viernes, 19 de agosto de 2022

CRÓNICA DEL HOMENAJE A JOSÉ VEGA DÍAZ

 

 

 

Eran las 20  horas dos minutos del jueves 18 de agosto de 2022 cuando se comenzó a escuchar la canción de Víctor Jara “Pongo en tus manos abiertas”, que es el himno del CEILER. 

Norma Acuña, excelente conductora del acto, anunció que se iniciaba el homenaje del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren al diputado obrero José Vega Díaz. Saludó a los participantes, mencionando en especial la asistencia de la Embajadora de la República de Nicaragua, Lylliam Méndez Torres, y del Encargada de Cultura y Solidaridad de esa Embajada, Silvia Serra. 

Carlota Espina, Presidenta del CEILER, junto con saludar y agradecer la concurrencia al acto, se refirió con emotivas palabras al diputado comunista José Vega Díaz. 

La conductora anunció a continuación la exposición “A 120 años del natalicio de José Vega Díaz” del historiados del CEILER Iván Ljubetic, leído por el autor con la colaboración de Carlota Espina. (Texto que adjuntamos). 

Siguiendo la tradición de Recabarren, estuvo presente el arte. Una vez más en los actos del CEILER participó  el gran cantautor Carlos Jeldes y sus hermosas interpretaciones. Nos brindó un poema de su autoría al que puso música y, recordando los años en que el obrero José vega Díaz trabajó en las salitreras,  interpretó “Canto a la Pampa”. 

El diputado Andrés Giordano en una excelente intervención se adhirió al homenaje al diputado Vega Díaz. Agradeció la invitación del CEILER: Mostró la importancia del aporte de los dirigentes sindicales obreros  en la historia social. Recordó a algunos de ellos. Enfatizó que lo estaba en el fondo de los acontecimientos era la lucha de clases. 

De nuevo la guitarra y la voz de Carlos Jeldes. Esta vez, teniendo presente los momentos que se viven  y tomando el ejemplo de José Vega Díaz y tantos otros combatientes, interpretó “Coraje”. 

Cerró las intervenciones el diputado comunista Boris Barrera. En una muy buena exposición se refirió al valor y consecuencia de José Vega Díaz. Luego unió el homenaje a este diputado con las luchas que hoy libran los sectores democráticos por el triunfo del Apruebo. Señaló la importancia del plebiscito del 4 de septiembre de 2022. 

El acto en homenaje al diputado obrero José Vega Díaz finalizó, como en tradicional en las actividades del CEILER, con el himno de los trabajadores del mundo La Internacional.




EN EL 120 NATALICIO DE JOSÉ VEGA DÍAZ

 

 

 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

Conocí   al compañero José Vega Díaz en 1991 cuando, acompañado por el camarada Américo Zorrilla, llegamos a su modesto hogar. Andábamos buscando antecedentes sobre Luis Emilio Recabarren para el libro que aparecería en 1992 con el nombre de “Don Reca”. El compañero Vega Díaz nos proporcionó importantes antecedentes. Conversé con él en varias oportunidades.

 

¿QUIÉN ES JOSÉ VEGA DÍAZ?

 

Un obrero que había nacido en Sotaquí, Ovalle, el 15 de agosto de 1902. Sus padres fueron Crispín Vega y Cruz Díaz.

Estudió en una escuela primaria desde los 6 a los 12 años. A esa edad entró a trabajar en las salitreras como minero, y en ferrocarriles en el puesto de ayudante de calderero.

A los 17 años fue elegido dirigente sindical en las salitreras. También de la Federación Obrera de Chile, FOCH, al constituirse ésta en 1919.

 

Ingresó a las filas del Partido Comunista. Ocupó el puesto de máximo dirigente de esta colectividad en Tocopilla. En esa ciudad, en 1924, cuando tenía 22 años de edad, comenzó a laborar como tipógrafo. Colaboró en la revista ‘Vanguardia’ y en los periódicos ‘El Despertar de Tocopilla’, ‘Defensa Obrera’, de Iquique. Fue publicista, regente de taller, redactor y director de ‘El Socialista’, de Antofagasta, que después se pasó a llamar ‘El Comunista’.

