los pampinos, mujeres y niños estaban en la Escuela Santa María y en la plaza que se encuentra delante de ésta. En las primeras filas se encontraba doña Águeda. Soldados y marinos con ametralladoras rodean la multitud. Se acercó  el General Silva Renard  y, luego de un toque de clarín, gritó una orden. Al mismo tiempo uno de los hijos de doña Águeda se puso a llorar. Quería  hacer pichí. Tanto escándalo hizo que la mamá, abriéndose paso en medio de la apretada masa, fue a los baños de la escuela. Estaban  allí cuando se produjo la salvaje masacre. Quizás el chiquillo con sus gritos les salvó la vida. Entre los tres hijos había una niña. Se llamaba Ángela Henríquez. Tenía tres años de edad.

 

Con el correr del tiempo, Ángela a igual que su madre, que trabajó con Luis Emilio Recabarren, se incorporó a la causa comunista. En Iquique conoció a don Marcial Sierra, viejo pampino, autodidacta y simpatizante del partido de Recabarren. Se casaron. Tuvieron siete hijos. Se trasladaron a Santiago. Instalaron su hogar en el barrio Estación Central. Y allí nació Sola, hija de aquella niña que 28 años atrás se había salvado de morir en la masacre de la Escuela Santa María.

 

INGRESA A LAS JUVENTUDES COMUNISTAS 

De tal palo, tal astilla. En junio de 1957 Sola, junto con  su hermana Adriana se incorporaron a las Juventudes Comunistas de Chile.

Sola  tenía por entonces 22 años de edad y era una  apasionada lectora. Una novela le gustó mucho y ejerció enorme influencia en ella. Su título: “Así se templó el acero” del soviético Nikolái Ostrovski. Desde el inicio de su militancia tomó con gran responsabilidad las tareas partidarias. Junto con sus compañeros de la base Ranquil, viajaban los domingos a Buin, Paine o Padre Hurtado, a conversar con la gente y a vender “El Siglo”.

Pronto Sola fue elegida encargada de finanzas del Comité Local de las JJ CC de San Miguel. Y cuando se debió designar a una delegada al VII Festival de la Juventud y de los Estudiantes por la Paz y la Amistad a realizarse en Viena, capital de Austria, todos coincidieron que debía viajar Sola Sierra.

 

 

 


UN VIAJE INOLVIDABLE 

El viernes 22 de junio de 1959, Sola, que tenía 23 años de edad,  y otros 47 chilenos volaban rumbo a Buenos Aires. Dos días más tarde se embarcaban en la motonave argentina Yapeyú con destino a Hamburgo, Alemania. Hicieron escala en Montevideo, Santos y Río de Janeiro. Luego navegaron once días viendo sólo mar y cielo. El 14 de julio hicieron escala en el puerto español de Vigo. Llegaron a Hamburgo el martes 16 de julio, 22 días después de salir de Buenos Aires.

La delegación fue invitada a la República Democrática Alemana, donde sus miembros pasaron diez maravillosos días en un castillo en Schwerin.

En Viena vivieron otros diez días  inolvidables junto a miles de jóvenes de toda la tierra, participando en desfiles, actos artísticos, encuentros con otras delegaciones. En el mitin de clausura, realizado en la plaza Heldenplatz, entre los artistas tuvieron  la oportunidad de escuchar al cantante negro estadounidense Paul Robeson.

 

La delegación chilena recibió invitaciones de varios países socialistas. Se hizo un sorteo. Sola cumplió su sueño de visitar la Unión Soviética. Estuvo en Moscú y en Bakú y otras ciudades de la República de Azerbaiján.

En Ámsterdam, Holanda, la delegación se embarcó en la motonave Alberto Dodero, llegando a Buenos Aires y de ahí en avión a Santiago.

 

SU MATRIMONIO CON WALDO 

A comienzos de 1961, Sola fue nominada por las Juventudes Comunistas para una Escuela Nacional de Cuadros del Partido. Entre los alumnos provenientes de provincias estaba Waldo Pizarro, enviado por el Partido Comunista de Coquimbo.

