Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
EL PASO MÁS IMPORTANTE
Luis Corvalán Lépez nació cuando la primavera ya se anunciaba, un 14 de
septiembre de 1916, en Pelluco, Puerto Montt. En 1921 su familia se trasladó a
Tomé. Allí ingresó al Partido Comunista.
En sus Memorias ‘De lo vivido y lo peleado’ relata: “Hice migas con un
zapatero remendón, el maestro Palmita, que era miembro del Partido... Cierta
vez, Palmita me invitó a una reunión comunista que se llevó a cabo en una casa
del Cerro Estanque. En tal ocasión di el
paso más importante de mi vida: ingresé al Partido. Fue en 1932, creo que en el
mes de febrero”. Por entonces tenía 16
años y estudiaba en
DOS
LLAMADOS A SANTIAGO
Su primera designación como profesor fue
para
Abandonó entonces Iquique y se dirigió a Concepción, donde vivía su
familia. Se dedicó de lleno al trabajo partidario. Pocos meses después fue
citado a la capital, donde participó en un pleno del Comité Central de
Así lo explica en sus Memorias: “A fines de año (1937) fui llamado a la
capital para trabajar como secretario de Carlos Contreras Labarca, Secretario
General del Partido, y desempeñar, al mismo tiempo, algunas tareas en el Comité
Central de
SE CASA
CON
El 25 de octubre de 1938 triunfó Pedro Aguirre Cerda, candidato del
Frente Popular.
Trabajó en varios periódicos obreros. Enviado por el Partido, volvió a
Iquique, donde se hizo cargo de la dirección de “El Despertar de los Trabajadores”,
que Recabarren había fundado en enero de 1912. Más tarde laboró en El Siglo, del cual fue designado director
en 1946.
El 14 de diciembre de ese año contrajo matrimonio con la compañera Lily
Castillo. Escribe Luis Corvalán: “En Lily hallé un tipo de mujer que no había
conocido. Además de buena moza y simpática, encontré que su afiliación a la
causa comunista le salía de adentro”.
Tuvieron cuatro hijos: María Victoria, Viviana, Lily y Luis Alberto.
ENCARGADO
DE PROPAGANDA
En 1948 pasó a la clandestinidad, adoptando el nombre de Luis Correa. Encabezó
CUANDO LO CONOCÍ
El 4 de septiembre de 1952 el exdictador Carlos Ibáñez ganó, por un
impresionante margen, las elecciones presidenciales. Ese año fui designado
miembro del Comité Regional Santiago de las Juventudes Comunistas, del cual era
Secretario Político Mario Zamorano. Me encomendaron la tarea de ser responsable
de la revista ‘Principios’. En esa calidad fui citado a una reunión clandestina
del Frente de Propaganda del Partido. No
recuerdo el lugar donde sesionamos. Pero sí del compañero que hizo un extenso,
interesante y didáctico informe. Era bajo de estatura, muy flaco, de nariz
pronunciada, con un bigotito debajo de ésta, de mucho fumar y de convincente
hablar. Se llamaba Luis Correa. Tiempo después supe que se trataba de don
Lucho. Así lo conocí, en una reunión de Propaganda, eludiendo la represión del
gobierno del “paco” Ibáñez.
SECRETARIO
GENERAL
En el XIV Congreso del Partido, efectuado clandestinamente en Cartagena,
en la Casa de
Veraneo de la Escuela
Faustino Sarmiento, en el mes de abril de 1956, fue nombrado
miembro de la
Comisión Política y del Secretariado del Comité Central.
El 8 de marzo de 1958, falleció el Secretario General del PC, el obrero Galo
González, “El Comité Central –escribe Luis Corvalán en “De lo vivido y lo
peleado”- me eligió su secretario general.
Galo González, en su lecho de muerte, había alcanzado a decir a José
González que, en su opinión, yo debería sucederlo. Julieta Campusano fue la primera
en expresar su acuerdo:
-Corvalán –dijo- es un revolucionario formado por el
Partido. Y se explayó en otras consideraciones y palabras elogiosas que no
puedo repetir.”
Al respecto, Julieta Campusano dijo hacia 1975: “Corvalán recuerda
siempre que fui la que lo propuse para secretario general del Partido, y se
reía porque dije que lo proponía porque lo consideraba el más equilibrado de
todos. Según mi concepto él aparecía indiscutiblemente como el compañero que
debía suceder al compañero Galo...”
