martes, 2 de agosto de 2022

Partícipe.

 



Comentario radial y escrito. 

 

 

 

 

 

 


 

La sinvergüenza, la inmoralidad se da y está en todos lados…Sucede lo mismo con la rectitud, la honradez y la solidaridad.  

Al interior de cada ser humano los coscachos van y vienen.  

Por cuales etapas de su desarrollo se infectó el pirguin y por cual anden se vacuno; no tengo idea.  

Pero por donde miremos, estas gracias oponentes aparecen.  

Y la cuestión ha sido y es hedionda de fea.  

Algo tiene que haber ocurrido.  

Mire usted lo escrito por Homero.  

Paris se rapta a Helena, por culpa de la afrenta muere Aquiles, Polifemo queda ciego y Penélope no termino el tejido. Y sin contar los miles y miles que murieron y que siguen muriendo.  

Y culpan al amor…  

La verdad, cualquiera que sea, encubierta, ha sido una avalancha sangrienta…196 años muriendo en las cruzadas…  

Detener a los musulmanes, que no destruyan los silabarios y los caminos de Jesús…Cuando en realidad, al igual que ahora, el ojo estaba puesto en China.  

Podemos decir que un 6 de agosto a las 8.15 de la mañana morían sin saberlo 170.000 personas, tres días después, en otra ciudad, en forma instantánea 140.000 fueron cadáveres destrozados.  

Los gatilleros dicen que era la única manera de impedir que siguiera el terror de la guerra.  

Los que saben dicen, que esas acciones de exterminio cambiaron el curso de la historia.  

Qué manera más atroz de cambiarse.  

De pensar, de analizar.  

Que anden más maldito, que ramal más infectado y peligroso.  

El siglo en que crecimos y en el de ahora, tiene contrapiso de cadáveres.  

Y algunos de nosotros lo saben y le hacen mochilas para el número.  

Como que las ansias de dominar todo, de poseerlo todo, es para algunos, que no son muchos, ni se ven tanto tampoco, es su única razón de existir.  

Lo que duele y pesa es que nos llevan derechito, en patota, a tropezar con la misma fosa.  

Y claman democracia, de libertad y soberanía.  

Los medios de comunicación en poder del gran capital, nos tiene a todos paranoicos.  

¡No quiero ser demócrata, libertad pa` que, soberanía de que…!  

Lo que no se puede negar es la fantasía de los momios, los vasallos del imperio… Y momios se pueden encontrar del centro pa arriba; del centro pa abajo habitan algunos amansados, que todavía creen en sapos encantados.  

Cuando se trata del accionar de la organización, siempre digo, hay que irse por el medio, el centro te da más libertad de movimiento.  

Creo que estoy equivocado.  

Estar en el medio es como ponerse en vitrina.  

Hay que definirse.  

Queridos oyentes, lectores; si en algo tenemos que lamentar a todo trapo y seguir sosteniendo, en parte, por debilidad ideológica y real, es la aplicación y continuidad del neoliberalismo en nuestro país.  

Eso de que los pobres son más pobres y los ricos más ricos es una verdad y condena, a los nietos de nuestros nietos que tendrán que comérsela enterita.  

El largo de esa merienda depende absolutamente de la dignidad, de la unidad de acción de todos los humanistas, progresistas del país.  

Y sintiendo lo que acontece hoy, del mundo entero.  

Y ser humanista en un mundo unipolar es una mentira.  

No es digno girar al son de una misma batuta, para obtener siempre el mismo pedazo de pan.  

Además, es un crimen a la identidad y al desarrollo del ser humano.  

El enemigo le da como caja a la cuestión de la Propiedad Privada, en una de esas, antes del plebiscito, alguien agarra papa…  

Mi casita con jardín y piscina es mía carajo.  

Me saque la cresta trabajando de día y estudiando de noche…  

Viendo, buscando por donde me la puedo, que oficios necesita mi país y aportar…  

Quiero ser, soy partícipe en mi paisito.  

Y de puro picao me voy a comprar una motoneta.  

Y la motoneta también será mía…  

Y en esa motoneta montada viene la historia, se me asoma Lenin, Gramsci.  

La hegemonía es el sueño, la necesidad cueste lo que cueste de dominarlo todo, manejarlo todo.  

No compartirlo jamás.  