Además escribió varios libros. Por ejemplo,  “Años de Lucha. Epopeyas y héroes del pueblo”. Editado en 1919.

 

En julio de 1930, José Vega junto con su camarada Manuel González Vilches,  llevaron a cabo una audaz e increíble acción.

Tuve la suerte de encontrar un manuscrito inédito, escrito por el comunista austriaco Federico Glaubauf, dirigente de la Internacional Comunista. Lo tituló “Primer encuentro con Chile”. Lo traduje del alemán. Allí relata:

 

"Fue en julio o agosto de 1930. Una tarde estaba en una reunión con algunos compañeros en la sede del Partido Comunista argentino, la 'Casa del Proletariado', en calle Independencia (Buenos Aires), cuando repentinamente llegó Ítala Codovilla –esposa de Vittorio Codovilla- muy nerviosa. Buscaba a su esposo, el conocido dirigente comunista argentino. Al no encontrarlo en el local, me pidió que la acompañara a su hogar, que estaba cerca.

"Ahí, en el umbral de la puerta de la casa, donde vivían también otros militantes del Partido, estaban sentados dos hombres. Sus ropas deterioradas. Se veía que habían hecho un largo viaje. No tenían equipaje, salvo unos trastos, que cada uno de ellos había unido en un atado, a la usanza campesina.

 

"En la habitación de los Codovilla, que era al mismo tiempo sala de estar, pieza de trabajo y dormitorio, uno de los hombres -alto y con un tupido bigote- se sacó el viejo sombrero y de él extrajo un muy bien doblado papel, que legitimaba a ambos como representantes del entonces ilegal Partido Comunista de Chile”.

"El compañero alto era el "huaso" González; el otro era conocido en el Partido como 'El Negro' (se trataba de los compañeros Manuel González Vilches y de José Vega Díaz).


Habían viajado más de un mes. Primero intentaron llegar a Argentina pasando por Bolivia. Varias veces fracasaron en sus intenciones de cruzar esa frontera. Finalmente se arriesgaron a traspasar la alta cordillera en pleno invierno y sin contar con la ropa adecuada. Así llegaron a Mendoza. Allí algunos compañeros les proporcionaron el dinero para viajar hasta Buenos Aires.

 

"¿Qué los había motivado para hacer ese viaje?

"El senador Hidalgo, que hasta la ilegalización del Partido, estuvo en su dirección, había afirmado a su regreso de un viaje a Europa, que la Internacional Comunista recomendó la disolución del Partido Comunista de Chile. Los compañeros, que enviaron a los dos delegados, querían una clara respuesta del parte del Secretariado Sudamericano de la Komintern sobre el problema planteado. Por eso venían donde Codovilla, pues sabían que pertenecía al Secretariado Sudamericano. Requerían una respuesta inmediata. De no ser así, estaban dispuestos a llegar hasta Moscú para lograr la clarificación.

 

"Para mí – explica Federico Glaubauf – no fue fácil seguir la exposición de los compañeros. Mis aún precarios conocimientos del castellano me permitían entenderlo en Buenos Aires, pero yo desconocía las particularidades del lenguaje chileno y, sobre todo, no podía comprender la forma poco clara de hablar del 'huaso'.

"Vittorio Codovilla llegó luego. Conocía personalmente a los delegados.

Les aclaró que el senador Hidalgo había traicionado y que estaba fuera de toda discusión la disolución del Partido Comunista de Chile".


Ese mismo año de 1930, Vega Díaz viajó a Rusia Soviética,  en representación del Partido Comunista y la FOCH,  para participar  en Moscú en una reunión del Buró Político de la Internacional Comunista y en el V Congreso de Internacional Sindical.

En marzo de 1933 fue elegido diputado por la Segunda Agrupación Departamental de Tocopilla, El Loa, Antofagasta y Taltal.

