lunes, 8 de marzo de 2021

RECORDANDO A ENRIQUE PARÍS ROA EN SU 88 NATALICIO

 

 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren,  CEILER                

 

                                                    

 


Conocí a Enrique París en el III Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile, realizado entre el 30 de enero y el 2 de febrero de 1958 en un lugar de Santiago, cumpliendo las normas de la más estricta clandestinidad, pues estaba en plena vigencia la “ley maldita”. Éramos con Enrique dos de los 85 asistentes a ese evento y ambos fuimos elegidos  miembros del Comité Central de las JJ CC de Chile.

Enrique era tres años menor que yo. Había nacido el 5 de marzo de 1933. Comenzó sus estudios secundarios en el Instituto Nacional. Allí nacieron sus inquietudes políticas. Un año antes terminar la secundaria fue expulsado del colegio. Ello, debido a que con su compañero Raúl Hasbún, organizó una huelga. Terminó sus estudios en el Liceo Barros Borgoño.

 

ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

Entró a estudiar medicina en la Universidad de Chile. En 1954 fue elegido vicepresidente del Centro de Alumnos. En ese  año se llevó a cabo una de las primeras reformas en la Facultad de Medicina, bajo la presión de una manifestación estudiantil.

En 1957 durante el segundo gobierno de Ibáñez, siendo Secretario General de la Federación de Estudiantes de Chile, FECH, jugó un destacado papel en la llamada Batalla de Santiago, el  2 de abril de 1957. Fue detenido y estuvo encarcelado por cerca de 15 días. Salió por un tiempo a Argentina. Retornó luego  para continuar sus estudios. Vivía clandestinamente. Pero estudiaba y actuaba públicamente en la Universidad de Chile,  debido a que  ella, gracias a la lucha de los estudiantes comunistas, se había convertido en una isla democrática en medio del peligroso mar regido por la “Ley Maldita”.

 

SU FAMILIA

Desde 1958, antes de recibirse como médico, comenzó a trabajar de «interno voluntario», en la cátedra de psiquiatría, dirigida por el doctor Agustín Téllez.

Siendo estudiante universitario, conoció Enrique  a María Eugenia Horvitz, con quien contrajo matrimonio antes de graduarse. En 1960 nació Enrique, su primer hijo, y más tarde Sebastián y María Eugenia. Poco después se titula de médico cirujano, psiquiatra. 

En 1963, pasó a ser docente de y, posteriormente,  jefe de Clínica de la cátedra de Psiquiatría de la Escuela de Psicología de la Universidad de Chile. En 1964 fue nombrado titular de la cátedra de Técnicas de Rehabilitación Psicológica de esa misma escuela.

                      

TIERNAMENTE  FRATERNO 

Aunque yo residía en la provincia de Cautín, participé en varias actividades con él. Era  fraternal, estudioso,  entusiasta lector de poesías y la historia;  inquieto y deportista. Muy preocupado de sus compañeros. Recuerdo que en una ocasión íbamos en una gran marcha juvenil por las calles de Santiago. Notó que no me sentía bien. Me llevó bajo un poste de la luz y allí me examinó la garganta. Me recetó unas pastillas,  que las compré al pasar por una botica.

En los meses de junio- julio de 1960 realizó un viaje a China.

 

NUESTRO PASE AL PARTIDO 

En julio de 1963 tuvo lugar en la sede del Comité Central de las Juventudes Comunistas de Chile, ubicada en Santiago, en avenida Matta con San Francisco, un pleno de ese Comité Central. Concurrimos todos los miembros de éste. En la parte final de esa reunión hubo una solemne ceremonia. Fue el paso de algunos dirigentes de las  JJ CC a las filas del Partido Comunista. Entre los dirigentes que fuimos promovidos con hermosas palabras  del Secretario General de las Juventudes Comunistas, compañero Mario Zamorano, estábamos Enrique París y yo.

 

MIEMBRO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO 

En el XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile, realizado en Santiago del 10 al 17 de octubre de 1965 fue elegido miembro del Comité Central, cargo que desempeñó  hasta su muerte. En el Informe rendido por el Secretario General del Partido compañero Luis Corvalán, al Pleno de Agosto de 1977, se dice: “La dictadura fascista asesinó a seis (miembros del Comité Central), a los queridos e inolvidables compañeros Isidoro Carrillo, Enrique París, David Miranda, Alberto Molina, Juan López y Marte Ugarte…”

En la edición N.º 109, correspondiente a los meses de septiembre y octubre de 1965 de la revista ‘Principios’, se publicó -por primera vez- la nómina de los responsables de esa publicación. Estos eran: Redactor-jefe, Jorge Montes; miembros del  Consejo de Redacción: Luis Corvalán, Volodia Teitelboim, Mario Zamorano, Luis Figueroa, Enrique París, Fernando Ortiz y Rodrigo Rojas.

