sábado, 8 de agosto de 2020

VI. SALVADOR ALLENDE GOSSENS, EL COMPAÑERO PRESIDENTE





                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                              Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER






SALVADOR ALLENDE GOSSENS UN REVOLUCIONARIO

Salvador Allende Gossens nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908. Por entonces, Chile tenía una población de tres millones de habitantes. La clase obrera cumplía 80 años de combativa existencia y  sumaba  250 mil trabajadores. De su seno había surgido Luis Emilio Recabarren, quien desde hacía 15 años participaba en la lucha social.
Al nacer Allende, habían transcurrido  seis meses de la masacre de la Escuela Santa María de Iquique.

El joven Salvador tenía 18 años cuando ingresó, en 1926, a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Un año más tarde se inició la dictadura del  general  Ibáñez.
Los sectores más consecuentes se opusieron a la tiranía. Entre ellos, los estudiantes universitarios. En primera fila estuvo Allende.  El 26 de julio de 1931 un amplio movimiento democrático hizo caer al dictador.

Chile vivió impactantes acontecimientos. A comienzos de septiembre de 1931 se sublevó la marinería de la flota de guerra.

En junio de 1932 un golpe cívico-militar dio nacimiento a la República Socialista, que duró  doce días,  siendo  derrocada el 16 de junio de 1932.  Ese mismo día, Allende fue detenido y encarcelado. Estando en prisión, falleció su padre. Le autorizaron para asistir  una hora a los funerales.

Ante la tumba de su progenitor  hizo  solemne promesa: “Desde este momento consagraré mi vida a la lucha social”. Era el 8 de noviembre de 1932. Cumplió con ese compromiso hasta el fin de su existencia.

Allende fue uno de los fundadores del Partido Socialista de Chile, surgido el 19 de abril de 1933.

El 6 de mayo de 1936 se constituyó el Frente Popular, primera coalición de izquierda de nuestra historia.

En los comicios presidenciales del 25 de octubre de 1938 triunfó el abanderado del Frente Popular, el  maestro radical Pedro Aguirre Cerda. El 28 de septiembre de 1939, cuando tenía 31 años, Allende asumió como Ministro de Salubridad. Ese mismo año, contrajo matrimonio con Hortensia Bussi.

En 1951 surgió el Frente del Pueblo, formado por el ilegal Partido Comunista y el  pequeño Partido Socialista de Chile.
El Frente del Pueblo proclamó a Salvador Allende  candidato a la Presidencia de la República.
En las elecciones presidenciales 4 de septiembre de 1952 se impuso el exdictador Carlos Ibáñez del Campo, apoyado por una amplia coalición, en que había  desde marxistas hasta fascistas.

Allende perdió. Sacó algo más de 50 mil votos (el 5,43% de los sufragios válidamente emitidos). Pero no fue derrotado.  Siguió luchando.

En febrero de 1956  nació el Frente de Acción Popular, FRAP,   que
proclamó la segunda candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República. Perdió  el 4 de septiembre de 1958.  Quedó segundo, detrás del derechista Jorge Alessandri Rodríguez. Pero, el avance de las fuerzas populares fue enorme. Los 51 mil votos de 1952 se convirtieron en 356 mil (el 28,51% de los votos válidamente emitidos).

El imperialismo tomó nota de ello. A partir de ese momento, adoptó una  enconada posición anti allendista.  Esto quedó comprobado en la campaña presidencial que debía culminar el 4 de septiembre de 1964.

Ya en 1962 el Presidente John Kennedy señaló “que era de interés de la seguridad nacional norteamericana que resultase elegido en 1964 el candidato Eduardo Frei Montalva”.

Esta  insolente intervención en nuestros asuntos internos fue respaldada por decenas de  millones de dólares, según  afirmó Edward Korry,   ex  Embajador estadounidense en Santiago.

Por su parte,  la jerarquía de la Iglesia Católica chilena emitió, con fecha 18 de septiembre de 1962, un documento donde se sostenía que “de una victoria del comunismo en Chile,  la Iglesia y todos sus hijos no pueden esperar otra cosa sino persecuciones, lágrimas y sangre”.

