Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
La
represión alessandrista ha llegado a Valparaíso. Varios dirigentes son detenidos. Uno de ellos es Leonardo Cifuentes,
secretario general de la
Unión Regional de la FOCH. En
esas difíciles circunstancias, pasa a reemplazarlo Juan Vargas Puebla.
En la
nueva función, multiplica sus esfuerzos unitarios. Luego de perseverantes gestiones, y contando
con el apoyo del Partido, logra la realización de un Congreso de organizaciones
gremiales.
En ese
evento surge la
Federación Sindical de Aconcagua, de la cual es elegido
Secretario General.
“Es éste
-afirma Nicomedes Guzmán- un reconocimiento a su aguerrida posición de luchador
y a su perseverante actividad dentro de la causa de los trabajadores”.
En
representación de los gremios de la región de Valparaíso, viaja a fines de 1936 a Santiago, para
participar en uno de los más trascendentales eventos de la historia del
sindicalismo chileno.
CONGRESO
DE UNIDAD SINDICAL
El
periódico “La Opinión”,
de la capital, en su edición del viernes 25 de diciembre 1936 publica en la
primera plana el título:
“Hoy a
las 10 su inaugurará el Congreso de Unidad Sindical”.
Informa,
además, que el acto inaugural tendrá lugar en el Teatro Municipal.
El
encuentro ha sido convocado por tres organismos: la FOCH, central clasista
controlada por el PC, que a pesar de la represión sufrida sigue siendo la más
importante del país; la Confederación Nacional Sindical y la Confederación Nacional
de Trabajadores, ambas dirigidas por el Partido Socialista, fundado el 19 de
abril 1933.
El
Congreso de Unidad Sindical tiene lugar nueve meses después de haberse creado
el Frente Popular -el 26 de marzo- y
fruto del entendimiento allí logrado por los partidos de la Izquierda.
“La Opinión”, escribe el
sábado 26 de diciembre:
“Según
pudimos constatar en la reunión de ayer, existen estimaciones en un apreciable
sector de delegados al Congreso la siguiente mesa directiva”. Entrega cuatro nombres para presidente. “Uno es el de don Juan Vargas. También señala otro para el cargo de
secretario general”. (1)
El
domingo 27, el mismo periódico titula:
“Acción,
cohesión, lucha franca, características del Congreso de Unión Sindical”.
ELEGIDA
MESA DEL CONGRESO DE UNIDAD SINDICAL
Luego,
bajo el subtítulo “Se eligió mesa directiva del Congreso”, informa que para
presidente Juan Ojeda, delegado del Puerto Natales, obtuvo 347 votos y Juan
Vargas, de Valparaíso, 246. Agrega que
fue elegido secretario general Juan Díaz
Martínez, con 343 subsecretario y subsecretario general Salvador Ocampo, con
248. (2)
El Congreso
concluye el domingo 27 y cumple plenamente su objetivo: de él surge la Confederación de
Trabajadores de Chile, CTCH, la segunda central sindical clasista en la
historia del movimiento obrero chileno.
LA MASACRE DE LA PLAZA BULNES
La CTCH juega desde su fundación un importante rol en las luchas de los
trabajadores.
Por
ejemplo en enero de 1946, convocó a una concentración solidarizando con los
trabajadores de las oficinas salitreras Mapocho y Humberstone en la Plaza Bulnes. Se
realizó el 28 de enero de 1946. Allí
carabineros perpetraron una sangrienta masacre. Asesinaron a seis obreros. Entre ellos a la dirigente
juvenil comunista Ramona Parra.
A los
pocos minutos de haberse consumado la masacre de la Plaza Bulnes, el
Vicepresidente Alfredo Duhalde decretó
el Estado de Sitio y designó como ministros a los tres comandantes en jefe de
las Fuerzas Armadas.
La
respuesta de los trabajadores fue imponente: los masivos y combativos funerales
de las seis víctimas y un gran paro general, convocado por la CTCH, que se inició el
miércoles 30 de enero de 1946.
SE
INTENTA VOLVER A LA
NORMALIDAD
Los
partidos de la
Alianza Democrática (entre ellos el Partido Comunista) y la Falange Nacional
realizaron esfuerzos por lograr la vuelta a la normalidad. Se entrevistaron con Duhalde. Después de largas discusiones acordaron, en
la mañana del jueves 31, constituir un Gabinete formado por los partidos
Radical, Democrático, Falange Nacional, Socialista y Socialista Auténtico, con
apoyo del Partido Comunista. Este
Ministerio tendría por misión la realización de un plan mínimo destinado a
poner fin a la sedición y a solucionar los más apremiantes problemas del
pueblo. En base al compromiso contraído
por el Vicepresidente la CTCH
suspendió el paro el 31 de enero.