Se enamoraron. Waldo debía partir a estudiar a Moscú y decidieron casarse a su regreso. Así lo hicieron. El matrimonio tuvo lugar en San Miguel el 22 de diciembre de 1962.

Se instalaron en La Serena. Waldo era Secretario del Comité Regional de Coquimbo.

Sola pasó de las JJ CC al Partido, trabajando en el frente femenino. Tuvieron tres hijos: Lenia, Lorena y Waldo.

En 1968, la familia Pizarro Sierra se trasladó a Santiago. Waldo comenzó a trabajar como funcionario en la Municipalidad de La Granja. Posteriormente fue designado miembro del Comité Regional de San Miguel del Partido Comunista.

 

EN LA PRIMAVERA DE LOS MIL DÍAS 

Ambos se jugaron por entero en la campaña presidencial que culminó con el triunfo de Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970.  Participaron en el acto frente a la FECH, cuando se iniciaba la alborada del día 5. Emocionados escucharon el discurso del candidato de la Unidad Popular que había vencido en las urnas. Al regresar al hogar, Sola abrazó a sus hijos y les dijo “¡Ahora todo será distinto!”.

Vinieron los sesenta días al rojo.  El pueblo logró pasar por encima de todas las maniobras de la CIA y de  la reacción criolla. Y el 3 de noviembre,  Salvador Allende ingresó a La Moneda. 

Sola se desempeñó como secretaria de Leontina Toro, designada por Allende delegada del Desarrollo Social en el área sur de Santiago, dependiente del Ministerio del Interior. Waldo, a la cabeza del Comité Regional de San Miguel, llevó a cabo una efectiva labor.

Durante esos mil días, el Gobierno Popular realizó cambios revolucionarios en la economía, que redundaron en el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y  del pueblo en general.

Pero, los sectores perjudicados por los cambios: las empresas estadounidenses, los latifundistas y la oligarquía criolla, dirigidos por la CIA,  llevaron a cabo la contrarrevolución.


EL SECUESTRO DE SU COMPAÑERO 

El 11 de septiembre de 1973 los generales traidores encabezados por Pinochet, con el apoyo de la CIA, derrocaron el Gobierno Popular, democráticamente elegido. Allende, tal como lo había dicho, murió en La Moneda  defendiendo la Revolución chilena. 

Se inició la oscura noche de la dictadura. Sola y Waldo, como cientos de heroicos luchadores por la democracia, pasaron a la clandestinidad. Se entregaron al difícil combate, a pesar del terrorismo de Estado y  a pesar que los partidos de centro y de derecha apoyaban la tiranía.

Waldo Pizarro, junto con el profesor Fernando Ortiz, que encabezaban la segunda dirección clandestina del Partido Comunista, fueron secuestrados por agentes de la dictadura el miércoles 15 de diciembre de 1976. Fue una de las acciones del siniestro Comando Conjunto.

 

EL CASO DE LOS TRECE 

Para Sola fue un golpe terrible. Sintió que el mundo se le derrumbaba. Pero imperó en ella su espíritu combativo. Primero, como cientos y cientos de familiares de detenidos desaparecidos, buscó a su compañero por todas partes, con la ayuda de la Vicaría de la Solidaridad. No dejó puerta por golpear.

Después, al comprender que su caso no  era algo aislado, sino  que formaba parte de una operación llevada a cabo por  la dictadura,  que tenía por objetivo detener y hacer desaparecer  a trece dirigentes comunistas, se unió a los otros familiares de esos compañeros  secuestrados por  las garras de los agentes de Pinochet.

Este método copiado a los nazis de Hitler, se venía aplicando desde mucho antes y eran ya cientos los patriotas que habían sido secuestrados. En respuesta, había surgido la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) y a ella se incorporó Sola.

