DECIRES.
Que estás pensando, me dice este portal.
Son las 01.38 del día ya
lunes. No estoy amargado, en algunos meses, mi Paisito, mi pueblo, arrinconado
por las consecuencias de las injusticias sociales y morales de siglos, no puede
hacer milagros.
No lo puede hacer nadie...Al menos de la forma que se
trata de hacerse.
Empeño se le hizo, más que empeño, se le puso, alma e
intelecto.
Hay que analizar, sin
peñascazos en el pecho.
Al contrario, hay que darse un abrazo.
Tenemos un enemigo muy poderoso. Será un deber
revolucionario, aprender de qué manera se puede cortar garras en forma más
efectiva.
El gobierno debe tener más espacios y apoyo político de
los partidos denominados de izquierda.
Tiene que hacer realidad su programa de gobierno. Su hacer
es nuestro campo de batalla.
No se trata de acuarelas ni de
arco iris, se trata más bien de uniformidad de color, en donde descanse el
conocimiento de la lucha de clases.
Lo que sucedió hoy, es sólo una cicatriz para templar
mejor el acero.
Miremos por la ventana...
El Imperio y sus huestes que obtuvieron más del 60% de las
preferencias en el plebiscito es el mismito poder que tiene al mundo en ascua. Son
los mismos que desafían a potencias inmensas.
La hegemonía es para el
imperio su despensa.
Los verdaderos triunfadores de
ayer, 4 de septiembre son los mimos que provocan tanta muerte y miseria en el
mundo entero...Y tenían miedo, se comían las uñas.
Tenemos que aunarnos en la
clase. Es la única
forma de enfrentarnos a un ejército con tantos mercenarios e ignorancia
social.
Quedémonos creciendo, el pueblo nos mostró que necesita
más lápiz, más puerta a puerta, más tranque sin fisuras.
Tenemos todos los espacios para cambiar tácticas y
conservar estrategias.
Un abrazo gigante, inmenso, de gratitud y esperanza...
Me voy a buscar el azadón, la pala y la picota, nuevas
melgas tenemos que levantar.
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo 5 de septiembre2022