LA TRAICIÓN DE BERNARDO IBÁÑEZ
Pero
Duhalde no cumplió. Contrariamente a lo
prometido, formó un Gabinete llamado del “Tercer Frente”.
Ante
esta burla, la CTCH
– por acuerdo unánime de su Consejo Nacional -, resolvió reanudar el paro el 4
de febrero. El día 6, el secretario
general de la CTCH
y militante socialista Bernardo Ibáñez Águila llamó, desde el Salón Rojo de La Moneda, a romper el
paro. A pesar de esta maniobra
divisionista, el movimiento continuó exitosamente. La poderosa presión de los trabajadores fue
conquistando importantes logros: se paralizó la aplicación de la política
terrorista, fue derogado el Estado de Sitio, se devolvió la personalidad
jurídica a los Sindicatos Humberstone y Mapocho; el gobierno se comprometió a
poner fin a las ilegales zonas de emergencia, lo que cumplió diez días después;
la Compañía
Salitrera de Tarapacá y Antofagasta retiró las demandas
contra los sindicatos.
EXPULSIÓN
DE IBÁÑEZ: DOS CTCH
Entonces,
la CTCH acordó– el 9 de febrero – poner fin al
victorioso Paro General. Al mismo
tiempo, el Consejo Nacional de esta central expulsó a Ibáñez Águila por haber
traicionado el acuerdo de Paro, al cual él mismo había concurrido con su voto.
Esta medida,
rechazada por los dirigentes socialistas, motivó la división de la CTCH.
A partir de febrero de 1946 funcionaron dos CTCH. Una orientada por el PC y dirigida por
Bernardo Araya Zuleta. La otra
controlada por el PS y encabezada por Bernardo Ibáñez Águila.
La
división de la CTCH
se produjo cuando estaba en marcha un aún débil proceso de unificación
sindical. La mayoría de los obreros
organizados reconocían filas en la CTCH. Otro
sector se agrupó en la
Confederación General de Trabajadores, CGT, de tendencia
anarcosindicalista, fundada en 1931. La CGT vivía hacia 1946 un
fenómeno de desintegración. Reunía sólo
a unos pocos sindicatos: del Cuero y Calzado, de trabajadores de imprenta,
marítimos y sectores de la construcción.
LOS
GREMIOS DE EMPLEADOS
Los
empleados particulares estaban agrupados en tres entidades nacionales: la Federación de Instituciones de Empleados
Particulares, fundada en 1931; la Confederación de Empleados Particulares, creada
también en 1931, y la
Confederación Nacional de Sindicatos de Empleados
Particulares, formada en 1943.
Por su
parte, los Empleados Públicos iniciaron la constitución de sus organismos
nacionales sólo en los años cuarenta. En
1943, surgió la Agrupación
de Empleados Fiscales, ANEF; en 1944, nació la Federación de
Educadores de Chile, FEDECH, que reúne a los profesores de todas las ramas de
la enseñanza estatal, con excepción de los universitarios.
En 1945,
se fundó la
Asociación Nacional de Empleados Semifiscales, ANES.
LA
CONFERENCIA NACIONAL DE LA CTCH
En marzo
de 1946, presidida por Bernardo Araya, se realizó la Segunda Conferencia
Nacional de la
CTCH. Participaron
veinte Consejos Provinciales, la casi totalidad de las Federaciones Nacionales,
más algunos Consejos Departamentales y Sindicatos especialmente invitados.
Esta
conferencia tuvo un sello unitario, pues asistieron a ella trabajadores
radicales, democráticos, falangistas, comunistas y sin partido. El balance realizado demostró que desde 1943 a fines de 1945 se
llevaron a cabo 2.843 conflictos colectivos.
La
Segunda Conferencia hizo un
llamado unitario a los dirigentes y socios de la Confederación General
del Trabajo, CGT, de tendencia anarcosindicalista. Esta central había repudiado los intentos
divisionistas y expresado su disposición a superar los problemas que afectaban
al movimiento sindical. Se les invitó
concretamente a participar en la Comisión Preparatoria
del Tercer Congreso Nacional de la
CTCH y, en ella, elaborar democráticamente las bases de ese
torneo, respetando la voluntad de la clase obrera y las diversas tendencias
ideológicas existente dentro del movimiento obrero. Idéntico llamado se efectuó a los obreros
socialistas de base.
