sábado, 23 de octubre de 2021

A 52 AÑOS DEL “TACNAZO”

 


Ocurrió el 21 de octubre de 1969:

 

    A 52  AÑOS DEL “TACNAZO”

 

 

 

                                          Iván Ljubetic  Vargas, historiador del

                                          Centro de Extensión e Investigación

                                          Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

                                  


 

No fue casual que, sólo once días después de la creación de la Unidad Popular, tuviese lugar el llamado “Tacnazo”. Se da ese nombre al movimiento “gremial” protagonizado por el Regimiento Tacna de la guarnición de Santiago. Este se declaró en rebeldía el 21 de octubre de 1969, exigiendo reivindicaciones económicas y profesionales. Encabezaba la acción subversiva el general Roberto Viaux Marambio, que la noche anterior había llegado desde el norte, donde se ubicaba el Regimiento al cual está destinado. Esto prueba que la acción del Tacna no era algo espontáneo, sino resultado de la deliberación, confabulación y planificación previas. Intentos similares en otras guarniciones del país, fracasaron.

Los complotadores no encontraron apoyo en la mayoría de la oficialidad. Sin embargo, ello no significaba que la rebelión liderada por Viaux no contara con simpatía y respaldo en las fuerzas armadas. Las reivindicaciones por él planteadas eran muy sentidas.


EL PARTIDO COMUNISTA 

El 21 de octubre de 1969, día en que se inició el “Tacnazo”, el Partido Comunista emitió una Declaración Pública, firmada por la Comisión Política del Comité Central  y citada por el compañero Luis Corvalán en su libro “Camino de Victoria”, donde se señalaba:

“Se ha iniciado una acción sediciosa que se orienta a la liquidación de las libertades y garantías democráticas conquistadas por la clase obrera y el pueblo. Este no es un conflicto entre civiles y militares ni entre el gobierno de Frei y la oposición, sino una amenaza contra la Patria y contra el derecho del pueblo a abrirse paso a la conquista del Gobierno Popular.

La sedición y el Golpe de Estado en marcha han sido posible por la conciliación del gobierno democratacristiano con los enemigos seculares de nuestro pueblo.

Estos, con los que se ha conciliado, son ahora los que están detrás del alzamiento, los generales civiles del golpe de Estado.

Lo que pretenden los momios del Partido Nacional, entre ellos antiguos nazis, al promover la sedición, es totalmente opuesto a las legítimas aspiraciones de todos los sectores del pueblo. El golpe de Estado no lleva a la solución de los justos anhelos de los personales de las Fuerzas Armadas.

Debe ponerse término a la conciliación. Exigimos medidas enérgicas contra la reacción que traiciona a Chile. Llamamos a la movilización de la clase obrera, de los campesinos, de los pobladores, de los estudiantes y de todos los chilenos dispuestos a defender sus derechos.” (Citado por Luis Corvalán Lépez en “Camino de Victoria”, páginas 287 y 288)

 

LA POSICIÓN DEL PARTIDO SOCIALISTA

El Partido Socialista tuvo una visión distinta del movimiento militar. Por eso, en una Declaración Pública, emitida ese mismo días 21 de octubre, decía:

“El Partido Socialista llama a los trabajadores, no a defender la institucionalidad burguesa, sino a movilizarse para imponer sus reivindicaciones sociales y políticas, amenazadas por las fuerzas reaccionarias que pretenden utilizar el movimiento reivindicativo militar...”  (Citado por Casanueva y Fernández en “El Partido Socialista y la lucha de clases en Chile”, páginas 230 y 231) 

EL GENERAL PRATS: “TENÍA UNA FINALIDAD POLÍTICA” 

Un coletazo del “Tacnazo”: se dio de baja al comandante en jefe del Ejército, general Castillo y en su lugar se designó al general René Schneider, partidario de la no intervención del ejército en política. 

Refiriéndose a la  acción sediciosa del 21 de octubre de 1969, el general Carlos Prats escribió en sus “Memorias”:

“Mucho hincapié posterior se hizo en torno a las verdaderas intenciones de Viaux, al acuartelarse en el ‘Tacna’, secundado por el capitán Mora y otros oficiales. Quienes estaban comprometidos en el complot o políticamente tenían interés en minimizarlo, han argumentado que el ‘acuartelamiento’ de las unidades militares involucradas fue un acto simbólico de protesta que interpretaba el sentir mayoritario de la oficialidad ante la indiferencia del gobierno para dar solución a los problemas que afligían al Ejército...

Superado el complot, el General Marambio renunció a su cargo de Ministro de Defensa Nacional y el Presidente Frei designó en éste a su amigo y correligionario, Sergio Ossa Pretot.” (Carlos Prats González: “Memorias”, páginas 126 127) 

 

“A LAS CALLES”  

El PC y la CUT, que no se dejaron engañar por el “gremialismo” de la acción castrense, convocaron a los trabajadores y pueblo en general a salir a las calles a defender el régimen democrático. Ello, a pesar de estar en una decidida oposición.

Miles y miles de manifestantes salieron a la calle  a expresar su repudio a los sediciosos. En Santiago una impresionante masa rodeó La Moneda y calles cercanas al regimiento Tacna. En provincias la movilización adquiere ribetes de amplitud y combatividad.

En Temuco, tuvo lugar un hecho de enorme significado. La CUT y el Gobierno realizaron, en conjunto, un gran acto en la Plaza de Armas.

