Guillermo Teillier
Foto: Oscar Dante Conejeros Etcheverry
De la edición Centenario de El Siglo
Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista
“Tenemos
futuro y podemos cumplir otros 100 años”
Guillermo Teillier responde a las preguntas de este semanario para esta
edición centenaria. El pasado como patrimonio valioso, el presente combativo y
la certeza de que el pueblo avanzará en sus luchas y conquistas, es lo que
marca las respuestas del dirigente comunista.
-¿Cómo se siente el presidente de un partido que cumple 100 años?
Es una responsabilidad muy grande. Desde luego, nunca imaginé que yo iba a
ser presidente del partido del centenario, y puedo decir que en general estoy
satisfecho, no por lo que a mí me corresponde como persona, sino
fundamentalmente por lo que el partido ha sido capaz de hacer en el proceso
revolucionario chileno y porque ha llegado a este momento siendo un
protagonista del quehacer político.
Después de muchas vicisitudes, de pasar la dictadura y una política
prácticamente genocida contra los comunistas y luego de 20 años de exclusión,
el Partido Comunista de Chile vuelve a reconstituirse, tanto política como
orgánicamente. Y, sin falsa modestia, puedo decir que hoy es un partido que
plantea rumbos concretos en la sociedad chilena, de salida a un sistema
neoliberal impuesto por una dictadura, y también de salida de una
institucionalidad que pretende ser democrática pero que en el fondo no lo es. Y
todos sabemos que gran parte del descontento que los chilenos expresan contra
el actual gobierno tiene que ver con que no pueden participar en la discusión y
la resolución de los asuntos más importantes que tienen que ver con su vida.
El partido ha sido capaz de poner en la mesa de discusión del conjunto de
la sociedad temas tan importantes como el cambio de la Constitución, del sistema
binominal, la participación ciudadana; ha sido capaz de instalar las medidas
económicas fundamentales que debe adoptar cualquier gobierno que quiera
realmente representar a la mayoría de la sociedad chilena: soberanía económica,
mayor igualdad, menor concentración de la riqueza, mayor salario, protección y
derechos de los trabajadores. Son cuestiones que no se han logrado después de
la caída de la dictadura.
¿Qué identifica al Partido Comunista? ¿Sigue siendo éste el partido que
fundó Recabarren?
Exactamente. Es claro que van cambiando las condiciones y efectivamente el
partido puede actuar de una u otra manera, pero en el fondo lo que el partido
sigue haciendo es poner en el centro de sus tareas, de sus obligaciones, la
defensa de los intereses de los trabajadores y de la gran mayoría del pueblo
chileno. En eso, creo que no ha cambiado en absoluto.
El mundo de los trabajadores se ha ampliado, eso es indudable. Ya no es
sólo la clase obrera ni los trabajadores manuales. Hay una diversidad de formas
de desarrollarse en el campo laboral, que hace que el partido tenga que conocer
esta nueva realidad y actuar acorde a ella.
En Chile se ha querido denigrar al trabajador, al obrero, y por eso se
inventan fábulas como ésta de que hoy día la mayoría de los chilenos son de “la
clase media”. Y cuando uno ve la reforma tributaria del gobierno, que dicen
beneficiosa para esa “clase media”, se da cuenta que aquellos que ganan hasta
un millón de pesos mensuales no se van a ver beneficiados.
En realidad, lo único que hace el gobierno con ésta y otras medidas es
darle mayores prebendas y facilidades al 10 ó 15% que acumula la riqueza en
Chile; entregar algunas migajas a otros sectores y sacrificar al resto de la
sociedad que vive endeudada, con bajos salarios y ve muy dificultado su futuro.
¿Cómo se combina esta posición que usted expone, con una política de
alianzas que suscita suspicacias, críticas e incomprensiones, a lo que se
agrega el anticomunismo larvado o manifiesto de parte de la burguesía y los
medios de comunicación?
Esos son elementos con los que hay que contar. Con el anticomunismo, toda
la propaganda que se hace en contra, sobre todo la que viene de los sectores
más poderosos y que tienen, además, todos los medios de comunicación a su
entera disposición. Ellos pueden hacer todo tipo de campañas burdas, incluso
influir en sectores que se llaman de izquierda pero que, desde el punto de
vista de la conciencia político-social, no tienen la madurez suficiente para
hacer un análisis más profundo de las cosas.
