jueves, 14 de junio de 2012

Homenaje a Pinochet organizado desde Punta Peuco. Un país polarizado




estimados amigos  y compañeros

Por intermedio de Sonia Pazmiño recibi el aniversario de los 100 años del PC. en Suiza, me encantó ver a Lucio, a la compañera Hilda, Anita, en fin a varios, y sobre todo  recordar a Raul Avila, nuestro querido compañero que nos dejo. voy a continuar mirandolos, es gratificante ver que a la distancia aun se organizan y mantienen la llamita de la solidaridad encendida, eso da cuenta que son grandes personas. Felicitaciones y miles de cariños a todos ustedes.

Alli les adjunto una reflexión que hiciera a proposito de la participación a la Funa  homenaje que se le hiciera al dictador -. en una de esas la suben y la traducen, a veces hay tiempo y espacio para escribir lo que una va internalizando, tambien puedo comenzar a enviarles pequeños aportes si ustedes asi lo consideran.

1 abrazo con el cariño y recuerdo de siempre.

Janela García




 
Homenaje a Pinochet organizado desde Punta Peuco. Un país polarizado.

Los ánimos triunfalistas, la alegría de los dos goles a Venezuela en el football, la unidad en torno al triunfo para el país, se esfumaron como por arte de magia.

Responsable de ello fue el Homenaje que le hicieran al ex dictador Augusto Pinochet, evidenciando que aún falta mucho por avanzar en la justicia, la democracia y la memoria histórica de nuestro país. Hoy en la mañana nos enteramos que la indignación comenzó a propagarse, y personas anónimas familiares y amigos de ejecutados, desaparecidos, como también ex presos, ex torturados,  de diferentes comunas llegaron y se congregaron en el teatro Caupolicán, desde las 10 de la noche hasta avanzadas horas, eran una treintena, que pusieron cadenas  al teatro, como para impedir que allí se llevara a efecto el vergonzoso homenaje. Sin duda no debe haber en el mundo un país que se defina como democrático, donde asesinos, torturadores y mercenarios, se reúnen con el pretexto de celebrar y recordar a uno de los personajes que tanto daño este país. Que durante 17 años sojuzgó al país con una institucionalización del terror, con permanentes estados de excepción, con organismos secretos que nadie sabe a quién obedecían, porque ahora resulta que todos son inocentes e ignorantes del terror que impusieron.

Efectivamente este acto estaba programado para las 11:00 hrs., de hoy, allí estaban los adherentes y detractores. Quienes llegamos temprano al lugar, no fue fácil ingresar. Habían piquetes apostados en el gran perímetro que carabineros había instalado, entre las calles; Tarapacá, Avda. Matta,  calle Espinoza y San Francisco. Llegamos a las 10 de la mañana, junto a mi sobrina, y como la ocasión ameritaba, íbamos bien preparadas y pudimos pasar el control operativo. A pasos escuchamos gritos de apoyo de  adherentes, caímos directamente en la misma puerta del Teatro, ya estaban parte de los medios de comunicación, conspicuas señoras histéricas gritando y portando afiches con el rostro del dictador, otros con bustos de yeso de Pinochet con la banda tricolor,  jóvenes, con facha de patria y libertad, ropa militar camuflada o chaquetas de cuero, y muchos decrépitos viejos fascistas.

Es verdad que el derecho a reunirse, a manifestarse y a opinar libremente, también debe regir para ellos, pero realizar un homenaje a un dictador es y constituye un acto de extrema violencia vulnerando la historia aún no resuelta por la falta de verdad y justicia, porque las heridas aún están abiertas, y la mayoría de la  sociedad chilena no quiere que se repitan estos actos indignos. Ellos tienen que entender que se exponen al escarnio público, a la indignación, a la rabia, el dolor y la condena ciudadana por su pasado de encubridores de tanta barbarie y muerte causada. De eso se trataba, un acto provocador y un acto encubridor, de un asesino, que nunca fue enjuiciado por sus crímenes en contra de lesa humanidad.

Allí pude oler el fascismo, en sus nietos, oler obsesiones retrógradas, fanatismo abyectos y sobre todo la arrogancia, la prepotencia y el fascismo acumulado por años, traspasado a los nietos de Pinochet y de Franco, como a cubanos gusanos, allí presentes, entonando la canción nacional con su estrofa de los “valientes soldados” y a viva voz pidieron libertad a Álvaro Corbalán, responsable y organizador de este evento, gestado desde Punta Peuco, por un reo asesino, fascista reivindicando el terrorismo de Estado. De eso se trataba este homenaje.

Por ello que resulta indignante que permitamos que estos se lleven a cabo, estamos siendo irresponsables, al permitirlos, ya que traspasamos a las nuevas generaciones una cargada mochila de odio. Es necesario legislar al respecto para que nunca más se haga proselitismo del terror, del odio del fascismo en nuestro país.

Ahora ya son las 17:30 hrs., y los adherentes aún se encuentran dentro del Teatro Caupolicán y otros como ratas salen apiñados protegiéndose del malestar e indignación de los chilenos que estamos apostados en los alrededores

Lo más probable que esta gente van a misa, se sientan en familia a almorzar los domingos, recen con sus nietos. No es posible engañarse a sí mismo, cuando la verdad acecha en la memoria, es necesario fortalecer los recuerdos encubridores por la vía de compartirlos en un rito colectivo, o un acto de terapia colectiva, para sanar sus pecados reprimiendo la verdad. Quizás es lo que nos ha tocado presenciar en el día de hoy.

A los que están administrando este modelo Neoliberal que les sirva de lección, ellos tenían la posibilidad de parar este homenaje y no lo hicieron, ahora a enumerar el saldo de los daños en los 10 puntos de barricadas, desórdenes focalizados en las calles Santa Isabel, San Diego, Eyzaguirre, Cóndor, Nataniel, Paseo Bulnes, Matta, cabezas rotas,  disparos, intento de quema de un edificio en construcción, pillaje y destrozo de una automotora, pesadilla para los vecinos que tuvieron un domingo de terror. Resulta paradojal y hasta irónico, que quienes pisotearon entusiastamente la libertad de los chilenos, y a todas luces lo volverían a hacer si tuvieran ocasión, hoy reivindiquen su propio derecho a manifestarse, precisamente para homenajear al dictador que trató consistentemente todo tipo de manifestaciones públicas como crímenes a los que había que reprimir con saña.

Allí estaban los organizadores, Tte (retiro) González, al interior del teatro y sus dos sobrinos entre nosotros, repudiando por las aberraciones que su madre sufriera en manos del fascismo, Alfonso Marques de la Plata ex Ministro de Pinochet, anciano decrepito, acompañado de su nieta, ganándose el odio de varios y otra joven quién le tironeo el cabello impidiéndole tomar el taxi que los sacaría del lugar. Ese es el odio que aún esta engendrado en nuestra sociedad. Ellos son los responsables de los tantos encapuchados, aquellos jóvenes, nietos y biznietos de este lado, nuestros hijos quizas.

También resulto alentador ver a ese vecino acorralado al interior de su casa, y desde una ventana con rejilla conminaba a las desagradable e inesperadas visitas gritándoles – fascistas… fachos  váyanse a su barrio, no los queremos.

Janela García
Refugiada en Suiza hasta 1986.