lunes, 5 de diciembre de 2022

“Vamos mujer, partamos a la ciudad…”

 


Comentario radial y escrito.

 

 

 

 


 

Hablan de la polarización entre los habitantes y de hegemonizar las latitudes, los sentidos. 

Que soberbia más impía. 

El tiempo y el movimiento nos trae, nos hunde y nos lleva como ramitas por el Iguazú. 

Siento, sin embargo, que el universo entero, nuestra galaxia y nuestro planeta, nosotros, los seres humanos, somos la ecuación química y biológica perfecta. 

No hay nada más perfecto que el ser humano. 

Coordinar, darles pega y razón a 27 huesos de una mano y muñeca, es de una ingeniería tan maravillosa como esa gota de sangre viajando por un túnel, tan perfecto como es el respirar o el palpitar del corazón. 

Es como el sonido hecho palabra. 

Sin embargo, somos el sentir del Tamarugo, que, por codiciar oro y plata, le roben a la tierra subterránea el agua. 

Y ahí se queda el arbolito, muriendo de a poco de sed. 

Matan la biología, la geografía y el maíz. 

El género humano está segmentado por la aplicación de la “cachativa”, por el recibo de una herencia, por obligación y mandato, por la sumisión ignorante y por el crimen. 

No es primera vez que hablo de estas cosas, de las clases sociales, de la lucha entre las clases, de sus dormitorios y refugios, de sus comedores y jaulas. 

No es primera vez que hablo de los antagonismos de clases. 

Hacer una práctica de vivir el combatir las diferencias del existir, se pueden hilvanar democracias, soberanías. 

No creo que existan habitantes que les fascine andar hambriento; algunos si, se acostumbraron, otros, muy buena gente, esperan bondadosos encontrar justicia por otras vidas… 

Otros transforman la diferencia entre comer y no comer en una lucha de clases imparable. 

Esa inmensa diferencia social que ha existido y que existe arrolladora, criminal y corrupta, a individualizado a organizaciones y a seres humanos a morar obligados algunos, a un lado o al otro lado de la infamia social. 

Esta cuestión de habitar y vivir es una lucha complicada, muy complicada. 

Los habitantes que van conmigo les decimos “conciencia de clase” … 

Los que andamos “pegándole a la perra”, “picaos” con el hacer de algunos, decimos que no tienen ni “instinto de clase”. 

Para entender el hambre, la ignorancia, la explotación del hombre por el hombre, hay que sentir, saber, vivir la lucha de las clases. 

Si no proteges tu identidad de ser humano, si no buscas las razones de tu pan y libro, estarás siempre atado a la ignorancia de todo. 

Los últimos 10 años han sido para mí, un hacer de trincheras a mordiscos. 

Como podemos ser tan disparejos en el hacer y en el mirar; sentir, saber que te ahoga el mismo alambre de púa que atormenta al mundo asalariado. 

Nos pegan en el suelo, nos entierran, nos desentierran, nos queman…” Y dale con que las gallinas mean” 

Por eso, meses que ando desencontrado con los sucesos en El Salvador… 

Los dos últimos comentarios radiales versaban sobre ello; tenía que gritar. 

La incertidumbre es muy fea. 

Cuando se fue a las pailas la Unión Soviética, cuando criminalizaron el muro en Berlín y el pacto de Varsovia dejo de existir y permitió al imperialismo militarizar encomiendas y pilastras, experimente lo mismo… 

Vulnerabilidad. 

El poderío del riquerio es indiscutible, al mismo tiempo, una conciencia de clase, un sentido de clase, diferente, dialéctica, va germinando… Se injerta en el mundo asalariado, se almaciga y se transforma en una rebeldía que tiene al imperialismo neoliberal, en un pánico creciente y complejo. 

Y esa rebeldía se agiganta en la lucha de clases. 

Y por ahí se vienen mis interrogantes. 

La invasión de Rusia a Ucrania tiene su explicación; Hay argumentos y un tiempo de 8 años que se venía anunciando. 

A medida que los meses corren negros y tristes, con frio y con mentiras, los países del mundo, sus pueblos, comienzan hoy a dudar del ejercicio hediondo e hipócrita de los dirigentes de la Unión Europea y de la OTAN. 

También tiene explicación y se entiende que Colombia, siendo presidente Juan Manuel Santos sea el único pais latinoamericano perteneciente a la OTAN. 

Siendo Santos, ministro de Defensa, se dio a conocer en el mundo entero la tragedia criminal de los “falsos positivos”. 