 

LA PRIMERA HUELGA DE HAMBRE 

Uno de los hechos más importante en la lucha contra la dictadura lo constituyó la primera huelga de hambre de familiares de detenidos desaparecidos, a cuya cabeza estuvo Sola Sierra. Se llevó a cabo en la sede de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL). Se inició el 14 de junio de 1977 y tomaron parte en ella 26 familiares: 24 mujeres y dos hombres.

Sólo finalizó el 23 de  junio, cuando el dictador de vio obligado a reconocer la existencia de detenidos desaparecidos.

Esta acción marcó el comienzo de una nueva etapa en la Resistencia antifascista, caracterizada por los primeros movimientos masivos de protesta.

Sola fue ganando experiencia en este nuevo  tipo de lucha. Al mismo tiempo, adquirió prestigio  por su capacidad y valentía.

  

HACIA EL EXTERIOR 

A comienzos de 1978, la AFDD estudió la posibilidad de enviar una delegación al extranjero, con la finalidad de denunciar lo que ocurría en Chile. Pero no había recursos. Solamente se pudo reunir el dinero para un pasaje. Se decidió que viajara Sola, con el objeto de que abriera el camino y pudieran seguirle el resto de la delegación. Era la primera vez que Sola salía al exterior después del golpe.

En Europa consiguió dinero para otro pasaje y lo envió a Santiago. Con éste viajó Pamela Pereira. Posteriormente partieron otras tres dirigentes, entre ellas Carmen Vivanco.

Sola cumplió responsablemente las tareas encomendada por la AFDD.

 

LONQUÉN,  LA  PRIMERA PRUEBA 

El 30 de noviembre de 1978 una comisión, organizada por el Arzobispado de Santiago de la Iglesia Católica,  hizo un macabro hallazgo en los hornos de una mina de cal abandonada en la localidad de Lonquén: 15 cadáveres de campesinos, que habían sido detenidos el 7 de octubre de 1973 en Isla de Maipo y que hasta ese momento figuraban como detenidos desaparecidos.

La noticia del cementerio clandestino de Lonquén, conocida por la opinión pública el 1º de diciembre, día del 33 cumpleaños de Sola, golpeó dolorosamente a Chile y a los sectores democráticos de  la tierra.

Lonquén  entregó un mensaje demasiado elocuente: cinco años  después de haber sido secuestrados por carabineros, se comprobaba que los quince campesinos fueron asesinados poco después de su detención.

Ello tuvo un efecto terrible para los miembros de la Agrupación: por primera vez  debieron asumir que sus familiares estaban muertos.


ACCIONES DE LA AFDD 

A partir de 1978 no hubo en el país más casos de detenidos desaparecidos en forma masiva. Ello fue resultado de la incesante y valiente lucha de la Agrupación. Sus acciones habían transformado el “crimen perfecto” ideado por los  hitlerianos, en un verdadero bumerang  para  Pinochet. En adelante la tiranía echará mano a los falsos enfrentamientos.

El sábado 20 de enero de 1979 la policía impidió violentamente el ingreso de miles de personas al Teatro Caupolicán. La dictadura había prohibido a última hora un acto convocado por la AFDD. La gente indignada se dirigió a la Plaza Almagro, donde se efectuó una manifestación. Irrumpió la policía. Apaleos y más de cincuenta detenidos, entre ellos tres reporteros gráficos, uno de ellos de nacionalidad sueca.

El 25 de febrero, larga romería a los hornos de Lonquén, bajo un abrasador.

El 18 de abril, 63 familiares de detenidos desaparecidos se encadenaron a las rejas del ex Congreso Nacional, donde funcionaba el Ministerio de Justicia. Fueron llevados a la cárcel. Después dejados en libertad,  por falta de méritos.

El 1º de mayo de 1979, grandes manifestaciones en Santiago, reprimidas ferozmente.

El mediodía del 3 de febrero de 1980, acción en el patio 29 del Cementerio General.

Ese año, por razones de seguridad, Sola y su familia se mudó de casa por novena vez desde la instauración de la dictadura.