CUANDO LO ESCUCHÉ POR SEGUNDA VEZ
El 8 de marzo de 1958 recibimos en Temuco la triste noticia del
fallecimiento del camarada Galo González, Secretario General del Partido.
Reunido el Comité Regional se adoptaron dos medidas: realizar esa noche una
salida de propaganda callejera con la consigna “Viva Galo González, PC” con la
hoz y el martillo. La segunda medida fue designar una delegación de cuatro
dirigentes que viajara esa misma noche a Santiago para participar en los
funerales del compañero Galo. Uno de los que formó esa delegación fui yo, en mi
calidad de Secretario del Comité Regional Cautín de las Juventudes Comunistas
de Chile. Viajamos en tren toda la noche. Llegamos a Santiago a las 7 de la
mañana del 9 de marzo. Nos dirigimos al Sindicato Sicchel, ubicado en Catedral
2789, esquina de Sotomayor. Allí estaba la capilla ardiente. Hicimos, como
otros cientos, una guardia de honor junto a la urna donde estaban los restos
mortales del compañero Galo.
En la tarde del 10 de marzo fueron los funerales. Los cuatro de Cautín formamos parte del río de banderas
rojas, puños y consignas.
“¡Compañero Galo González...! ¡Presente... Ahora y Siempre!” “Y que fue... y que fue... Aquí estamos otra
vez!”
En
En ese triste y combativo momento escuché por segunda vez al compañero Luis Corvalán.
CONQUISTADA
A comienzos de 1958, se constituyó un amplio Bloque de Saneamiento
Democrático que tenía dos objetivos: derogar
El 2 de agosto de 1958, el Presidente Ibáñez promulgó la ley que derogaba
SU INFLUENCIA EN EL PARTIDO
La conquista de la legalidad determinó, entonces, una importante transformación
al interior de la vida del Partido Comunista.
Como sostuvo el escritor y periodista José Miguel Varas en 1975, "el
cambio de 'clima' dentro del Partido fue muy notable, y se debió a la
legalidad, pero no sólo a ello. Hubo algo muy personal en Corvalán que influyó
a crear una sensación de gran confianza en la posibilidad de criticar, de que
cada cual pudiera dar su opinión sobre cualquier materia, unido todo ello a la
idea de que el Partido no era un club de debates, de que de todas maneras había
que ser muy firme en las cosas fundamentales...”
Y agregaba José Miguel
Varas: "Hasta la llegada de Corvalán a
SENADOR
En marzo de 1961, don Lucho fue elegido Senador por
Jugó un rol destacado en la convergencia de las fuerzas de izquierda,
tanto en el FRAP, como en
El marzo de 1969 resultó electo Senador por
En 1964 se publicó el folleto del compañero Corvalán titulado ‘Nuestra Vía Revolucionaria’.
UN GRAN CONDUCTOR DEL PARTIDO
Durante los 31 años que Luis Corvalán fue el
Secretario General del Partido, éste tuvo una amplia política de alianzas y fue
un factor decisivo en la unidad de las fuerzas democráticas y populares.
Era mediado de 1969. La derecha ya había designado a su abanderado para
las elecciones presidenciales de 1970. Era Jorge Alessandri Rodríguez. Otro
tanto hizo
Los
partidos de Izquierda comenzaron a
presentar sus candidatos.
En el Partido Socialista,
luego de una dramática sesión, en que la mayoría de sus miembros se abstuvo, el
Comité Central del PS proclamó a Salvador Allende.
Ante la carencia de
candidato único de la izquierda, el Partido Comunista decidió proclamar como
abanderado a Pablo Neruda, el martes 30 de septiembre.
SURGE LA UNIDAD POPULAR
El 9 de octubre de 1969 fue un día histórico: se fundó
Don Lucho
jugó un importante rol en la
constitución de
BUSCANDO AL
CANDIDATO ÚNICO
La creación del Comité Coordinador de
Se inició 1970, el año de
los comicios electorales. Poco a poco se fue aclarando el panorama. Renunciaron
Jacques Chonchol, Alberto Baltra, Pablo Neruda. Pero aún quedaban dos: Rafael
Tarud y Salvador Allende. Ninguno con visas de ceder.
Ante la demora por la
designación del abanderado, el Partido Comunista convocó a una concentración
pública en Santiago para el 22 de enero de 1970 y
advirtió: si para el inicio de ese acto no hay acuerdo, el Partido Comunista
proclamará definitivamente a Pablo Neruda.