Triunfó Frei  en 1964, con el apoyo del imperialismo y de la derecha criolla.  Pero las fuerzas democráticas continuaban creciendo. Ahora Allende, candidato del FRAP,  obtuvo 997.902 votos (el 38,64% de los sufragios válidamente emitidos).

El 9 de octubre de 1969 se constituyó la Unidad Popular.

Y la cuarta fue la vencida. El 4 de septiembre de 1970 triunfó Allende. Obtuvo el 36,22% de los votos válidamente emitidos.

 Cuando amanecía el día 5, dijo en  emotiva improvisación pronunciada desde los balcones de la Federación de Estudiantes:

”Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo sólo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo...

“A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad  del Compañero Presidente...”

Después de 60 días al rojo, en que el Imperialismo  y todos los enemigos del pueblo recurrieron hasta al crimen para impedir la llegada de Allende a La Moneda,  el  3 de noviembre de 1970 se inició el Gobierno Popular, el período más brillante de la historia de Chile.

Salvador Allende encabezó el Gobierno Popular,   la hasta ahora más grande conquista del movimiento obrero chileno Fue el período de mayores avances económicos, sociales y políticos para el país y el pueblo.

El 2 de diciembre de 1971, en el acto de despedida de Fidel Castro en el Estadio Nacional, un día después  que el fascismo  mostrara  sus garras en Santiago, el compañero Presidente dijo:

“Yo no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado...
Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé el Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado.
No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el Programa del pueblo”.

11 de septiembre de 1973.  Atacado por las tropas fascistas, Salvador Allende proclamó  a través de Radio Magallanes:

“Ante estos hechos sólo me cabe decirles a los trabajadores:
‘¡Yo no voy a renunciar! Colocado en este tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”.

Lo dijo y lo hizo. Fue leal  hasta el último minuto de su existencia.

Levantemos en alto su ejemplo, sus ideales y su obra. Completemos  la gran tarea que nos entregó cuando dijo:

“¡Sigan ustedes,  sabiendo,  que más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre digno para construir una sociedad mejor!”

Agregó: “Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes”.

En las masivas y combativas acciones de la rebelión popular contra el neoliberalismo, iniciadas el 18 de octubre de 2019, Salvador Allende estuvo presente, junto al himno “El Pueblo Unido”.

Su ejemplo de revolucionario impulsó y seguirá impulsando  los combates por abrir de nuevo las grandes alamedas.


SALVADOR ALLENDE, UN  CONSECUENTE INTERNACIONALISTA

Para Salvador Allende,  patriota  e internacionalista,  no hubo causa progresista en el mundo, especialmente revolucionaria, con la cual no haya solidarizado.

En 1954, cuando tenía 46 años y  era Senador representando a las provincias de Tarapacá y Antofagasta, visitó la Unión Soviética y China Popular.  Eran los tiempos  de la guerra fría, en que el imperialismo  tendía una cortina de hielo a los países socialistas. El líder chileno con ese paso desafió al Imperio.

El 1º de enero de 1959 triunfó  la Revolución cubana.  Allende, a la fecha Vicepresidente del Senado, viajó de inmediato a entregar su apoyo a los revolucionarios de la Isla. Llegó a La Habana el 20 de enero.

El 17 de abril de 1961, apenas conocida la noticia del ataque de los mercenarios a Cuba, Allende voló inmediatamente a la Isla.

El 13 de diciembre de 1972, el comandante Fidel Castro, en un mitin de solidaridad con el pueblo de Chile y con el Presidente Allende, efectuado en la Plaza de la Revolución ‘José Martí’ de La Habana,  dijo:

“Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero que llegó a Cuba fue Salvador Allende, que  ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país...
Por eso hemos recibido en estos días –y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario acto- al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país y que uno de sus primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el establecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo...”