“Además
– como anota Bernardo Araya en el artículo ‘La segunda Conferencia de la CTCH: sus tareas y futuro’,
publicado en la revista ‘Principios’ Nº 58, de abril de 1946–, la Conferencia destacó la
necesidad de ampliar la acción fraternal con las organizaciones de empleados
públicos y particulares en torno a la lucha por los problemas y
reivindicaciones comunes, por la defensa de la democracia y las conquistas
sociales”.
UN 1º DE
MAYO CON DOS ACTOS PARALELOS
A
comienzos de 1946, la CTCH
era el organismo sindical más amplio existente en el país. Pero se dividió en febrero, por la traición
de quien era su secretario general.
A
consecuencia de esa nefasta división,
1º de mayo de 1946, tuvieron lugar en Santiago dos actos paralelos para
conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores. En uno, el principal orador fue Bernardo
Ibáñez; en el otro, el más masivo, habló Bernardo Araya.
¿QUIÉÑ
ERA BERNARDO IBÁÑEZ ÁGUILA?
Algunos
antecedentes ayudan a explicar la actitud asumida por Bernardo Ibáñez en
febrero de 1946. A
comienzos de ese año tuvo lugar en Miami una reunión en la que participaron
tres sindicalistas contrarrevolucionarios cubanos – Mujal, Aguirre y Arévalo -,
con dirigentes de la
Federación Americana del Trabajo (American Federation of
Labor).
Guillermo
Alonso y Enrique Viguier en su obra ‘La corrupción política y administrativa en
Cuba 1944-1952’
informan que en esa reunión secundaban a los contrarrevolucionarios cubanos “el chileno Bernardo Ibáñez y el
argentino Romualdi. Buscaban los
traidores al movimiento obrero cubano un apoyo continental en la poderosa
central sindical de tendencia ‘amarilla’ y pro patronal”.
¿CÓMO
TERMINÓ IBÁÑEZ ÁGUILA?
En las
elecciones del 4 de septiembre de 1946, Bernardo Ibáñez fue candidato
presidencial del Partido Socialista.
Posteriormente viajó a México, donde ejerció como profesor en una
Escuela Sindical de la Organización Interamericana de Trabajadores,
ORIT, que funciona en Cuernavaca. En
ella se capacita a dirigentes sindicales “amarillos” y divisionistas.
Luego de
vivir varios años en el extranjero, Bernardo Ibáñez regresó a Chile en 1970,
para participar en la
Campaña Presidencial.
Pero no lo hizo apoyando a su ex camarada Salvador Allende, sino al
abanderado de la oligarquía y del imperialismo, Jorge Alessandri Rodríguez,
hijo de Arturo Alessandri Palma.
BERNARDO
ARAYA ZULETA
Muy
distinta fue la conducta seguida por Bernardo Araya Zuleta, que quedó al frente
de la otra CTCH. Se mantuvo leal a la
clase obrera, al movimiento sindical y a su partido, el Partido Comunista de
Chile. Participó en 1953 en la fundación
de la Central
Única de Trabajadores de Chile, CUT, en la que ocupó el cargo de Secretario
Nacional de Organización. Fue varias
veces elegido diputado. Durante la
dictadura fascista continúa la lucha en la clandestinidad. El 2 de abril de 1976 fue detenido, junto a
su esposa María Olga Flores Barraza, de 62 años de edad, sus nietos Vladimir,
Ninoska y Eduardo, más su cuñado Juan Flores Barraza.
El
arresto se produjo en su casa de calle Barros Luco Nº 1220, de Quintero, en un
operativo llevado a cabo por ocho agentes de la DINA. Posteriormente el cuñado y
los niños fueron dejados libres.
Bernardo Araya Zuleta, que al momento de su detención tenía 70 años de
edad, y su compañera pasaron a formar parte de la larga lista de detenidos –
desaparecidos.
DE NUEVO
UNIDAS LAS DOS CTCH
Hacia
1950 ambas CTCH formaron parte de un Comando Nacional contra las Alzas. Más
adelante se unieron constituyendo el Comité Nacional de Obreros y Empleados.
Con tal participan en la
Comisión Nacional de de Unidad Sindical, que convocó al Congreso Constituyente de la Central Única de
Trabajadores de Chile.