SALIÓ HUMO BLANCO
Y ocurrió lo tan esperado. Poco antes del plazo señalado, el Comité
Coordinador de
“Salió humo blanco. Ya hay
candidato único. Es Salvador Allende.”
Estalló la alegría. La
emoción pobló los corazones. La multitud llenó
Fue así, como desde el 22 de
enero de 1970, faltando sólo 225 días para las elecciones presidenciales,
Con Luis Corvalán a la
cabeza, los comunistas entregamos una contribución fundamental para
alcanzar la victoria popular del 4 de septiembre de 1970 y fuimos gran aporte durante el gobierno presidido por Salvador Allende.
EN EL GOBIERNO POPULAR
En el Gobierno de Salvador Allende, los comunistas participamos en el Gabinete
con tres ministros y estuvimos a la cabeza de la batalla por la producción.
Del 30 de marzo al 9 de abril, Don Lucho participó en el XXIV Congreso
del Partido Comunista de
El 4 de abril habían tenido lugar las elecciones municipales en que
El 11 de julio, se nacionalizó la gran minería del cobre.
En agosto apareció el libro de Corvalán ‘Camino de Victoria’.
El 2 de enero de 1972, presidió el gran acto de masas que el Partido
realizó en el Estadio Nacional.
DERROTADAS DOS INTENTONAS
Trabajadores y soldados constitucionalistas derrotaron el intento de
derrocar el Gobierno Popular a través del Paro Patronal de Octubre.
En noviembre, Luis Corvalán integró la comitiva del Presidente Allende en la visita oficial
realizada a
En las elecciones parlamentarias del 4 de marzo de 1973
PRISIONERO POLÍTICO
El 11 de septiembre de 1973 los fascistas asaltaron el poder.
Bombardearon y atacaron
Después del golpe fascista, Luis Corvalán fue detenido el 27 de septiembre
de 1973. Estuvo como prisionero político en
Fue
liberado por la solidaridad internacional, en especial de
MI
ENCUENTRO CON DON LUCHO EN BONN
El 11 de mayo de 1978 viajé a Bonn a un Encuentro organizado por el
Comité de Solidaridad Antiimperialista de
Una foto aparecida en la
contraportada de la edición Nº 7-8 de 1978, de la revista “Boletín
Antiimperialista de Información” (AIB), ha dejado plasmado ese
abrazo, con la lectura: “Alegre
reencuentro: Iván Ljubetic y Luis Corvalán en el evento organizado por el ASK
el 11 de mayo de
El 3 de septiembre de 1980 proclamó en un acto en
Moscú
El 20 de agosto de 1983 ingresó clandestinamente a Chile.
Allí nos encontramos con muchos otros camaradas. Conversábamos alegremos.
Trataba de reconocer a viejos amigos. De pronto se me acercó alguien que no ubicaba.
Me dijo: “¿No me saluda, compañero Iván?”.
Por su voz supe que era don Lucho.
DE SU INTERVENCIÓN
En ese Congreso, el compañero Corvalán hizo buena intervención, junto a
la de la compañera Julieta, en mi opinión, las mejores.
Comenzó diciendo: “Esta es la primera reunión con más de diez personas en
que participo desde mi ingreso al suelo patrio. He sentido una inmensa alegría
al ver con mis propios ojos el gran Partido que tenemos.”
Más adelante enfatizó: “Entre las concepciones obsoletas está la exaltación
de la llamada pureza de la línea, en
custodia de la cual más de algún compañero ha creído buenamente, tener una
misión predestinada. La línea del Partido está en constante confrontación con
la práctica y, por tanto, no es nunca pura ni exacta; está sujeta a rectificaciones y perfecciones de uno u otro
volumen y, como se ha remarcado en el Congreso, el Partido es una organización
viva que tiene sus propias contradicciones y es campo de lucha permanente entre
lo nuevo y lo viejo.”
Agregó: “Yo estuve seis años y medio en el exilio. El mayor tiempo el
trabajo del Partido estuvo encabezado afuera por el compañero Volodia. Quiero
expresar que, a mi juicio, tanto él como los compañeros Américo Zorrilla,
Orlando Millas y otros hicieron un gran trabajo en varios aspectos, preocupados
de ayudar al Partido del interior.”
TAMBIÉN JULIETA
Por su parte, la siempre mesurada compañera Julieta Campusano, sostuvo: “Nadie, considero, tiene un puñal debajo del poncho para destruir el baluarte seguro de la dirección que tiene el pueblo de Chile. Este Partido tiene raíces profundas y sólidas, fue formado por Recabarren, por la fe de Ricardo Fonseca, por Galo González y, por qué no decirlo, por el compañero Luis Corvalán. Lo diferente de este Congreso con los anteriores, con varios de ellos, es que se realiza en una etapa nunca vivida antes por el Partido: bajo una tiranía fascista”.