En esa ocasión, Salvador Allende señaló en parte de su discurso:
“Levanto mi voz con profunda emoción en esta Plaza donde tradicionalmente se reúne el pueblo para escuchar la palabra de Fidel y de los dirigentes de la Revolución, frente a la estatua de Martí, que cobra vida y presencia con el calor del pueblo.
Lo hago con el sentimiento agradecido, porque hace unos pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba ha honrado a Chile en mi persona, al otorgarme la más alta distinción que pudiera recibir en mi vida de revolucionario: la Medalla de José Martí. Ella pertenece al pueblo chileno, que siempre estuvo y estará junto al pueblo de Cuba y a su proceso revolucionario...”

Más adelante Allende relató:
 “Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui amigo del Comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su libro Guerra de Guerrillas, que dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad ‘A Salvador Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente. Che’.”
El líder chileno había conocido al Che en su primer viaje a la Isla después del triunfo de la Revolución en 1959.

El 8 de octubre de 1967 en el combate de la Quebrada del Yuro,  Ernesto Che Guevara fue herido y tomado prisionero. Al día siguiente, asesinado en La Higuera.

La muerte del comandante estremeció a los sectores progresistas. Allende le  tributó un combativo homenaje en el Senado chileno.

Soldados bolivianos, asesorados por agentes estadounidenses, iniciaron una implacable cacería contra los guerrilleros que habían sobrevivido. Estos logran eludir hábilmente la persecución en el difícil territorio boliviano. Los primeros en ofrecer ayuda concreta fueron Allende y los comunistas chilenos.

El 17 de febrero de 1968 cinco guerrilleros, tres cubanos y dos bolivianos, lograron ingresar a Chile. Fueron detenidos por carabineros y enviados a la cárcel de Iquique. Salvador Allende, entonces Presidente del Senado, se dirigió a ese puerto nortino.
El 22 de febrero los guerrilleros pidieron asilo político.

Allende junto con otros dirigentes de izquierda, se entrevistaron con Edmundo Pérez Zujovic, ministro del Interior de Eduardo Frei Montalva. Finalmente el Gobierno decidió expulsarlos del país, facilitando así el viaje a Cuba. Pero ningún país de América del Sur ni de Europa Occidental les concedió visas de tránsito. El vuelo debió hacerse vía Tahití y Nueva Zelandia. Allende  acompañó  a los guerrilleros del Che.

La gesta vietnamita la sintió como suya. Tuvo especial aprecio y admiración por Ho- Chi-Minh.
En 1968 estuvo en Vietnam durante más de un mes. Poco después, concurrió a la Conferencia de Solidaridad con Vietnam realizada en Canadá.

Cuatro años más tarde, el 4 de mayo de 1972, siendo Presidente de la República, Salvador Allende les  habló a los estudiantes de la Universidad de Concepción de su encuentro con Ho-Chi-Minh:

 “¡Nunca  me olvidaré de su figura, nunca dejaré de recordar la transparencia de su mirada y la bondad de sus palabras! Al saludarnos (yo iba con el compañero Eduardo Paredes), nos dijo: ¡Gracias por venir de tan lejos con tanto sacrificio, a traernos el apoyo moral de su pueblo!”.

El 4 de octubre de 1972 se efectuó en Santiago un  solemne acto en que una delegación del Movimiento Mundial de Partidarios  por la Paz, encabezada por su secretario general Romesh Chandra, le entregó a Salvador Allende  la Medalla “Juliot Curie”, que le había otorgado ese organismo por su contribución a la paz mundial y a la solidaridad con los pueblos.

En su discurso de saludo, el Presidente de Chile señaló:

“Como mejor homenaje y como agradecimiento personal, por la alta distinción que al pueblo de Chile se le ha conferido en mi persona, a todos aquellos que han luchado y luchan por la paz, rindo homenaje al pueblo de Vietnam…”

Una de las primeras medidas adoptadas por el compañero Presidente  fue ampliar las relaciones diplomáticas a todos los países del mundo. El Gobierno Popular tuvo  una activa participación en el Pacto Andino y un exitoso manejo de las relaciones internacionales. Allende  visitó a países como Argentina, Ecuador,  Perú, Colombia, México, Cuba,  Unión Soviética y Argelia.