Nosotros creemos que en Chile hay que conformar un nuevo sujeto
político-social capaz de llevar adelante transformaciones profundas, y en eso
estamos. Para eso se necesita una política de alianzas sin dejar de lado ni los
principios ni los objetivos que nos hemos propuesto. Desde luego, no la vamos a
hacer con la derecha, pero sí con sectores que de una u otra manera han estado
en un programa de transformaciones profundas, como es el pueblo
concertacionista.
¿Acaso no creyó que se le estaba presentando un programa de
transformaciones profundas a la salida de la dictadura? Claro que sí: votó por
ese programa. Hoy hay una gran decepción en ese pueblo concertacionista. Y una
parte muy importante de esos sectores no quiere volver a tener gobiernos como
los que conocieron de la Concertación, sino gobiernos que efectivamente tomen
en cuenta las aspiraciones que han tenido desde hace mucho tiempo, que se han
ido traspasando de generación en generación y que hoy los jóvenes toman en sus
manos.
-¿Existe el riesgo de que se repita un gobierno de la Concertación?
Existe el riesgo, si es que no se da precisamente una convergencia de
fuerzas dispuestas, primero, a contribuir a la construcción de un programa y
después elegir el candidato presidencial. Existe el riesgo de que algunos
quieran tomar el camino de decir “si hay un candidato o candidata que esté muy
alto en las encuestas, éste es nuestro candidato, vamos a ganar las
elecciones”, y se olviden del programa y de acoger las demandas populares. Ese
riesgo existe, lo sabemos, porque hay fuerzas –desde el otro lado de la vereda,
digamos, desde la derecha- que harán todo lo posible por neutralizar la
conformación de una alianza de fuerzas como la que estamos planteando, porque
saben que ellos tendrían que retroceder en cuanto a intereses que les son
propios y que no son otros que las grandes utilidades y la apropiación de todo
lo que es el proceso productivo en Chile.
Esa es la confrontación que se viene y por eso, cuando estamos en estos 100
años del partido, digo que el PC ha logrado ponerse en el centro de la
discusión política y eso nos plantea la disyuntiva de si seremos o no capaces
de tener un gobierno con un programa que realmente contenga las aspiraciones
populares.
¿Cómo se inserta y de qué manera se expresa el PC en el movimiento social?
El movimiento social es muy amplio, y no tiene fronteras políticas. Es muy
transversal y en algunos casos vemos cómo en la base social, de alguna manera,
coinciden en la protesta sectores de izquierda, de centro y de derecha.
¿Cómo está el PC relacionado con este movimiento social?: en la medida que
el PC y sus militantes son capaces de representar a esos sectores, de
participar en la conformación de movimiento, en la unidad del mismo, y dotarlo
de un proyecto, de una base programática y de carácter político. Porque creo
que ésa es la novedad que se presenta hoy: que los planteamientos del
movimiento social son políticos, de cambios políticos para el país. El PC ha
estado en eso y ha alcanzado un alto grado de reconocimiento respecto a algunos
de sus dirigentas y dirigentes. Hay algunos que están muy connotados y otros
que no son muy conocidos pero que, sin embargo, en su realidad social son
absolutamente reconocidos. En eso, el PC también ha jugado un papel importante.
¿Cómo está el PC en sus relaciones internacionales?
A través del Foro de Sao Paulo, del que es un partícipe regular. Allí tiene
relación con muchísimos partidos de todo orden y mantenemos relaciones
prácticamente con todos los PC del mundo y con muchos otros partidos. No
tenemos una frontera ideológica en este sentido, es claro que no nos vamos a
ligar con sectores de la derecha que hoy día sí tienen Internacional, nosotros
no tenemos ninguna, como alguno pudiera creer. No hay un centro directriz,
porque lo que se hace, por ejemplo en el Foro de Sao Paulo y en otros, son
intercambios profundos acerca de la realidad latinoamericana, también la
mundial, pero no se sacan resoluciones que cada partido deba cumplir. Se sacan
algunas conclusiones generales y cada partido, de acuerdo a su realidad, ve
cómo esas conclusiones, que son muy generales, las adopta para sus países.
Nosotros abogamos por la integración latinoamericana. Latinoamérica es un
continente que está luchando con fuerza, no sólo por los cambios políticos y
sociales sino que también desde el punto de vista económico porque es un
continente que está en desarrollo y que indudablemente podría mejorar mucho,
sobre todo en la calidad de vida de los pueblos, si es que se adoptaran
acuerdos de integración en energía y otros.