 

 

Enrique París Roa con sus tres hijos

 

EN LA REFORMA UNIVERSITARIA 

Hacia 1967, el movimiento estudiantil dio el impulso inicial a la reforma universitaria. Primero en Valparaíso, luego en la Universidad Católica de Chile en Santiago, con la toma de la Casa Central y el famoso letrero en el frontis: ‘El Mercurio miente’.

Enseguida fueron los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile, donde encontraron rápido eco en numerosos académicos, entre ellos Hernán Ramírez, Fernando Ortiz,  Enrique París.

En 1968 se puso en marcha la reforma en la Universidad de Chile y en ese proceso jugó un rol especialmente importante la Comisión Nacional Universitaria del Partido Comunista, donde actuaban  Fernando Ortiz y Enrique París.

 

PRESIDIENDO LA CONVENCIÓN DE LA REFORMA 

El 14 de septiembre de 1968 se inició en el Salón de Honor de la Universidad de Chile  la Convención de Reforma, en la que participaron cerca de 600 delegados de todo el país. Fue elegido presidente Enrique París; Vicepresidentes Clodomiro Almeyda, Jorge Navarrete (Presidente de la FECH) y Raúl Bitrán (con apoyo de delegados de Centros Regionales); secretarios: René Vásquez y Otto Eichen  -ambos del PC- y Hernán Vergara, del PDC.

Durante cuatro días funcionaron seis comisiones de trabajo. El 24 y el 26 de septiembre tuvieron  lugar dos agitadas sesiones plenarias.

Posteriormente y hasta 1973, Enrique París fue miembro del Consejo Superior de la Universidad de Chile.

 

APORTES PIONEROS A LA MEDICINA 

A raíz de las investigaciones y estudios que realizó  Enrique París en torno a la rehabilitación e inserción de los enfermos mentales en su núcleo familiar, ejerció como asesor del programa de Rehabilitación Profesional de la Organización Internacional del Trabajo, O.I.T. También realizó trabajos en este aspecto en el Instituto Nacional de Capacitación Profesional y en  otros departamentos dependientes del Servicio Nacional de Salud, entre los que se contaba  el Centro de Rehabilitación de Alcohólicos de Ferrocarriles del Estado y el Centro de Terapia Ocupacional del Hospital Psiquiátrico.

 

DURANTE EL GOBIERNO POPULAR 

En  1972 puso en práctica uno de los proyectos que consideraba fundamental para cambiar el tratamiento de los enfermos mentales, lo que fue el hospital diurno. Este plan tenía como propósito central integrar al enfermo a su grupo familiar y a la sociedad. Todas ideas pioneras del doctor Enrique París.

Desde 1972 se desempeñó como asesor del Presidente Salvador Allende para los asuntos de Educación, Ciencia y Tecnología. En esa misma época fue elegido miembro del Consejo Regional del Colegio Médico de Chile.

 

NUESTRO ÚLTIMO ENCUENTRO 

En los tumultuosos días del paro de octubre de 1972  viajé a Santiago, pues en la Universidad de Chile sede Temuco, la comisión de concursos, declaró desierto un concurso al que había  postulado cumpliendo todos los requisitos exigidos y obteniendo lejos más puntaje que el resto de los oponentes. Antes de salir de Temuco hablé telefónicamente con Enrique París y Fernando Ortiz, a quienes les expuse mi caso. Quedamos de reunirnos  en la sede del Comité Central del Partido Comunista de Teatinos 416. Fernando y Enrique llegaron puntualmente. Escucharon mi relato, tomaron los documentos que traía  Ý se comprometieron a presentar el caso ante el Consejo Superior Universitario, del cual ambos eran miembros. La máxima instancia de la Universidad de Chile reparó la arbitrariedad cometida en Temuco.

Ese encuentro de octubre de 1972 fue la última vez que vi a mis dos queridos amigos y compañeros. Ambos fueron asesinados por la dictadura fascista.

 

11 DE SEPTIEMBRE DE 1973 

El día del golpe, Enrique París llegó temprano a La Moneda. Alrededor de las 10,30 horas llamó por teléfono a su hogar y a su madre. Les dijo que la situación era muy grave, pero que se quedaría para acompañar al Presidente Allende. Era el único miembro de la Dirección del Partido Comunista que estaba en La Moneda.