 

El 7 de abril de 1933, en su sección Documentos Parlamentarios, "El Mercurio" se refería a dos discursos. Uno del senador derechista Romualdo Silva, que en una de sus partes sostuvo que el objetivo del Congreso comunista era "procurar la ejecución de un movimiento sindical revolucionario, de actos subversivos contra las autoridades constitucionales; de buscar aliados entres los estudiantes, los obreros urbanos de la industria fabril y los campesinos que trabajan en la agricultura; Y de una propaganda de penetración en los buques de la Armada, en los cuarteles del Ejército y en las Comisarías de la Policía, para incitar a la rebelión, con impulsos de revuelta a fin de llegar en el futuro, por medio de una Dictadura de Proletariado, al cambio total del régimen político, social y económico, del presente...".

 

El otro discurso era el  pronunciado por el diputado democrático Juan Pradenas Muñoz. Sobre éste escribía:

"El señor Pradenas, dice que nadie podrá dudar de que él apoya al actual gobierno y a S.E. el Presidente de la República, señor Alessandri, de quien es su ardiente partidario, pero ello no obsta para protestar cuando se toman medidas que vulneran las más elementales garantías constitucionales y se apresa arbitrariamente a un parlamentario.


"No cree que el peligro de que se perturbe el orden social y político pueda estar en los comunistas, sino que más bien en otros elementos que están vinculados al ejército. Pero su único objeto al usar de la palabra es protestar del atropello al fuero parlamentario que significa la prisión arbitraria de un miembro del parlamento como el diputado señor Vega".

 

Efectivamente el 30 de marzo de 1933 el diputado José Vega Díaz  fue enviado a la cárcel de Santiago. ¿Por qué se tomó esa medida contra un diputado?

Porque había sido uno de los 82 delegados al IX Congreso del Partido Comunista. Y a ese Congreso se refería el senador derechista Romualdo Silva.

Curiosa historia la del Noveno Congreso Nacional de los comunistas chilenos. Desconocido oficialmente por el Partido. Ignorado por los historiadores burgueses. Recordado por algunos compañeros.

Logré encontrar la confirmación de su realización, aunque parezca increíble, en “El Mercurio”.

Lo que a este periódico le interesó, como veremos a  continuación, fue la represión que el segundo gobierno de Arturo Alessandri llevó adelante contra este partido,  que por entonces era legal.

 

El IX Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile se inició  en la casa quinta de la calle Santa Elisa N.º 84 de Lo Ovalle, Santiago,  y que fueron detenidos el 30 de marzo de 1933 y enviados a  la cárcel de Santiago.

 

José Vega Díaz me relató:  “La noche del 30 de marzo acompañé al sitio de reunión a la delegación de Tocopilla, encabezada por Raúl Barra Silva, pero cuando me estaba acomodando debajo de una mesa para dormir, se hizo presente la policía y procedió a cargar cuatro camiones con los 82 delegados...

Al pasar por la Plaza de Armas, rompimos el silencio de la noche con las notas de La Internacional. La Cárcel se llenó de gritos contra el gobierno... Yo asistí a esa reunión, por derecho propio, por ser uno de los dos diputados que tenía el Partido. El otro, Andrés Escobar, no asistió, no sé por qué. Y se libró".

 

"El Mercurio" del sábado 1 de abril de 1933, informaba:

"Aproximadamente a las 1.30 de la madrugada un grupo de agentes de investigaciones y fuerza de carabineros rodearon la casa en cuestión, procediéndose, acto seguido, a escalar los muros para introducirse al interior del edificio. Una vez dentro de la casa, los detectives se encontraron en una de las habitaciones en que estaba reunido un grupo numeroso de elementos comunistas, entre los cuales se hallaba el diputado comunista señor José Vega Díaz, el  Secretario General del Partido Comunista, señor Carlos Contreras Labarca, y setenta y ocho personas más, entre ellas tres mujeres".

 

Agregaba que la Corte de Apelaciones, en pleno, designó al Ministro Miguel Aylwin para que resolviera sobre la detención del diputado José Vega.

 

El domingo 2 de abril, "El Mercurio" en su página 23 tituló: "Por unanimidad acordó la Corte desafuero al diputado Sr. Vega Díaz."

En esa misma página, otro artículo tenía un largo encabezamiento: "Más de quince horas de abrumadora labor significó el interrogatorio a los comunistas".