La cultura, el pensamiento humano, los que cayeron parado, ya sea como rey, princesa, hijo de banquero o capitán general, inventor, escultores, filósofos, Nerón, el cura que llego a ser supremo pontífice o ser un viajante luterano, el verdugo y los lazarillos de prestamistas, los ilustres, los barrocos complicados, los árabes, los griegos y castellanos, los Mongoles y los Otomanos, los Jasaros,  todos ellos, todos juntos fueron impulsados, mandatados a conservar o a defender a raja tabla los privilegios.  

En las tierras de nuestros “originarios”, la vida continuaba de acuerdo al vestir de la luna. Teniendo a los Incas advertidos, el coligue era feliz.  

Para cuidar pertenecía y agrandar geografías, los poderosos tenían en pertenencia a miles de esclavos, labriegos, pueblos originarios, criminales, mercenarios y también trabajadores.  

Todos ellos dispuestos a morir en su nombre.  

Sin embargo, actualmente se puede sentir dignidad de vida y de sentido común, de alguna reflexión en este infierno. Se expresa, por ejemplo, en el control estricto de las autoridades ucranianas de impedir a la población salir del país si tienen posibilidades de combatir.  

Prefieren que mueran para la gloria del águila imperial y de la OTAN.  

Un saludo a aquellos que perciben la verdadera identidad de la guerra y abandonan la carnicería.  

La forma y el porqué de mantenerse privilegiado les dio nombre a los periodos históricos de nuestro vivir.  

Para hacerlo más casero y cercano tenemos a Chile, mi paisito lindo.  

Pa que vamos a hablar de toda américa…del mundo, total, somos del mismo pelaje, me refiero a los que se ofrendan amansados, para que existan a todo trapo los patrones y lazarillos.  

Sin querer se me asoma China y la pólvora.  

Se siente bien decir estas cosas. 

Ellos no la usaron para invadir occidente, al contrario, era un secreto, sabían que era un arma mortal, bellaca, en manos de los impíos…  

Ya me veo a Moisés con pólvora.  

Tantas plagas y sufrimientos, los ahogados se habrían evitado.  

Incluso la destrucción de Sodoma y Gomorra.    

En una de esas, el falucho de Noé no habría sido necesario.  

El poder que otorgaba la pólvora y en manos de buena voluntad y del buen juicio, el paraíso estaría a la vuelta de la esquina.  

Cualquier pueblo necesita organizarse para sobrevivir.  

Nuestro mundo, nuestra forma de existir, nuestra historia contemporánea creo el Estado.  

Hay estados que arrastran todavía monarquías y no tengo idea porque…  

¿Para poder decir mi princesa, mi príncipe o el ego de tener majestades enviadas por un dios, un dios exterminador que usa el tiempo para la guerra y muerte?    

¡No lo entiendo!  

Todos sabemos cómo empezó Chile a ser un Estado, una república.  

En esos tiempos el mestizaje ya era un país aparte, los criollos y los pudientes, esos de sable y tierras, de minas y ríos, esa aristocracia de encomiendas tenía las herramientas y los conocimientos necesarios para organizar una república y a la pinta de ellos.  

Y Chile fue república.  

Un Estado enflorado con tres poderes políticos: El Ejecutivo, el judicial y el legislativo  

En esos tiempos, el pueblo, ese que hace las cosas, no era visto como un elemento clave para la dignidad y responsabilidad ciudadana.  

La clase obrera era solamente la mano de obra que había que comprar lo más barato posible. Tan barata que era una miseria, más bien una mentira.  

En nuestro paisito, siendo un estado soberano, la clase trabajadora, la ciudadanía no ha podido nunca ser partícipe de y en su democracia de su economía.  

El trabajador de martillo o de neurona, no ha podido llegar nunca al final de un programa político en pos de la justicia social y en la construcción de país.  

Siempre han sido manos extranjeras, o antros fácticos, que han manejado su caminar por la vida.  

Para satisfacer a una codicia generalizada, hemos dejado a nuestros ancestros en la vergüenza, indefensos y proscritos y a merced de los ladrones de tierras. Y tan a su suerte que se ha permitido el exterminio de una forma inhumana.  

Los Imperios europeos con la venia de la aristocracia chilena nos han vestido para zafarrancho de combate y ordenados a matarnos entre hermanos.   Y no nos da ni vergüenza. Al contrario, algunos, quizás hartos, se sienten gallardos.  

Dicen que la sangre derramada no se entrega ni se vende…Y los señores de Londres se agarran la guata riéndose.  

En 1886, es elegido presidente de Chile José Manuel Balmaceda…Un aristócrata, escritor, abogado y políticamente un liberal de antaño. Es decir, cierto grado de libertad en lo civil y en lo económico pensando en el mañana.  