El 4 de diciembre de 1972 pronunció  un histórico discurso en  las Naciones Unidas, donde los delegados a la Asamblea General ovacionaron de pie al Presidente de Chile.


LAS RELACIONES ENTRE ALLENDE Y LOS COMUNISTAS

El Partido Comunista fue la única colectividad política que proclamó,  trabajó y votó por Salvador Allende en las cuatro campañas presidenciales.

En junio de 1948 se discutía  en el Senado el proyecto de   Ley defensa Permanente de la Democracia, enviado por  Gabriel González Videla.  El 18 de ese mes, levantó  Salvador Allende su voz en la sala y denunció el carácter antidemocrático de la ley en discusión. Defendió el derecho del partido de los comunistas a la vida legal, tanto como las demás colectividades políticas.

Como lo señaló Luis Corvalán, esta actitud consecuentemente democrática nunca ha sido olvidada por los comunistas.

Diez días después de la intervención de Allende, el 28 de junio de 1948, fue aprobado el proyecto en el Senado. Votaron a favor: liberales, radicales, conservadores, radicales democráticos, agrarios laboristas y el militante socialista Domínguez.

La traición de González Videla hizo comprender a Salvador Allende y al Partido Comunista la necesidad de forjar un movimiento dirigido a conquistar el poder en que  la clase obrera, los trabajadores, debían ser los actores principales.

Fue así, como el 13 de noviembre de 1951 el ilegal Partido Comunista y el pequeño Partido Socialista de Chile  liderado por Allende, suscribieron un pacto político que dio vida al Frente del Pueblo.

Este es uno de los hitos más importantes en la historia de la Izquierda chilena.

Allende fue proclamado candidato a la Presidencia de la República por el Frente del Pueblo. Perdió, en los comicios  del 4 de septiembre de 1952. Pero ni él ni los partidos que lo apoyaban dejaron de luchar.

Orlando Millas escribió sobre las relaciones entre Allende y los comunistas:
 “Lo conocimos y nos conoció. Nuestras relaciones fueron de gran intimidad política, amistosa y de mutuo respeto. Nos unió no sólo el antiimperialismo y la lucha por las libertades y las reivindicaciones y los derechos de la clase obrera y del pueblo, sino además la aspiración del socialismo para Chile. Naturalmente, siendo un hombre de otra formación ideológica y de otro partido, aunque prevalecieron abrumadoramente las concordancias con él, también hubo desacuerdos, no siempre pensábamos lo mismo ante determinados acontecimientos. Y, en tales casos, no transigimos él ni nosotros, mantuvimos nuestros respectivos puntos de vista; pero con la necesaria deferencia y poniendo el acento en el inmenso margen de nuestros criterios coincidentes sobre asuntos fundamentales”. (Orlando Millas: “De O’Higgins a Allende”. Ediciones Michay. Madrid, 1988, página 366).

A partir de 1951 la amistad entre Allende y los comunistas se fortaleció día a día. 

En 1953, el Partido Comunista  viendo que era probable que Allende no  fuera reelecto sólo con el apoyo de su partido,  lo apoyó  como candidato por el Norte Grande.  Esto, porque consideraba de vital importancia que el líder del Frente del Pueblo siguiera en el primer plano de la política nacional.
Salvador Allende fue elegido Senador por una importante mayoría en marzo de 1953.

Los esfuerzos unitarios de Allende y los comunistas por ampliar el Frente del Pueblo culminaron exitosamente. 

El 29 de febrero de 1956 se fundó el Frente de Acción Popular, FRAP.

El FRAP levantó en dos ocasiones la candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República: en 1958, cuando se impuso el abanderado de la derecha Jorge Alessandri, y en 1964, donde triunfó Eduardo Frei Montalva de la Democracia Cristiana.