Quizás una identidad de alargo que obtienen los Nobeles de la paz. 

Tampoco fue extraña tiempo atrás, la presencia de la OTAN en Concón, Chile. 

Tampoco es extraño que el patriarcado implantado por la fuerza y por el miedo, tenga que utilizar al fascismo como carne de cañón para enfrentar al feminismo o al desarrollo de la conciencia de clase del proletariado. 

Pero si, es muy extraño para mí, muy extraño, los versales entre Venezuela, Nicaragua y El Salvador. 

Se me asoma iracundo Neruda: 

“Y si se atreven a tocar la frente de Cuba por tus manos “Fidel” libertada, encontrarán los puños de los pueblos, sacaremos las armas enterradas: la sangre y el orgullo acudirán a defender a Cuba bienamada.” 

Algo no concuerda. 

En tiempos álgidos de la lucha de clases, el pueblo, ese que hace las cosas, se debe proteger, arroparse sin fronteras. 

El neoliberalismo es la actualización del liberalismo salvaje y ciego que impide que los pueblos del mundo tengan una identidad soberana. 

Quiera el dios de los coloraos que este equivocado. 

La delincuencia es producto de la deshumanización de la política, es su cascarria, es la ausencia de escrúpulos y de empatía, esa delincuencia mata y puebla cárceles y mazmorras. 

Esa delincuencia, en su inmensa mayoría es un pobrerío engañado, ignorante, mentido, utilizado. 

Se transforma en un lumpen proletario organizado. 

El riquerio delincuente y apresado, vive de otra manera. 

En los medios de comunicación lo publican en letra chica y los estrados judiciales, los mandan a pagar un moco y a estudiar ética y moral. 

Y puede ocurrir, que esa delincuencia desenfrenada, dispersada y camuflada y más encima en instancias de poder, se le vaya al neoliberalismo imperialista, de las manos. 

Así ocurrió en Alemania con el nazismo; 55 millones de cadáveres repartidos por Europa, por el extremo oriente, por áfrica. 

La delincuencia, actitud del vivir miserable, hoy en día es una maleza depredadora y de clase universal, que entorpece incluso, el desarrollo de su propio creador, el Capital. 

Es un fascismo desbocado. 

Su existencia brutal y hoy encarcelada en El Salvador, país poseedor de una historia disparada, con lideres guerrilleros asilados en Nicaragua, dan para escribir un libro. 

Son miles de soldados y policías en cacerías. 

Cientos de presos y muchos condenados a miles de años de prisión. 

Este hacer en El Salvador me grita a una reflexión, a un caminar para atrás. 

La vida republicana de los países de nuestro sur, exceptuando a la Morena Cuba, ha estado y en algunos, está al servicio del capital. 

Las fuerzas armadas, las armas en general, los poderes facticos, han existido para enmudecer, para olvidar a Simón Bolívar, a Manuel, al General Carlos Prats. 

Mas de 5 organizaciones de izquierda y de extrema izquierda, muriendo y matando, dejaron lo vegetal y se hicieron caminantes de veredas. 

El FMNL, Frente Farabundo Martí para la liberación Nacional. 

Suena lindo. 

Conquistaron el poder ejecutivo, gobernando el pais por 10 años consecutivos. 

Transcurriendo 1000 días, al gobierno de Salvador Allende lo mataron. 

¿Dónde están esos soldados de Farabundo helechos? 

¿Dónde está el riquerio salvadoreño? 

¿Andan en cacerías para engañar la perdiz? 

¿Por donde habita Rafael Arce Zablah, Roque Dalton? 

¿Por qué la Unidad Popular no salió de cacería? 

¡Fidel, Raúl, Miguel, Nicolas, Lula, Evo, Rafael! 

Que hay detrás de las bambalinas. 

¡Quien empuja! 

Se imaginan que el presidente de los Estados Unidos de Norte América ordene salir de cacería en su propio país y dejar al resto en paz y en su propio vivir. 

¿Qué pasaría en Kiev? 

¿Qué pasaría, en Moscú, en Bruselas, en México? 

Actualmente, mas menos, 75 ex agentes del fascismo chileno cumplen condenas por crímenes de lesa humanidad…Y los acusados sobrepasan los miles. 

El oficio de las armas en un pais subordinado a intereses extranjeros, son una maestra con polillas.


Alejandro Fischer Alquinta 

Estocolmo, con menos 4 de temperatura y un 5 de diciembre.