 

NUEVAMENTE AL EXTERIOR 

Sola Sierra formó parte de la delegación de la AFDD que viajó a Centro América, con el fin de participar en el Primer Congreso de Familiares de Detenidos Desaparecidos de América Latina, efectuado en San José de Costa Rica. Concurrieron delegados de Argentina, Uruguay,  El Salvador, Haití, Guatemala, México, Chile y otros países.

En ese evento se acordó ir a la constitución de la Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos Desaparecidos, FEDEFAM.

Sola y otras dos delegadas prosiguieron viaje a Europa. Realizaron actividades en París (Francia) Ginebra (Suiza), Ámsterdam (Holanda) y  Marburg (Alemania Federal).

Hacia fines de 1981, Sola realizó nuevo viaje al extranjero. Esta vez su destino fue Caracas (Venezuela). Allí participó en el Segundo Congreso Latinoamericano de Familiares de Detenidos Desaparecidos, efectuado entre el 24 y el 28 de noviembre.

Fue,  en ese encuentro de Caracas, donde se  creó FEDEFAM.  Sola Sierra, figuró como  una de sus fundadoras.

El 11 de mayo de 1983, se realizó en Chile la Primera Jornada Nacional de Protesta contra la dictadura. Los familiares de detenidos desaparecidos tomaron activa parte en ella. Esta acción abrió una nueva etapa en la lucha contra la tiranía.

 

PRESIDENTA DE LA  AFDD 

En 1984 se efectuó la primera elección para designar cargos en la directiva de la Agrupación. Sola Sierra fue elegida  Presidenta, responsabilidad que ocupó hasta su muerte.

Prosiguieron las acciones de la AFDD. Del 22 de mayo al 3 de junio de 1984, en Santiago, tuvo lugar la Cuarta Semana Internacional del Detenido Desaparecido, bajo la consigna “Contra el olvido”. Hubo conferencia de prensa, reparto de materiales en el paseo Ahumada, pegatina de afiches, entrega de testimonios de parte de familiares de la Agrupación en organizaciones de pobladores y estudiantiles. Culminó con una gran concentración en el teatro Caupolicán.

En entrevista concedida a  un enviado especial de la revista “Don Reca” de los comunistas chilenos exiliados en Alemania Federal, Sola Sierra señaló: “La represión no nos ha amedrentado.  Una prueba de ello fue la acción del 10 de enero de 1985 cuando fuimos a enrostrarle a los Ministros de los Tribunales que ellos nuevamente se habían hecho cómplices de los crímenes de la dictadura a no acceder a nombrar un ministro en visita para investigar lo denunciado por el ex agente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea,  Andrés Valenzuela. Llegamos allá y nos tiramos en el suelo con afiches de los  rostros de los compañeros que eran mencionados en el testimonio. Los afiches nos fueron arrebatados violentamente de las manos por los gendarmes que, además, intentaron levantarnos del suelo a puntapiés y a palos. Quedaron tres jóvenes heridos, dos de ellos con TEC cerrado. Debieron ser internados en la posta. Todas quedamos con contusiones por los palos y puntapiés de los esbirros de la dictadura. Pero nosotros tampoco aceptamos pasivamente la agresión y, en minutos, eso se convirtió en una batalla campal. Nos  defendimos, no aceptamos que nos estuvieran pegando, cuando sólo íbamos a pedir justicia. Hasta carabineros ingresaron a los Tribunales. Trataron de hacernos salir. Nosotros no salimos. Nos sentamos en el suelo nuevamente.

Fue tal la conmoción que se produjo, que la gente que estaba arriba bajó al primer piso a ver lo que pasaba. Ese día los Tribunales estaban llenos. La gente bajó y nos apoyó. Habíamos pensado en una acción de 15 minutos y estuvimos casi dos horas sentados en los Tribunales, gritando, peleando con los gendarmes. Hubo 19 detenidos.

Fueron liberados por la tarde. Participamos más de cien miembros de la Agrupación en ese mediodía del 10 de enero. Todo esto, a pesar de estar vigente el Estado de Sitio...”