-¿Es el cobre un asunto intransable en un programa del gobierno de nuevo
tipo?
Absolutamente: renacionalización, o una fórmula que haga que realmente el
cobre sea recuperado para todos los chilenos. Es un elemento esencial y lo que
corresponde es la renacionalización. Eso es muy difícil que podamos hacerlo de
buenas a primeras, pero debe producirse un proceso que puede ser, por ejemplo,
poner a Codelco como una empresa fundamental extractiva de cobre en Chile y
darle todas las facilidades de parte del estado para que asuma los nuevos
yacimientos. En segundo término, que se cobre un royalty –tal como lo hacen
otros países- que deje los recursos suficientes al estado chileno. Y si es que
están todas estas medidas cautelares de nuestras riquezas básicas o el uso y
usufructo de nuestras riquezas, también el estado chileno podría asociarse,
como lo hacen otros países, pero en condiciones en que el beneficio fundamental
sea para el estado y el pueblo chilenos, no para la empresa privada como es ahora
en que los beneficios netos son casi absolutos para la empresa privada o las
grandes transnacionales.
¿Se ha producido un cambio importante desde el punto de vista generacional,
sobre todo en la dirección del partido? ¿Hay un trasvasije de experiencias y la
posibilidad de que más jóvenes vayan asumiendo tareas?
Indudablemente, la vida nos pone en la situación de que los cuadros tienen
que irse renovando por la edad, y el partido ha seguido esta ley de la vida. No
es un partido que se haya anquilosado desde el punto de vista generacional, en
que los dirigentes sean de una edad extrema.
Nosotros concebimos que todos, jóvenes, de mediana y más edad, pueden
contribuir, unos con su experiencia de lucha, otros con el ímpetu que traen
como jóvenes, con un conocimiento más exacto de las nuevas realidades. Y que se
fundan en una dirección eficaz en el partido. Y, claro que sí, nosotros estamos
en disposición y estaremos orgullosos de que nuevos cuadros vayan asumiendo las
funciones que nosotros ya hemos cumplido o estamos cumpliendo pero que algún
día vamos a dejar de cumplir. Eso está claro.
Quiero recalcar que el partido, precisamente en estos 100 años, ha tenido
un crecimiento muy grande entre los jóvenes y la Juventud Comunista ha logrado
niveles de organización, de amplitud en su desarrollo que son muy importantes y
nos dicen que tenemos futuro y que podemos cumplir otros 100 años
tranquilamente.
-¿Puede asegurarse la vigencia del marxismo y dar por superada o derrotada
definitivamente la ideología neoliberal?
El marxismo, para mí, está completamente vigente. Hay algunos que nos han
dicho, incluso por la prensa, que el PC ha quedado huérfano de ideología. No:
nosotros seguimos siendo un partido marxista y nuestra ideología, que se
expresa a través de nuestra política –como muchos partidos comunistas en el
mundo- está plenamente vigente. Y hoy día, la ideología transformada en
política está en las calles en forma de postulados o de proyectos de distinto
orden.
Las ideologías tampoco han muerto, como alguien sentenció, y todo lo
contrario: hoy están más vigentes que nunca y precisamente aquellos ideólogos
del neoliberalismo, que son los que dieron por muerto al marxismo, son los que
están hoy día moribundos. No creo que estén superados todavía, o derrotados. Se
ha demostrado históricamente que el capitalismo tiene muchas formas para revertir procesos de crisis, que a veces
parecen terminales pero se las arreglan mediante distintas fórmulas para sobrevivir. Han inventado guerras mundiales,
matanzas atroces, y son capaces de hacer cualquier cosa. Estos son procesos que
no son cortos, pero si vemos al neoliberalismo hoy día, la verdad es que está
bastante maltrecho.
-¿El partido tiene una paciencia y optimismo de 100 años, o podría hablarse
de que mantiene el ímpetu inicial?
Creo que efectivamente si en el PC no existiera optimismo, si no creyéramos
en nuestros ideales, no estaríamos, no tendríamos 100 años. Y los 100 años nos
dicen que no sólo tenemos optimismo, no sólo que hemos superado incluso aquella
crisis del socialismo, la caída del socialismo europeo, sino que estamos por
construir de nuevo e incluso analizando aquello que fracasó, porque creemos que
hay que presentarlo o construirlo de distinta manera. Pero en eso estamos, y
eso se hace solamente luchando y no de otra manera.