En él se expresaba: "Cerca de las 12,30 PM, se puso término a todos los interrogatorios, siendo ingresados los hombres a la Cárcel Pública y a dos de las mujeres, Edelmira Farías y Ana Gutiérrez Sandoval, a la Casa Correccional, en tanto Inés Aravena Villalón era conducida a la casa de Menores, a disposición del Juez de Menores".

 

Más adelante se informaba que “el Ministro Miguel Aylwin ordenó en la tarde del sábado 1 abril de 1933, la libertad incondicional del diputado José Vega, el que abandonó la Cárcel alrededor de las 17 horas”.

 

Lo que "El Mercurio" no supo fue  que el Noveno Congreso prosiguió en la Cárcel. Sobre ello escribió el entonces Secretario General del Partido Comunista, Carlos Contreras Labarca:

"Al llegar a la cárcel, se intentó distribuirnos en las  galerías de reos comunes, pero comenzamos a pelear desde el primer momento. Protestamos y exigimos que se nos colocara a todos juntos en la galería 5, recién terminada en ese entonces. Ante nuestra actitud resuelta, el Alcaide cedió. La galería 5 tenía dos pisos y en ella establecimos nosotros nuestro propio régimen. Pusimos guardia a la entrada y establecimos que nadie podía entrar sin nuestro permiso. El resto de la población carcelaria, al saber estos hechos, solidarizó con nosotros, lo que acrecentó nuestras posibilidades de presionar.

 

"La noticia de nuestro encarcelamiento -continúa Contreras  Labarca-  produjo enorme efervescencia. Y el Partido no se mantuvo inactivo. Todas las tardes, grupos de mujeres acudían a gritar y a cantar a la calle Amunátegui, a espaldas de la galería donde estábamos.


Recibimos nutridas visitas y paquetes con alimentos, cigarrillos, etc.

"Al conquistar el control de la galería, decidimos continuar allí los trabajos de nuestro Congreso. Así lo hicimos. Hubo lectura del informe, discusión y adopción de resoluciones.

 

"El sentido del Congreso era la reconstrucción del Partido, el restablecimiento y la consolidación de sus vínculos con los diversos sectores de la clase obrera, el salitre, el carbón, etc.

"La dictadura de Ibáñez -afirma Contreras Labarca-  no logró cortar del todo esos vínculos y así, a su caída, los compañeros reconstruyeron el Partido en un proceso casi espontáneo. Ahora se trataba de encauzar y ampliar ese proceso y de llegar a otros sectores".

 

Por su parte,  José Vega Díaz en su obra “El Aprendiz de Comunista”, recordaba: "En la galería 5 se reiniciaron las sesiones del Congreso, allí aparecieron antiguas posiciones sectarias, enemigas de la unidad popular y que hablaban de 'Frente Único Proletario'..."  

Y agregaba que "el día 4 de mayo, la justicia ordinaria dejó en libertad a todos los detenidos en Lo Ovalle".

 

Resulta de enorme interés lo relatado por José Vega Díaz con relación a que aparecieron antiguas posiciones sectarias del Frente Único Proletario. Esta era la línea de la Internacional Comunista, inaplicable para Chile en ese tiempo, porque planteaba como objetivo inmediato la Revolución Socialista y, además, planteaba una política de alianzas  sectaria: unidad sólo con obreros y campesinos.


Llamamos la atención a que el IX Congreso del Partido Comunista de Chile  se realizó en marzo-abril de 1933.

Y la Internacional Comunista sólo en su VII Congreso, efectuado en 1935, dejó de lado la política del Frente Único Proletario y acordó la política de los frentes populares.

Partido Comunista de Chile se adelantó en dos años a la Internacional.

 

En 1937 José Vega Díaz fue reelegido diputado por la Segunda Agrupación Departamental.

Sufrió detenciones, relegaciones y fue desaforado en dos ocasiones. Nada lo amedrentó.

Siguió luchando por la causa del pueblo hasta su muerte, ocurrida en Santiago el 18 de abril de 1994.

Fue un imprescindible al decir de Bertolt Brecht:

 

“Hay hombres que luchan un día y son buenos.

Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.        

Pero hay quienes luchan toda la vida,

son los imprescindibles”.

 

¡Y José Vega Díaz es uno de ellos!