En el XXII Congreso, realizado en Chillán del 24 al 26 de noviembre de 1967, el PS  resolvió que: “Las formas pacíficas o legales de lucha (reivindicativas, ideológicas, electorales, etc.) no conducen por sí mismas al poder. El Partido Socialista las considera como instrumentos  limitados de acción, incorporados al proceso político que nos lleva a la lucha armada”. (Alain Labrousse: “La experiencia chilena”. Gijalbo. Madrid,1973)

En ese mismo evento se acordó la Tesis del Frente de Trabajadores, que en la práctica descartaba todo entendimiento con el Partido Radical.

Para Allende y los comunistas, la vía electoral para llegar a La Moneda seguía vigente. Además, estaban convencidos que para triunfar era necesario ampliar el FRAP con  radicales y otras fuerzas que no estaban incorporadas en el Frente de Acción Popular.

Dentro del PC no había mayores problemas. Pero Allende los tenía en su partido. La mayoría de los delegados al XXII Congreso se habían pronunciado por la vía armada y en contra de aceptar al PR en el bloque de las fuerzas de izquierda.

 “Pero Allende seguía sin desanimarse por la incomprensión de la mayoría  de los dirigentes, de la mayoría de sus cuadros jóvenes, de sus dirigentes intermedios, seguía discutiendo con cada uno, convenciendo, recorriendo el país, los regionales de su partido, explicando sus concepciones ante las bases y así fue ganando al Partido para la política que él planteaba” (Rolando Calderón: “Discurso en el 68 aniversario del nacimiento de Salvador Allende, Berlín, RDA, 22 de junio de 1976)

En las tres ocasiones anteriores, la candidatura de Allende fue considerada desde el comienzo como indiscutible. En 1969 no ocurrió así.

El 29 de agosto, un Pleno del Comité Central del PS, en la que la mayoría de sus miembros se abstuvo,  acordó presentar la postulación de Salvador Allende.

Luis Corvalán recordando ese tiempo dijo: “pensábamos que de los precandidatos no comunistas, Salvador Allende era el mejor por muchas razones... En un momento decisivo, retiramos la candidatura de Neruda y dimos una opinión categórica a favor de Allende”.

Salvador Allende fue proclamado abanderado de la Unidad Popular en un acto convocado por el Partido Comunista  el 22 de enero de 1970.  Resultó un excelente candidato.

La campaña electoral fue breve pero a la ofensiva. Se constituyeron 14.800 comités bases de la UP, de los cuales –según el historiador estadounidense Mark Falcoff-  el 80% estaban dirigidos por comunistas. (Mark Falcoff: “Modern Chile 1970-1989. A Critical history. New Jersey, 2000).

Durante la administración Allende, las relaciones entre él y los comunistas continuaron siendo de mutua franqueza y comprensión.

Según Corvalán,  “Existió una gran coincidencia en la línea gruesa, especialmente en cuanto al carácter de la revolución, a sus etapas, a la política de alianzas, a la combinación de la presión de masas desde abajo con la actividad del Gobierno desde arriba para llevar a la práctica el programa que teníamos el deber de cumplir” (Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador Allende”, páginas 150 y 151).

El compañero  Presidente y el Partido Comnunista  estuvieron siempre por no salirse el programa de Gobierno de la UP y rechazaron las actitudes provocadoras de algunos sectores de la coalición de izquierda.

En enero de 1972, en un acto de masas del PC realizado en el Estadio Nacional, Allende afirmó:
“Hoy el Partido Comunista comparte responsabilidades de Gobierno, y sus personeros más destacados cumplen a cabalidad y con plausible eficiencia las tareas que el pueblo y el Presidente de Chile les han encomendado... Sé que en la lucha en que estamos empeñados seguiré contando con la lealtad del partido de Recabarren...”

En septiembre de 1973 el PC fue una de las cuatro colectividades de la UP, junto con el PR, MAPU Obrero-Campesino y el API, apoyaron la iniciativa de Allende de llamar a un plebiscito. Se opusieron el PS, la IC y el MAPU.
Durante todo el Gobierno Popular hubo tres ministros comunistas.

La lealtad del Partido Comunista con Allende se ha prolongado más allá de su heroica muerte. Es un partido que se mantiene fiel a la herencia,  pensamiento y  obra del  querido compañero Presidente.