 

NUEVO CRÍMEN DE LA DICTADURA 

Chile y el mundo se estremecieron con el degollamiento de tres profesionales comunistas, perpetrado por agentes de Pinochet en la noche del 29 al 30 de marzo de 1985.  A raíz de este crimen, se  constituyó el Comité por la Vida y la Justicia, en el que Sola jugó un destacado papel.

Se llevó a cabo una huelga de hambre, donde participaron miembros de la Agrupación y familiares de los tres asesinados, que se prolongó durante 18 días. Al concluir esta acción, se acordó efectuar todos los viernes, a las 13 horas, una manifestación en el  bandejón central de la Alameda, frente a La Moneda.

La conmoción pública causada por este crimen obligó a la Corte Suprema a designar un ministro especial para este caso.


GRAN ACTIVIDAD DE SOLA 

En noviembre, una delegación de la AFDD, encabezada por Sola, viajó a Montevideo, Uruguay, donde participó en el IV Congreso de FEDEFAM.

El 26 de abril de 1986, se constituyó en Santiago la Asamblea Nacional de la Civilidad, formada por  18 organizaciones sociales. Una de éstas fue la AFDD, representada por Sola.

La Asamblea convocó y dirigió la Jornada Nacional de Protesta del 2 y 3 de noviembre de 1986, la más masiva y combativa de todas las realizadas desde el 11 de mayo de 1983.

Entre el 1 y 6 de abril de 1987, visita Chile el papa Juan Pablo II. Una de sus actividades fue un encuentro con Sola Sierra.

 

LA SALIDA PACTADA 

Agentes del imperialismo lograron frenar el pujante movimiento antidictadura. Se disolvió la Asamblea Nacional de la Civilidad. Excepto la izquierda, el resto renunció a la lucha confrontacional contra la dictadura.

 En febrero de 1988, todos los partidos, con la excepción del comunista, aceptaron entrar al juego propuesto  por Pinochet: la realización de un plebiscito.

Entre el 22 y el 31 de mayo de 1988 la AFDD realizó la VIII Semana del Detenido Desaparecido.

En septiembre, Sola viajó con el conjunto folklórico de la Agrupación a Mendoza.

En el plebiscito convocado por el dictador para el 5 de octubre de 1988, fue derrotado. Triunfó el NO.

En noviembre  Sola Sierra se dirigió  a Bogotá, Colombia, donde tomó parte en el VIII Congreso de FEDEFAM. En ese evento, Sola fue  elegida miembro del Comité Ejecutivo de la Federación, como encargada de Relaciones Internacionales. En esa calidad participó en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que funcionaba en Ginebra, Suiza. También declaró ante el grupo de trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Personas, en Nueva York, Estados Unidos.

El 7 de abril de 1989, se produjo en Santiago una reunión entre dirigentes de la AFDD con la Comisión de Derechos Humanos de la Concertación. Allí Sola planteó que la principal reivindicación era la anulación de la Ley de Amnistía. Los representantes de la Concertación afirmaron estar de acuerdo con ese punto.

En abril, Sola viajó a Vancouver, Canadá, donde participó en un Encuentro sobre   Derechos Humanos, entre el 26 y 28 de ese mes.

El 14 de diciembre de 1989,  después de 19 años hay elecciones presidenciales. Triunfó Patricio Aylwin, candidato de la Concertación  con el apoyo del Partido Comunista.

 

APENAS UNA SONRISA 

Dijeron que llegaba la alegría cuando asumió  la Presidencia de la República Patricio Aylwin el 11 de marzo de 1990. Fue apenas una fugaz sonrisa. Quizás una mueca. La Concertación recibió el gobierno con fuertes ataduras pinochetistas, con las que siguió actuando.

El 21 de marzo, fueron encontrados los restos de dos detenidos desaparecidos en los terrenos militares de  Peldehue. A comienzos de junio se descubrieron, en perfecto estado, los cadáveres de  21 asesinados en Pisagua.

