Foto: Oscar Dante Conejeros Etcheverry
Recado a Gabriel Salazar
Escrito por Marta Morales (*)
He decidido escribirle este recado, porque he leído sus
declaraciones sobre Camila Vallejo y hay varias cosas que me gustaría decir
al respecto. La connotación mundial que
adquiere Camila Vallejo, se debe, según creo, a la potencia del movimiento
social y la claridad con que dejó al
descubierto lo que existe bajo la piel
de este jaguar latinoamericano.
Porque Ud. debe
concordar conmigo que nuestro país se jacta de mantener una economía sana, pero
es uno de los países más desiguales del mundo; y esta tremenda y vergonzosa
desigualdad es la que ha volcado a las calles
a miles de jóvenes a demostrar que ya no están dispuestos a seguir
soportando que la riqueza que producen los y las trabajadoras de este país se
la apropien unos pocos que todos sabemos donde están.
Decir que una
mujer joven que ha tenido el
reconocimiento internacional por su aporte a la lucha por una educación más justa y digna para las actuales y futuras
generaciones de este país lo ha sido “por
ser linda” significa, según mi entender,
negar las capacidades de la joven
Camila Vallejo y, por otra parte, relativizar la potencia revolucionaria de las ideas
democratizadoras y de justicia social
que contienen las demandas del movimiento social.
Camila tiene
razón cuando le dice que sus afirmaciones tienen una claro “sesgo machista”. Y creo sinceramente que Ud. se excede cuando condiciona la inteligencia de la joven militante de las Juventudes
Comunistas a dejar las filas de nuestro partido...Porque leo claramente el si condicional en sus
declaraciones a la prensa.
Sr. Salazar, hace
muchos años las mujeres tuvimos que luchar y demostrar que “somos
inteligentes”, pues Ud. debe recordar que hay toda una línea de “hombres
sabios”, que afirmaban que las mujeres no la poseíamos. De verdad, creía que
esa etapa oscura de nuestra historia estaba superada. Pero ahora ocurre (en
pleno SXXI) que las mujeres comunistas hemos de entregarle a Ud. pruebas
de nuestra inteligencia, puesto que se lee en sus frases que ser mujer-comunista es ser no-inteligente.
Definitivamente
mi compañera Camila se queda corta
cuando habla de un “sesgo machista”. Yo he llegado a la conclusión de que es enteramente machista.
Yo no sé, de
verdad, en qué basa sus asertos, pero lo que sí sé es que este partido
comunista que ya tiene 100 años de vida,
ha contado en sus filas con innumerables
mujeres valientes y memorables luchadoras sociales; que éste es uno de los primeros partidos
políticos en incorporar mujeres a sus órganos de dirección; que sin más, ya que celebramos este año nuestro Centenario.
Quiero recordarle
que Teresa Flores (22 años), una mujer
obrera de inicios del siglo
XX, fue parte de la constitución del
partido de Recabarren y que ella, junto a muchas mujeres proletarias, como la joven de 14 años, Rebeca Barnes,
organizaron los centros Belén de Zárraga cuyo aporte al movimiento de mujeres y
feminista es innegable. Teresa en el año
1923 es elegida Consejera Nacional de la Federación Obrera de Chile (FOCH),
siendo la primera mujer chilena que ocupa un cargo sindical de nivel nacional.
Es cierto que
ellas no asistieron a la Universidad y es posible que no comprendieran las
virtudes de la “Academia”, pero tuvieron
la visión política y el empuje valeroso para
batallar en tiempos duros para las mujeres chilenas y del mundo.
Y le digo estas
cosas, porque he pensado que la razón de su menosprecio a Camila se debe a que
es comunista. Pero estoy convencida de que hombres y mujeres tenemos la capacidad para decidir si
militamos o no y si lo hacemos en qué partido lo haremos. Ello, claro, en
función de ideales y lo que cada uno de nosotros y nosotras buscamos para
nuestro pueblo.
Y muchas mujeres,
como Camila, hemos decidido militar en este partido centenario y
creemos firmemente en la capacidad
de este colectivo de hombres , mujeres
y quienes han asumido una opción sexual diferente, de aportar a la
construcción de la patria justa y buena con la que soñara nuestro presidente
Salvador Allende.