En ese Congreso clandestino de mayo de 1989, Don Lucho dejó la secretaría general del PC, siendo reemplazado por el compañero Volodia Teitelboim,
pero siguió como miembro del Comité Central.
DESPUÉS DEL RETORNO
Regresé a Chile el 23 de octubre de 1990. Me quedé a vivir en Ñuñoa.
Visité varias veces al compañero Corvalán en San Bernardo. Siempre me recibió
muy fraternalmente, como lo hacía con todos los compañeros. Me ayudó mucho
cuando escribía ‘Don Reca’ y otros libros. Me entregaba informaciones y opiniones. Me prestó y regaló
folletos y libros suyos. Uno de estos
fue ‘Camino de Victoria’, que me lo dedicó con hermosas palabras: “A mi viejo y
querido compañero Iván Ljubetic Vargas dejo en sus manos, ¡en buenas manos!
este ejemplar de un libro que recoge la posición y la experiencia del Partido
en un buen trecho de su vida. Luis Corvalán. San Bernardo, 11 de noviembre de
Después se trasladó a Ñuñoa. Seguí visitándolo. Cuando no lo hacía me
invitaba a hacerlo. Estuvimos juntos en muchos actos y reuniones. Siempre era
de gran interés escucharlo. Era uno de esos dirigentes, como quedan pocos,
dedicados a transmitir sus experiencias y conocimientos. Aprendí mucho de él.
Fue un gran maestro.
Cuando tuve problemas con algunos dirigentes del Partido, él siempre me
aconsejó sabiamente. Fue muy solidario conmigo.
En julio de 2010, pocos días antes su fallecimiento, fue la última vez
que estuve con él.
Nos reunimos en su casa de calle Francisco Villagra junto con David Mc
Conell, para intercambiar opiniones sobre un libro que deseaba escribir. Lo
noté muy cansado. Pero jamás pensé que
sería la última ocasión que estaríamos juntos.
Escribió muchos
artículos, informes, comentarios. Todos plenos de riqueza ideológica. Entre sus libros tenemos:
‘Ricardo Fonseca, combatiente ejemplar’
(1952),
‘Camino de Victoria’
(1971),
‘Algo de mi vida’ (1978),
‘Chile: 1970 –
‘
‘Tres Períodos de nuestra
línea revolucionaria’ (1982),
‘Santiago-Moscú-Santiago’ (1983),
‘El
derrumbe del poder soviético’ (1993)
‘De
lo Vivido y lo Peleado. Memorias’ (1997),
‘El
Gobierno de Salvador Allende’ (2003) y
‘Los
comunistas y la democracia’ (2008).
HACE DOCE AÑOS
Hace doce años escribí: “Los
comunistas de Ñuñoa inclinamos nuestras banderas en homenaje a un compañero ejemplar, don Lucho
Corvalán, cuyo corazón dejó de latir hoy, miércoles 21 de julio de
Luis Corvalán Lépez es uno de los
más grandes dirigentes del Partido Comunista de Chile. Hasta sus últimos
días siguió militante en su célula,
Hasta el final de su existencia
estuvo preocupado del Partido, de su historia, de sus aportes a la
democracia en Chile. Para mañana jueves
22 de julio, nos había citado, junto con el compañero David Mc Conell, para una nueva conversación sobre
un libro que estaba escribiendo”.
“Una pena muy grande nos invade al sufrir esta pérdida irreparable para el pueblo chileno. Pero al mismo tiempo, nos embarga el sano orgullo y la alegría de haberlo conocido, compartido con él en múltiples ocasiones. Siempre estuvo presente en las reuniones de su célula y en todo acto que realizamos en Ñuñoa; siempre feliz cuando en nuestras fiestas de confraternidad entregábamos carné a nuevos camaradas. Siempre insistiendo en la necesidad de crecer, de tener un Partido más grande.
Don Lucho fue la sencillez y la fraternidad comunista hecha persona. Ocupó los más altos cargos en el Partido,
pero mantuvo siempre esa modestia que sólo los grandes seres humanos pueden
mostrar.
Don Lucho seguirá junto a nosotros. En su homenaje los comunistas
continuaremos trabajando por lograr un Partido como él lo planteaba, un Partido
de masas”.