 

CÓMO VIVÍ EL TACNAZO EN TEMUCO

EL RECTOR ME LLAMA A SU OFICINA

El 21 de octubre de 1969 realizaba mi clase de Historia, en el VI A del Liceo N.º 1 de Hombres de Temuco. De pronto un inspector golpeó la puerta de la sala. Entró y me dijo que el Rector me llamaba urgente a su oficina. Muy sorprendido, dejé al inspector a cargo del curso y me dirigí rápidamente a la Rectoría. Allí estaba muy nervioso el rector Daniel Rodríguez, por entonces  activo dirigente democratacristiano.

-Iván, me dijo. Me han informado desde Santiago, que se ha producido un golpe de Estado. Yo sé que ustedes son de oposición, pero hay que hacer algo.

-De acuerdo, le dije. Los comunistas nos oponemos a cualquier golpe contra un gobierno constitucional. Te propongo dos cosas:

Primero, que me autorices a ocupar una sala y convocar ahí a todos los comunistas, profesores y alumnos de manera inmediata.

Luego, que una vez que me reúna con los compañeros, vamos los dos a entrevistarnos con el Intendente. El rector aceptó mis proposiciones

 

MOVIZANDO AL PARTIDO Y LA JOTA

Realizamos una amplia asamblea en el Liceo. Éramos unos 70 entre profesores y estudiantes comunistas. Informé lo que ocurría. Tomamos rápidos acuerdos: la mayoría a la calle a cumplir diversas tareas: unos, en especial los profesores, se dirigirían al local para dar la noticia y ponerse a las órdenes de los dirigentes que estuvieran allí; otros a convocar al Consejo Directivo Provincial de  la CUT en forma urgente para el medio día; otros a las poblaciones a poner en estado de alerta a los militantes del Partido y de las Juventudes Comunistas; los dirigentes estudiantiles, se quedaban en el liceo para recorrer curso por curso...

Me comuniqué por teléfono con los miembros del Secretariado del Partido para comunicarles las noticias y que me iba a entrevistar con el Intendente en mi calidad de Presidente de la CUT. Me autorizaron a hacerlo.

 

PREPARANDO EL ACTO 

Junto con Rodríguez conversamos con el Intendente, que nos amplió las informaciones.

Después de intercambiar ideas, llegamos a la conclusión que la Intendencia y la Central Única de Trabajadores debían convocar para esa tarde a las 19 horas a un acto de repudio a los golpistas en la Plaza de Armas. Que habría dos oradores: el Intendente y el Presidente de la CUT.

Finalizada esa conversación me dirigí al local del Comité Regional del Partido. Allí informé de lo resuelto en la Intendencia. Se tomaron medidas para asegurar el acto. A su vez, me comunicaron que desde el Comité Central se había recibido las instrucciones de movilizar a los más amplios sectores, que el Partido Socialista había adoptado la posición de no hacer nada por defender el gobierno de Frei.

Después me reuní, a medio día,  con el Consejo Provincial de la CUT. Luego de entregar las informaciones que tenía, se tomaron medidas concretas  para convocar a todos los gremios, confeccionar pancartas, llevar banderas chilenas, de la CUT, de los sindicatos.

MILES EN LA PLAZA DE TEMUCO 

El acto fue grandioso. Una cantidad impresionante de personas llegaron esa tarde de primavera a la Plaza de Armas. Muchas banderas chilenas y rojas, entusiasmo, consignas contra los golpistas, pancartas. Habló el Intendente. Me tocó cerrar  la concentración en mi calidad de Presidente de la CUT.

Soldados del Regimiento Tucapel estaban apostados a una  cuadra de la Plaza. Cuando, junto con el Intendente, fuimos a conversar con los oficiales  que estaban al mando de  esas tropas y pedirles explicación por tal despliegue de fuerzas, respondieron que “era para impedir que los extremistas se dirigieran a atacar el Cuartel...”

Ese histórico acto en Temuco del 21 de octubre de 1969 fue el único de ese tipo realizado en todo el país.

  

LA MOVILIZACIÓN NACIONAL FUE DECISIVA

La movilización popular y la falta de apoyo de otras unidades que, estando comprometidas con la acción, no se atrevieron a actuar, obligó a los subversivos a deponer las armas. Ello ocurrió el 22 de octubre. Se entregaron al comandante de la guarnición de Santiago, general Alfredo Mahn.

El Presidente Frei y el general Viaux Marambio firmaron el “Acta de Tacna”. Al respecto la Comisión Política del Partido Comunista, en Declaración del 22 de octubre  de 1969, señaló:

“Dicho acuerdo envuelve compromisos en el sentido de cambiar al Ministro de Defensa – lo cual ya se hizo -, realizar modificaciones en el Alto Mando del Ejército y dar satisfacción a las aspiraciones económicas de las Fuerzas Armadas, al mismo tiempo que se somete a la disciplina militar a los oficiales implicados, a los cuales se les garantizaría ‘un juicio justo sin ánimo de venganza’. En un Acta privada se contendrían otros compromisos.” 

Esa declaración agregaba que el Partido Comunista  “Felicita a sus militantes, a los trabajadores, estudiantes, hombres, mujeres, juventud de nuestro país que han escrito una página memorable en la defensa de los derechos del pueblo y de las libertades democráticas”. (Citado por Luis Corvalán en “Camino de Victoria”, página 288)