El doctor Luis Weinstein, amigo de Enrique París lo evoca: “Enrique nos dejó la lección, el ejemplo de ser vital, abierto a la vida, de una enseñanza diaria, que ayuda a trascender todo escepticismo, de confianza en el ser humano...Por eso, el 11 de septiembre estuvo en La Moneda y entonaba una canción, “En Pos de la Vida”, mientras caían las bombas y crecían las llamas; ese día se incorporaba a la memoria de los momentos más nobles en la historia de la lucha del ser humano por su dignidad”.

                              

ALLENDE ORDENA ABANDONAR LA MONEDA 

Cerca de las dos de la tarde, el Presidente Allende decidió retirarse de la Casa de Gobierno, puesto que si habían soportado el mortal bombardeo, podría no ocurrir lo mismo frente a la fuerza del Regimiento Blindado, al mando del general Javier Palacios, que los rodeaba a esa hora. El Presidente pidió a sus asesores, guardia personal y detectives que lo acompañaban, que abandonaran La Moneda por la puerta de calle Morando 80, llevando una bandera blanca. El Presidente los conminó a hacerlo, manifestando que su objetivo principal era salvar la vida de todos ellos.

En la puerta de Morandé 80, fueron detenidas, junto al doctor Enrique París, alrededor de 60 personas. Entre ellos estaban los médicos Eduardo Paredes, Oscar Soto, Alejandro Cuevas. Arturo Jirón, Danilo Bartulín, Patricio Arroyo y Jorge Klein, además del Intendente de Palacio, Enrique Huerta, la secretaria del Presidente, Miria Contreras, el periodista Carlos Jorquera, el sociólogo Claudio Jimeno, el vicepresidente del Banco Central, Jaime Barrios, 17 detectives a cargo del inspector Juan Seoane y una veintena de miembros de la guardia personal.

 

DE LA MONEDA AL TACNA 

El 12 de septiembre de 1973, el entonces rector de la Universidad de Chile, Edgardo Boeninger visitó el Regimiento Tacna y comprobó que el doctor París, Consejero Superior de esa Universidad, se encontraba en ese campo de reclusión. Boeninger pidió que, bajo su custodia personal y protección de la Universidad, le entregaran al prisionero. Tal solicitud fue acogida y luego denegada por órdenes de la Jefatura en tiempo de guerra de la zona de Santiago.

Le aseguraron al rector Boeninger que Enrique París sería trasladado a la Escuela Militar el día 15 de septiembre, donde podría visitarlo acompañado de sus familiares. Numerosos testigos que permanecieron detenidos, entre ellos, el diputado Vicente Sotta y el detective Juan Seoane declararon que el doctor París fue víctima de torturas en el patio central del Regimiento. Estos mismos testigos aseguran que fue sacado de la caballeriza en que permanecía detenido, a las 7 horas del día 13 de septiembre, con destino al campo militar de Peldehue, desde donde se pierde su rastro.

Versiones en poder de la Vicaría, que en algunos casos corresponden a personal militar que pidió no ser identificado, indican que Enrique París y otros prisioneros fueron masacrados en Peldehue con armas de fuego.

 

EN EL TACNA HASTA EL 13 DE SEPTIEMBRE DE 1973 

María Eugenia Horvitz relata que ella,  los familiares, los amigos y los colegas de la Universidad  de Enrique París recorrieron todos los rincones, los hospitales, los campos de prisioneros y la Morgue. En octubre de 1973, el abogado Eugenio Velasco hizo  una investigación acuciosa a nombre de la Universidad y concluyó,  lo que luego otros testimonios han confirmado y cuyos antecedentes reúne el Informe de la Comisión Verdad y Reconciliación: el doctor Enrique París fue fusilado en muy mal estado físico, en el campo militar de Peldehue, el mismo día en que fue trasladado hasta dicho lugar. Habría dejado de existir el día 13 de septiembre de 1973.

A fines de 1973, María Eugenia, junto a sus tres hijos, de 11, 10 y 9 años de edad, partieron al exilio, a Francia. La permanencia en este país se prolongó por once años.


LADRONES Y CÍNICOS 

El departamento de los París-Horvitz, situado en las Torres de San Borja, en Marcoleta 77, así como otros bienes, fueron requisados por decretos emanados de la dictadura. Según diversos testimonios, ese departamento habría sido usado por familiares de Pinochet.

Numerosas son las acciones legales que se han interpuesto para esclarecer los hechos relacionados con la detención y desaparecimiento del doctor Enrique Paris.