En septiembre, los miembros de la AFDD, encabezados por Sola, participaron en dos de los hechos más significativos de ese año: el traslado de los restos de Salvador Allende a su tumba en el Cementerio General  y la colocación de la primera piedra del Memorial en homenaje a los Detenidos Desaparecidos y a los Ejecutados Políticos, en ese mismo cementerio.

 

EN PAINE

El 12 de enero de 1991, Sola Sierra encabezó los solemnes, masivos e impresionantes funerales de 17 campesinos detenidos desaparecidos en Paine.

 

CONFIRMANDO PARTE DE LA VERDAD 

El 4 de marzo de 1991, el Presidente Patricio Aylwin entregó oficialmente al país,  a través de una red de televisión, el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, conocido como Informe Rettig, donde se confirmó parte de los crímenes de la dictadura. Se refirió sólo a las víctimas asesinadas. No se planteó los casos de detenciones, torturas, campos de concentración, exilio ni exoneraciones.

Tampoco se entregaron nombres de los culpables. No contribuyó, por tanto, a hacer justicia. Pero fue un paso importante.

Sola, refiriéndose a la Comisión Rettig, declaró: “El propio decreto de creación  limita las funciones de esa entidad”.

En abril, Sola viajó a Estados Unidos, donde participó como panelista en una Conferencia sobre los Derechos Humanos.

Hacia fines de mayo se efectuó en Santiago la XI Semana del Detenido Desaparecido.

Entre el 3 y 11 de  noviembre Chile fue sede del XI Congreso de FEDEFAM. En su preparación y desarrollo, Sola Sierra mostró en plenitud sus grandes cualidades: audacia, optimismo, capacidad organizadora, además de la  enorme confianza depositada en ella por amplios sectores. El Congreso fue todo un éxito y su clausura, que tuvo lugar el 9 de ese mes  en el Estadio Santa Laura, se constituyó en  un acto inolvidable. Entre otros artistas, estuvo presente el solidario Grupo Illapu.

 

COMO EN LA DICTADURA 

Pinochet ordenó el “boinazo” del 28 de mayo de 1993, una nueva demostración de fuerza de los fascistas. Ante ello retrocedió el Presidente Aylwin.  Empezó a hablar de “verdad y justicia en la medida de lo posible”.

El 11 de septiembre de 1993, una columna que marchaba fue violentamente reprimida por carabineros, siendo atropellado y muerto un trabajador en plena Alameda.  En la plazoleta del Cementerio General habló Sola Sierra. Dijo: “Estamos en este lugar para rendir homenaje a todos los compañeros cuyas vidas fueron segadas por el odio y la brutalidad de un régimen de facto, de una dictadura militar, que sembró muerte y terror durante casi 17 años...

Luego habló  Gladys Marín, secretaria general del PC de Chile. Sus palabras fueron interrumpidas por inesperados y mortales balazos de carabineros. Allí cayó asesinado Octavio Araya Ortiz, militantes de las Juventudes Comunistas de Chile.

 

SE INAUGURA EL MEMORIAL

El 26 de febrero de 1994, fue inaugurado el Memorial del Detenido Desaparecido y del Ejecutado Político.  

Entre el 11 y 15 de agosto de1994, Sola participó en el XX Congreso del PC, evento en el cual fue reelegida miembro de su Comité Central.

El  20, tuvieron lugar los funerales de catorce detenidos desaparecido. Ese mismo día, Sola es la única oradora en un acto para conmemorar los 35 años de labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, efectuado en la sede de la CEPAL.

El 10 de septiembre, fueron llevados al Memorial otras ocho víctimas de la tiranía. En la ceremonia actuó el grupo Illapu.

 

SIN DARSE DESCANSO 

Sola Sierra no se daba descanso.  Sólo recordemos algunas de sus muchas actividades.

Del 2 Al 9 de abril de 1995, participó en un Congreso Extraordinario de FEDEFAM en Montevideo

El 27 de mayo pronuncia el discurso en el acto de inauguración de la XV Semana del Detenido Desaparecido en Santiago.

