Hace 88 años se
inició La Guerra Civil Española. Recordamos los hechos, la heroicidad de los combatientes
antifascistas españoles y las Brigadas Internacionales, a través de un escrito
del Historiador Iván Ljubetic Vargas.
Boletín Rojo
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
La Guerra Civil Española comenzó
el 17 de julio de 1936, cuando los generales Emilio Mola y Francisco Franco
iniciaron una sublevación para derrocar a la República del Frente Popular elegida democráticamente.
Los esfuerzos iniciales de los rebeldes fascistas por instigar revueltas militares en toda España sólo se lograron parcialmente. En áreas rurales con una fuerte presencia política derechista, los confederados de Franco generalmente ganaron. Ellos asumieron rápidamente el poder político e instituyeron la ley marcial. En otras áreas, particularmente en ciudades con sólidas tradiciones políticas izquierdistas, las revueltas se toparon con una fuerte oposición y a menudo fueron mitigadas. Algunos oficiales españoles siguieron leales a la República y se negaron a unirse a la sublevación.
Relata Volodia Teitelboim: “En
Chile la adhesión a España no fue cosa sólo de los intelectuales. Un día habría
que escribir un libro acerca de la labor del Socorro Rojo Internacional,
recogiendo ropa, medicinas, dinero solidario. Algunos chilenos también
marcharon al frente… No olvido el acto en un Estadio Nacional repleto para
escuchar a la delegación de la República y la voz entre potente y dramática del
socialista Indalecio Prieto.
En la pobre redacción del ‘Frente
Popular’ todos los días yo seguía seleccionando cables. La noticia más
importante de ese tiempo siempre era España. Y las palabras que se repetían en
los titulares se referían a sus ciudades o a sus ríos convertidos en nombre de
batallas. Madrid, Guadalajara, Teruel, El Ebro… Así fue hasta el primero de
abril de 1939 cuando Franco anunció que el conflicto había terminado. No era un
epílogo. España fue el prólogo. No pude dejar de registrar que la Segunda
Guerra Mundial estallaría cuatro meses después.” (Teitelboim Volodia: “Un
muchacho del siglo veinte”, páginas 358
y 359)
La guerra civil iniciada por los
fascistas costó la vida a un millón de personas, perpetró crímenes tan
horrendos como el bombardeo de Guernica.
Los contrarrevolucionarios
contaron con el apoyo en armas, soldados, barcos y aviones de Hitler y
Mussolini, con la criminal no intervención de los países occidentales, entre
ellos Francia del Frente Popular.
LA UNIÓN SOVIÉTICA Y LAS BRIGADAS
INTERNACIONALES
Al lado de los republicanos estuvo
la Unión Soviética, millones de seres humanos democráticos de la tierra. Muchos
de ellos, de cincuenta países, se jugaron la vida en las Brigadas
Internacionales. Debieron llegar a España utilizando mil maneras, pero siempre
ocultando sus identidades. Diez mil cayeron defendiendo la democracia.
Convocadas por la Internacional, las Brigadas Internacionales eran unidades militares compuestas por voluntarios procedentes de hasta 54 países diferentes que participaron en la guerra Civil Española en el bando republicano. Oscilan entre 35.000 y 59.380 voluntarios. Se contabilizaron 10.000 bajas de sus combatientes.
La nacionalidad más numerosa fue
siempre la francesa. La mayoría no eran soldados, sino trabajadores reclutados
voluntariamente por los partidos comunistas durante la Primera Guerra Mundial. Las
Brigadas participaron en la defensa de Madrid en 1936, en las batallas del
Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Aragón y el Ebro, siendo retiradas a
partir del 23 de septiembre de 1938.
En 1938, el poeta chileno Juvencio Valle viajó a España, como corresponsal de guerra y
envió sus impresiones a la revista Ercilla. Después que Franco llegó al poder,
fue detenido por los fascistas por estar al
lado de los republicanos. Pasó tres meses y medio en la cárcel.
LA BRUTALIDAD DE LOS FASCISTAS
Los fascistas libraron una guerra
brutal contra los partidarios de la República. Las mujeres de la República
fueron violadas o humilladas públicamente al afeitarles las cabezas. Para 1940,
más de 500,000 personas fueron reunidas y enviadas a casi 60 campos de
concentración. Grandes números de prisioneros fueron reclutados para realizar
trabajos forzados o para combatir en el ejército de Franco o fueron juzgados
por tribunales militares.
Durante la guerra, 100,000
personas fueron ejecutadas por los fascistas; después de que la guerra terminó
en la primavera de 1939, otras 50,000 fueron asesinadas. La Ley marcial siguió
vigente en la España franquista hasta 1948 y los ex republicanos fueron
sometidos a diversas formas de discriminación y castigo.
La guerra y la persecución dieron
como resultado varios millones de españoles desplazados. Muchos huyeron de las
áreas de violencia para buscar refugio en otros lugares. Algunos países, como México y la República Dominicana y Chile abrieron sus puertas los refugiados
españoles.
Cuando la Guerra Civil terminó el
1 de abril de 1939 con la victoria de Franco, aproximadamente 500,000
Republicanos españoles escaparon a Francia, donde muchos fueron colocados en
campos de prisioneros en el sur. Fue de ahí desde donde Pablo Neruda sacó a los
patriotas españoles que trajo a Chile en el Winnipeg.