Esa forma de pensar era ajena al absolutismo, además Balmaceda era un anti-clérigo.  

Es decir, no era adepto a la influencia de la iglesia en la cuestión del estado.  

Su programa de gobierno estaba encaminado a una industrialización de país.  

Ferrocarril, carreteras, puertos, obras públicas, escuelas. Logro tener de su parte a los radicales, nacionales y liberales; este último, era su sueño. Crear un solo partido liberal, fuerte, unitario, comprometido en una sola unidad de acción.  

Comunicar el país a través de una línea ferra era una empresa gigante; según la historia, los chinos hacían nata “trabajando en las rieleras.”  

Se necesitaba muchos recursos. Esos recursos existían, existen. Había que hacerles algunas reformas a los contratos de explotación del salitre y los recursos para los caminos y las escuelas estarían cubiertos.  

Se presentó el presupuesto al Congreso.  

Hasta ahí llego el liberalismo.  

El hacer del programa pisaba muchos callos.  

Los británicos gritaron y compraron el poder del congreso que se negó a aprobar lo propuesto por Balmaceda  

Los gringos apoyaron a Balmaceda.  

Por culpa del bienestar del país... bienestar que ni se asomaban los obreros, se advino una guerra civil cruenta.  

Quedaron 5000, 10.000 cadáveres repartidos en Iquique, Valparaíso y Santiago.  

Ganaron los británicos y Balmaceda se suicida.  

Pasaron los años…  

La clase obrera, trabajadora e intelectual comenzó a subirse a un mismo tren…eran carros distintos, pero se hablaba de justicia social.  

El mundo, las interrogantes sociales, la intelectualidad, la cultura, la imprenta, las letras, la conciencia de clase levantaba sus casas.  

De acuerdo a mi pensar y vivir, triunfaba el Ejército Rojo y se tomaba Berlín, Fidel fue de todo, los chinos empezaron a andar en bicicleta y vestirse todos de azul, el Tio Ho es maravilloso.  

Desde la muerte de José Manuel Balmaceda hasta el triunfo popular de Salvador Allende, 79 años pasaron.  

La nacionalización de la minería, la reforma agraria, los principios de una escuela nacional unificada, el poder popular, los sindicatos, la estatización de la ITT y otras empresas privadas hizo cundir el pánico.  

Un pánico que hacía rondar una amenazante guerra civil.  

A pesar de toda la fuerza reaccionaria, el gobierno de Salvador Allende, su pueblo, se agarraba a la dignidad que existe en la justicia social, y el pueblo lo grafico en las últimas elecciones parlamentarias.  

Era necesario pues, que el imperialismo, el gran capital se viese obligado a soltar sus perros de presa, sedientos de sangre obrera, intelectual, de oficios.  

El fascismo expresado en lo militar y en lo civil ha logrado hacer retroceder el país en unos 40 años más o menos.  

Y tal retroceso ha parido grupos denominados hoy “AMARILLOS”. Y escuchando a algunos, profesionales, profesores universitarios, entiendo con mayor fineza los 40 años de retrocesos.  

Ahora, actualmente, por primera vez en la historia de país, el pueblo entero, con el “matapaco” y sus congéneres incluidos, han podido ser partícipes de una nueva Constitución.  

Es decir, como vamos a ser como país.  

Tenemos cosas claras, en Chile con los recursos existentes y la soberanía de país, no debería, bajo ningún motivo existir la pobreza, todos deberían tener su casa propia, trabajo, escuela, hospital, desarrollo integral.  

Aquel que diga que no, es cuestión de sacar papel y lápiz, anotar el valor en el mercado la cotización de los metales, de la merluza y chirimoya, de la madera y de las tierras raras.  

Quiero seguir creyendo, a pesar de tanta muerte y sufrimiento nuestro, que no es delito ser dueño y beneficiario de lo que es tuyo…Sino pa` que hablamos de soberanía.  

La nacionalización de los recursos de país es una necesidad histórica, el neoliberalismo, nos ha robado hasta la forma de mirarnos.  

En mi paisito lindo, hay unas 10 empresas privadas, empresas que tienen criaturitas que se apropian indecentemente toda la alegría y los sueños de la infancia venidera.  

Y esto ha ocurrido por más de 200 años.  

Es tiempo de ser partícipe para que esto termine. 

 

Alejandro Fischer Alquinta  

Torrevieja, muerto de calor, agosto 2022.