Fue uno de los oradores en un acto de la CUT realizado el 9 de noviembre en la Alameda.

El 20 de agosto de 1997 viajó a España a entregar su testimonio ante el juez Manuel García Castellón. Luego, emprendió una gira por Bélgica, Francia, Inglaterra, Alemania y Holanda, denunciando los intentos por imponer la impunidad en Chile. Regresó al país el 31 de octubre.

A comienzos de mayo de 1997,  fue afectada por   una neumonitis.

 

UN ACCIDENTE EN SU DOMICILIO 

Jueves 14 de mayo de 1998. Sola estaba en cama. Era mediodía y almorzaba. Sintió náuseas. Se levantó para ir al baño. Caminó unos pasos y cayó desplomada, sin conocimiento. Su hermana Adriana sintió el golpe y corrió a verla. Intentó reanimarla. Lo logró después de algunos segundos. Llamó a la Unidad Coronaria. La llevaron a la Posta de Maipú. La cosa era seria, pues estaba comprometida la columna. La trasladaron a la Posta Central. El diagnóstico señaló que debía operarse. Fue enviada a la casa. La operación, tan temida por todos, tuvo lugar en la Posta Central el  jueves 6 de junio y fue exitosa.

 

EN EL XXI CONGRESO DEL PC DE CHILE

Aún convaleciente, Sola Sierra participó en el XXI Congreso Nacional del Partido Comunista, realizado entre el 15 y 18 de octubre de 1998 en Santiago. 

El sábado 17, en pleno desarrollo de  ese evento, se conoció  la inesperada y gran  noticia: ¡Pinochet estaba detenido en Londres!

 

VIAJANDO A LONDRES 

La noticia de la detención del tirano dio nuevas fuerzas a la convaleciente Sola Sierra.

Fue la principal oradora de un gran mitin realizado en el Parque O’Higgins, la “Fiesta de la Justicia”, al que concurrieron unas 30 mil personas.

De inmediato quiso viajar a Londres. Su médico le recomendó que no lo hiciera, pero al verla tan decidida, le dio tres recomendaciones: que fuera acompañada, que usara todo el tiempo el cuello cervical ortopédico y que no cargara maleta ni siquiera cartera.

Voló el 1º de noviembre de 1998. Apenas llegó a la capital inglesa, participó en variadas actividades: pronunció discursos, bailó la “Cueca Sola”, asistió a una audiencia en la Cámara de los Comunes, donde entregó su testimonio.

Viajó a España el 14 de noviembre, donde recibió el Premio Alfonso Comín. Volvió a Londres el 21 de ese mes, participando en más acciones, hasta que regresó a Chile el  30 noviembre.  Estaba agotada, las manos adormecidas, con dolores en la columna. Debía darse algún reposo. Llegó a Santiago el 1º de diciembre, el día de su cumpleaños. Fue recibida en el aeropuerto con flores y cantos: “Cumpleaños feliz...”

 

DE NUEVO EN EUROPA 

El sábado 5 de diciembre de 1998 Sola Sierra viajó a París, invitada por la UNESCO para participar en la Cumbre  de Defensores de los Derechos Humanos, a celebrarse entre el 8 y 11 de ese mes. Este evento tenía por objeto conmemorar los 50 años de la Declaración de los Derechos Humanos. Al cierre de la jornada, Sola fue invitada al escenario a cantar el “Venceremos”, mientras todos los asistentes la escuchaban de pie.

Regresó a Santiago el martes 22 de diciembre. Tuvo muchas actividades. Una de ellas, fue una frustrante y estéril entrevista con el Presidente Frei Ruiz-Tagle.

El martes 19 de enero de 1999, Sola Sierra emprendió su tercer y más prolongado viaje a Europa. En Londres participó en diferentes acciones. Fue invitada a París a un acto de solidaridad en la Universidad de La Sorbone. En la capital gala tuvo muchas otras actividades.

Retornó a Chile el domingo 7 de diciembre de1999.