El Colegio Médico ofició al Ministerio del Interior solicitando una explicación por la detención y desaparecimiento de un miembro de la orden. La respuesta fue: «Esta cartera ministerial informó que el doctor París había salido del país».

El 29 de septiembre de 1973 se presentó ante la Corte de Apelaciones un recurso de amparo, rol 529-73-. Fue rechazado en consideración a las informaciones vertidas por el general de brigada, Herman Brady, del Ministerio de Defensa. Estas informaciones concluían que el doctor París no había sido detenido por órdenes de los tribunales militares ni tampoco por órdenes de la autoridad administrativa. Por su parte, el Servicio de Investigaciones informó el 1 de octubre: «No se registra detención de las personas mencionadas” 

El 15 de noviembre de 1973 su esposa presentó otra denuncia por presunta desgracia, esta vez en el Segundo Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía. Esta denuncia resultó sobreseída nuevamente por el tribunal, en virtud de las informaciones negativas de los organismos que se involucran en su detención. 

A pesar de los antecedentes presentados como evidencia de la detención, tanto los militares como los servicios administrativos se negaron a reconocerla oficialmente. Por ejemplo, el comandante del Regimiento Tacna en octubre de 1973, Luis Ramírez Pineda, señaló al Tribunal: “Dada la cantidad de prisioneros que pasaron por ese regimiento, no se tomó constancia de la identidad y no se recuerda ningún caso concreto”.  El caso ha pasado de una oficina a otra.

 

SORPRESIVO VUELCO EN EL CASO DE ENRIQUE PARÍS ROA 

El Servicio Médico Legal, con la colaboración del Laboratorio de Genética de Innsbruck (Austria), logró identificar en agosto de 1994, once restos rescatados del Patio 29 del Cementerio General, que estaban bajo la denominación NN. Uno de ellos, correspondía a Enrique París Roa. 

Esto permitió reconstruir lo ocurrido con Enrique que, hasta ese momento, era un detenido-desaparecido. Enrique murió en el Hospital José Joaquín Aguirre el 13 de septiembre de 1973, a la edad de cuarenta años, a donde lo había llevado una patrulla militar en muy mal estado. Allí estuvo allí el 13 y 14 de septiembre de 1973. Su llegada produjo enorme impacto. Una veintena de médicos, estudiantes de medicina y funcionarios auxiliares, lo vieron, identificaron y asistieron.   Pero ¡cómo es posible que todos ellos  guardaran silencio cómplice durante tantos años! 

Soldados retiraron  los restos desde el hospital. Días después fueron encontrados en  el río Mapocho a la altura del Puente Bulnes. Desde donde llegaron al Servicio Médico Legal el 24 de septiembre de 1973. Al día siguiente se le realizó la primera autopsia que constató fracturas costales múltiples, quemaduras por corriente eléctrica, algunas muy profundas; al menos 9 impactos de bala en diferentes partes del cuerpo; presentaba zona semi- carbonizadas en la cara, región lumbar, manos y piernas. Por ello no pudo ser identificado. Los fascistas pensaron que nunca podría ser reconocido pues destruyeron todo lo que habitualmente se usaba para el reconocimiento en esos años. El 3 de octubre de 1973 los restos fueron llevados al Patio 29.

El hallazgo de los restos de  Enrique París Roa fue informado en una conferencia de prensa efectuada en el Colegio Médico el 7 de septiembre de 1994.

 

EMOTIVA DESPEDIDA A SEIS HÉROES DE LA MONEDA 

El sábado 25 de septiembre de 2010. Cuando se iniciaba la primavera,  una caravana detuvo su marcha ante la tumba del compañero Presidente Salvador Allende. Eran seis urnas conteniendo los restos de seis héroes de  La Moneda: los asesores de la presidencia, Enrique París y Ricardo Pincheira; más cuatro miembros del GAP: Luis Rodríguez, Oscar Avilés, Manuel Castro y Wilson Sotelo. Allí, en un emotivo acto, se reencontraron siete combatientes por la libertad y la democracia que, ese fatídico martes 11 de septiembre de 1973, estuvieron juntos defendiendo la revolución chilena. 

Después, la columna prosiguió marcha hacia el Memorial de Detenidos Desaparecidos. Luego de un mitin de despedida, en donde entre otros oradores estuvo Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, los seis héroes pasaron a formar parte de ese monumento a las víctimas de la dictadura fascista.

 

  

Restos de Enrique París Roa (PC) y Ricardo Pincheira (PS),  asesores del 
Presidente Allende, ante el Memorial de Detenidos-Desaparecidos.