Si ello nos hace
menos inteligentes ante sus ojos y su entendimiento es lamentable para Ud.,
pero nosotras vivimos alegremente nuestra militancia y, re-escribiendo a
Neruda, en el Partido Comunista nuestra
vida no termina en nosotras mismas.
Le decía antes
-honorable profesor- que son muchas y muchas las mujeres que han militado y
militan en nuestras filas. Y Ud., en su condición de connotado historiador,
debe saber que el aporte que las mujeres hemos hecho a las luchas de nuestros
pueblos ha sido enorme. Y ha sido así, en muchos lugares del mundo y en nuestra
América Latina las mujeres nos incorporamos a las luchas por la Independencia,
a la lucha -ya le decía- por ser
reconocidas como “seres racionales”, por la abolición de la esclavitud, por el
derecho a la educación y no la que se le entregaba a las señoritas de clase
alta, que eran educadas para la sumisión y reproducir el círculo de la
dependencia y de la esclavitud y la tremenda valoración por introducir temas
como la filosofía y la geografía en la formación de las mujeres.
Es de este siglo
la larga lucha por el derecho a voto y
nuestra participación en política e incluso nos hemos alzado como una más en
las batallas contra las dictaduras que han asolado a nuestros países en distintos momentos de nuestra
historia. Y con ello hemos contribuido a la conformación de nuestras identidades como pueblos y como
naciones.
Y quiero volver a
hablar acerca de mis compañeras mujeres,
porque en este Partido Comunista, del cual Ud. le dice a Camila que debe irse,
una joven mujer -Gladys Marín- fue la primera Secretaria General de las
Juventudes Comunistas de Chile, y Diputada a los 23 años, luego de la noche
oscura fue la primera mujer en ser Secretaria General del Partido Comunista y
después su primera presidenta. Gladys fue también la primera mujer en ser
candidata a la Presidencia en nuestro país.
Y como Gladys,
nuestras compañeras Hilda Cid pionera en
introducir la cristalografía de Rayos X en el país, Sola Sierra, tremenda
luchadora por los DDHH, Mireya Baltra dirigente suplementera,
diputada y Ministra del Trabajo del Gobierno Popular, Eliana Aranibar diputada, Julieta Campusano, senadora, Rosa
Gajardo, Micaela Troncoso, Victoria Muñoz, Delfina González, Julia González,
Humilde Figueroa, Laura Rodig, militantes mujeres destacadas entre el 1926 y el
1930, Sary Cortés, primera mujer menchista que participa como representante del
PC en el Frente Popular, Eulogia Román dirigente del partido, obrera tabacalera
y María Ramírez, miembro del Comité Central, obrera de una fábrica de camisas,
ambas dirigentes del MEMCH; María
Gilbert primera mujer miembro del Comité Central, María Marchant Regidora;
Mercedes Fuentealba, obrera y primera dirigente
de la Unión de Mujeres de Chile.
Y sigo diciendo:
Amanda Altamirano, diputada; Vilma Rojas, diputada; Silvia Acosta, diputada,
Graciela Trujillo, Eliana Fernández y Teresa Carvajal dirigentes de la CUT,
Elena Pedraza, dirigente sindical, Ana González, la Desideria, Violeta Parra, y
cientos de mujeres que han ocupado hasta ahora diversos cargos de
representación social y política. Hoy día Karol Cariola, es la joven Secretaria General de las Juventudes
Comunistas.
Y quiero decir
con esta lista incompleta de mujeres de distintas condiciones sociales, que al
Partido Comunista las mujeres notables no le somos ajenas y que la presencia de
mujeres no es accesoria. No veo razón,
entonces, por la que Camila Vallejo debiera irse.
Y le digo, porque
para eso es este recado, que no es correcto que queriendo dar “sabios consejos”
se nos niegue a las mujeres como sujetas políticas y se nos reduzca en sintonía
con el imaginario patriarcal a “fetiches sexuales”.
Tampoco me parece
que en la actual situación donde es tan necesaria la unidad social y política
para derrotar al verdadero enemigo de clase se menoscabe a una joven dirigente estudiantil, como
Camila, lo cual no extrañaría viniendo de la derecha). Con eso, usted daña
al movimiento social, pues el liderazgo de
mi compañera emerge precisamente de ese movimiento y no de una turbia
maquinación de los viejos del PC, como Ud. afirma.
Parece que no
todos remamos en la misma dirección.
(*) Profesora
Fuente: Diario Red Digital