 

“JUSTICIA NADA MÁS...” 

Bajo la convocatoria “Justicia nada más, pero nada menos” se desarrolló en Santiago, entre el 23 de mayo y el 3 de junio de 1999, la XIX Semana Internacional del Detenido Desaparecido. Culminó con un multitudinario acto en el Estadio Nacional. Más de 50 mil personas, la mayoría jóvenes, concurrieron al llamado de la AFDD.

Hubo un desfile de artistas y grupos musicales. La única oradora fue Sola. Habló acompañada en el escenario por un elevado número de  personalidades del mundo cultural, político y artístico. Dijo en parte de su discurso:

“El arresto de Pinochet  es nuestro logro y el de todos aquellos que –en Chile y en cualquier parte del mundo- han contribuido a esta gesta titánica de impedir la impunidad y abrir los caminos de la justicia. Pero hoy el peligro más grave lo representan quienes intentan, en medio de las  sombras del secreto y del silencio, imponer en nuestro país pactos espurios que sellen la impunidad... Queremos decir con claridad una vez más,  que en Chile  sólo habrá verdadera democracia cuando haya verdad y justicia...”

 

“UNA MUJER QUE HIZO LO QUE TENÍA QUE HACER”

A mediados de junio de 1999 una periodista de “La Tercera” entrevistó a Sola. En esa ocasión la Presidenta de la AFDD habló de lo que le gustaría estar haciendo en diez años más: “Me veo contando lo que pasó en mi país.  Es que yo nunca descansaré. ¡No descansaré hasta que me muera! ¿Sabes? Me veo en la Casa de la Memoria que se levantará en calle Cumming, cerca del Parque de los Reyes. Lucho todos los días para que este país cambie y se enfrente, por doloroso que sea, a la verdad, a la tragedia que vivió...”

Le preguntó la periodista: -¿Cómo le gustaría que la recordaran los chilenos?

-“Simplemente como una mujer que hizo lo que tenía que hacer”

-¿Le teme a la muerte?

-“La gente se muere y se convierte en polvo. Lo que  queda es lo que esas personas  fueron”.

Cuando hizo esas declaraciones su salud estaba muy desmejorada. Consultó facultativos y se hizo muchos exámenes. El diagnóstico fue: o se operaba o quedaba inválida. La intervención, calificada como de rutina, se fijó para el 1º de julio de 1999.

Dos días antes de ella, el martes  29 de junio, Viviana Díaz, la visitó en su casa. Conversaron largamente. Una de las preocupaciones de Sola era que se consumara la maniobra por lograr la impunidad de Pinochet. Quedaron de seguir estudiando los pasos a dar. Sola estaba optimista. Se despidieron hasta el jueves o viernes...

 

SU MUERTE NOS GOLPEÓ A MUCHOS 

Pero ese  jueves 1º de julio de 1999, su corazón –lo más grande que tenía Sola- no resistió. Dejó de latir cuando faltaban 25 minutos para las 3 de la tarde.

La sorpresiva  noticia golpeó a muchos, en Chile y en el mundo.

Sus funerales, efectuados el sábado 3, fueron masivos, donde participaron no sólo sus compañeros del Partido Comunistas, los familiares de la AFDD, sino que gente de todos los sectores. Sola, se había ganado el cariño y el respeto de millones de personas.

Era un ejemplo de honestidad, de valor, de entrega a los altos ideales del ser humano.

 

“HAY QUIENES LUCHAN TODA UNA VIDA...”  

Como escribió el poeta alemán Bertolt Brecht:

 

“Hay hombres que luchan un día

 y son buenos.

 Hay otros que luchan un año

y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años

y son muy buenos.

Pero hay quienes luchan toda la vida,

Esos son los imprescindibles”

 

                                  

Sola Ángela Sierra Henríquez es uno de ellos.  Merece ser llamada una imprescindible.

Por eso, miles de personas la despidieron con rojas banderas y gritando una gran verdad:   “¡Compañera Sola Sierra, presente, ahora y siempre!”